Yamaha XSR-900 al detalle

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Yamaha XSR-900 al detalle
Daniel Navarro
Daniel Navarro
La Yamaha XSR 900 es una moto de las que hacen girar cabezas a tu paso. Su estética es llamativa, retro, pero muy actual y con un punto tecnológico.


La Yamaha XSR-900 es, además, una moto concebida de una forma diferente a otras motos: dentro de esta categoría de «Faster Sons» en la que se encuadran las XSR 700 y 900, las cosas tienen doble utilidad. Por un lado, se ha diseñado para dar esa imagen buscada de retro actual, de alta calidad y acabados impecables. No obstante, también se busca una personalización fácil. Tienen que ser motos fácilmente customizables y gran parte de su diseño o de sus componentes se han realizado pensando en ello. Así, por ejemplo, el subchasis, recto y simple, permite adaptar con facilidad muchos asientos. O las placas de aluminio que recubren el verdadero depósito también permiten esa fácil sustitución. De hecho, llama la atención que los responsables de su creación hablen de un sistema de diseño que te lleva mentalmente a otros tiempos, exponiendo que la XSR se ha realizado mediante «el diseño de piezas individuales. El faro, los intermitentes, la luz trasera, las tapas laterales y así sucesivamente han sido diseñados individualmente y por cuenta propia». Esto es algo que se hacía así tradicionalmente hasta la aparición, por poner un icono del cambio de filosofía en el diseño, de la famosa Suzuki GSX 1100 Katana, que presumía, precisamente, de haber sido la primera en que se dibujó un estilo completo de sus líneas y no parte a parte, como hasta entonces.

El chasis parte del de la Yamaha MT-09, con pocas modificaciones sobre éste. El motor es el llamado CP3 que también se comparte con la MT, un tricilíndrico de 847 cc que entrega 115 CV a 10.000 rpm, muy suave y fácil de dosificar gracias a su estructura Crossplane con cigüeñal calado a 270º y al empleo de un acelerador electrónico que permite el uso de tres mapas de conducción y un control de tracción. Se monta un embrague antirrebote A&S que, además de realizar las funciones propias de este elemento, permite una mayor suavidad de tacto en la maneta. De las suspensiones se encargan una horquilla invertida de 41mm de diámetro con ajuste de rebote y un sistema de bieletas Monocross ajustable en precarga de muelle y extensión. Sus tarados de serie son diferentes a los de la MT-09 y, por tanto, adaptados a las necesidades de este estilo de moto.

Pero seguramente es la parte técnica la menos interesante de esta moto. Si esa es la definición que te interesa, seguramente seas más afín a una MT-09 que a esta XSR, 2.000 € más cara. Son sus acabados, sus detalles, los que la hacen mucho más exclusiva: el asiento, con el grabado XSR y con costuras destacadas, los elementos en aluminio como tapas de depósito y guardabarros, los soportes del faro o las minitapas laterales, el aluminio pulido y, por supuesto, el diseño redondo, clásico y algo minimalista del faro, piloto y cuadro de relojes.

EL DETALLE (Tecnología Crossplane)

La tecnología (o estructura, más bien) Crossplane consiste en un diseño diferente del cigüeñal que intenta reducir las fuerzas internas del motor que no deseamos. Se estrenó en las M1 de MotoGP y después lo heredó la R1 y es, por tanto, un diseño realizado para motores de cuatro cilindros en línea. En este tipo de motores, con configuración tradicional, los pistones se agrupan por parejas. Mientras dos de ellos alcanzan el tope superior de su carrera (punto muerto superior) los otros dos están en el inferior. Es fácil de imaginar el efecto que supone que esos pistones, lanzados a 10.000 rpm de repente se frenen para cambiar de dirección. Entre otras cosas, se supone que, en algunas condiciones, este efecto provoque deslizamientos de la rueda trasera. En un cigüeñal Crossplane, los pistones están dispuestos a 90º, formando una manivela cuyos brazos forman ángulos rectos, de forma que mientras uno de los pistones está en punto muerto superior, otro está en el inferior y los otros dos están cruzándose en sus carreras hacia arriba y hacia abajo, a pleno lanzamiento. Estas fuerzas se equilibran dentro del motor, dando una respuesta más suave y fácil al acelerador. Nuestra protagonista, la XSR900, lleva el motor CP3 de tres cilindros, no cuatro, y el cigüeñal a 270º, buscando un efecto similar al auténtico Crossplane de 4 cilindros: un pistón arriba, otro abajo y el tercero a mitad de recorrido, en este caso, con un eje de balance que ayuda a compensar vibraciones.

ASÍ LA VEMOS

  • En carretera: 4
  • En ciudad: 4
  • Pasajero: 2
  • Confort: 4
  • Equipamiento: 3
  • Autovía: 3

La Yamaha XSR 900 es una moto, ante todo, para mirarla y admirarla. Su mejor faceta no puntúa en nuestro análisis, pero sería donde batiría récord. Sí puntúan en cambio aspectos como su comportamiento en ciudad y en carretera. Y éste es francamente bueno en todos los aspectos, considerando su personalidad polivalente. No es un scooter de 125, sino una moto de casi 200 kilos, pero se mueve bien en ciudad. Y no es una radical deportiva ni una GT capaz de devorar curvas al más puro estilo RR o recorrer continentes escuchando música, pero es capaz de dejarte rodar en curvas divirtiéndote o de hacer viajes de forma cómoda y agradable. Y eso, todo a la vez, no hay muchas motos que puedan decirlo.

El pasajero tiene un sitio amplio y mullido. Está un poco por encima del piloto, lo cual mejora su sensación. Pero las estriberas van algo altas y no tiene donde agarrarse: es fácil tener sensación de que te caes de espaldas cuando el piloto abre gas. Sin embargo, delante es una moto muy cómoda gracias a una posición de conducción muy bien definida y al tacto fenomenal de todos sus mandos.

Es un modelo bien equipado. No equipa la electrónica más sofisticada, pero sí la suficiente hoy día para disfrutar de los adelantos electrónicos de última generación. No incluye faro delantero de LED, pero sí el piloto trasero. Y podrás echar en falta algún elemento importante para ti, pero pocos.

En autovía es una buena moto, estable a velocidades legales, cómoda y solo la falta de carenado puede suponer un problema, problema que, como ves en las fotos, se soluciona con facilidad poniéndole una pantalla que la propia Yamaha tiene como accesorio. A fin de cuentas, es una moto diseñada para ser personalizada. ¿Quieres aumentar su puntuación en cualquiera de estos aspectos? Es fácil: esta moto permite personalizaciones casi mejor que cualquier otra.

LO MEJOR

  • Estética muy cuidada y especial
  • Impecable tacto de motor
  • Polivalencia

MEJORARÍA CON

  • Cambio semiautomático
  • Mayor precisión de dirección
  • Una instrumentación más grande

 

Yamaha XSR 900