Prueba Yamaha R7: Cuando Supersport quiere decir Superdiversión

49 Prueba Yamaha R7: Cuando Supersport quiere decir Superdiversión
Prueba Yamaha R7
Daniel Navarro
Daniel Navarro
Es un tema recurrente desde hace mucho tiempo: ¿de verdad necesitas 200 CV, electrónica a la última, suspensiones de GP y una enorme cantidad de dinero para divertirte en circuito o carretera? La Yamaha R7 te responde con contundencia: no.

Vamos a ponernos en lo más extremo de los gustos por las motos deportivas, esto es, el circuito, incluyendo eso que llevas tiempo soñando de verte en una parrilla de salida de una pista de verdad, en una carrera de verdad. Puedes hacerlo de muchas maneras y de ninguna es barato ni fácil hoy día. Un campeonato regional o algo similar requiere una moto de última generación, bien preparada y un presupuesto, sobre todo en neumáticos. Entrenamientos, mantenimiento, equipo, etc, es para pensárselo.

Pero sí, hay soluciones como conformarte con las rodadas a los mandos de tu moto de calle, o una de hace años más o menos bien preparada; e incluso puedes buscar alguna carrera de club o similar, aunque ya no hay muchas, pero algo aparecerá al final. ¿Y si hubiese una deportiva media, con un mantenimiento «medio», tan divertida como una RR a un precio menor? ¿Y si para esa moto se convocase un campeonato, sin límite de edad ni diversión? Todo esto ahora se llama Yamaha R7.

La Yamaha R7 es así. De hecho, engaña. A mí, en concreto, dos veces. Cuando oí hablar de una nueva R7 me tiré de cabeza a buscar la noticia. ¿De verdad en Yamaha se habían vuelto locos e iban a hacer lo que era la primera Yamaha R7? Y no. Nada de una nueva YZF-R7 de cuatro cilindros como aquella famosa SBK de Haga. Lo que iban a hacer era una deportiva con base en la polivalente Yamaha MT-07, a medio camino entre las Yamaha R3 y la Yamaha R6. Debería ser una interesante sport-turismo media, seguro que ideal para el que busca algo polivalente con imagen de moto «racing». Y no, por segunda vez. La Yamaha R7 es una auténtica RR de 80 CV. Algo por lo que suspiré durante años porque me parecía lo más lógico, pero no existía.

Yamaha R7 14

De acuerdo, me has pillado… Efectivamente no es la primera. A mí me recuerda, salvando distancias, una Ducati 900 SS de finales de los 80. El concepto era similar, una deportiva simple, sencilla, sin grandes recursos técnicos pero eficaz y divertida si no la comparabas con otras 900 de la época. Eso sí, Ducati experimentó con esta moto porque no había dinero para desarrollar nada que no fuese la 851 y 916, de modo que las pocas SS que vendían eran rentables y han tenido un enorme recorrido, tanto que hoy día todavía comercializan una prestigiosa Ducati SuperSport 950. Yamaha ha seguido la fórmula convencida de llegar a un nuevo nicho de clientes que, a lo mejor, no son tan nuevos, porque la moto puede convencer a más de uno de nosotros que ya está de vuelta.

Precios, ofertas, fichas técnicas e imágenes de TODAS LAS MOTOS Y SCOOTERS YAMAHA del mercado

Esta nueva japonesa se ha asimilado, y mucho, con la Aprilia RS 660 porque son, en definitiva, las dos deportivas medias de más reciente aparición. Yo me he subido a las dos y, desde luego, la comparación se queda solo en esa filosofía de deportiva media, porque son muy diferentes. La italiana sí se acerca a ese concepto de sport-turismo al ser una moto más cómoda, potente y más tecnológica para aproximarse a un comportamiento deportivo.

La Yamaha es menos potente y mucho menos tecnológica, pero desde su posición de conducción hasta su respuesta de parte ciclo es una moto mucho más R, que pide guerra desde el primer momento. Desde luego no es ninguna exageración, como pensé en algún momento antes de conocerla bien, considerarla una auténtica Yamaha «racing» con todo lo que eso implica: deportividad radical, eficacia en conducción deportiva y diversión en circuito. De hecho, se ha convocado ya ese campeonato del que hablábamos, algo necesario con una moto así.

Yamaha R7 16

Cómo es la Yamaha R7

Básicamente es otra aplicación más de la exitosa y superpolivalente plataforma CP2, el motor de dos cilindros y 689 cc de Yamaha. Es un propulsor ya pensado en su origen para dar vida a toda la generación de motos de estos últimos años, y la verdad es que se puede considerar un gran éxito de la firma. Para esta ocasión no han sido necesarios grandes cambios. La Yamaha R7 sigue con su arquitectura de dos cilindros en línea con cigüeñal calado a 270º, y se ha trabajado en la programación de la ECU, nuevos conductos de admisión, escape y configuración de la inyección. Eso, unido a una diferente relación de transmisión, buscaba que la moto transmita en marcha mayores sensaciones de aceleración y de respuesta rápida al gas. Y lo han conseguido.

Nunca han dado más de sí los 73,4 CV del CP2, con un par de 67 Nm a 6.500 rpm. Las cifras pueden parecer discretas, las sensaciones al manillar, no. Monta un embrague asistido y antirrebote, el cambio no equipa de serie «quickshifter», siendo opcional solo de subida. Una verdadera lástima porque algo hoy en día tan corriente como una unidad de doble efecto sería la guinda perfecta.

Yamaha R7 10

La parte ciclo tiene más nivel que sus hermanas de motor. Porta un chasis en tubo de acero bastante estándar y sin características destacables, más allá de lo bien que va. La horquilla invertida KYB con barras de 41 mm es completamente regulable, con la compresión en un lado y la extensión en la otra barra. Exhibe un ángulo de lanzamiento de 23,7º, bastante cerrado como corresponde a una auténtica deportiva. Detrás encontramos un monoamortiguador de anclaje directo regulable en precarga y rebote. En los frenos vemos pinzas de anclaje radial y bomba Brembo radial, responsable de un tacto pocas veces visto en motos de este precio.

Yamaha R7 9

Precios, ofertas, fichas técnicas e imágenes de TODAS LAS MOTOS DEPORTIVAS del mercado

En el equipamiento no esperes lujos en una deportiva que no llega a los 10.000 €. El cuadro es un LCD con bastante información e incluye marcha engranada y luz de sobrerrégimen. Monta faros LED centrales en una carrocería muy cercana a las de una R1 M o una R6 de última generación. Por supuesto, se diseña con semimanillares bajos por debajo de la tija, asiento monoplaza con el pasajero «en el segundo piso» sobre el colín y estriberas bastante elevadas y atrasadas. Una deportiva pura, en suma, ligera, incómoda y efectiva. Y muy, muy divertida.

Precios y rivales de la Yamaha R7

Las motos verdaderamente deportivas de cilindradas medias fueron las reinas del mercado de los 90. Desde entonces hasta ahora, han cambiado tanto las cosas que ha llegado a ser un segmento prácticamente desaparecido. Todas aquellas cuatro cilindros que luchaban por ser campeonas de Supersport como las Honda CBR 600 RR, Yamaha R6, Suzuki GSX-R y Kawasaki ZX-6R han pasado a la historia o prácticamente; te puedes comprar todavía nueva una R6, pero solo en su versión Race, no homologada para carretera abierta. Lo cierto es que últimamente parece que algunas fábricas sí ven la posibilidad de convencernos con algunas motos que responden a esa definición de deportiva media. No obstante, sin existir un modelo que lidere el segmento de forma clara, las pocas marcas que entran lo hacen cada una a su manera.

Yamaha R7 11

De hecho, no hay ninguna rival clara para la Yamaha R7, porque no hay nada en el mercado como esta moto. Te decía antes que se ha comentado mucho la comparación con la Aprilia RS 660. Esta cuesta 11.799 €, lo que ya marca diferencias con la Yamaha, que se comercializa a 9.499 €, es decir, 2.300 € de diferencia. Es una cifra considerable, debido a que la Yamaha R7 es mucho más sencilla al definirse como una deportiva eficaz, económica y simple. Punto. La Aprilia es una moto mucho más sofisticada pero, además, su posición de conducción junto con el carenado la llevan a acercarse más al concepto sport-turismo. La italiana es una moto más polivalente.

Todas las novedades de motos y scooters 2022

Siguiendo el catálogo en orden alfabético, te encuentras con una gran desconocida que podría compararse, aunque de lejos. CF Moto ofrece una 650 GT de marcado carácter sport-turismo, con carenado integral, manillares más elevados y un motor de dos cilindros 649 cc y 71 CV similar al de la Yamaha. Desde luego, en utilización sport no hay punto de comparación, pero lo cierto es que la CF tampoco se acerca en precio a 6.495 €.

Seguramente uno de los rivales más duros para Yamaha está otra vez en el eterno rival, Honda, con la CBR 650 R en 9.700 €. Hereda la polivalencia sport de las famosas CBR 600 F de primera generación con cuatro cilindros, 90 CV, estética deportiva en un modelo mucho más polivalente, pero capaz de rodar rápido y al mismo ritmo en cualquier carretera. Solo en circuito quizá la Honda se quede un poco descolgada de la Yamaha por geometrías y parte ciclo.

Yamaha R7 12

Kawasaki, la otra gran rival, tiene la plataforma Z 650 frente a la MT-07. Y como en el caso de Yamaha, también ofrece una versión sport carenada, la Ninja 650. Es una moto más simple que no busca únicamente eficacia sport. Porta semimanillares sobre la tija y una posición de conducción más cómoda, pero no busca en absoluto los tiempos en circuito como la Yamaha. Tienes varias versiones, siguiendo la política de los últimos tiempos de Kawasaki, con diversos niveles de accesorios y decoración de serie, pero la estándar parte de un precio de 8.299 €.

Yamaha R7 13

¿Metemos la Ducati SuperSport 950 en este segmento? Por definición sí, aunque con un paquete electrónico impensable en la Yamaha R7 y a un precio de 14.790 € en versión estándar y de 16.790 € en la aún más equipada S, juega en otra liga.

Cómo va la Yamaha R7

Te decía antes que la Yamaha R7 engaña. Lees cifras como 73 CV o un precio de 9.499 € en un mercado en el que una deportiva «de verdad» tiene que alcanzar los 200 CV y pasar los 18.000 «pavos» para ser considerada una auténtica moto «racing», y te descoloca. Pero cuando coges una R7, además de divertirte, empiezan a abordarte preguntas filosóficas: ¿de verdad necesito más?

Sinceramente, y después de unos cuantos kilómetros con ella, a mí me parece que muy poco más. ¿Qué buscamos en una deportiva? Inclinación, frenadas y aceleración. Sobre todo rapidez de reacciones, como esa sensación de inclinar mucho, abrir gas deprisa y salir disparado a gestionar la siguiente curva. Y eso la Yamaha R7 lo hace y muy bien. Pero la verdad es que hubiese necesitado algunas cosas más para sentirme mejor con ella, como un «quickshifter» de doble efecto que maximice esas sensaciones. ¿Y un control de tracción? Bueno… Puestos a pedir, pues también.

Yamaha R7 6

No se me ha movido una sola vez, pero esa sensación de «red de seguridad» de la electrónica moderna, mola. Y, cómo no, he echado de menos un circuito en estos días que he rodado con ella, porque a cada carretera, a cada curva, me quedaba con esa sensación de que podía ir a más si hubiera estado rodando en un lugar apropiado. Por poner las cosas en su sitio: el «quickshifter» lo pagaría, la electrónica de alto nivel quizá disparase los costes y convertiría esta R7 en otra cosa, por lo que se lo puedo perdonar, y el circuito… a ver si la próxima vez no se me escapa la oportunidad.

Es una moto ligera, pero no pequeña. Tiene el tamaño ideal para una sport. El asiento está a 835 mm y con mi 1,65 m de altura llego suficientemente bien. Pones o quitas la pata lateral con facilidad y, por supuesto, con 188 kg, con pesos bien centrados, no cuesta trabajo moverla.

A sus mandos no se parece en casi nada a ninguna de sus hermanas con motor CP2. Te recuerdo que esta familia está compuesta por la naked MT-07, la trail campera Ténéré 700, la trail asfáltica Tracer7 y la retro XSR 700 El cuadro es conocido porque se emplea en otros modelos de la casa y no se lee mal, aunque cuando tienes mucha luz directa se queda un tanto apagado. Pero es el ambiente que se respira tras el manillar, con una posición RR sin concesiones, lo que sí recuerda al de una R6 o una R1.

Yamaha R7 5

Una vez en marcha las cosas ya las tienes más claras. Cuando te has subido y has descubierto esa posición de conducción, queda poco margen para pensar que no es una deportiva. Las manos quedan muy bajas y el cuerpo muy tumbado. El embrague es pura mantequilla y el motor muy suave, arrancando a la primera y cuyo sonido a bicilíndrico resulta discreto. Moverte con ella por ciudad es posible; de hecho, no gira mal para tratarse de una moto así. Eso sí, cuello y muñecas sufren lo suyo… hasta que llegas a la carretera.

En la autovía corre más de lo que te esperas. Parece mentira que sea el mismo motor que la MT-07 o una Tracer7, porque se siente más potente, estirando más y mejor; milagros de los reglajes de encendido e inyección modificados. En autovía, además, es más fácil permanecer tumbado, siendo más una cuestión de costumbre que otra cosa. A mí no me importa, aunque será por haber hecho, hace años, unos cuantos viajes a Jerez en R6… La verdad es que la posición en la Yamaha R7 no resulta tan cansada. Pero todavía lo mejor está por llegar cuando te presentas en tu carretera de curvas preferida.

Yamaha R7 8

Ahí lo único que hace es reforzar todas esas sensaciones que has tenido antes. En las primeras curvas reconozco que es fácil frenar demasiado, tal vez por haberme subido en demasiadas naked y demasiadas trail últimamente, porque tiras de freno (con un tacto seco y magnífico de deportiva pura), metes la moto en la curva y te quedas muy dentro. Hay que pararla menos y dejarla correr. Se tumba todo lo que quieras y el motor, siempre con empuje, permite abrir en el momento que ves la salida.

Los neumáticos Bridgestone son buena elección, y dejan hacer transmitiendo confianza y todo el agarre disponible en ambos trenes. Es ligera y en curvas enlazadas admite cambiar bien de posición y con rapidez. Al cabo de unos kilómetros le he cogido el aire, he recuperado un tanto esa forma de llevar una deportiva y la sonrisa dentro del casco va creciendo, imaginando una vuelta al Jarama, Cartagena o Cheste.

Yamaha R7 2

Necesitas asfalto limpio y sin muchos baches. Las suspensiones disponen de reglajes duros, pero una moto así requiere suspensiones firmes, que es como vienen de fábrica. A la vuelta a casa notas el cuello y los brazos algo castigados. Se trabaja con ella para llevarla rápido, lo que es normal. Y te quedarás pensando en meterla en uno de esos circuitos cuanto antes.

LO MEJOR

  • Sensaciones de deportiva
  • Estética RR
  • Prestaciones para sus 73 CV


MEJORARÍA

  • Visibilidad del cuadro con mucha luz
  • Equipamiento, aunque ajustado a su precio
Yamaha R7 4

Así vemos la Yamaha R7

  • En carretera: 4
  • En ciudad: 3
  • Pasajero: 2
  • Confort: 3
  • Equipamiento: 2
  • Autovía: 4

(Puntuación entre 1 y 5)


¿Recuerdas aquellas míticas 250 2T y las tetracilíndricas de 4T de los 90? Mucho se ha escrito sobre lo divertidas que eran (que lo eran) y de su desaparición. Y aunque hay rumores de algún regreso, lo cierto es que gran parte del secreto de aquellas motos eran unas prestaciones elevadas, pero gestionables, un peso contenido y una parte ciclo que sujetaba todo aquello hasta en condiciones de circuito.

Todo eso trasladado al siglo XXI y a Euro 5 es una Yamaha R7. Ligera, rápida, efectiva, con prestaciones importantes pero que no asustan, y con buen chasis, que agarra y transmite. Necesitas un circuito para obtener el máximo, pero en una buena carretera te divertirás casi igual. Eso sí, en ciudad no es la mejor opción, simplemente porque no es una moto cómoda por posición, aunque como RR a escala no está mal en este ámbito. Por supuesto, el pasajero es casi un invitado ocasional que no va a querer acompañarnos muchas veces. Y el equipamiento, que a todos se nos ocurre cómo mejorarlo, encarecería la diversión. Tal y como está, ya es divertida con mayúsculas.

Más información de la Yamaha R7