Yamaha TMAX 530 ABS vs. BMW C 600 Sport, comparativa de ‘altos vuelos’
No es fácil derrotar al Yamaha TMAX en lo que ya es «su terreno». Enarbola la definición de scooter deportivo, con comportamiento similar al de una moto sport (y de las buenas), que además tiene un gran prestigio, ganado a pulso tras cuatro evoluciones. Es capaz de convencer por igual al que lo usa por ciudad, al viajero e incluso al «quemado» que sale a hacer curvas. Yamaha dio con la receta a finales del siglo pasado, la mejoró con su tercera generación, la de chasis monocasco, y la volvió a superar con un 530 cuya edición 2015 recibe retoques para hacerlo aún más gama alta.
BMW es la única marca que se ha planteado hacer sombra de verdad a Yamaha. Su C 600 Sport emplea un chasis tubular de acero en lugar del monocasco de aluminio de Yamaha. Pero la estructura del scooter, con el bloque de cilindros tumbado bajo los pies del piloto, con variador y embrague dentro del cárter motor y transmisión secundaria por cadena encerrada en el basculante, sí sigue aquella receta primigenia del TMAX. De esta manera, con algún equipamiento mejorado respecto al Yamaha y, sobre todo, un motor 13 CV más potente, BMW se ha convertido en una verdadera alternativa para el que busca este tipo de vehículo.
Para 2015, Yamaha sigue marcando territorio frente a sus rivales. Por fin, una horquilla invertida con pinzas radiales que mejora aún más el que ya era fantástico comportamiento de tren delantero y frenos del anterior. Además, introduce un faro de LED, espectacular y funcionalmente mejor, nueva llave a distancia y retoques en carrocería, entre los que cabe destacar unos espejos más grandes, con más brazo y mejor posicionado para ver lo que sucede detrás. Si ya era bueno el TMAX 530 anterior, el 2015 es, en casi todo, aún mejor.
BMW no ha introducido oficialmente cambios en sus C 600 desde su lanzamiento. El scooter es igual, aunque a primera vista es evidente la mejora de algunos detalles de acabados y calidades que en las primeras unidades quedaban por debajo de lo esperado. También desde su lanzamiento, el BMW C600 se podía mejorar, tal y como es tradición en la marca bávara, con cantidad de opciones. Entre ellas, la más interesante era el Paquete High Line (o Gama Alta) que sobre el equipamiento de serie incluía las luces LED de día, RDC (control de presión de neumáticos en el cuadro), puños y asientos calefactables e intermitentes blancos de LED. Además, año a año, BMW ofrece sus ediciones especiales, con colores exclusivos. Este año toca el precioso azul que ves en las fotos y, como siempre, incluye el escape Akrapovic.
No es la primera vez que enfrentamos un TMAX 530 y un C 600. Es algo que ya hicimos con la versión anterior del japonçés y con los primeros C 600 que llegaron a nuestra manos. Ahora la historia cambia en cierta medida: el Yamaha se acerca a su rival en temas de equipamiento, capítulo en el que antes quedaba por detrás, y mantiene las diferencias en la parte en la que era superior, es decir, suavidad de marcha, estabilidad y nobleza de reacciones en conducción muy deportiva. El BMW, por su parte, también mantiene sus mejores características y sigue siendo imbatible en prestaciones puras, sobre todo en velocidad máxima gracias a su motor de 60 CV imbatible y en componentes de lujo, y más si el que estamos comparando es esta Edición Especial dotada del Paquete Gama Alta.
En cualquier caso, que no te quite el sueño la cuestión de cuál es mejor. Estamos ante dos de los mejores maxiscooter fabricados jamás y, si nos restringimos a los de carácter deportivo, sin duda los mejores. Sí hay diferencias entre ellos, por supuesto, y trataremos de darte las claves objetivas sobre qué mejora el uno al otro. No obstante, los dos son muy buenos y si es uno de ellos el que te ha entrado por los ojos, ni lo pienses: ése es el mejor para ti.
YAMAHA TMAX 530 ABS
MOTOR: El motor del TMAX no ha sufrido modificaciones con respeto al del primer 530. En aquél se trabajó en la cilindrada, camisas de cilindro y otros aspectos para mejorar la respuesta y el par sin variar los 47 CV de potencia que ya entregaba el TMAX 500 anterior. Pero en la parte mecánica es la mejora de la transmisión final por correa dentada en los 530 lo que más ha aportado a la mejora de este scooter.
EQUIPAMIENTO: Los nuevos faros LED, el enchufe de 12v y la llave de proximidad son los cambios más significativos en el equipamiento. Los faros LED son fantásticos en todos los sentidos. La llave de proximidad tiene sus ventajas, pero también sus inconvenientes.
CARGA: El chasis monocasco del TMAX es una de las referencias del segmento, uno de los mejores quese han montado en un scooter. Pero tiene sus «costes»: el hueco para el casco no es muy grande, cabe un integral dado la vuelta y algo más. La guantera frontal sí es profunda, pero la de la izquierda, antes válida para documentos o similares, ahora ha desaparecido.
CONFORT: El Yamaha es un scooter muy cómodo, con un buen asiento y mandos de gran tacto y en buena posición. Las plataformas del suelo también permiten poner los pies de la forma que quieras y la cúpula protege más que suficiente. El mayor «pero» que se le puede poner es el manillar, algo bajo, pero es otro de los precios a pagar por el mejor comportamiento dinámico posible: el manillar bajo, cerca de la tija, minimiza flexiones que «filtran» las sensaciones que llegan al piloto.
PARTE CICLO: La parte ciclo del TMAX es totalmente excepcional. Además del ya mencionado chasis monocasco en aluminio, su estructura, con el motor bajo los pies del piloto, el basculante de moto y unas suspensiones de nivel, dan mucho control al piloto. En 2015 la nueva horquilla invertida ha mejorado un poco un componente que ya era muy bueno.
BMW C 600 SPORT
MOTOR: Bicilíndrico tumbado hacia delante, por debajo de los pies del piloto, en una arquitectura que introdujo el TMAX, en este caso con 647 cc y 60 CV. El motor es diseño BMW y se encarga a KYMCO para su fabricación. Dada la calidad de los scooter taiwaneses, es toda una garantía.
EQUIPAMIENTO: Uno de los capítulos en los que el BMW sale ganador en la comparativa es el equipamiento. La pantalla regulable en altura, freno de aparcamiento en la pata de cabra, cierre de la guantera desde el propio contacto, posibilidad de control de presión de neumáticos en el cuadro, puños y asientos calefactables en opción€ la lista es prácticamente interminable y difícilmente superable.
CARGA: Dos guanteras delanteras profundas y grandes, con la izquierda con cierre al bloquear la dirección, suman litros al hueco del casco. Éste no es mucho más grande que el de su rival, pero tienes la posibilidad de desplegar el Flexcase cuando está aparcado (baja hasta la rueda trasera) y dejar otro casco integral más.
CONFORT: Tan cómodo como el Yamaha, con mandos tan buenos y, además, la posibilidad de regular laaltura de la cúpula. Es un scooter muy cómodo para dos personas, con mucho espacio y un asiento algo duro, pero en absoluto incómodo. Eso sí, transmite alguna vibración más que el Yamaha y también es un poco más ruidoso.
PARTE CICLO: Cuando BMW lanzó sus scooter, está claro que sabían qué referencia tomar. La estructura que sigue el C 600 es muy parecida a la del primer TMAX, con un chasis en tubo de acero en lugar del monocasco que después se desarrolló para el japonés. Los alemanes adoptaron antes la horquilla invertida y el ABS de serie. Este último sigue siendo opción en el japonés.
Yamaha TMAX 530 ABS vs. BMW C600 Sport, en marcha
Es de esas veces que cuando te ponen los dos scooter delante, no sabes por cuál empezar. Los dos me han gustado desde que los probé por primera vez en sus orígenes y sigue siendo un placer ponerte tras el manillar de cualquiera de los dos. Y eso que hay diferencias, para algunos irreconciliables desde que los pones en marcha.
El Yamaha es más ligero, se nota hasta moviéndolo en parado o al subirte. La nueva llave de proximidad hace que no tengas que sacarla del bolsillo para ponerlo en marcha: te subes, pulsas el botón de puesta en marcha e indica el contacto, pulsas otra vez y ya está en marcha. Es suave, silencioso, sin vibraciones y perfecto. En el BMW sí hay una llave normal. En el fondo ocupa menos espacio en el bolsillo. No puedes moverlo en parado con la pata de cabra puesta: con ella sacada, el freno de aparcamiento está activado y se quita cuando la recoges. Esto impide que te olvides de quitarlo, desde luego, pero también te quita la seguridad de maniobrar sabiendo que si «se te escapa», se quedará apoyado. En marcha es más rumoroso, un ruido mecánico algo elevado y que el Akrapovic que monta la Edición Especial no minora.
Andando ya aprecias una de las primeras grandes diferencias de carácter entre ambos: el TMAX retiene bastante más cuando cortas gas que el BMW. Los propietarios y defensores del Yamaha te dirán que así se controla mejor el gas, porque cuando cortas la velocidad se reduce enseguida. El C 600 parece tener un embrague más «suelto» y cuando cortas gas no retiene tanto y deja correr al scooter. A sus seguidores les gusta más porque puedes entrar en curvas cortando sin tener que preocuparte por volver a abrir para mantener la velocidad. Para gustos…si te mueves por ciudad, en los semáforos no tendrás rival. Sólo se les aproxima el BMW C Evolution eléctrico. El C 600 Sport hace valer sus 60 CV en aceleración. El TMAX se queda corto, desde luego, y sale muy cerquita del BMW. A su favor, sin embargo, está su mayor ligereza y agilidad. El tamaño es parecido (metro en mano, de carrocería es más largo que el BMW) pero parece justo al contrario.
En carreteras de curvas es el Yamaha el que cuenta con la ventaja a la hora de frenar, tumbar, acelerar y salir rápido. Igual que en el caso anterior, tampoco el BMW se va a quedar muy lejos, porque también hace muy bien todas estas cosas. Pero el Yamaha, con chasis monocasco, tiene un tacto más firme y transmite mejor al piloto las sensaciones. Las suspensiones son firmes en ambos casos, sin llegar a incómodas ni mucho menos. Y los frenos resultan potentes y dosificables, con buen tacto, en este caso ambos con ABS de última generación que no interviene hasta que no es necesario. Este sistema no molesta en absoluto y acaba por ayudarte a ir más deprisa, aumentando tu confianza a la hora de frenar fuerte.
De vuelta a casa por la autopista, los dos corren, «se tienen» y protegen aerodinámicamente al piloto los suficiente como para resultar cómodos hasta velocidades muy altas. Mucho más allá de lo permitido. El TMAX, aún siendo muy rápido, no pone nunca en compromiso a la parte ciclo. Y el BMW, más rápido todavía, también presume de ese mismo aplomo en cualquier curva de autovía o autopista.
Yamaha TMAX 530 ABS vs. BMW C600 Sport, con pasajero
Desde luego, no hay problema de falta de prestaciones al subir a otra persona al scooter con ninguno de los dos, pues ambos bicilíndricos tienen potencia de sobra para mover el peso extra. Igual con la parte ciclo, suficientemente firme como para que al ir acompañado cambien las geometría demasiado. Para el invitado ambos ofrecen un espacio similar, con estriberas tipo moto detrás, recubiertas de goma en el BMW, metálicas las del Yamaha. Las asas traseras también están en una posición similar y puedes sujetarte bien en ambos casos.
Así vemos a estos dos scooters
Los dos contendientes en esta comparativa son grandes scooter y tendrás que ser muy exigente con cualquiera de ellos para encontrarles verdaderos defectos en alguno de los aspectos puntuados. En todos ellos, aunque uno pueda mejorar al otro, el que queda segundo sigue teniendo un nivel que sería altísimo comparado con otros modelos.
En ciudad nuestra valoración más alta es para el TMAX. Algo más bajo de asiento y ligero, se mueve con mayor agilidad que el BMW, que tampoco va nada mal en el entorno urbano. En carretera empatan, pero no son iguales. Si te enfrentas a una carretera de curvas, en conducción deportiva, el excelente comportamiento del TMAX lo pondrá por delante, aunque tampoco podrías perder a un piloto de tu nivel en el C 600. Si estamos en autovía, el alemán corre más gracias a sus 13 CV y 100 cc más.
Ninguno de los dos consume demasiado y ambos se quedan en torno a los 7 l./100 km. Nos parece muy aceptable en los dos casos dado su nivel de prestaciones. Ambos son cómodos, con buenos asientos y excelente protección aerodinámica. Pero el BMW tiene la pantalla regulable en altura y una posición de conducción más normal: en el Yamaha, la búsqueda de un comportamiento neutro y noble hace que el manillar vaya muy bajo, cerca de la tija superior de dirección (escondida bajo los plásticos) para minimizar flexiones, lo que conlleva el coste de un manillar más incómodo, sobre todo para los que son altos. Ahora bien, en esas curvas cerradas el tren delantero se nota más firme que en el BMW. El C 600 gana en equipamiento, con más detalles y, sobre todo, más útiles, tales como el ABS de serie o la posibilidad de ver la presión de ruedas en el cuadro (opción RDC, incluida en el paquete High Line), aunque hay que reconocer que el faro de LED del Yamaha o la llave de proximidad han acercado a ambos rivales.
El apartado de volumen de carga también es para el scooter bávaro: dos guanteras delante y un buen hueco bajo el asiento, con sistema Flexcase (estando aparcado permite dejar un segundo casco integral) le otorgan mejor puntuación.