Prueba Yamaha MT-07 2021: MiTo lifestyle
Que la versión superventas de la serie MT se ha convertido en eso, en un MiTo, es indudable. En el mercado actual, la Yamaha MT-07 es sinónimo de "la MoTo", un modelo que marca su propio estilo de vida también ahora en su tercera generación.
Las siglas MT derivan del término inglés «Master of Torque», algo así como «señor del par» en referencia al diseño de un motor que hace gala de una entrega especial de su fuerza, lo que se refleja en unas sensaciones de conducción que van más allá de los fríos datos de una ficha técnica. Si a esta cualidad le sumas una personalidad única de la mano de una estética exclusiva, muy agresiva y en la línea de la más extrema imagen del concepto de los cómics «manga», entonces es cuando te sumerges de lleno en el espíritu del MiTo de la MoTo Yamaha MT.
Comienzo contándote todo esto antes de entrar en materia con el contenido de nuestra asistencia a la presentación internacional de la Yamaha MT-07 2021 porque pocas motos hay con una influencia tan elocuente de otros aspectos que rodean el diseño de un modelo más allá de los puramente técnicos. Desde sus inicios, la MT-07 ha sabido labrarse su propio camino y ello le ha reportado un rédito excelente. Vayamos por partes.
Cuando se estrenó en 2014, la Yamaha MT-07 vino a sustituir una serie de naked de media cilindrada en el catálogo Yamaha que venía ya en declive tras varias evoluciones de versiones con el estándar motor de cuatro cilindros en línea tan arraigado en los modelos nipones. En Yamaha consideraron que sus exitosas Fazer 600 y XJ6 necesitaban un relevo en una senda totalmente distinta, y la revolución llegó en forma de la única versión MT que permitía adaptarse a la normativa del carné A2 frente a su hermana MT-09 lanzada un año antes.
Su propuesta era absolutamente novedosa en Yamaha. Entre las naked de media cilindrada del mercado, un motor de dos cilindros en línea como el suyo entonces solo estaba presente en las BMW F 800 R, Honda NC 750 S y Kawasaki ER-6n. Para desmarcarse de su competencia, en Iwata optaron por adaptar el esquema de cigüeñal «crossplane» con calado a 270º desarrollado en MotoGP para privilegiar la entrega de potencia en lugar de los regímenes máximos como hasta entonces se habían diseñado sus tetracilíndricos. La fórmula se completó con una imagen con raíces en las originales MT-01 dy MT-03 de 2005, pero aprovechando la modernidad de las líneas de la primera tricilíndrica MT-09 de 2013. La filosofía «Dark Side of Japan» (la cara oscura de Japón), el misterio de la noche en la iconografía más agresiva de la cultura de las modernas ciudades niponas reflejados en tantas películas y cómics «manga», plantó entonces una semilla que sigue germinando con aún más fuerza en la actualidad. De este modo se ha recreado una imagen única, inconfundible dentro del resto de series de otras marcas, una corriente que abarca desde las pequeñas (Yamaha MT 125) hasta las más elevadas cilindradas (Yamaha MT-10) y que cada día va cogiendo más fuerza como demuestra el arraigo de desarrollos únicos de cada marca, llámense Neo Sports Café, Z, GSX-S o Duke.
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Además, es clave la relación de la MT-07 con su hermana Yamaha MT-09, una conexión que se mantiene hoy día. Mientras la «09» es únicamente válida para el carné A con su potencia por encima de los 95 CV, la «07» se diseñó como arma idónea para los que se estrenan en la conducción de su primera moto grande con el carné A2, una de las grandes claves de su éxito. Esta estrategia contrasta con la seguida por su más directa rival en cifras de venta. Desde su nacimiento siempre ha luchado de tú a tú en datos de matriculaciones del mercado español con las sucesivas series Kawasaki Z 800 y Z 900, modelos más próximos en concepto a la Yamaha MT-09 y que optaron por esta misma filosofía de gama cuando se lanzó la Z 650 en 2017, tres años después de su equivalente Yamaha MT-07.
El resultado es que la Yamaha MT-07 es un referente en el podio de las motos más vendidas en España desde su nacimiento. Para que te hagas una idea, la más vendida en 2017 y la segunda más vendida desde 2018 a 2020. En Europa, la familia MT (denominada Hypernaked por Yamaha y compuesta por las 125, 03, 07, 09 y 10), ha acumulado el 43% de las ventas en Europa, con una MT-07 que significa casi la mitad de las matriculaciones de esta familia, una media de cuota de mercado de su segmento de casi el 40% desde su presentación en 2013 y que, además, atrae a una mayoría de usuarios menores de 35 años (50%), de los cuales más del 40% se estrenan en el mundo de la moto grande, e incluso con un 20% de cuota de público femenino. A esto se le llama un producto estratégico. De ahí que sea vital la presentación de una nueva versión en 2021, que profundiza en sus raíces elevando a un nivel aún superior todas y cada una de sus propuestas.
CÓMO ES LA YAMAHA MT-07 2021
La segunda generación presentada en 2018 nos deparó una evolución que se limitó a cambios en ergonomía, puesta a punto de suspensiones y detalles estéticos. Pero en 2021 ya podemos hablar de una profunda remodelación, un cambio de rumbo hacia una Yamaha MT-07 absolutamente nueva.
No hay detalle desprovisto de revisión. Para empezar, su imagen se aparta de las ediciones precedentes con un salto en agresividad exponencial. El nuevo faro delantero con máscara, dotado de iluminación LED, será el icono de esta Yamaha MT-07 2021. Recibe nuevas fibras, 500 gr más livianas, con aún más pronunciadas tomas de aire en los laterales de su depósito unas líneas traseras más perfiladas y personales. Se hace así evidente que estamos ante una MT-07 realmente diferente, a lo que acompaña la selección de colores, con una nueva versión «flúor» con llantas en esta terminación y fibras en el tan moderno y extendido gris oscuro, junto a una edición que ensalza el azul «racing» de la marca y otra completamente negra en virtud de su estética más «dark».
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Trasladamos la mirada al motor y la decoración totalmente negra de todas sus tapas, la terminación en plata de su escape y la placa que protege sus colectores, delata su nueva factura. Lo importante se encuentra en el interior. Es notable el esfuerzo para mantener su cilindrada a pesar de la obligación de superar la normativa Euro 5. Mientras otras gamas han ido sucesivamente incrementando los centímetros cúbicos de sus propulsores para superar más fácilmente este obstáculo, en Yamaha mantienen los 689 cc originales. Para ello han invertido esfuerzos en reducir rozamientos internos con tratamiento especial en el interior de sus cilindros dotados pistones forjados y con sistema de accionamiento de válvulas rediseñado, además de nuevos conductos en las tomas de aire y engranajes del cambio más escape de nueva factura. El resultado final es una pérdida respecto al modelo anterior de menos de 2 CV en su cifra máxima, pero lo que es más útil, manteniendo la respuesta de par a cualquier régimen. También el equipo de inyección se ha modificado con nuevos «settings», algo muy notable como veremos a continuación.
En su parte ciclo, las novedades más relevantes nos descubren unos discos anteriores de más diámetro (298 mm frente a 282 mm), mordidos por pinzas de tipo semi-monobloque de cuatro pistones y acompañados por un nuevo disco trasero que mantiene el diámetro de 245 mm anterior. La suspensión trasera suma ahora reglaje de extensión, con un paquete firmado en ambos ejes por Kayaba. A todo ello se añaden importantes cambios que afectan a la ergonomía, con un manillar 12 mm más alto y 10 mm más retrasado, pero sobre todo 30 mm más ancho, lo que ofrece una posición de conducción sustancialmente diferente. En este sentido, nuevas placas antiadherentes en ambos lados del depósito permiten una mejor fijación de las rodillas en su entorno. Y para completar este aspecto dinámico, aporta nuevos neumáticos Michelin Road 5. El peso total de la moto solo ha ascendido 1 kg respecto a la 2020.
En equipamiento ha dado un paso adelante notable respecto a su predecesora. La nueva instrumentación con dígitos blancos sobre fondo negro es más moderna y visible, ofreciendo completa información a través de la acción de un pulsador situado en la piña izquierda, por cierto, de nueva factura en ambos extremos del manillar y de gran calidad. Se indica velocidad, rpm, odómetros, reloj horario, indicador de marcha engranada, temperatura del motor, temperatura ambiente, nivel de combustible, recorrido restante en reserva más consumo instantáneo y medio. En sus ópticas, el nuevo faro delantero es modular para cortas y largar y reduce 200 gr el peso del anterior. En sus intermitentes, también de LED, encontramos el diapasón de Yamaha y en el faro trasero se mantiene el diseño en V del anagrama clásico de la serie MT.
CÓMO VA LA YAMAHA MT-07 2021
Aunque la hayas visto previamente en fotografías, cuando te encuentras frente a ella no deja de asombrarte. Su nueva estética llama la atención por la agresividad de sus líneas, con un conjunto de faro y su cobertura que parecen retarte a duelo. Su zaga también se hace más presente y el nuevo diseño de todas las fibras del depósito y tomas de aire le dan un contenido más deportivo. «¿Tanto han cambiado la MT-07?», piensas antes de subirte a sus mandos. Sí y no.
Las dimensiones generales no han variado, por lo que sigue siendo la moto compacta que recuerdas de anteriores versiones. Con 805 mm de altura de asiento no hay problema con ninguna estatura para llegar bien con los pies al suelo y cuando coges el manillar te das cuenta que aquí hay nueva 07. La nueva posición de su manillar de aluminio te invita a una postura erguida y cómoda, lo que aún facilita más las maniobras como recoger la pata de cabra por tener más brazo de palanca. Si no te has percatado antes de subirte, cuesta encontrar el clausor, ahora por delante de la instrumentación y casi fuera de tu vista. No es la mejor solución, pero toca adaptarse. Antes de ponerla en marcha, agradeces la mayor calidad de los pulsadores de las piñas, dignos de una moto Premium. El nuevo botón vertical izquierdo para gestionar la información que deseas ver reflejada en la instrumentación es un acierto de facilidad de uso. El recorrido de los cables, la terminación negra de las palancas (la de freno regulable), el acabado de la pintura y el encaje de sus piezas te confirman una calidad superior.
Giras la llave de contacto y el sonido parece más contundente que en la anterior versión. Dando gas en vacío, conjuga a la perfección el silbido del motor y la gravedad del escape, como un anuncio de que hay ganas de empezar a andar. Es momento de meter primera. Entonces se suceden las sensaciones que configuran una moto que no ha dejado de apostar por la practicidad. La caja de cambios ofrece un accionamiento más suave, con un «clock» casi imperceptible que anuncia que ya está dispuesta para comenzar el recorrido. Ese mismo nivel de suavidad repite el que percibes cuando aprietas la palanca del embrague y luego la sueltas, todo calidad y facilidad. Con un ralentí situado poco por debajo de las 1.500 rpm, los primeros metros son los que esperas de una moto diseñada para todos los públicos. Su segunda hace que te olvides ya de volver a insertar primera en la urbe, ya que sale sin el más mínimo aspaviento desde el mismo régimen de ralentí sin necesidad de tocar el embrague. La inyección hace su labor a la perfección, sin ninguna irregularidad en la entrada de los CV a medida que escalan las rpm. Este comportamiento se repite marcha tras marcha, (escalada que puedes afrontar sin recurrir a la palanca izquierda sin problema) y denota que el trabajo realizado para convertir el motor en Euro 5 ha tenido un resultado excelente en cuanto a comodidad.
Responde a tus órdenes de inmediato en cualquier maniobra en la ciudad. Los frenos siguen la misma estela de facilidad de uso del resto del conjunto y la nueva posición de conducción da todavía más confianza a baja velocidad. Con mi 1,80 m me encuentro más a gusto a sus mandos que con el manillar anterior de menor tamaño. La visión que ofrecen sus nuevos retrovisores, los mismos que en la MT-09, es excelente, y no vibran a ningún régimen de giro del motor. Las suspensiones están regladas más firmes que en ediciones previas, lo que también hace que sientas el control absoluto a sus mandos sin sentir pérdida de confort. Excelente trabajo.
La nota que obtiene en ciudad es netamente superior a la edición previa. Ahora toca salir en busca de carreteras de montaña donde disfrutar de sus cualidades más dinámicas. Pero antes hay que recorrer kilómetros de enlace por autovía. Por supuesto no es su mejor baza. Aquí, la nueva ergonomía y diseño de su parte frontal hacen que a partir de 140 km/h ya acuses un esfuerzo notable. En estos términos, es de las más naked entre las naked. El gran espacio disponible en el asiento te facilita una postura más aerodinámica, pero la solución es instalar una pantalla de las que la marca ofrece en su catálogo de accesorios oficial. Más allá de disquisiciones estéticas, es un ingrediente casi imprescindible. En este medio, el motor gira en sexta a 5.000 rpm a una velocidad indicada de 120 km/h, alcanzando esa «barrera» de 140 km/h 1.000 rpm más arriba y subiendo ya hasta los 170 km/h en el siguiente escalón hasta las 7.000 rpm, todo ello bien a la vista en su amplio pantalla de nueva factura. La suavidad de respuesta en el movimiento en ambos sentidos del acelerador es sobresaliente, siempre sintiendo el apoyo de una reserva de par que no deja de sorprender para su cilindrada.
Abandonas la salida de la autovía y buscas tu camino hacia una carretera de curvas donde dejar que la Yamaha MT-07 exprese ese lado «dark side» del que tanto hace gala más allá de atraer miradas en la ciudad. Si antes te he dicho que siempre ha sido una moto «para todos», también hay que añadir que lo es «para todo». Su enorme equilibrio la convierte en un medio de disfrute de cada kilómetro en ruta para descubrir nuevos paisajes, como para derrochar adrenalina en el dibujo de cada curva. Su facilidad de conducción es, de nuevo, su secreto. Está ahí a tu disposición para pedirle lo que quieras, desde una estabilidad intachable en las secciones más rápidas, un elevado paso por curva gracias a su infinita manejabilidad o experimentar sensaciones muy deportivas en frenadas y aceleraciones. La clave es el control que permite su diseño de parte ciclo, con un chasis de reacciones predecibles, unos frenos nada extremos pero contundentes y unas suspensiones que mantienen siempre la talla en toda circunstancia. Sí se agradecería la inclusión de un embrague antibloqueo, aunque su motor en retención es francamente más suave que otros de su mismo diseño y similar cilindrada. Estamos hablando ya de una conducción demasiado exigente para su concepto. Aún así, su carácter queda patente en la tendencia a aligerar su tren delantero cuando exiges todo su potencia al puño derecho. Te recuerdo que su cifra de más de 70 CV era un sueño para las motos de calle más deportivas de hace apenas 40 años, cuando ahora estamos refiriéndonos a una moto para empezar a adquirir experiencia.
Su ancho manillar te sugiere seguir cada trazada jugando con la presión sobre sus extremos, aunque en este aspecto le supera su hermana Yamaha Tracer 700. Con el mismo chasis aunque diferente posición de conducción y distintos neumáticos, la trail sublima ese baile milimetrado de pisar exactamente por donde tú deseas sobre el recorrido de cada curva. Con la MT-07 aprecias una cierta tendencia a resistirse en un primer instante, para de inmediato volver a echar mano de su facilidad y equilibrio poniéndose a tus órdenes. Seguro que con un neumático trasero 160 este efecto desaparecería, pero aquí entra en escena el capítulo imagen, siempre esencial y más en una naked sport como cualquiera de la serie MT. Con sus nuevos neumáticos Michelin Road 5, el agarre queda garantizando incluso sobre asfaltos más que fríos como los que recorrimos por sierras del interior de la provincia de Valencia en plena alerta por ola de frío.
LO MEJOR
-Suavidad y respuesta de motor
-Calidad de mandos
-Manejabilidad y agilidad
MEJORARÍA CON
-Embrague antibloqueo
-Posición de llave de contacto más convencional
ASÍ VEMOS LA YAMAHA MT-07 2021
En carretera: 4
En ciudad: 5
Pasajero: 2
Confort: 4
Equipamiento: 3
Autovía: 2
(Puntuación de 1 a 5)
De nuevo, la Yamaha MT-07 es una moto ideal para adentrarse en un aprendizaje escalonado en la trayectoria vital de todo motorista. Está diseñada para desarrollar tu experiencia sobre dos ruedas en cualquier medio, sirviendo tanto de herramienta práctica en la ciudad como de diversión infinita tanto dentro como fuera de ella. Y todo lo hace de forma natural. Así ha sabido mantener sus raíces, pero ahora en 2021 con un conjunto de más calidad y con una personalidad aún más exclusiva, con un carácter vanguardista que ha crecido de forma exponencial.
Y todo ello sin olvidar su faceta más económica. Los 200 € de más respecto a la MT-07 2020 (6.999 € frente a 6.799 €, considerando además su financación 0%) están muy por debajo de la evolución que significa la nueva versión. Además, hay que tener en cuenta que sus emisiones se restringen a 98 gr/km, lo que la sitúa por debajo del límite impositivo que imponen algunas Comunidades Autónomas. Está precisamente en un punto en el que no echas de menos más electrónica en forma de modos de respuesta de motor, control de tracción, etc., lo que prácticamente sería sinónimo de mayor precio, aunque es obvio que toda ayuda en la conducción es siempre bienvenida. En este sentido, como moto inicial para el carné A2, la Yamaha MT-07 2021 está en la zona superior del ranking de las más recomendables por su carácter de «moto-escuela», algo que no es en absoluto novedad desde hace ya siete años.
Más información de la Yamaha MT-07 2021
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