Prueba BMW S 1000 XR 2023: tourer con mayúsculas

Las motos trail asfálticas puras o «tourer» viven un momento dulce. No cesan de salir modelos de todas las cilindradas, adaptados a diferentes necesidades y presupuestos. El foco está puesto en la comodidad ante largas sesiones encima de la moto, pero lo cierto es que algunos modelos se han centrado tanto en el aspecto del confort que se olvidan de una cuestión verdaderamente importante: el componente pasional. Se puede tener una moto cómoda, destinada a fagocitar kilómetros y que, a la vez, ofrezca emociones por sus prestaciones dinámicas.

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Y el ejemplo perfecto lo tenemos con la BMW S 1000 XR, una moto que se beneficia de la potencia mecánica de la S 1000 RR y se rodea de unos componentes pensados para disfrutar de una larga jornada de carreteras, tanto para maravillarse del paisaje como para ir ‘enchufado’ sin percatarte de que llevas un conjunto muy superior en kilogramos al de su hermana deportiva. Se trata de una moto que te deja elegir cómo afrontar cada viaje, pero con las características que han labrado la reputación de la firma alemana.

Cómo es la BMW S 1000 XR 2023

Fue en 2015 cuando se presentó oficialmente la BMW S 1000 XR y, hasta hoy, sigue manteniendo la filosofía original. Lejos de ser un síntoma problemático, resulta un aspecto muy positivo. No es que no haya cambiado, es que no lo ha necesitado. Sobre todo desde su actual generación, la segunda, presentada en 2020, ha ‘envejecido’. Estéticamente, mantiene el lenguaje de diseño de la saga ‘S’ de modelos de la marca alemana.

La BMW S 1000 XR 2023 presenta un frontal agresivo con el airbox en la zona central, flanqueado por dos ópticas de tipo LED. A esto se suma una pantalla ajustable en dos posiciones y un cúmulo de extras en el que podemos destacar, el juego de maletas, la luces auxiliares, los cubrepuños o la instalación para el GPS de BMW. Todo esto potencia el carácter tourer de la BMW S 1000 XR 2023, al tiempo que se conjuga con elementos de corte deportivo.

El acabado de la horquilla delantera, la cola de escape o la colocación hacia adelante del carenado frontal, acrecientan las sensaciones ‘racing’. Pero lo más deportivo se esconde dentro del chasis. La BMW S 1000 XR sigue aprovechando el tetracilíndrico de 999 cc proveniente de la BMW S 1000 RR. En este caso, se olvida de unos innecesarios 200 CV para rendir una potencia de 165 CV a 11.000 rpm y un par máximo 114 Nm a 9.250 rpm. Te decía que los cambios eran mínimos y, en el caso del motor, se ha modificado la entrega de potencia, ofreciendo ahora una curva de par más lineal para una conducción más agradable.

Los cambios internos también afectan a su caja de cambios. Más concretamente, se han alargado las tres últimas relaciones para reducir el consumo y, una vez más, repercutir positivamente en el confort, puesto que el motor girará a menos vueltas y será ‘menos molesto’ durante largas sesiones en moto. Por su parte, el embrague antirrebote recibe un ajuste más suave para unas reducciones agresivas sin que el tren trasero se mueva.

El abanico electrónico es total. La BMW S 1000 XR 2023 cuenta con un acelerador electrónico y cuatro modos de conducción: Rain, Road, Dynamic y Dynacmic Pro. Este último permite un ajuste total de parámetros como el control de tracción, el antiwheelie, el ABS… De serie ofrece una funcionalidad muy útil para cuando la moto va cargada, como es el caso del asistente de arranque en pendiente. De forma opcional, se puede potenciar la conducción deportiva a través de un quickshifter de doble acción.

La nueva BMW S 1000 XR mantiene el chasis Flex Frame, pero consigue ahorrar unos cuantos kilos. Diferentes cambios en la geometría de la moto provocan una conducción más echada hacia delante, al tiempo que permite una colocación del cuerpo más relajada. Las suspensiones siguen siendo electrónicas y se benefician de un recorrido de 150 mm. Cuenta con dos modos de funcionamiento, esto es, Dynamic y Road, el primero endurece el conjunto para una conducción deportiva; el segundo se centra en un filtrado ‘más blando’ centrado en el confort.

Para el equipo de frenos, recurre al especialista Brembo. Cuenta con pinzas radiales de cuatro pistones y discos de 320 mm en el tren delantero, así como una pinza de doble pistón y un disco de 265 mm. Sus llantas de 17 pulgadas están calzadas con neumáticos Metzeler en medidas 120/70 y 190/55, respectivamente.

Por equipamiento, la BMW S 1000 XR dispone de un sistema de iluminación LED completo. De hecho, se quita de encima la tradicional luz de freno trasera y se sirve de los intermitentes, que ahora también hacen las veces de luces de freno. La instrumentación se sirve de una pantalla TFT a color de 6,5 pulgadas con diferentes modos de visualización y, dependiendo de los extras, información tan relevante como la presión de los neumáticos.

Cómo va la BMW S 1000 XR

En un momento en el que los bicilíndricos mandan, poder acceder a un motor tetracilíndrico es un todo un rara avis. Las sensaciones, cómo se comporta este tipo de motores… evocan tiempos pasados. La BMW S 1000 XR es una moto que impone… y más con mis 1,70 metros de altura. Tiene un altura de asiento de 840 mm y su peso, de 226 kg, pueden dificultar la tarea de acceso a la moto a los pilotos de menor estatura. Sin embargo, el principal escollo, para grandes y pequeños, es el arco que hay que hacer para poner la moto derecha. Cómo está diseñada la pata de cabra hace que el conjunto esté muy inclinado y tengamos que hacer una gran fuerza para enderezarlo.

Solventado este problema, yo llego bien con una sola pierna. La postura es muy natural y está centrada en ofrecer el máximo confort posible: espalda recta, brazos ligeramente flexionados y piernas en la misma línea que la espalda. El asiento se ha trabajado con esa misma filosofía, pero a cambio resta sensaciones en conducción deportiva, ya que el ‘valle’ que genera impide mover el trasero entre curva y curva. La calidad de acabados, las piñas… todo está muy bien terminado. La pantalla ya la conocemos bien y agrega multitud de información -con el extra canalla de contar con parámetros como el grado de inclinación, la aplicación del control de tracción o la fuerza de frenada-.

Tenía muchas ganas de ‘meter mano’ a esta BMW S 1000 XR. El tetracilíndrico te recibe con un sonido sin paliativos. Suena ronca al principio, a un nivel de decibelios tal, que provoca alguna que otra mirada -no sé si de pasión u odio-. En los primeros metros con ella queda claro que la ciudad no es su entorno ideal. Su radio de giro no permite rodar entre coches y sus cifras de asiento y peso dificultan mucho la tarea para un piloto de mi talla. Sin embargo, el accionamiento del embrague y la docilidad con la que sale hacen que sea cómoda en los Stop&Go tan presentes en entornos urbanos. Ni que decir tiene que estamos con una unidad forrada de extras, máximo lujo, por lo que todo está puesto al servicio de la comodidad… y el dinamismo.

En autopista la situación cambia diametralmente. Estoy con el modo de motor Road y las suspensiones en idéntica configuración. El motor no responde a pleno pulmón a bajas revoluciones pero, a medida que gana en vueltas, la potencia se va haciendo más evidente. Y todo ello sin que nuestra cabeza sufra las consecuencias del aire. Con la pantalla en su posición más alta, las turbulencias del viento se eliminan casi por completo, incluso a velocidades que distan bastante de las que dicta la ley. El quickshifter hace un trabajo exquisito y mete -o reduce- cada marcha con mucha suavidad. Si viajas en pareja, es un puntazo, puesto que las inercias que estos sufren en los cambios de marcha serán prácticamente inexistentes.

Con la ciudad y autopistas probadas, toca sacar un poco a la BMW S 1000 XR de su zona de confort. Esta unidad fue la que me acompañó a los BMW Motorrad Days 2023 en un viaje de más de 1.000 km apostando por huir de las autopistas. Carreteras reviradas, puertos de montaña, antiguas nacionales… ya te puedo decir que es una de trail/tourer sport más radicales del mercado. Con el modo Dynamic activado, el motor explota a partir de las 8.000 rpm y no deja de empujar hasta las 11.000 rpm. Son verdaderas sensaciones deportivas que se acompañan con un chasis que responde de igual forma. Por poner un pero, me hubiera gustado una mayor dureza de las suspensiones entre el modo Dynamic y Road.

Por sus geometrías, responde bien en todo tipo de curvas, pero sobresale especialmente en las cerradas. Puedes entrar frenando hasta el mismísimo ápice y salir abriendo gas a fondo en segunda o incluso primera. Las derivas están garantizadas, pero el control de tracción entra en su justa medida para no acabar con la diversión… y los 51 grados de inclinación que conseguí inclinando hacia ambos lados son un fuerte recordatorio de lo que es capaz de hacer esta BMW S 1000 XR en manos expertas. Nunca te acabarás el motor, puesto que hacerlo significa incurrir en unas velocidades verdaderamente peligrosas. Es en las zonas reviradas donde mejor te lo pasarás.

Como te decía antes, el asiento es el único impedimento que permite redondear la experiencia deportiva al completo de la BMW S 1000 XR. Su diseño hace que tengamos que estar anclados, con la salvedad de mover el tronco para acompañar las trazadas. Para recorrer kilómetros está bien, pero sus bordes, como ya te he comentado antes, no permiten libertad de movimientos en ritmos rápidos. La perfección no existe. En el apartado de frenos, teniendo en cuenta un conjunto de 226 kg, al que hay que sumarle maletas, equipamiento y un piloto, la S 1000 XR pasa con nota. El mordiente es bueno y la modularidad trabaja en la misma línea, tanto en el freno delantero como en el trasero.

LO MEJOR

-Esta unidad va cargada hasta los topes en lo que a equipamiento se refiere

-Su bloque tetracilíndrico es una alternativa de las de antes a la moda bicilíndrica

-Dualidad tourer-sport

MEJORARÍA con

-Una pata de cabra con demasiado arco

-Un asiento más polivalente

Así vemos a la BMW S 1000 XR

En carretera: 5

En ciudad: 3

Pasajero: 4

Confort: 4

Equipamiento: 4

Autovía: 4

(Puntuación de 1 a 5)

La BMW S 1000 XR es lo que todo apasionado a las motos espera. Te deja elegir entre diferentes enfoques para que cada uno los use a su antojo. De este modo, permite conducciones sosegadas, placenteras y, por otro lado, verdaderos ritmos ‘a cuchillo’. Y todo ello con una calidad de materiales, tecnología y prestaciones a la altura de la marca germana. El pasajero irá especialmente cómodo, máxime si se añaden el juego de maletas y tope case, pues servirán de sujeción. En definitiva, la BMW S 1000 XR demuestra que se pueden aunar los conceptos de comodidad y rendimiento para materializar la que es, bajo mi humilde punto de vista, una tourer con mayúsculas.

Fotos: Miguel Méndez