Honda Scoopy 125i: en marcha





El Honda Scoopy 125i se renovó, o mejor, se reinventó. Era difícil mejorar un producto cuyo éxito indicaba una superioridad aplastante sobre su competencia, pero siguiendo el espíritu del fundador de la marca, Soichiro Honda, se ha logrado con creces.
En acción, todo en el nuevo Scoopy cambia. El motor eSP ofrece una personalidad muy clara, más vigorosa en medios y bajos, donde realmente «vive» un scooter de 125 en ciudad; el chasis y el nuevo reparto de pesos favorecen la agilidad y manejabilidad sin perder estabilidad; y como componentes únicos entre sus rivales, un sistema Star&Stop de funcionamiento sublime y el único ABS de su segmento. El concepto rueda alta cobra una nueva dimensión.
Hay tantos cambios en todos los apartados, que un usuario Scoopy de la evolución anterior se sentirá en otra moto totalmente distinta. La posición de conducción sigue siendo muy natural, con la distinción de un asiento de altura ligeramente superior (15 mm) pero más estrecho en su zona frontal que no impide llegar al suelo con independencia de tu estatura. Llegas al primer semáforo y ¡sorpresa! el Scoopy se detiene y una luz verde se enciende en su instrumentación. Como el PCX, introduce el sistema Start&Stop que ahorra emisiones y consumo.
Pero lo mejor es su entrada en accionamiento. En la primerísima apertura del puño, la aceleración es tan nítida que no aprecias que existe este sistema. Se puede desconectar, pero no tiene ningún sentido. Antes de llegar a ese semáforo, tendrás que frenar. Suelo deslizante, lluvia… sin problemas. El Honda Scoopy 125i incorpora ABS, con una solución que permite bloquear mínimamente en el tren trasero para reducir distancias de frenado y con una respuesta nada intrusiva. Por otro lado, la manejabilidad es excelente. El diferente centrado de masas debido al nuevo motor aligera peso delante y la agilidad aumenta, a lo que se añade unas aceleraciones excelentes. Un arma en el caos urbano.