Yamaha XJ6-N: ruta por Alicante, La Carrasqueta, Coll de Rates y Denia

Yamaha XJ6-N: ruta por Alicante, La Carrasqueta, Coll de Rates y Denia
Fórmula Moto
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La inolvidable Yamaha XJ650 llegó a las tiendas españolas hace ya casi treinta años, gracias al importador SEMSA, la incipiente sociedad de Banesto y Yamaha Motor, que compró la antigua fábrica Sanglas de Barcelona. En esa España que olvidaba años de motos de un cilindro, aquella tetracilíndrica rompía moldes, con calidad y prestaciones desconocidas hasta ese momento.


La XJ600 de 1986, una best- seller y protagonista de las primeras carreras de F2 (luego Supersport) y posteriormente la Diversion de 1992, ha defendido con uñas y dientes el pabellón de la marca de Iwata.

Ya metidos en el s. XXI, Yamaha contraataca con la XJ6, un modelo completamente nuevo, de afilada y moderna silueta, propulsada, como siempre, por un modernísimo motor tetracilíndrico derivado del empleado en las populares Fazer (que a su vez procede de las superdeportivas R6 de 2003).

Para examinar el potencial de esta Yamaha nos fuimos hasta Alicante, y allí, junto a su bullicioso puerto deportivo y bajo las frondosas palmeras del concurrido Paseo de la Explanada de España, comenzamos nuestra prueba en ruta de este mes.

Abandonamos esta populosa y muy turística (incluso en invierno) ciudad mediterránea por la N-340 con dirección a Jijona, una ruta cien por cien motorista, muy transitada durante los fines de semana por los numerosos aficionados de la zona.

LA RUTA

ruta moto alicante

No son muchos kilómetros los que hemos hecho este fin de semana, unos 150, pero muy «suculentos» por si te animas un fin de sema de esta primavera. Pasear por La Explanada de España de Alicante ya es un buen aliciente, pero luego La Carrasqueta y, esos son palabras mayores. Alcoy y sobre todo las ciudades de la costa, Calpe -con pequeño desvio a Benidorm y Villajoyosa- ofrecen ambiente extra. Pero todavía hay que recorrerse las retorcidas carreteras alicantinas, incluido el Coll de Rates, antes de llegar a recalar en Denia.

La Yamaha XJ6 sorprende desde el primer momento con un tacto aterciopelado, directo y muy suave. Como buena moto japonesa, todos los mandos están en su sitio y al instante te encuentras pilotando la moto como si hubiera sido tuya toda la vida. Esta Diversion se siente realmente ligera (menos de 200 kg en vacío) y resulta muy agradable de conducir, con empaque y tacto de moto de una categoría superior. En la entrada a Jijona aprovechamos una breve visita al mercadillo de los sábados para ajustar todos los mandos a nuestro gusto y retrasar un poco el manillar, para mejorar el tacto sobre la rueda delantera y la posición de conducción.

Esta población alicantina, a la que Felipe V concedió en 1708 el título de ciudad, es famosa en el mundo entero por su producción de turrones, el dulce de origen árabe tan popular en Navidad que se elabora principalmente con almendras, miel y azúcar. Otros productos gastronómicos de esta comarca no tan conocidos son los olletes y el giraboix (guiso de judías, repollo y bacalao) y en verano también resultan muy populares sus helados artesanos. De hecho en la cercana serranía todavía se pueden visitar los «Pous de Neu» (pozos de nieve) o «clots», unas curiosas construcciones semisubterráneas excavadas en la roca (la mayoría del siglo XVIII), que se empleaban hasta no hace mucho para almacenar la nieve del invierno en capas gruesas, separadas entre ellas por paja de arroz. Al llegar el verano esta nieve se utilizaba para fabricar helados y conservar los alimentos. En el alto del puerto de La Carrasqueta se puede visitar uno de los pozos de nieve más grandes y mejor conservados de la zona.

Este famoso puerto y sus exigentes revueltas son el siguiente escenario para poner a prueba nuestra Yamaha. Pero antes de acometer su ascensión, la Venta Teresa es un lugar ideal para reponer fuerzas, y de parada «obligada» de los motoristas alicantinos.

Aparcada entre varias «R» y un par de trail de gran cilindrada, la XJ6 brilla con luz propia. El moderno faro frontal de parábola multiconvexa y sofisticadas formas es protagonista absoluto del diseño, aunque ya no podemos decir que resulta original, pues su diseño es prácticamente calcado del de la Honda CB1000 R de nuestra prueba de enero. Eso sí, en esta, el piloto de luz de población se ha ubicado en la parte superior. La moto resulta compacta y muy atractiva, sobre todo en este acertadísimo color «blanco nuboso», con el bastidor multitubular de tubo de acero pintado a juego. También la puedes elegir en «amarillo extremo» y «negro medianoche».

Yamaha XJ6-N

Un gran acierto de los ingenieros y estilistas es la solución adoptada para el escape, con un enorme silenciador ubicado bajo el cárter del motor y parcialmente recubierto por la quilla. Así se aprovecha este espacio para compactar las masas junto al teórico centro de gravedad, y el tantas veces poco estético «tubo de escape» pasa completamente desapercibido. Sólo asoma su salida por detrás de la estribera derecha en forma de insinuante «cola» cromada, al estilo de los autos deportivos. Este escape emite un sonido ronco, poderoso y muy deportivo, en línea con los más famosos accesorios europeos, pero manteniendo afortunadamente el nivel sonoro dentro de unos márgenes tolerables. Eso sí, será necesario prestar atención especial al subir o bajar los bordillos, pues resulta muy fácil golpearlo.

Gozar en La Carrasqueta

En las primeras rampas de La Carrasqueta aprovechamos para estirar el propulsor en marchas cortas hasta alcanzar la línea roja del cuentavueltas. El carácter nervioso de este tetracilíndrico, que no olvidemos fue diseñado para una superdeportiva, está siempre presente. En las modificaciones realizadas para la XJ6 se ha pretendido «rellenar» su curva de par a bajo y medio régimen, y como no se puede ganar en todo, la potencia en alta se ha visto reducida. A cambio, disponemos de una respuesta inmediata y muy controlable con el puño del acelerador. El motor disfruta de escasas inercias y gana régimen progresivamente, pero con decisión, sobre todo a partir de 6.000 rpm. Desde aquí y hasta las 10.000 vueltas, el tetracilíndrico da lo mejor de sí y sube de vueltas como un rayo. Insistir hasta su línea roja (2.000 vueltas más arriba) no aporta más «chicha» y claramente muestra cómo la gestión electrónica del motor mete suavemente «la tijera» y limita las revoluciones, y en consecuencia, la potencia. Pero aquí, en La Carrasqueta estamos disfrutando de lo lindo, con una primera marcha más bien corta (85 km/h) que resulta ideal para salir con fuerza y grandes sensaciones de los cerradísimos «garrotes» de este famoso puerto. El rápido cambio a la marcha superior nos catapulta hasta el siguiente giro y de inmediato estamos saltando sobre los frenos para «echar el ancla» y abordar la siguiente paella. ¡Muy excitante!

Yamaha XJ6-N

El chasis se muestra simplemente perfecto y muy intuitivo, destacando la formidable pisada del Dunlop delantero, en las tradicionales medidas de cualquier deportiva actual que se precie, 120/70-17. La horquilla de suspensión, que no admite reglajes externos, se muestra firme y sólida en los apoyos y frenadas más intensas, pero, como comprobaremos más tarde, no resulta incómoda cuando llegan los baches. Un breve tramo de ruta en suave bajada y con gran belleza en el paisaje, nos acerca, entre almendros en flor y barrancos a Alcoy, famosa por sus «Fiestas de moros y cristianos». La también llamada «ciudad de los puentes» está cortada por los profundos barrancos de los ríos Riquer, Benisaidó y Molinar, que al unirse forman el Serpis. Su bien conservado casco antiguo está salpicado de elegantes edificios modernistas, financiados por la potente burguesía local de final del s. XIX y principios del s. XX que se dedicaba principalmente a la industria textil y del papel en los albores de la revolución industrial. Por este motivo también resultan interesantes unos cuantos edificios industriales de esa misma época.

Un museo en la ruta con la Yamaha XJ6

Buscar la salida hacia Benilloba no es fácil (la carretera está en obras), pero con un poco de fortuna y gracias a la ligereza de esta XJ6 que nos permite «puentear» uno de los tramos en obras por una embarrada cuneta, lo conseguimos.

Bajo una cortina fina de lluvia de invierno se echa en falta un carenado protector (que la marca ofrece en el modelo hermano XJ6 Diversion), pero ahora agradecemos de nuevo la ligereza y facilidad de conducción de la moto, perfectamente controlable desde el amplio manillar plano de acertadas formas. El asiento resulta cómodo y la estrechez del depósito permite buena postura, de modo que la ruta pasa casi sin darnos cuenta. Esta bellísima, sinuosa y deslizante carretera resultaría ideal para una trail como la nueva Honda TransAlp o la Suzuki 650 V-Strom. Estas eficaces y polivalentes motos dejarían atrás sin reparos aquí a nuestra XJ, más que nada por su manejabilidad y, sobre todo, por la más poderosa e inmediata respuesta a bajo y medio régimen de sus motores bicilíndricos. Pero entre las tetracilíndricas japonesas actuales, esta XJ6 se muestra más intuitiva, ligera y manejable que, por ejemplo, la Suzuki GSX650 F (ver fM 46 de octubre ´08), aunque el motor de esta última se siente más lleno a bajo régimen, fruto de su cilindrada superior.

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Tras el carrusel de curvas y paisaje con la Serranía de Serrella omnipresente a nuestra izquierda, la turística población de Guadalest, enclavada en lo alto de un peñasco, resulta un buen lugar para tomar un respiro y dar un paseo entre sus casas encajadas en la roca, y por supuesto visitar el Museo-Colección de vehículos históricos Vall de Guadalest (www.museovehiculosguadalest.com), un lugar de parada obligada para cualquier persona aficionada al mundo del motor. Gracias al esfuerzo y dedicación durante más de 25 años de Ricardo Fracés Seguí, de sus hijos y algunos mecánicos jubilados y artesanos de la zona, podemos admirar un conjunto de más de 110 motocicletas históricas de 62 marcas, con una participación destacada de la producción española.

Prueba de frenada con la Yamaha XJ6

En el sinuoso descenso hacia Callosa d´en Sarrià ponemos a prueba los frenos, siempre poderosos y con muy buen tacto, aunque al accionarlos dentro de la curva y con la moto ya inclinada hay una levísima tendencia al subviraje y a abrir la dirección. El cambio de marchas, utilizado a destajo en esta ruta, ofrece siempre precisión y buen tacto, permitiendo multiplicar marchas como un disparo, acariciando apenas la maneta del embrague. Al margen de la primera marcha que, como hemos dicho, queda un tanto descolgada, el resto de las relaciones ofrecen pocos huecos entre sí y ayudan notablemente al buen rendimiento de la moto.

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Como cualquier buen tetracilíndrico actual, el motor de la XJ recupera desde prácticamente el ralentí en cualquier marcha, sin tirones ni vibraciones, gracias a su equilibrado óptimo y sofisticada gestión de inyección y encendido electrónicos. Esta respuesta resulta ideal en ciudad, aunque en carretera será necesario acelerar siempre por encima de al menos 4.000 rpm. Con su limitada cilindrada y su planteamiento «multiuso», este motor no es un trueno, pero tiene una pizca de picante en su zona alta (entre 6 y 10.000 vueltas) para ofrecer diversión y buenas sensaciones. En estas carreteras de montaña, la segunda marcha (de hasta 120 km/h) y la tercera resultan ideales, y el piloto sólo tiene que pensar en mantener la trazada correcta. La XJ obedece tus deseos como por telepatía y aunque no dispongas de gran experiencia a los mandos de una moto «de verdad», te hará sentir «buen piloto» y difícilmente te meterá en apuros.

Una rápida estirada y el último esfuerzo bajo la lluvia para llegar a Calpe, junto al imponente Peñón de Ifach, símbolo de la Costa Blanca y un lugar bien equipado para pernoctar. El modesto, pero muy acogedor y bien ubicado Hotel Rocinante, dispone de aparcamiento para la moto y bellas vistas de la población.

Yamaha XJ6-N

Al día siguiente ascendemos al Mirador del Monte Toix para disfrutar de buenas vistas de la costa y, de vuelta a la N-340, desandamos los 30 km. que nos separan de Callosa d´en Sarrià. Es domingo por la mañana y nos cruzamos con numerosos aficionados disfrutando de sus motos por estos magníficos parajes de montaña, gran parte de ellos cubiertos por invernaderos. Por su particular situación en esta frondosa comarca, limitada por las altas Sierras de Aitana, Bernia y Aixortà y regada por los ríos Guadalest y Algar, goza de un microclima subtropical que permite cultivar un buen número cítricos, naranjas, limones, pero muy especialmente nísperos, uno de los pocos lugares de España donde se producen.

Ruteros con experienciaYamaha XJ6-N

A partir de Callosa nos adentramos en la C-3318, otra ruta clásica de moto, siguiendo a un grupo de motoristas que nos han adelantado mientras preguntábamos a un paisano en un cruce. Desde la cola del «pelotón» aprecio experiencia, estilo y nivel de pilotaje en los conductores, pero sólo distingo claramente una Honda Varadero 1000, tal vez un poco pesada, pero con un gran motor bicilíndrico de 100 CV y poderosa respuesta que la catapulta como un cohete a la salida de las curvas. El líder del grupo marca un ritmo alegre, pero respetuoso con la seguridad. Utilizando en exclusiva el carril derecho, aprovecha las breves rectas para relajar la marcha, disfrutar del paisaje y permitir al grupo mantenerse unido. ¡Como debe ser!

En esta revirada carretera de asfalto impecable y paisajes de ensueño, la XJ6 puede seguir perfectamente el ritmo «deportivo» del grupo. La postura de pilotaje es ideal para «atacar» en los virajes, con distancia al suelo suficiente para no rozar con el asfalto incluso en las inclinadas más pronunciadas. El chasis va sobrado y no resulta difícil mantener una buena velocidad de paso. Las innumerables curvas enlazadas se devoran a la velocidad del rayo, con sólo un suave, pero decidido tirón sobre el manillar y sin necesidad de contorsiones y descolgadas «de competición». Noble y predecible, la XJ6 resulta divertida, incluso para pilotos de cierta experiencia que, en una carretera como esta, difícilmente echarán en falta más potencia.

A partir de Tárbena el asfalto ya no es perfecto, pero las suspensiones no regulables (sólo precarga del muelle del amortiguador trasero) se muestran bien calibradas y aceptan de buen grado los baches, sin comprometer ni el confort, ni la estabilidad.

Y ahora, Coll de Rates

Junto con La Carrasqueta, el Coll de Rates es otro de los clásicos del mototurismo levantino. Aquí debemos detenernos durante más de una hora, mientras esperamos el paso de una multicolor carrera ciclista. La bajada del puerto, muy estrecha, es vertiginosa, con bellos horizontes de huertas coronados de un blanco majestuoso gracias a la flor de los almendros, que se han adueñado del paisaje y ya barruntan la primavera. Tras cruzar los pueblos de Orba y Sagra llegamos a Pego, donde estiramos piernas con un paseo por su interesante casco antiguo de trazado medieval, coronado por las ruinas del Castillo de Ambra (s. XIII), una de las fortalezas que protegían el valle.

Yamaha XJ6-N

Una rápida y bien trazada carretera nos devuelve a la costa, el tramo más veloz de nuestro viaje. Ya podemos por fin engranar las últimas marchas y dejar que la XJ6 «estire las piernas». En las curvas más rápidas y tumbando con decisión, la estabilidad resulta imperturbable, incluso si aparecen baches u ondulaciones en la trazada. El nuevo y compacto bastidor de tubo de acero «tipo diamante» (según la nomenclatura del fabricante), ofrece rigidez sobrada y, al igual que los neumáticos y suspensiones, aceptaría sin pestañear un propulsor mucho más potente.

Con todos estos pensamientos en nuestra mente y con la satisfacción de la maravillosa jornada que hemos disfrutado a lomos de esta japonesa, entramos en Dénia, la populosa capital de la comarca de la Marina Alta. Tras la visita a su emblemático castillo árabe, (edificado sobre vestigios romanos) y actual sede del Museo Arqueológico, ponemos rumbo a la parte baja de la ciudad y al puerto. Allí, junto al monumento que el Classic Motor Club de Dénia ha erigido en memoria del gran Umberto Masetti, recientemente fallecido y bicampeón del mundo de 500 cc con Gilera (1950 y 1952), concluimos nuestro viaje.

 

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