Prueba BMW R nineT Scrambler: simplemente más
En BMW lo tienen tan claro que incluso su jefe de diseño, Edgar Heinrich, nos comenta que «hay mucha gente que quiere apartarse de tanta complejidad técnica y lo que quieren es disfrutar de un diseño que les guste en una moto sin demasiadas prestaciones. Nosotros tenemos que intentar ofrecer una alternativa«.
Así nació la BMW R nineT Scrambler en el Salón de Milán EICMA 2015 el pasado noviembre, un modelo con montañas de estilo e imagen retro pero dentro de un contexto moderno en cuanto a soluciones técnicas. Estará a la venta a partir de septiembre y es la versión elegida entre diez diseños previos derivados de la BMW R nineT estándar que realizó el equipo de Heinrich.
Esta R nine T original, de tipo Roadster, sirvió de homenaje al 90 aniversario de la marca en 2013. Desde el comienzo de su producción en diciembre de aquel año, se han comercializado un total de 23.000 unidades, y podrían haber sido más si no les hubiese pillado por sorpresa su demanda. De hecho, ha habido listas de espera de hasta cuatro meses antes de que la fábrica de Berlín se pudiera poner manos a la obra para producir más ejemplares. Se ha convertido en el cuarto modelo más vendido de dos ruedas de la firma germana al vender casi 10.000 unidades en su segundo año completo de producción, colaborando por tanto al récord de 136.963 motos vendidas por BMW en 2015, lo que supuso un 10,9% más que el año anterior. Y la «fiesta» continúa en 2016, con 80.754 unidades de motos y maxiscooter vendidos en todo el mundo (un 3% más que en el mismo período de 2015).
BMW R nineT Scrambler práctica y placentera
Una ruta de 400 km por los parajes montañosos y valles de Bavaria (Alemania), muy cerca de la frontera con Austria, me ha demostrado lo práctica y placentera que resulta la nueva BMW R nineT Scrambler ¡y con una personalidad indiscutible! Mientras que la R nine T original está más enfocada a conseguir unas prestaciones más que dignas para definirse como una moto para quemar adrenalina en salidas de domingo por la mañana, su hermana Scrambler está más dispuesta a servirte en cualquier momento, ya sea durante una hora, un día, una semana o un mes, en ciudad o en cualquier tipo de carretera. Te será útil para ir a trabajar o para salir al cine, para recorrer esa espectacular ruta que te han recomendado, para ir a tu bar preferido o para marcharte de vacaciones. Y hasta experimentar en campo, mejor con componentes del listado oficial de accesorios como llantas de radios o neumáticos Metzeler Karoo 3 en lugar de los Metzeler Tourance Next de serie.
Este ahorro procede de unas llantas de aleación en lugar de radios, con delantera de 19″ para un uso más factible en campo en lugar de la de 17″, pinza Brembo frontal de cuatro pistones en disposición convencional (no radial) y horquilla Showa no invertida sin regulaciones. El ABS es desconectable y la horquilla se recubre con fuelles al estilo más clásico en lugar de la moderna invertida de la R nineT. Por su parte, el monoamortiguador Sachs accionado mediante el basculante monobrazo Paralever cuenta con regulación de precarga de muelle e hidráulico en extensión. No dispone del mando remoto de la original para la modificación de la precarga, pero su recorrido es algo superior, con 140 mm detrás y 125 mm delante. No llega a los extremos 190/200 mm de una BMW R 1200 GS, ya que no deja de ser una Scrambler «de calle» con un marginal potencial off road. De serie viene monoplaza, sin estriberas ni asas para el pasajero (presentes como opción), y el depósito reduce un litro su capacidad respecto a la original (autonomía de 260 km), estando además construido en acero en lugar de aluminio. Su peso se cifra en 220 kg, dos por encima de la estándar.
Personalidad tradicional y maneras modernas
Su conducción resulta más que agradable, con mínimas vibraciones procedentes de un motor bóxer que te obsequia con un empuje pleno de personalidad al estilo de una moto tradicional, pero de maneras modernas. El bicilíndrico sigue estando refrigerado por aire y aceite, con 1.170 cc (101 x 73 mm) y formato DOHC con culatas de cuatro válvulas. Supera la normativa Euro 4 mediante un mapa de motor modificado gracias a su nueva centralita Bosch BMS-MP, catalizador de mayor tamaño y depósito de gasolina con filtro de carbono activo, pese a lo cual consigue las mismas prestaciones que su predecesor Euro 3 de la R nineT estándar. Solo reduce 3 Nm su par máximo a 6.000 rpm (116 Nm).
También es un apoyo en este sentido el nuevo escape Akrapovic, por cierto, con un sonido glorioso. Los colectores son los mismos que en la estándar, pero los silenciadores son unidades tipo SuperTrapp con un sonido más propio de carreras de Flat Track que de un modelo Scrambler. Sin duda, un motivo más para que no dejes de usar tu BMW R nineT Scrambler en ningún momento. Dispone de un servomotor eléctrico que acciona la apertura y los cierres de unas válvulas acústicas mediante un sistema desmodrómico, el secreto de Akrapovic para lograr un sonido acorde con lo que se espera de un motor bóxer, incluso superándolo, y siendo capaz de superar la Euro 4.
Todo esto te dice mucho sobre cómo ha querido BMW que sea su nuevo modelo. Podrían haber superado la Euro 4 por sus propios medios, pero han recurrido a los «sultanes del sonido» eslovenos para ir más allá y lograr un conjunto sensual y evocativo de su tradición. Esta es una de las claves de la nueva Scrambler y de su hermana R nineT, para la que Akrapovic también fabrica escapes.
La BMW R nineT Scrambler apenas necesita un tacómetro, equipamiento que se ofrece como opción. Incorpora indicador de marcha engranada, algo que, en principio, sí parece muy aconsejable en una moto con tanto par como ésta. Yo mismo me encontré buscando una marcha más tras haber llegado a sexta porque el sonido apenas varía con el incremento de rpm. No tenía ni idea de en qué marcha estaba ni en qué rango de vueltas me encontraba. Otros accesorios disponibles son el escape Akrapovic de titanio, pantalla, puños calefactables, parrilla protectora de faro, protector de cárter o maletas.
Una Scrambler en la ciudad
Un secreto de la Scrambler respecto a su hermana R nineT estándar es su posición de conducción más erguida. El asiento aumenta su altura desde los 785 mm a 820 mm, mientras que el manillar es el mismo, pero montado sobre torretas 20 mm más elevadas, además de tener los puños más inclinados hacia atrás. La palanca es así superior para trazar curvas cerradas de montaña, pero también es muy válida en ciudad, donde disfruta asimismo de un generoso radio de giro. No pensaba que fueran compatibles los términos Scrambler/ciudad, pero BMW lo ha logrado. Para mi 1,80 m de estatura es muy relajada de llevar, con las estriberas más bajas y retrasadas que en su hermana original. Junto a su perfecta altura de asiento y el citado manillar, es una de las motos sobre las que me he sentido más a gusto últimamente. De lo único que me puedo quejar es del escaso mullido del asiento, lo que hace que te resientas cuando llevas un par de horas a bordo. Hay una opción de mayor altura que supongo tendrá más acolchado.
Me imagino que para montar la llanta anterior de 19″, el chasis modular de la Scrambler se ha debido modificar respecto a la versión base. Sus geometrías son más conservadoras, con un lanzamiento de 28,5º frente a 25,5º, un avance de 110,6 mm en lugar de 102,5 mm y una distancia entre ejes de 1.527 mm frente a los 1.470 mm de la estándar. Todos estos datos configuran una moto súper-estable y muy predecible. La dirección no resulta pesada y tampoco es lenta en los cambios de un lado a otro, a pesar de que la llanta anterior de 19″ monta el mismo 120/70 que la de 17″. De este modo, el agarre en curvas es excelente. Detrás, el 170/60-17 es una buena elección, con buen «grip» pero sin exigir esfuerzo extra a la dirección. Añadido a la buena palanca del manillar, descubres una conducción muy relajada pero sorprendentemente viva. También los reglajes de la horquilla Showa se diseñan en este sentido.
La potencia de frenada es satisfactoria, nada excepcional. Debes apretar con fuerza la maneta derecha y las pinzas Brembo no destacan por su dosificación. Los neumáticos Metzeler Tourance Next se comportaron muy bien en las zonas húmedas que encontré en el recorrido de la presentación. En estos puntos agradecí de verdad el equipamiento del ASC opcional en nuestras motos. Es un sistema muy básico, pero muy útil. Podía sentir con claridad cómo cortaba la respuesta del motor cuando aceleraba sobre superficies muy deslizantes. Muy aconsejable.
La BMW R nineT Scrambler es una moto muy satisfactoria de pilotar, tanto que en condiciones de seco llegas a llevarla sin concentrarte totalmente en su conducción, precisamente porque ella hace todo lo que le pides casi como si fuera una extensión de ti mismo. La pilotas en modo automático, en perfecta armonía con tu estado de ánimo y expectativas mientras vas montado sobre ella totalmente relajado, admirando el paisaje que te rodea y oliendo los matices del campo detrás de cada curva. Te da igual de qué año será ese BMW 700 que has visto cuando se ha abierto la puerta de ese garaje que acabas de pasar… Uy, me he pasado el ápice de la curva… Voy demasiado deprisa, tengo que estar más concentrado. Qué delicia de sonido de escape y qué bonitos son los lagos que se vislumbran a lo lejos… ¡Otra vez me estoy dejando llevar! Aunque, pensándolo bien, ¿hay algo mejor que esto? Si vas seguro, no.
Para los amantes de la customización, la BMW R nineT Scrambler es una moto ideal. Para ello se ha creado un chasis que se divide en tres partes y que quedan atornillados al motor bóxer: una delantera, otra trasera y un subchasis. Como en la versión Roadster, este último se puede desmontar para cambiar su imagen y personalidad, y se ha diseñado el equipo de luces para que no haya problemas en ningún caso.
El éxito de la era moderna de BMW radica en el cambio que supuso pasar de hacer motos hechas para sus clientes tradicionales a otras que les abrieron muchos mercados. La serie S 1000 es un perfecto ejemplo. Pero ahora resulta irónico que una buena parte de sus ventas resida en motos propulsadas con motores supuestamente obsoletos, nacidos al echar la vista atrás por el retrovisor de la historia de la marca. Tras el lanzamiento de la Scrambler se espera una serie completa de nuevos modelos en los próximos años, pero la presentación de este modelo es tan relevante como la del modelo original, ya que por polivalencia y precio es indudable que superará las ventas de ésta. A tres de ellas se las espera para el salón de Colonia del próximo octubre, así que hay que estar atento. Regreso al pasado, con estilo bóxer…
