Las reinas de la oscuridad

Heredera del “desnudo” de la YZF-R1, la nueva MT-10 ahonda todavía más este año en su faceta de hypernaked descarada y repleta de par. Para tenerlo todo bajo control y aportar un paso más en la facilidad de pilotaje, Yamaha ha decidido introducir un amplio elenco de controles electrónicos para situar a la MT más poderosa del catálogo de Iwata en la punta de lanza del segmento asfáltico más agresivo con manillar alto.  

El display TFT de 4,2 pulgadas aporta toda la información necesaria para que la MT-10 se comporte según tus deseos, pudiendo seleccionar desde diferentes curvas de motor al grado de intrusión del control de tracción, “antiwheelie”, la acción del motor más o menos liberado en retenciones o el más avanzado sistema ABS disponible en la actualidad que, haciéndose valer de una IMU de 6 ejes, asiste en fuertes frenadas con apoyo delantero lateral. En este sentido, cabe destacar la aportación de Brembo al equipar la MT-10 con una bomba radial acorde con las prestaciones de la hypernaked, conjuntando a la perfección con las pinzas monobloque cuyo sello distintivo de Yamaha ya es toda una leyenda en las motos más deportivas de la firma de los diapasones.  

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Desarrollado en competición, sin duda la gran ventaja de contar con toda la experiencia al máximo niel proveniente de la saga R1 en pista, la nueva MT-10 se beneficia de un cambio semiautomático para subir y bajar marchas sin necesidad de que el piloto trabaje con el embrague, ofreciendo un tacto preciso y rápido solo comparable con una moto de carreras. Tampoco pasan por alto detalles como un sistema de control de crucero que facilita la experiencia de conducción en tramos donde mantener la velocidad establecida sea el objetivo; es tan fácil como dejarnos guiar por la información del display TFT y estará operativo en cuestión de segundos.  

El futuro, hoy  

Encontramos en las llantas un nuevo y más agresivo color Cyan Storm en las que, además, se han montado un juego de válvulas de codo para facilitar la comprobación de la presión de los neumáticos. La nueva MT-10 viene equipada de primera montan con una pareja de Bridgestone S22 cuya mezcla entre durabilidad y rendimiento se adapta a la perfección a las prestaciones desarrolladas por la maxinaked de Iwata. El conjunto queda rematado por una renovada estética frontal presidida por la nueva iluminación LED, protagonista del diseño más agresivo jamás visto en una MT-10. Una aportación que también recibe la versión SP cuya suspensión Öhlins, totalmente electrónica, establece las pautas de cómo será el futuro, hoy.  

Pero si el motor CP4 998 cc de la MT-10 supone la punta de lanza del lado más oscuro de Yamaha, el siguiente peldaño tampoco resulta desdeñable, y menos con la reciente posibilidad de ser pilotada con el carné A2. Así, encontramos versiones limitables a 35 kW tanto de la MT-09 como de la versión MT-09 SP. ¿Qué mejor forma de descubrir la oscuridad, según la marca de los diapasones? El objetivo es claro: disfrutar de un pilotaje diferente con montañas de par disponibles al puño derecho