Prueba Yamaha XSR 900: la hija más rápida




Dicen que Yamaha pretendía recordar a la salvaje TZ 750 de 2T, pero a mi me re-cuerda más (como la XSR 700) a la gama XS de finales de los 70. «Faster Sons», por si no lo sabes, es esa filosofía de la marca japonesa que consiste en hacer mo-tos derivadas de sus modelos actuales pero con líneas retro que rememoran a sus motos más míticas del pasado. La primera de esta línea fue la Yamaha XSR 700, una moto muy similar a esta 900, derivada de la MT-07 de la misma manera que esta XSR 900 es resultado de la MT-09. No cabe duda que ha sido buena idea. Conjugar la tecnología moderna con unas elegantes líneas retro, pero actuales, y sobre todo atractivas, ha dado lugar a motos mejores en muchos aspectos.
Pero esta 900 es algo más que una MT-09 vestida de clásica. Los cambios introducidos también han modificado su personalidad. No de forma radical, claro está, ya que a fin de cuentas comparten casi toda su estructura mecánica y ciclo. Pero sí es una moto diferente, que cede algo de su deportividad para ganar elegancia y, si quieres (aunque en esto la MT tampoco es mala moto), suavidad y comodidad. Es cuestión de poco. En la XSR, las formas de la carrocería hacen que te sientes un poco más atrás. Llevas, por tanto, los pies menos atrasados (con las mismas estriberas) y las manos un poco más alejadas del manillar. No notarás diferencias en marcha con la MT-09 hasta que fuerces el ritmo, donde entonces sí que apreciarás matices en su comportamiento, porque resulta un poco menos sport que su hermana, pero, a cambio, es más bonita y algo más cómoda.
Si la miras, ¿ves ese aspecto clásico y sereno que tiene? Incluso la versión 60 Aniversario, la que añade los colores de Yamaha América, amarillo y negro que rememoran los la época de Kenny Roberts, es una moto que no resulta agresiva en su apariencia. Si miras la nuestra, azul oscuro y con pantalla opcional montada, ese efecto es todavía mayor. Y cuando te subes, esa misma sensación que te ha entrado por los ojos se confirma.
Es una gran moto para uso a diario. También lo es para viajar, con tranquilidad, en el momento en que le adaptes esa pantalla y unas maletas o algo para llevar el equipaje. Y también es una moto divertida y fácil de llevar en curvas y tramos revirados, aunque no es una deportiva pura. De hecho, en principio, parece menos adecuada para este uso que su melliza la MT-09, aunque por poco.
La parte ciclo está a la altura requerida para este tipo de moto. Y me refiero a que no es especialmente rígido ni duro de suspensiones o de frenos «on/off» de deportiva. Frena bien, se sujeta muy bien en las curvas, es noble, permite inclinar con confianza y mantiene la moto firme en casi cualquier circunstancia. Y todo ello lo hace manteniendo un gran nivel de comodidad y suavidad para el piloto. Por ello es una moto ideal para uso diario, muy agradable en ciudad o en cualquier tipo de trayecto en carretera. Puestos a exigirle un poco, aparecen las limitaciones de esta configuración polivalente. El motor, con 115 CV, corre mucho, aunque los desarrollos de su caja de cambios se han calculado para circular a velocidades normales y aprovechar el par motor, es decir, son «tirando a cortos». A alta velocidad hay que agarrar fuerte el manillar, porque puede moverse un poco en el momento que el asfalto no esté perfecto, costes de unos reglajes cómodos.
FICHA TÉCNICA
Cilindrada
4T, tres cilindros en línea; agua
Potencia máxima declarada
115 CV a 10.000 rpm
Par máximo declarado
87,5 Nm a 8.500 rpm
Cambio/Transmisión
6 velocidades/Cadena. Embrague antirrebote A&S
Chasis
Doble viga aluminio
Suspensión delantera
Horquilla invertida Ø41mm
Suspensión trasera
Monoamortiguador sobre bieletas Monocross
Freno delantero
2 D. 298 mm; ABS de serie
Freno trasero
D. 245 mm
Neumático delantero
120/70 ZR-17
Neumático trasero
180/55-ZR17
Entre ejes
1.440 mm
Altura asiento
830 mm
Capacidad depósito
14 l.
Peso declarado
195 kg (en orden de marcha)
PRECIO
9.899 €