Yamaha NMAX: prueba a fondo

Honda, con su PCX, inauguró un segmento nuevo, los scooter urbanos, tecnológicos y sofisticados, pero que emplean todo su esfuerzo técnico en ser económicos y resultar fáciles de llevar por su agilidad. Keeway, salvando las distancias en cuanto a tecnología y nivel de precio, también ha querido mirar hacia lo ciudadano y moderno de líneas con el Citiblade y Suzuki, desde una perspectiva más rueda alta, presentaba recientemente un Address con ruedas de 14″ de gran resultado en ciudad.

Yamaha no solo no ha querido quedarse detrás. Se ha fijado en su mayor rival, Honda, y le sigue los pasos con una interpretación propia de esa filosofía urbana y tecnológica, haciendo mayor hincapié que los del ala extendida con una línea un punto más sport.

El Honda ha sido un éxito de ventas desde que se presentó. Yamaha, con sus XMax, siempre ha estado a la cabeza de las listas de ventas, pero quiere también su trozo del pastel de los nuevos urbanos, algo que no consigue del todo en el otro «frente de batalla», el X-Enter contra el Honda Scoopy. Por ello, con el NMax se han cargado de razones. Chasis y motor nuevos, con mucha tecnología dentro, un «look» llamativo, diferente y original que combina detalles de su familia «Max» con ciertos aires del que sería su mayor rival, para que no quede duda a por quién va. Y un comportamiento en ciudad muy convincente, a un precio lógico y que también está calculado para el enfrentamiento con el Honda. Pronto los pondremos «cara a cara».

Cómo es el Yamaha NMAX

Yamaha es consciente de la importancia en número de ventas que este nuevo segmento tiene en Europa, donde el PCX ha sido un éxito y se queda con toda la tarta. Por ello Yamaha ha diseñado un scooter noble, fácil, tecnológico y de enfoque 100% urbano, tal y como es el Honda. Pero en este caso se ha querido potenciar el lado «sport» y divertido de la conducción, sin perder tampoco de vista la practicidad y la economía. El nuevo NMax cumple esos objetivos de diseño: pesa 127 kg. El nuevo motor, que emplea un sencillo sistema de distribución variable (las válvulas varían su momento de apertura en relación al cigüeñal en función de las revoluciones a las que gire el motor) es capaz de acelerar muy bien manteniendo un consumo bajo, de un litro por cada 45,7km recorridos (dato homologado por Yamaha). El chasis permite poca altura de asiento y es corto entre ejes, pero deja suficiente hueco bajo el asiento para un integral y espacio para las piernas incluso en caso de pilotos de más de 1,80 m. Al tiempo, el faro principal de LED, tecnología de motor de distribución variable o el ABS de serie lo colocan como un scooter bien equipado, tecnológico y seguro.

Pero es el propulsor lo que técnicamente llama más la atención. Un motor compacto, con radiador lateral en el que Yamaha ha empleado un conjunto de tecnologías bajo el nombre «Blue Core Tech» que buscan maximizar la eficiencia del motor. O lo que es lo mismo, menos pérdidas por rozamiento para un consumo menor, con la potencia necesaria y, sobre todo, buena respuesta. Dentro de este conjunto encontramos una nueva gestión del flujo de gases dentro del motor (Thumble motion), una «válvula bypass» en el sistema de refrigeración que permite calentar bien el motor lo antes posible (un termostato, a fin de cuentas), y un nuevo cilindro desplazado en su centro con respecto al centro del cigüeñal que mejora las perdidas por rozamiento.

Pero la estrella de este motor es el sistema VVA (Variable Valve Actuation): las válvulas de admisión actúan empujadas por una leva «normal». A 6.000 rpm, un motor eléctrico modifica el balancín (engancha uno que iba loco a su lado) para apoyarse en una leva situada al lado que aumenta el cruce de válvulas, con la consiguiente ganancia en altas. Así consiguen un motor que por debajo de 6.000 rpm se beneficia del mayor par y eficiencia de combustible de un motor con poco cruce de válvulas (cruce es el tiempo que las válvulas admisión y escape están abiertas a la vez) al no «escaparse» los gases frescos y, por encima de esas 6.000 rpm, de la buena respuesta y aceleraciones de un motor con mucho cruce (suben más rápidos de vueltas).

Incorpora dos ruedas de 13″, con horquilla telescópica y amortiguadores convencionales y sin regulación más discos de freno en ambos ejes con ABS de serie. No es tan llamativo como el motor, no cabe duda, pero el trabajo de Yamaha en este aspecto ha sido soberbio y el Yamaha NMax puede presumir de un noble y eficaz comportamiento.

De dónde viene el Yamaha NMAX

No hay un referencia anterior para el NMax. Es un concepto nuevo para la marca, que ha querido apoyarse en un nombre con tanto prestigio como son TMAX y XMax. Ni chasis ni motor, ni mucho menos carrocería, proceden de ningún modelo anterior y solamente algunos aspectos estéticos pueden recordar al resto de los componentes de la gama Max. Pero en sus formas generales, en tamaño y en algunos otros detalles también recuerda a su rival más encarnizado, el PCX. No puedes evitar que este te venga a la cabeza cuando ves el Yamaha. ¿Un efecto buscado?

Los detalles del Yamaha NMAX

Es el sistema de apertura de válvulas variable lo que más llama la atención de este scooter, si te interesa la técnica. Pero en la carrocería y equipamiento también hay puntos en los que fijarse. El cuadro, para empezar, es bastante minimalista. Contiene la información justa, a falta de reloj de temperatura del agua, e incorpora un indicador de consumo instantáneo y función de consumos medios. La cerradura de contacto es de las que llevan obturador del agujero de la llave, algo cada día más común. Otro aspecto que llama la atención es el faro delantero diseñado mediante tecnología de LED.

El Yamaha NMAX en parado

Es original de líneas, compacto, con cierto aire deportivo pero muy urbano. A la hora de aparcarlo te beneficias de la posibilidad de poder elegir entre una pata de cabra lateral y el caballete central, ambos de fácil uso y sin inconvenientes en su accionamiento. Para repostar lleva el tapón en la viga central de la carrocería, entre las piernas del piloto, con un tapón con llave.

La capacidad de carga del Yamaha NMAX

Bajo el asiento puede guardarse un integral y delante, a mano del piloto, una guantera abierta pensada para que quepa incluso un botellín de agua. Es suficiente, en nuestra opinión, para un scooter de corte eminentemente urbano, pero si quieres ampliar su capacidad de carga siempre puedes recurrir al baúl que podrá montarse sin muchos problemas en la parte trasera, ya que Yamaha lo ha previsto como accesorio.

YAMAHA NMAX: EN MARCHA

La experiencia de Yamaha en scooter es amplia. Además, cuentan entre sus filas con éxitos como el TMAX y el XMax y me atrevo a adelantar que con el NMax no se han equivocado: este tipo de modelos ciudadanos, con un plus en tecnología y, por tanto, en precio, tienen buena acogida en el mercado, como Honda bien ha demostrado.

Yamaha ha apostado por un concepto más deportivo y por ello se ha asociado la imagen de este scooter a la de la gama Max de la marca. Tiene un aire común y se nota nada más acercarte. Cuando te subes, además de la clásica percepción de calidad que tienes sobre cualquier otro componente de esta gama, sí se aprecia un scooter muy ligero, compacto y ágil. Y resulta cómodo. Los mandos están en buena posición, las plataformas son amplias y permiten poner los pies como te resulte más agradable. Ofrece mucho espacio a pesar de ser un scooter compacto. El motor, con sistema VVA de distribución, consigue un resultado muy agradable, con buen empuje en cualquier circunstancia, inmediato y con respuesta, pero muy fácil y suave. 12,24 CV a 7.500 rpm y un par de 11,7 Nm a 7.250 rpm para un peso de 127 kg declarados son suficientes para moverte con más que soltura por la ciudad y consiguen darle al NMax una conducción mi agradable y divertida. Este sistema VVA es en gran parte responsable de sus buenas prestaciones del motor, sin embargo no es fácil «pillar» cuándo actúa, ni de oído ni por un cambio en nada distinto que percibas.

La parte ciclo también ayuda. Las ruedas de 13″ le dan buen equilibrio entre agilidad y buena pisada, transmitiendo bien al piloto las sensaciones necesarias para llevarlo todo bajo control. El ABS también ayuda a frenar con confianza en cualquier situación, siendo poco intrusivo y bien tarado. Las suspensiones son algo firmes, un poco secas, por lo que en las calles más bacheadas se hacen notar. Sin embargo, con buen asfalto contribuyen notablemente a su noble comportamiento. En curvas, si tienes buen asfalto, permite inclinar rápido, cambiar de dirección con prontitud y con buen tacto, por lo que acaba siendo un scooter muy divertido y agradable de conducir.

ASÍ VEMOS EL YAMAHA NMAX

El Yamaha NMax se ha diseñado para el entorno urbano y se nota. En la ciudad es muy ágil, rápido y divertido de llevar, y todo en él ha sido pensado para resultar útil, agradable y divertido en este entorno. En la carretera se defiende dignamente y, a pesar de no ser un GT de 15 CV, puede moverse con cierta soltura entre localidades cercanas. Ahora bien, gracias a su buen chasis, siempre sería más divertido si lo haces por carreteras reviradas pero con buen asfalto. Mantiene un consumo por debajo de los 3 litros, lo que es un nivel muy bueno en la categoría, sobre todo teniendo en cuenta la buena respuesta del motor. Cómodo, el asiento es grande y mullido, los mandos son de calidad, en buena posición y con buen tacto, y tienes espacio de sobra para las piernas y pies. El equipamiento está bastante bien pensado: no es generoso en este aspecto, aunque el ABS de serie y el faro de LED le dan puntos extra; sin embargo no incluye algo tan importante para la buena salud del motor a largo plazo como un indicador de temperatura de agua. En capacidad de carga aprueba con un caso integral. La guantera, aunque abierta, está bien situada y permite dejar cosas a mano mientras circulas.