Prueba Honda X-ADV: ¡Aventura!

47 Prueba Honda X-ADV: ¡Aventura!
Fotos de la prueba del Honda X-ADV
Daniel Navarro
Daniel Navarro
Sport-Utility... ¿Moto? ¿Scooter? Reconócelo: tú tampoco sabías cómo referirte al Honda X-ADV cuando la viste por primera vez en el Salón de Milán 2015. Por eso la emoción de estrenarlo se multiplica.


La Honda X-ADV tiene parte de moto de trail, parte de scooter y parte, si me permites la exageración, de «X-Wing» de la Guerra de las Galaxias. ¿No tienen cierto aire sus líneas a esos cazas galácticos? Lo que queda garantizado es que se trata de una motocicleta muy original y diferente a nada que hayas probado antes, distinta también del Integra o de la Africa Twin, modelos de las que toma parte de su ADN. Pero cuando la pruebas se te «enciende la bombilla»: ¡Ya sé lo que es! Y, además, me encanta.

¿Recuerdas cómo empezaban los cómics de Superman? Aquéllo de «¿Es un pajaro?, ¿es un avión?, ¡no!; ¡es Superman!» Es muy similar a lo que uno se pregunta con esta X-ADV la primera vez que la ves e incluso durante los primeros kilómetros que la pruebes. ¿Es una trail?, ¿es un scooter?, ¡No, es una X-ADV!

Honda X-ADV

Nuestro estreno sobre la nueva Honda X-ADV ha transcurrido durante un recorrido de más de 800 kilómetros por todo tipo de carreteras y caminos. Y me ha dejado clara su propouesta: para mi es una moto, por cierto, una de las más polivalentes y originales a las que me he subido. Pero también tengo claro que esto es solo una opinión. Si te subes a ella y únicamente haces recorridos de a diario, para ti será un gran maxiscooter. Si la usas para hacer grandes viajes en solitario, no siempre sobre suelos perfectos, será una perfecta trail. Y si la empleas para salir los domingos a hacer unos kilómetros por tus carreteras preferidas, será una buena y divertida moto sport. Así de polivalente es esta X-ADV.

Honda tampoco lo ha tenido fácil a la hora de encasillar esta moto dentro de una categoría, algo esencial a la hora de explicar ante qué tipo de modelo nos encontramos. De ahí que desde la marca se refieran a ella como una SUV. Estas letras, como sabrás, hacen referencia, en el mundo de los coches a «Sport Utility Vehicle» Y es una definición acertada, salvando las distancias, porque no es un coche familiar que puedes llevar por caminos. Es una moto con un divertido carácter sport, con hueco bajo el asiento y una posición de conducción cómoda, perfectamente utilizable como moto de diario, es decir, su lado «utility». A eso súmale una caja de cambios DCT (doble embrague) mejorada, capaz de funcionar como manual o automática, con un montón de posibilidades y una estética diferente a todo lo que hayas visto antes y empezarás a entender «de qué va» la X-ADV. Pero para entenderla del todo, por supuesto, hay que probarla.

Honda X-ADV

La primera parte del recorrido de la prueba nos dirigió de Barcelona a Motorland-Aragón en Alcañíz (Teruel), sin hacer más de 100 kilómetros de autovía. Un buen montón de curvas y carreteras perfectas son terreno idóneo para una moto así. Incluso realizamos un cruce del Ebro en el último «paso de barca» que queda en este río y un tramo de unos kilómetros de pista de tierra, con tramos en seco y también en mojado. Para la ruta de regreso, de Motorland a Madrid, misma idea, por carreteras nacionales y solo un último tramo de autovía. Añade un recorrido al día siguiente por dentro de la ciudad y sus circunvalaciones, y ahora sí sé de qué va el X-ADV. ¡Un acierto esto de la moto SUV!

CÓMO VA LA HONDA X-ADV

Tras de probarla, me queda una cosa clara: la Honda X-ADV es algo más que una mezcla de conceptos. Va más allá que el Integra en su mismo juego y, sin pretender ser tan off road como la Africa Twin, puede llegar a ser una gran trail si no busca complicarte la vida en el campo. Me explico.

La Honda X-ADV va, por mecánica y concepto, un paso más allá en misma filosofía que el Honda Integra. Ésta supone unir, en un mismo vehículo, las ventajas de una moto y un scooter, y lo logra mejor que cualquier otro aparato previo. Pero el resultado final tiene fieles seguidores y enconados detractores. Para algunos de sus usuarios es una idea genial y bien ejecutada, porque la mezcla se ha realizado en su cantidad justa de ingredientes moto-scooter, aderezada por una cantidad notable de nuevas tecnologías, como su cambio DCT. Para otros, sin embargo, ni es tan cómoda y versátil como un buen scooter GT de su peso y tamaño, ni aporta la diversión de conducción, prestaciones y sensaciones de una moto. La Honda X-ADV sí logrará poner de acuerdo a todos, porque sí ofrece sensaciones y diversión y sí es tan cómodo y equipado como un buen scooter GT. Además, permite salir del asfalto.

Honda X-ADV

La X-ADV es una moto grande. Con 810 mm de altura de asiento, para mi poco más de 1,60, resulta bastante alta. Honda tiene previsto para casos como el mío un asiento opcional de 790 mm que en esta ocasión no he podido probar, pero que seguro que me hubiese puesto las cosas más fáciles. Pesa 238 kg en orden e marcha. No es ligera, y si no llegas bien al suelo da cierto respeto a la hora de subirte, bajarte o incluso sacar la pata lateral u otras maniobras en parado o baja velocidad.

Pones el motor en marcha y ya sorprende el sonido. El motor está compartido conel  Integra o la serie NC, pero el escape y el sonido que escuchas no. Es más sport, más agradable y ronco, aunque nada ruidoso. Con el botón de la piña derecha insertas primera, modo «D» o «S». El sistema recuerda cuál es tu elección anterior y arranca por defecto en ese modo. Por supuesto, un ligero sonido mecánico -«clonc» clásico- te recuerda que lo que llevas debajo es una caja de cambio real, no un variador u otro sistema y que acabas de meter primera.

Das gas y la moto sale con suavidad si abres poco o disparada si abres mucho, como debe ser. Un manillar ancho y bien colocado, que puedes variar en inclinación como en cualquier moto de manillar off road, te da mucha sensación de control. Mandos suaves, buen tacto de frenos en ambas manetas, y todas las palancas bien colocadas y a buena distancia, la Honda X-ADV es una buena moto desde los primeros metros recorridos.

Honda X-ADVEn mi viaje salimos primero a la autovía. Así tengo tiempo a acostumbrarme a su cuadro, muy completo y grande, y a los mandos. Incluso a recordar cómo van los sistemas de su peculiar sistema DCT. En modo «D» va un poco apagada. Gastará poco, pero tiene poca emoción. Los modos «S» permiten tres niveles y la autovía es un buen lugar para probarlos: me quedo con el S2. Es el que creo que se parece más a mi forma de cambiar. En este ambiente, con la pantalla a media altura, a mi, me sobra. Voy cómodo como en cualquier moto GT a buen ritmo, con el motor sin forzar, a velocidades más que razonables hoy día.

Unos kilómetros más adelante abandonamos la autovía y nos adentramos en carreteras convencionales. Se le coge confianza enseguida. Reconozco que me tiro unos cuantos kilómetros «pegándome» con el cambio: «reduce aquí; sube velocidad allá, no, aquí no cambies€». Claro, el sistema me lo permite e incluso pruebo algunas curvas en manual, pero voy más atento a si va a meter la marcha o no que a lo que estoy haciendo.

Más kilómetros y me voy dando cuenta de que el problema aquí no es el cambio DCT: soy yo. Él sabe mejor que yo lo que hay que hacer. A partir de ese momento lo vuelvo a dejar en S2 y todo empieza a ir bien. Muy bien. Ya solo se trata de llegar a la curva, frenar, apuntar y volver a abrir gas. Es divertida, noble, tumba más de lo que parece y que yo puedo, y acelera y frena bien, sin desfallecer de ningún punto durante muchos kilómetros. Otro tramo y decido volver a jugar, esta vez solo con los modos del cambio. S1 está muy bien para ritmos suaves. Es agradable. S3 es un poco agresivo para mi gusto, pero seguramente, en conducción deportiva sea el más efectivo.

Asfalto bueno, buenas tumbadas, asfalto menos bueno, sucio, mojado o roto (que de todo encontramos) y la moto sigue comportándose con total nobleza y efectividad. E incluso al final del primer día de viaje, recorremos un tramo de pista de tierra de varios kilómetros, retorcido y (mira qué bien€) empapado, con esa fina capa de barrillo que se forma sobre este tipo de pistas cuando acaba de llover. No dudo de la capacidad de la Honda X-ADV y sus neumáticos mixtos sobre este suelo, pero la imagen de 238 kg de X-ADV nuevecita resbalando de delante a la entrada de un viraje y yo sin llegar bien al suelo, me hace reconsiderar las ganas de comprobar si se sujetará o no en esas condiciones.

Al día siguiente empezamos saliendo por esa misma pista. Se ha secado algo o, más bien, el suelo ha absorbido esa capa de barro fino superficial. Y con este piloto algo más descansado, sí me atrevo a llevarla algo más animado. Sigue sin darme confianza del todo: insisto, si se va, no llego al suelo. Voy mejor sobre los reposapiés adaptados que equipa mi moto, un accesorio desarrollado por Rizoma que se integra en el catálogo oficial de Honda. Van más retrasados que las plataformas de serie, son metálicos y se han desarrollado para llevar una postura más campera, de pie, en este tipo de situaciones. Reconozco mis limitaciones y me da cierto respeto llevarla deprisa por aquí. A alguno de mis compañeros de ruta parece que no tanto, y alguno de ellos pasa bastante disparado por mi lado, abriendo gas con soltura a la salida de las curvas y cruzando ligeramente la moto. Eso demuestra que no va nada mal. Eso sí, para mi gusto, para ganar confianza, necesitaría haber soltado un poco las suspensiones. Tal y como están de serie llevan un tarado muy de carretera, algo seco y firme para terrenos como éste.

Honda X-ADV LUCES

El resto de viaje, desde el circuito de Motorland hasta Madrid, lo hacemos por carreteras nacionales. Buen asfalto, muchas rectas… y agua y viento de frente para aburrir. Pantalla arriba del todo, paciencia y aguante. Las primeras curvas con el asfalto mojado dan cierto reparo. Mis experiencias con ruedas mixtas en estas circunstancias no son todo lo positivas que me gustaría y, por tanto, uno afloja el ritmo por si acaso. Pero lo cierto es que sigue dando confianza. Los neumáticos mixtos de serie tienen buen agarre también en mojado y acabo por olvidarme del asunto y, dentro de lo que es rodar en mojado y con viento, acabo disfrutando del buen comportamiento y la comodidad de la X-ADV. Como en todo tipo de circunstancias, ¡o aventuras!

LO MEJOR

– Versátil y polivalente como pocas motos

– Divertida de llevar y cómoda para viajar

– Tecnología e imagen

MEJORARÍA CON

– Una guantera delantera

– Transmisión final por correa

– Peso más contenido

ASÍ VEMOS LA HONDA X-ADV

En carretera: 4

En ciudad: 4

Pasajero: 4

Confort: 4

Equipamiento: 4

Autovía: 4

Una moto a la que pocos fallos podrás encontrar. Prueba de ello es que pocas motos puntúan en nuestro examen de forma tan redonda en todas las casillas. En carretera, la moto es suave, ágil, divertida y agradable. Tanto yendo solo como en compañía. Pero son 54 CV para 238 kilos. En algunas situaciones echarás en falta algo más de potencia; esas rectas interminables, con viento en contra y algo de subida… le cuesta mantener la 6ª a cierta velocidad. En ciudad es una moto agradable, pero no es una moto ligera y, en función de tu altura, será más o menos fácil maniobrar a baja velocidad. Además, el manillar ancho y alto, perfecto en carretera y pistas, aquí se convierte en un detalle a vigilar para que no toque en los coches cuando circulas en atascos entre ellos. Menos mal que las puntas pasan por encima de muchos espejos.

Es muy cómoda, con buen asiento, manillar ancho y una altura agradable para casi todos. Los pies van en sus plataformas tipo scooter. Puedes llevarlos más centrados, más hacia delante o detrás, donde quieras. Ahora bien, en la parte trasera de la plataforma se encuentra el bulto hacia fuera del DCT. Tocarás con el pie ahí, lo que te obliga a llevar ese pie un poco desplazado hacia el exterior. El equipamiento es fantástico. Empezando por el propio sistema de cambio, pasando por el cuadro o las luces LED, freno de aparcamiento, luz del hueco bajo el asiento, enchufe… Solo encontramos a faltar una guantera en la parte delantera, si bien es cierto que si la buscas y lo piensas bien, tampoco hay dónde ubicarla fácilmente. En la autovía es una gran moto para hacer muchos kilómetros sin cansarte, solo o con pasajero, ya que dispone de un sitio fantástico y cómodo para el acompañante

.

Honda X-ADV

 

Honda X-ADV