Yamaha RayZR: la ciudad es suya
El Yamaha RayZR ha sido concebido para cumplir con la mayor de las garantías en desplazamientos urbanos, su destino natural y punto de partida en el ámbito de la movilidad práctica e inteligente.
En un mundo en el que las ciudades colapsan, con carreteras abarrotadas de tráfico y transporte público rozando la saturación, Yamaha nos propone una forma de movernos entre calles con un scooter accesible a todo tipo de público y bolsillos.
De este modo, el Yamaha RayZR aporta su granito de arena para facilitar los movimientos de un lado a otro de la urbe, situando al usuario a los mandos de un vehículo cuya practicidad se mide en parámetros fundamentales como la relajada posición de conducción o la propia facilidad para moverte a sus mandos, sin necesidad de tener una dilatada experiencia, lo que redunda en una conducción claramente sencilla, sin secretos.
En esta, entre otras, encontramos su principal virtud, lo que unido a un planteamiento eminentemente económico de la movilidad urbana nos da como resultado el scooter ideal para tu día a día.
Tu vida a los mandos del Yamaha RayZR
Sencillez y estilo van de la mano del Yamaha RayZR. Con una altura del asiento al suelo de 785 mm y un peso que ni siquiera es capaz de alcanzar la cifra de 100 kg, nos encontramos ante la solución definitiva para aquellos que dudan de sus capacidades para conducir un scooter por su envergadura. Sobre el RayZR es fácil llegar con los pies al suelo para, una vez iniciada la marcha, situaros de manera cómoda sobre la plataforma plana del vehículo.
Además, y con un peso tan reducido, cualquier maniobra, incluso en parado, se encuentra al alcance de todo usuario al no requerir apenas fuerza ni una destreza especial para situar el scooter justo donde quieras, incluso en pasos estrechos o moviéndolo en rampas. El Yamaha RayZR es fácil hasta para este tipo de situaciones donde demuestra que la virtud se encuentra en el perfecto equilibrio entre peso y potencia.
Y así llegamos a su motor, un monocilíndrico de 8 CV cuya motivación para ayudar al conductor es total. Baste como ejemplo su particular sistema de asistencia en arrancadas, preparado para que cada vez que inicies la marcha un motor eléctrico se encargue de cubrir los primeros metros, ahorrando combustible durante el proceso lo que redunda directamente en una reducción considerable de la huella de carbono.
A ello contribuye el empleo de un sistema de apagado del motor en detenciones, para el que solo es necesario volver a girar el mando del gas para reiniciar la marcha.
Así es un scooter eminentemente urbano como el Yamaha RayZR, donde la agilidad y la sencillez de conducción van de la mano de una economía de adquisición y uso sobresalientes.
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