Motivos por los que te pueden multar en moto sin que (seguramente) seas consciente

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Motivos por los que te pueden multar en moto sin que (seguramente) seas consciente
Luis López Lozano
Luis López Lozano
Tal vez haya infinidad de motivos por los que te puedan multar rodando en moto, pero probablemente de algunos no seas ni siquiera consciente porque, simplemente, no sepas lo que estás haciendo o tal vez le restes importancia a la infracción en sí. Echemos un vistazo a algunas de las más frecuentes que podrían provocar que llegues a tu destino con una multa en el bolsillo.

Motivos por los que te puedan multar en moto hay muchos, pero si eres consciente de lo que haces mientras ruedas con ella, la cantidad debería ir reduciéndose hasta quedar en prácticamente nada. Lo cierto es que aquello de ir por ahí algo despistado, con el argumento de “no me he dado cuenta, voy pensando en mis cosas”, no suele convencer a los agentes de la autoridad, lo que tampoco implica que no sea cierto que esté sucediendo eso precisamente, provocando un despiste que desemboque en la irrenunciable multa por cometer, a sabiendas o no, una infracción.

En la siguiente relación que vamos a ir desgranando comprobarás que no siempre una infracción es única y exclusiva del colectivo de motoristas, pero si aparece a continuación es porque resulta más frecuente de lo que pudiera imaginarse en un principio… Vamos, que no serás el primero ni el último en caer en las redes del descuido pero, recuerda, esto puede y debe ser motivo de sanción. Así pues, atento, porque esto nos interesa a todos los que vamos en moto, que ya está lo suficientemente cara la gasolina como para ir sufragando más gastos en el día a día, por no hablar de la pérdida de puntos…

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Más frecuente de lo imaginable… y de lo deseado

Una infracción muy habitual entre el colectivo motero la encontramos en la dificultad que ciertos usuarios de la moto tienen para mantener la distancia de seguridad, tanto lateral como frontal; dentro del primero de los casos encontramos motivos más que suficientes para ser multados por avanzar entre hileras de vehículos sin mantener la distancia lateral correspondiente, es decir, 1,5 metros. La acción más habitual la encontramos evitando atascos rodando entre coches: si un agente “ficha” tu manera de circular de esta guisa, poco podrás argüir para evitar la correspondiente multa. Por otra parte, el mero hecho de rodar pegado al vehículo que tenemos justo delante es otro de esos motivos directos que justifican una conducción irresponsable. Ten en cuenta que a veces no lo pensamos y nos aproximamos tanto al conductor que tenemos en nuestro punto de mira que, en caso de tener que realizar una frenada de emergencia, la colisión sería inevitable; por cierto, y dicho sea de paso, a efectos del posterior parte para el seguro, tú serás el culpable del siniestro. Conclusión: deja metros por delante y en los flancos laterales para no solo evitar un accidente por alcance, sino también para no ser multado… como mal menor.

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Al hilo de esto, también hay que citar no tanto la velocidad excesiva (rebasar con creces la máxima permitida en la vía por la que circulamos), sino la inadecuada. Un claro ejemplo sería lo que hacemos mientras avanzamos en un atasco: no solo no respetamos la distancia mínima de seguridad lateral, sino que en caso de que tengamos prisa o que veamos muy claro que podemos ir a cierto ritmo por existir espacio abierto por delante, será en todo caso motivo de infracción por circular a una velocidad inadecuada por el estado de la vía en ese momento. Un aspecto que no siempre valoramos porque llegamos tarde o, tal vez, porque no somos conscientes de la velocidad a la que rodamos en unas condiciones concretas de riesgo con peligro inminente.

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Los indicadores de dirección existen, y están para algo

Los indicadores de dirección no solo existen para mantener la simetría de la moto en cuanto al grupo óptico se refiere, sino que su uso es obligatorio para señalizar cualquier maniobra, desde que inicias la marcha hasta que te detienes. Algo que con demasiada frecuencia se ignora, que no se desconoce, porque imagino que has pasado por la autoescuela como todo hijo de vecino, y has aprobado el examen teórico y práctico usando los preceptivos intermitentes de manera correcta para aprobar… Pues no hay razón para pensar en lo contrario ahora que llevas el carnet contigo a todas partes (otro detalle que también es obligatorio, bien físicamente o en formato digital a través de la app de la DGT).

El simple hecho de cambiar de carril, abandonar la vía por la que circulas ocupando progresivamente el de desaceleración o abandonar una rotonda por la salida deseada, entre otros miles de ejemplos, implica usar el intermitente que corresponda para indicar a los demás la maniobra que estamos a punto de realizar. A veces circulamos con las «orejeras» puestas, hablamos por teléfono con el manos libres o tal vez acabe de pasar junto a ti una Yamaha Niken y te impacte su doble tren delantero, olvidándote del intermitente en la maniobra que estás haciendo ese momento… La sanción por parte de un agente estaría plenamente justificada. Forma parte de la circulación en general, así que no hay motivo para dejar de hacerlo por rodar en moto.

Por cierto, una acción relacionada con este tipo de circulación “despreocupada” en moto también es punible, y más habitual de lo debido: circular realizando eses mientras rebasas vehículos o incluso sin la necesidad de ello, también es motivo de infracción por conducción negligente. Esa ridícula recreación zigzagueando en las maniobras de adelantamiento, por ejemplo, que por supuesto también entraña la omisión del uso de los indicadores de dirección, no está demasiado bien vista por el colectivo, pero peor lo tienes si lo practicas ante los ojos de los agentes de Tráfico… Los inventos y las demostraciones, mejor con gaseosa y, llegado el caso, en un circuito (mejor con un alquiler privado y exclusivo).

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También obvio… e imperdonable

Todos, en algún momento, tenemos prisa para llegar a nuestro destino. Las maniobras últimas indicadas no se justifican con nada, pero no es menos cierto que nuestra seguridad debería prevalecer por encima de cualquier circunstancia… Y una de ellas es el correcto ajuste del casco. Aparte de poder circular con un abatible en su posición abierta siempre que disponga de doble homologación (en caso contrario, ya sabes…), un casco debe ir en todos los casos con las cinchas abrochadas y ajustadas. Los apremios, el “llego tarde y no me he dado cuenta”, no sirven: el casco sin abrochar por cualquier circunstancia (llevar un pañuelo de cuello tipo braga que nos impide su ajuste, por ejemplo), es motivo de sanción directa con 200 euros de multa y nada menos que 4 puntos del carnet.

Un caso aparte merece la ingesta de alcohol y drogas. Al parecer, lo primero se ha contenido dentro del colectivo motorista, ya sea por la mayor concienciación del gremio o por los cada vez más numerosos controles desplegados por toda la red viaria, pero lo segundo resulta más peculiar: la duración y sus efectos en la sangre son más prolongados, tardando incluso varios días en desaparecer. Lo que ocurre es fácil de adivinar: el conductor se considera a sí mismo “limpio” días después de la ingesta cuando, en realidad, en un control que deba superar hasta cuatro días después, podría dar como resultado positivo en ciertas drogas. Y sí, hay bastantes más casos de este tipo de los que pueda imaginarse a priori.

Una cosa sí está clara, y es que ponerte a los mandos de una moto requiere de la intensa intervención de los cinco sentidos. La relajación o el despiste no suelen ser buenos compañeros de viaje. Evitemos actitudes como circular con el alumbrado antiniebla encendido sin que se den las condiciones para su uso, mantengamos la moto en buen estado general de todos sus componentes, ITV incluida (con el adhesivo de validez bien visible aunque afee la moto), y circulemos respetando a los demás con el equipamiento homologado correspondiente. Una forma racional de evitar cualquier multa, por muchos kilómetros que hagas al día.