Yamaha cambia la forma de cambiar con la nueva MT-09 Y-AMT
Y después de probar la nueva creación nipona, de momento focalizada en la Yamaha MT-09 Y-AMT, sinceramente, me parece un avance muy interesante.
Una nueva forma de manejar el cambio que resulta cómoda, agradable y, lo que es casi más importante en este caso, que hace la conducción divertida. Te permite centrarte en la trazada, en la frenada, en la carretera de forma más precisa, olvidándote un poco de tu posición sobre la moto.
A fin de cuentas no necesitas tener el pie, y con ello el cuerpo, en cierta posición que te permita manejar el cambio a la entrada o la salida de la curva. Ahora basta con que tengas un dedo libre. Pero vamos desde el principio.
El cambio Yamaha Y-AMT
Yamaha ha bautizado a su sistema como Y-AMT, que en inglés quiere decir Yamaha Automated Manual Transmission. Si lo traduces, y fíjate que el matiz es importante, significa «transmisión manual automatizada». Es decir, no es un cambio automático, sino manual, aunque automatizado.
¿Y esto qué significa? Bien, pues que está pensado como un cambio manual (tú eres el que cambia de marcha) en el que se ha montado una forma de funcionamiento automatizado: si quieres, puedes llevarlo en automático, pero su función principal no es esa.
Para ello se ha prescindido de maneta de embrague y de pedal del cambio, y se ha sustituido todo por un sistema de levas en el puño izquierdo, de forma que solo con un dedo sobre una de esas levas puedes hacer todo lo necesario.
Sobre la Yamaha MT-09
Hay que matizar, además, un detalle: esta presentación es de una nueva Yamaha MT-09 Y-AMT, pero no es la protagonista de la misma. O quizá sí, pero el auténtico centro de atención de la presentación fue la caja de cambios Y-AMT.
No es un gadget para esta moto, sino un sistema de transmisión que Yamaha va a implementar poco a poco a lo largo y ancho de su gama. De hecho, esperamos ver en el salón de Milán de este año algunas novedades al respecto. El sistema, una vez conocido y probado, promete ser interesante no solo en esta MT-09.
Pero, en cualquier caso, también ha servido esta presentación para conocer más de cerca la MT-09 en su versión más actual. No habrá muchos cambios en una moto que mejoró mucho a su antecesora, con una electrónica muy mejorada en su interfaz y en detalles de acabados, para un chasis y un motor que ya cumplían mejor que bien para el que busca una naked sport de buenas prestaciones, polivalente y divertida de llevar.
Para 2025 seguiremos teniendo versiones estándar y SP, con suspensiones mejoradas y algún equipamiento extra y, además, esta versión Y-AMT, sin principio y por ahora, solo sobre la versión estándar. Eso sí, la llave de proximidad de la SP sí vendrá de serie en esta versión de cambio automatizado.
Cómo es: una Yamaha MT-09 más polivalente y divertida
No ha cambiado la base: sigue siendo la misma MT-09 que probamos hace pocos meses y que, como te decía, mejora en muchos puntos a la anterior naked sport tricilíndrica de la marca. Simplemente se ha escogido este polivalente modelo para hacer la presentación en sociedad del sistema Y-AMT: por algún lado había que empezar, y será la MT-09, uno de los íconos actuales de la marca, la elegida para ser la primera en montar esta opción.
No será necesario, por tanto, que te repita todo lo que aporta de nuevo esta MT-09 que se mantendrá para 2025 muy similar a la actual: la nueva estética, que prescinde de enseñarnos el regulador de corriente o el claxon, como hacía la anterior, una nueva carrocería que mejora la ergonomía de la moto o la nueva electrónica, mucho más intuitiva y manejable que la anterior, y que se apoya en un nuevo cuadro TFT que incluye funciones de navegación, cuatro visualizaciones y otras mejoras. Mantiene el motor de 119 CV a 10.000 rpm, con 93 Nm desde 7.000 rpm.
La admisión se mejoró en esta versión 24; el cambio también: nuevos engranajes permiten una transición entre velocidades más suave, lo que unido al quickshifter de tercera generación permitía no usar el embrague incluso en las condiciones más críticas: puedes meter marchas sin tener el gas abierto e incluso puedes reducir mientras mantienes el acelerador «repelando».
El nuevo cambio Y-AMT
Como ves, nada cambia en esta nueva MT-09 salvo el cambio y el detalle de la llave de proximidad que solo estaba presente en la versión SP. Pero desde luego, esta introducción del sistema Y-AMT resulta suficiente para despertar el interés de cualquiera.
Pero, para explicarlo, vamos a empezar por la base: la electrónica de la moto. Comparte con las MT-09 ya conocidas esa IMU heredada de las R1, de seis ejes, con ayudas como control de tracción, control de estabilidad (deslizamiento de la rueda trasera), antiwheelie y la posibilidad de elegir entre cuatro curvas de potencia. Se agrupan además en unos mapas de conducción bien definidos y fácilmente identificables: Rain, Sport, Street y dos modos «custom» donde puedes establecer la cantidad de cada uno de esos parámetros que quieres utilizar. Pero ahora se añade la cuestión del cambio: esos modos de conducción están disponibles cuando llevas la moto en modo manual, pero en automático desaparecen: cambian por los modos D y D+.
Cambias de modo manual a automático con un gatillo frontal en la piña derecha. Se ilumina en el cuadro, sobre el indicador de marcha engranada, las indicaciones MT o AT en función de cuál de los dos modos llevas. Si quieres meter punto muerto, tienes que reducir hasta, digamos, «por debajo» de primera: un sistema así no puede tener el punto muerto entre 1.ª y 2.ª lógicamente. De hecho, el neutral no entra hasta que no estás parado prácticamente, algo que se hace por seguridad, de forma que no entre por error. Esto es así en cualquiera de los dos modos: automático o manual.
El cambio es obvio que se ha diseñado pensando en su uso principal como manual: como te decíamos antes, el propio nombre ya da indicaciones sobre ello, pero además cuando pruebas la moto se hace aún más evidente. Así que, empecemos por este modo: pulsas el gatillo derecho, enciendes el modo MT y en el cuadro aparece el modo en que estás, de esos mapas. Seleccionas el que quieres con el botón «Mode» en la misma piña. Es fácil y muy intuitivo; no requiere ningún aprendizaje. Para meter primera, tiras de la leva más exterior hacia ti y entra la primera, como en cualquier moto, y se queda «a la espera», con el embrague, digamos, cogido sin necesidad de que hagas nada. Cuando aceleras, la moto se empieza a mover.
Y lo primero que hay que mencionar es, precisamente, ese «tacto de embrague» que queda supeditado al del gas, como suele ocurrir con estos sistemas. En el Y-AMT me ha parecido cercano a la perfección: simplemente va soltando el embrague como tú lo harías y el gas eres perfectamente capaz de regular el deslizamiento con el mando del gas, haciendo así fácil cualquier maniobra. Una vez en marcha, el cambio opera exactamente como un cambio normal con un quickshifter: cuando quieras, tiras de la leva y metes marcha. Si quieres reducir, empujas esa leva o la que queda en el dedo gordo. Realmente, las dos levas son una sola con forma de «U», de forma que puedes usar una punta u otra con un dedo o con los dos. Es cómodo y está en una posición perfecta.
La utilización del sistema en manual es ideal: el quickshifter de tercera generación de estas MT-09 2024 ya era muy bueno y permitía cualquier tipo de cambio hacia arriba o hacia abajo, sin limitaciones, dándole una conducción muy natural. Esta Y-AMT mantiene esa capacidad: simplemente decides en qué marcha quieres entrar en una curva, mueves un dedo sin modificar tu posición sobre la moto, y el Y-AMT mete la marcha, obediente, preciso y rápido.
Lógicamente, en esa carretera de curvas en la que vas divirtiéndote, este modo MT es el modo lógico de usar. Pero puede ser que llegues a la ciudad o a una autovía con tráfico y se acaba esa parte divertida. Ahí es donde tiras de ese gatillo rojo sobre la piña derecha y enciendes el modo AT. A partir de ahí, olvídate del cambio: ella sola irá cambiando en función de las vueltas y ya está. Tienes dos mapas en esta posición del cambio, denominados D y D+. El primero está pensado para una utilización más tranquila. Enciende en una posición elevada las ayudas y puedes elegir entre las curvas de entrega de potencia 3 y 4, las más tranquilas.
El cambio intentará mantener una conducción suave y económica. El modo D+ permite más alegrías: puedes cambiar el nivel de intervención de las ayudas, y la moto quiere ser más dinámica en su conducción. Funciona muy bien en ambos modos; es cómodo en la ciudad o en tráfico intenso; te ahorra cambiar y pensar en ello. Aunque desde luego no me ha resultado tan interesante como el modo manual.
Cómo va: es cómodo y divertido
En la parte ciclo tampoco ha habido cambios importantes y se mantiene el chasis de aluminio, así como las suspensiones regulables firmadas por Kayaba, con horquilla de 41 mm. Sigue montando los neumáticos Bridgestone S23, que aseguran buen agarre y buen tacto en cualquier condición. En los frenos, hay que destacar el uso de la bomba delantera radial de Brembo.
La posición de conducción sobre ella es la que esperas: es una moto de 196 kg; todo el sistema Y-AMT aumenta en poco más de dos kilos el peso total de la moto, y la altura del asiento es de 825 mm. Llego bien, desde mi 1,65 m, gracias, entre otras cosas, a que la moto es estrecha en esa zona y no se siente pesada. La ergonomía ha sido revisada con respecto a la versión anterior de la MT-09 y ahora es algo más deportiva, con un manillar más bajo y estriberas más retrasadas. Aun así, es una moto cómoda y agradable, que sabe que tiene que ofrecer polivalencia.
Las estriberas llevan dos soportes para poder regular la altura de las mismas. La posición con ellas abajo, tal y como vienen, sigue siendo muy agradable, pero permite que te agaches y te «metas» dentro de la moto si buscas una posición más sport. Cabe destacar el buen diseño de las levas del cambio, que permiten tocarlas de muchas maneras, resultando fácil su acceso.
En marcha, el sonido del tricilíndrico CP3 sigue siendo especial: es más «fino» que el de otros motores de tres cilindros, más parecido a un tetracilíndrico. No hay vibraciones y la moto espera que metas primera, tanto en automático como en manual, para salir corriendo. Tocas la leva exterior (delantera) y mete la marcha, como cualquier moto: no es especialmente silenciosa en eso ni excesivamente brusca. Según abras gas, irá saliendo.
En la ciudad, en tráfico, es donde el modo automático resulta más convincente. Abres gas y ella sola va cambiando. Sube de vueltas, mete marcha y continúa. Si frenas y bajas de velocidad, reduce con bastante naturalidad. Y en la carretera sigue yendo más que correctamente, aunque de vez en cuando te sorprenda por cambiar cuando no lo hubieras hecho tú o con algo menos de suavidad de lo que quisieras, pero en general, para ir tranquilo, lo hace bien.
Si aumentas el ritmo es aconsejable cambiar el sistema a manual. No es que no puedas seguir en el modo D+ automático; por supuesto que puedes, y está diseñado para ello, pero tienes que asumir que cambia cuando él quiere, y eso, si vas deprisa, es más delicado.
El modo manual, sin embargo, es perfecto: no tiene las limitaciones que tienen otros sistemas automáticos y permite subir y bajar marcha con total confianza, velocidad y precisión. Eso sí permite hacer una conducción deportiva muy decidida y divertida, lo cual es básico en una moto así.
En cuanto al resto, la moto sigue siendo divertida y muy dinámica. Una moto que cambia rápido de dirección, que transmite confianza al tumbarla, con un motor que anda muy bien en todas circunstancias. Suspensiones firmes, frenos con gran tacto y una electrónica muy bien diseñada, con una interfaz fácil que permite sacar provecho a todas sus características, en una de las naked sport más interesantes del mercado, con una correcta relación equipamiento-precio.
Lo mejor:
- Rápida y divertida
- Electrónica de buen nivel
- Transmisión interesante
Mejoraría con:
- Algo de protección aerodinámica
- Tacto del freno trasero
Así la vemos:
- En carretera: 5
- En ciudad: 4
- Pasajero: 2
- Confort: 4
- Equipamiento: 5
- Autovía: 3
(De 1 a 5 puntos)
La Yamaha MT-09 ya era una de las naked sport más interesantes del mercado antes de adoptar este nuevo sistema de transmisión: una moto polivalente, de buen uso en ciudad, muy rápida y divertida en la carretera y capaz de rodar en el circuito con suficiente soltura y eficacia.
Bien equipada para su precio, su nivel de electrónica es llamativo y es muy utilizable tras la incorporación en esta versión de la pantalla TFT y la nueva forma de gestionar toda esa tecnología electrónica.
Ahora, con el nuevo cambio Y-AMT, tienes una posibilidad más: una nueva forma de cambiar que resulta divertida y eficaz, distinta a la habitual, pero bien diseñada e interesante en cualquier uso que le des a la moto.
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