Prueba Yamaha XMAX Iron Max 300: Brillante como el acero

20 Prueba Yamaha XMAX Iron Max 300: Brillante como el acero
Fotos del Yamaha XMAX Iron Max 300 a prueba
Daniel Navarro
Daniel Navarro


Un Yamaha XMAX 300 es ya de por sí un scooter brillante, por prestaciones, comportamiento, acabados y equipamiento. Es uno de los mejores scooters medios del mercado. ¿Se podía mejorar? Solo en cuestión de detalles. Y ahora en esto también brilla como el acero si deseas la nueva versión Iron Max.

Nos encontramos ya en la cuarta generación de Yamaha XMAX 300. Apareció en 2006 buscando replicar el éxito del gran TMAX en un scooter de menor cilindrada y precio, de estructura normal (no el especial chasis de motor central del 500) pero que sí imitaba el carácter Premium y sport del hermano mayor. En 2010 se modificó su carrocería y adoptó el parabrisas sobre el escudo en lugar de sobre el manillar del primero, así como otras mejoras que le dieron continuidad al éxito comercial de la primera versión. En 2014, un nuevo restyling lo ponía al día y así llegamos a la versión actual: presentado en 2017. El XMAX pasaba de ser un 250, el último de su especie prácticamente, a un nuevo 300 más rápido, equipado y mejor.

Pero en todos estos años de éxitos ha habido otro factor importante que también ha contribuido a que haya tantos XMAX 300 por toda Europa: las series especiales. Si haces memoria, en 2009 salió una versión más equipada y con colores y acabados exclusivos. Se llamaba Black Max y llamó mucho la atención. En 2011, casi a mitad de la vida comercial de la segunda generación se repitió la historia: el Sport Max también fue un éxito y aumentó las ventas de aquel modelo. Visto que la fórmula de las versiones especiales funcionaba, la tercera generación del XMAX añadió dos: en 2013 se lanzó el Momo Design y en 2016 la última hasta ahora, un Iron Max. Hasta ahora, un 25% de las ventas de XMax se concentran en estas versiones especiales. Es lógico que se repitan.

El Yamaha XMAX 300 apareció en 2017. Dos años después pasa por su primera versión especial que vuelve a ser Iron Max. No es el único. Hay disponibles Iron Max 125 y 400, pero si es el que hemos probado recientemente. Está claro que los clientes del XMAX les gusta esta sensación de exclusividad que aportan las versiones especiales y vistas las ventas actuales del 300 es más que probable que este nuevo Iron Max vuelva a ser un gran éxito en esta historia. Y para ello no va a hacer falta mucho invento. Una vez más el Iron Max solo cambia en detalles de acabados, colores y materiales, pero es mecánicamente el mismo chasis, el mismo motor y la misma electrónica que un XMAX estándar. No hay distinciones técnicas entre ambos.

¿Y qué diferencia entonces a un Iron Max de un XMAX? La carrocería viene terminada en un exclusivo gris acero combinado con negro. Es elegante y muy atractivo, con un acabado matizado muy bonito. El asiento también es diferente, con acabados exclusivos, mientras que las tapas de las guanteras, normalmente en plástico, van en esta versión acabadas en piel. Y para realzar todo el conjunto, el borde del cuadro es cromado y lleva inserciones en aluminio en la plataforma reposapiés con la inscripción XMAX. Detrás encontramos dos amortiguadores regulables en precarga y una llanta trasera de 14″. Y para frenar dos discos, uno de 267mm delante y otro de 245 mm detrás que, como veremos, se quedan algo justos para un scooter de estas prestaciones y comportamiento.

CÓMO ES EL YAMAHA XMAX 300 IRON MAX

El Yamaha XMAX 300 Iron Max no se diferencia en nada, técnicamente, de un XMAX 300. Es una cuestión, como siempre ocurrió con las anteriores versiones especiales, de acabados, colores y accesorios. En el caso del 300 sigue empleando el chasis que se rediseñó cuando el 250 pasó a esta nueva cilindrada, un multitubular de acero con puntos de anclaje del motor reforzados para darle mayor sensación de estabilidad. Otro punto en el que destaca es en el uso de una horquilla que Yamaha llama «tipo moto», ya que emplea dos tijas, una superior donde se ancla el manillar y la inferior normal. No es, como en otros scooters, la horquilla simple con una sola tija abajo. Con esta horquilla es lógico que el XMax, y su versión Iron Max, presenten un comportamiento del tren delantero muy bueno, porque además te recuerdo que llevan una llanta delantera de 15″.

El motor es un monocilíndrico refrigerado por agua, con culata de cuatro válvulas y un solo árbol de levas. Se desarrolló, como otros motores de última generación de la marca, bajo la filosofía «Blue Core», lo que implica un desarrollo muy cuidadoso de los flujos de gases en el motor y de tecnologías destinadas a reducir pérdidas por rozamientos. Así presume de ser un motor de alto rendimiento, con poco consumo para su nivel de potencia. Alcanza los 27,6 CV a 7.250 rpm y un par de 29 Nm a 5.750 rpm. Un motor compacto, moderno, potente y muy suave.

El motor y el chasis son, desde luego, responsables en gran parte del éxito de este scooter. Corre mucho y se sujeta al suelo muy bien, lo que permite que en este caso el apelativo de «sport» vaya unido no solo a su estilo, sino también a la forma de andar. Pero el equipamiento también es uno de los puntos fuertes de este scooter. Dispone de gran capacidad de carga, suficiente para dos integrales, quedando espacio entre ellos para una chaqueta, antirrobos y otros objetos, asiento con amortiguadores para levantarse, dos guanteras, una de ellas con enchufe de 12V, cuadro completo€ Es decir, lleva todo lo que puedes esperar de un scooter GT Premium. Además lo completa con un sistema de control de tracción que impide que el scooter resbale al acelerar sobre suelos con poco agarre e incluye llave de proximidad, por lo que no hace falta que la saques del bolsillo para arrancar. Y, por supuesto, faros principales y luces de posición son de LED. No solo es un scooter Premium, es que pocos le pueden hacer sombra en cuanto a equipamiento.

CÓMO VA EL YAMAHA XMAX 300 IRON MAX

Hacía ya algún tiempo que no volvía a subirme en un XMax. Recordaba lo bien que va, sobre todo este 300 (para mí, el más equilibrado de la gama), lo mucho que corre para un scooter de su tamaño y lo bien que va en carreteras reviradas. Hemos hecho, en esta presentación, unos cuantos kilómetros por las carreteras más divertidas de los alrededores de Barcelona, así como un recorrido por ciudad bastante extenso, en hora punta (y con manifestación no prevista incluida en el recorrido) lo que ayudó a recordar todas las bondades y hasta alguno de los pequeños defectos del XMAX.

Cuando te subes a él tienes la sensación, sin embargo, de haberte bajado el día anterior. Todo está bien colocado, de forma lógica y fácil. Es cómodo de asiento, algo alto, compacto y gira bien. Pesa 179 kg en orden de marcha -lo cual no es mucho en un 300 cc- y apenas se notan. Es muy fácil maniobrar a cualquier velocidad. La llanta delantera de 15″ le da buen pisar cuando vas rápido, pero también maniobrando muy despacio. Así, en la ciudad se desenvuelve muy bien. No es excesivamente ancho y por tanto puedes meterte en pasos estrechos sin muchos problemas. Por supuesto, el motor de 300 cc tiene muy buena respuesta desde abajo: si tienes prisa no será un problema salir el primero en los semáforos.

En carretera el conjunto roza la perfección. No e tan deportivo, rápido y eficaz como el TMAX al que se quiere parecer, pero sí es el scooter medio con mejor comportamiento deportivo de la actualidad. Muy rápido, muy estable, muy noble, transmite con total nitidez lo que pisa, el agarre que tienes. En esas condiciones no solo se puede llevar muy rápido, sino que es muy divertido de conducir. No es fácil llegar a arrastrar el caballete por el suelo, pero se llega a conseguir a base de tumbar mucho. En estas circunstancias se echa de menos un segundo disco delantero. El scooter no pesa, pero corre mucho. Y cuando vas deprisa necesitas frenar mucho. El XMAX lo hace, pero hay que tirar con ganas de la maneta para lograrlo.

Más información de la Yamaha XMAX 300 Iron Max

 

Yamaha X-Max 300