Yamaha Tracer 9 GT y Tracer 9 GT+: sport-turismo de etiqueta

Yamaha Tracer 9 GT
Yamaha Tracer 9 GT y Tracer 9 GT+: sport-turismo de etiqueta
Luis López Lozano
Luis López Lozano
El gran reto de una moto sport-turismo es alcanzar un buen nivel en muchos y diferentes aspectos. Las Yamaha Tracer 9 GT y Tracer 9 GT+ están preparadas para ello gracias a los múltiples detalles que elevan el listón a lo más alto en su categoría.

La marca de los diapasones apuesta por el concepto sport-turismo de etiqueta con las Yamaha Tracer GT y Yamaha Tracer GT+, motos que elevan a la enésima potencia el arte de hacer turismo inagotable y, al tiempo, convertirlo en realmente divertido sobre trazados proclives a desenmascarar su faceta más desenfadada. Motivos y equipamiento no le faltan.

Después de partir sobre la base de la Yamaha Tracer 9, la Tracer 9 GT aporta el extra en equipamiento que tanto valoran los más ruteros, con un conjunto de maletas aerodinámicas en las que cabe a la perfección un casco integral, mostrando las tapas en color a juego con las combinaciones cromáticas de la moto.

El sistema de montaje de tipo flotante permite eludir los típicos efectos residuales mostrados por la resistencia al viento en plena marcha, por lo que pilotar la Tracer 9 GT con maletas sin ser consciente que las llevas montadas, incluso a plena carga, es posible con esta Yamaha.

Yamaha Tracer 9 GT+

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Yamaha Tracer 9 GT y GT+: refinamiento absoluto

Pero si la Yamaha Tracer 9 GT representa un extraordinario salto hacia delante respecto a la versión básica, gracias a detalles como el montaje de maletas de serie (con opción a incluir un baúl original Yamaha), luces cuneteras y cambio semiautomático de subida y bajada, la más reciente Yamaha Tracer 9 GT + aproxima todavía más el concepto sport-turismo al refinamiento absoluto en acabado y equipamiento.

A valores como la suspensión semiactiva KYB, la IMU de 6 ejes, los puños calefactables o el propio equipo de maletas, se le suman detalles de primer nivel como la nueva pantalla TFT de 7 pulgadas en el que se despliega una conectividad total, con modos de motor y navegador integrados, cambio semiautomático de nueva generación que dulcifica su accionamiento en ambas direcciones, sistema de radar para gestionar el control de crucero y la frenada mediante medición constante de distancia ACC, o asiento Comfort mejor armado para rutas infinitas.

El despliegue tecnológico tanto en el motor como en la parte ciclo tampoco se queda atrás, con la gestión electrónica del impulsivo comportamiento del tricilíndrico en línea, cargado de potencia útil a cualquier régimen como ya nos tiene acostumbrados desde las primeras generaciones; en este caso con la aportación de los 3 modos de motor preconfigurados (Sport, Street y Rain), al que se le suma un cuarto de ajuste completamente manual (Custom).

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Por su parte, el chasis doble viga en aluminio Deltabox ya es “marca de la casa”, sinónimo de fiabilidad y facilidad de conducción. La plena confianza en la frenada mediante las afamadas pinzas monobloque de anclaje radial combinan la acción del radar, en aras de ofrecer una experiencia de conducción agradable y libre de preocupaciones.

Solo es necesario hacerse con la aplicación Garmin Motorize para disponer del recorrido e indicaciones visuales y de audio provenientes de la instrumentación, conectar el smartphone a la moto, bajarla del caballete central sobre el que descansa como parte del equipamiento de serie, arrancarla y el resto es gozar de una sport-turismo de etiqueta.

 

Yamaha Tracer 900