Prueba Yamaha Tracer 9 GT+: tecnología punta
Sabedores del enorme potencial como moto para el segmento sport turismo, Yamaha presentó hace unos años la Tracer 9 GT. Apoyada en el confiable y embriagante bloque tricilíndrico proveniente de la MT-09, esta moto se convirtió en una opción con cierto carácter Premium con la que devorar kilómetros sin el más mínimo atisbo de cansancio.
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Las diferentes evoluciones que ya has podido leer en este medio han ido discurriendo hacia una moto muy tecnológica, pero sin perder su esencia dinámica. Si las anteriores versiones ya eran de facto unas verdaderas fagocitadoras de carreteras, la nueva Yamaha Tracer 9 GT+ 2023 coge todo el saber hacer anterior y lo rodea de tecnología punta.
Suspensiones semiactivas, una enorme pantalla a color, quickshifter de doble acción, control de crucero adaptativo, un radar… La marca japonesa ha querido dar un verdadero paso adelante en materia de tecnología. Sabemos que la tecnología, especialmente para el público más veterano, viene rodeada de cierta dificultad para entender cómo funciona. No sucede con esta Tracer 9 GT+, donde las diferentes actualizaciones y novedades han derivado en una utilización realmente sencilla.
De este modo, sólo nos tendremos que centrar en disfrutar, empaparnos de cada momento que conforma el viaje. Todo ello, con mayor comodidad, seguridad y con más brío si el usuario así lo quiere. Como comprobarás más adelante, la actualización del bloque CP3 le sienta de maravilla, redondeado el conjunto y cumpliendo con todas y cada una de las enseñas del segmento sport turismo: comodidad, rendimiento y disfrute.
Cómo es la Yamaha Tracer 9 GT+
Como puedes ver en las imágenes que acompañan al artículo, la nueva Yamaha Tracer 9 GT+ no cambia lo más mínimo a nivel de líneas con respecto a sus hermanas menores. De este modo, su estética tourer mantiene la pantalla ajustable en 10 niveles, el sistema de iluminación con luces de giro LED, puños calefactables, configuración de tres maletas (con las dos unidades laterales de 30 litros y capacidad para guardar un casco de tipo integral incluidas de serie).
Eso sí, añaden un nuevo asiento ajustable en dos alturas -820 mm en la posición estándar y 835 mm en posición elevada- al que también han dotado de un nuevo material. A esto se une una calidad percibida superior gracias a elementos como los soportes de las maletas laterales con sistema de amortiguación o unos depósitos para los líquidos de freno delantero y trasero con tratamiento ahumado. En términos generales, la moto se siente mucho más Premium que la GT convencional, algo a lo que también ayudan los esquemas de color Icon Performance y Power Grey.
El bloque que impulsa a la Yamaha Tracer 9 GT+ es el conocido tricilíndrico CP3 de 890cc de carrera corta (78×62,1 mm), con culata de cuatro válvulas. Como en todos los tricilíndricos, la sensación de par es fuerte y a la vez lineal a bajo y medio régimen, por lo que se erige como una opción perfecta para el público rutero. Anuncia una potencia de 119 CV a 10.000 rpm y un par máximo de 93 Nm a 7.000 rpm.
Sigue manteniendo el acelerador electrónico YCCT de la marca y la IMU de seis ejes desde donde se controlan todos los sistemas electrónicos. Tenemos hasta cuatro modos de conducción, Street, Sport, Rain y Custom, con diferentes ajustes para la entrega de potencia, control de tracción, control de estabilidad, antiwheelie, dureza de las suspensiones semiactivas… También integra la tercera generación del quickshifter de doble acción, que ahora permite bajar de marcha durante las aceleraciones y subir de marcha en las deceleraciones.
Gracias al radar que monta, denominado Milimiter Wave Radar (MMR), la nueva Yamaha Tracer 9 GT+ se beneficia de un control de crucero adaptativo (ACC) y un asistente de frenada. El primer sistema permite escoger una velocidad (entre 30 y 160 km/h) y mantener la velocidad con el vehículo de delante. Si nos acercamos, el sistema aplica freno motor para recuperar la distancia seleccionada. Gracias a un selector ubicado en la piña izquierda podremos escoger diferentes distancias -entre 12 y 54 metros-. También cuanta con el asistente de adelantamiento: sólo es necesario poner el intermitente izquierdo para que la moto alcance la velocidad de crucero especificada y efectuar el adelantamiento.
La Tracer 9 GT+ es la primera moto del mercado con un asistente de frenada, que los nipones han denominado Radar Linked Unified Braking System, en adelante UBS. Independientemente de si el control de crucero adaptativo está activo, el MMR está siempre monitorizando el área delante de la moto. Si se da el caso de que hay un obstáculo cuando se está aplicando el freno, el UBS aplicará un pequeña fuerza de frenado extra (en torno a los 0,3G) para ayudar en la deceleración. Con el ACC activo, se añade además una imagen de aviso en la pantalla. Ojo, no se trata de un sistema de frenada autónoma de emergencia, sino de un asistente.
En la parte ciclo seguimos contando con el chasis de tipo Deltabox junto a un basculante de doble brazo en acero. El bastidor se ha asociado a un nuevo juego de suspensiones semiactivas de Kayaba. La horquilla delantera permite un recorrido de hasta 130 mm, mientras que le monoamortiguador trasero anuncia 137 mm de recorrido. En función del modo escogido, el tarado de las mismas será más blando o más duro. Por su parte, el equipo de frenos recurre a discos de 297 y 268 mm, respectivamente. Las llantas de 17 pulgadas están calzadas con los neumáticos Bridgestone Battlax S22 en medidas 120/70ZR17 y 180/55ZR17.
A todo lo anterior, se suma una enorme pantalla de 7 pulgadas a color, con los testigos importantes fuera de ella, varios modos de visualización y la posibilidad de asociar el teléfono vía app MyRide de Yamaha e incluso agregar navegación con la aplicación específica de Garmin.
Cómo va la Yamaha Tracer 9 GT+
La Tracer 9 GT+ es la cumbre de la gama. Todo lo que el usuario tourer o sport tourer espera y desea en una moto. Aporta una elevada sensación de calidad gracias a sus impecables acabados, lo que aprecias nada más posar la vista en ella. Así debe ser cuando tiene la misión de sustituir a todo un mito en el segmento Sport-Turismo «by Yamaha» como la FJR 1300.
Subirse a ella no es complicado; llegar bien con los dos pies al suelo, ya es otra cosa. Con mi 1,70 m de altura, parece que el rediseño del asiento no ha tenido en cuenta las zonas laterales del mismo y lo alcanzo ‘de puntillas’ con los dos pies. Hecho a la altura, la moto no parece pesar 223 kg en orden de marcha. Se siente ligera y, sobre todo, cómoda. Piernas en posición vertical, brazos rectos ligeramente flexionados y espalda erguida se traduce en la receta perfecta para comenzar a devorar kilómetros. El arranque de la moto comienza con una bienvenida en la enorme pantalla de 7 pulgadas que, la verdad, le sienta muy bien.
Arrancas y no hay vibraciones, con el característico sonido propio del CP3 de Yamaha. Una de las novedades y que, de nuevo, eleva la calidad percibida hacia nuevas cotas, son los mandos. El tacto es perfecto, los botones son retroiluminados y casi todas las operaciones de la pantalla se controlan desde un joystick de cinco posiciones y un botón para salir de los ajustes, los cuales están ubicados en la piña izquierda. Su uso es totalmente intuitivo y da la sensación de que estás jugando a la play. Para un servidor milennial, juguetear entre los diferentes modos y ajustes ha sido tan fácil como respirar.
Salimos con el modo Street y la Tracer 9 GT+ responde de forma dócil. Como siempre, los primeros kilómetros son de aclimatación. En este sentido, se echa de menos una configuración más clara para diferentes ajustes. Por ejemplo, la suspensión se puede ajustar en A1 para un tarado más duro; y A2 con un filtrado más suave. El tacto del gas también responde forma diferente a los modos: en Street la entrada de potencia es más lineal y suave. Por el contrario, en el modo Sport la respuesta es abrupta y sólo recomendable para cuando vamos a ir rápido.
Como en la Yamaha MT-09, el funcionamiento del quickshifter es muy bueno. Además, con los cambios que te he comentado más arriba, la conducción se hace mucho más placentera e inteligente. Su rango de funcionamiento, para subir, comienza desde las 2.500 rpm y para bajar se puede hacer entre las 9.000 y las 2.000 rpm. Y lo mejor de todo es que unos testigos en la pantalla, situados en la zona derecha del indicador de marcha engranada, nos advertirán de cuándo estamos en el rango de revoluciones para cambiar.
Las suspensiones semiactivas Kayaba de la Yamaha Tracer 9 GT+ van francamente bien. Los diferentes tarados son correctos ante varias situaciones, ya sea disfrutar de una carretera a ritmo medio o rápido. Eso sí, durante las deceleraciones más fuertes y en el modo Sport, donde la dureza es mayor, se notaba poco intuitiva a la entrada de las curvas. Al aplicar freno, la suspensión se comprimía en dos pasos: una primera compresión leve y luego una compresión más abrupta. Tras haberlas probado en una ruta de más de 200 km, me inclino por las suspensiones Öhlins que Yamaha ofrece como opcional.
Gracias a la magnífica orografía que ofrece Cerdeña (Italia), lugar donde se llevó a cabo la presentación, pudimos probar la Yamaha Tracer 9 GT+ en diferentes situaciones. Negociando curvas, la moto transmite una seguridad y un rendimiento verdaderamente sorprendente. Puedes entrar frenando hasta el mismo ápice y no hace ningún movimiento raro. El control de tracción entra en su justa medida e incluso se puede levantar de delante saliendo de curvas muy cerradas a poca velocidad. En este tipo de situaciones no es que cumpla con lo que promete, es que añade un componente divertido a la ecuación.
El motor empuja muy bien desde abajo y a medio régimen, si bien, en la parte alta del cuentavueltas desfallece y comienza a vibrar demasiado. No es necesario apurar hasta el corte, pues el par máximo se da más abajo. El chasis es muy firme y noble, ya sea en ritmos bajos o rápidos. Por su parte, el equipo de frenos está a la altura del conjunto, tienen una buena modularidad y rendimiento y, con el plus del asistente de frenada, agregan un extra de seguridad.
También hicimos bastantes tramos de autopista. En este escenario, la pantalla regulable y los paramanos deflectan muy bien las turbulencias ocasionadas por el aire. Con el ACC activado, nos podemos olvidar del gas y centrarnos en disfrutar. Funciona muy bien, respetando las distancias con los vehículos que tenemos delante. También pudimos probar el asistente de frenado y su intervención no es nada intrusiva. Aplica la fuerza necesaria para hacerte ver que es necesario aplicar más freno porque hay un obstáculo delante. Al final de la jornada, sí que eché de menos un asiento con más mullido. La actualización de la espuma y su diseño no ha sido suficiente y todavía se siente algo duro.
LO MEJOR
-Acabados
-Motor potente, suave y muy intuitivo
-Un completo paquete electrónico
MEJORARÍA CON
–Ajustes más claros para las asistencia electrónicas
-Un asiento con un mullido más blando
ASÍ VEMOS LA YAMAHA TRACER 9 GT+
En carretera: 4
En ciudad: 3
Pasajero: 3
Confort: 4
Equipamiento: 4
Autovía: 4
(Entre 1 y 5 puntos)
No hemos tenido la oportunidad de probar la moto en ciudad. No es su escenario ideal, pero se puede mover sin problema. La carretera y las autovías son su razón de ser. En las primeras, demuestra ser una moto con aplomo y tremendamente divertida. En autovía es efectiva y muy cómoda gracias a todo el abanico tecnológico que lleva asociado. Como modelo cumbre, el equipamiento es muy completo. Con sus dos maletas de 30 litros y el top case opcional, el pasajero puede ir recostado, aunque su posición más elevada puede hacer que ‘se coma’ el aire desviado de la pantalla. Su confort de marcha queda lastrado por un asiento algo duro, algo que se soluciona parando a descansar.
