Prevención, cuidados y consejos

No olvides todo lo que tiene fecha de caducidad en tu moto

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No olvides todo lo que tiene fecha de caducidad en tu moto
Daniel Navarro
Daniel Navarro
¿Sabes que hay cosas en tu moto con fecha de caducidad? Pues sí. Y si te pones a pensarlo hay más elementos de los que crees en esta situación. A lo mejor es buen momento, justo a la vuelta de vacaciones, para echarle un vistazo y comprobar que no tienes nada próximo a esa fecha.

Si nos ponemos el plan pesimista, todo caduca en esta vida. Hasta esa sal del Himalaya que venden en el departamento de «Delicatessen» tiene fecha de caducidad. Según su envase conserva tres millones de años de antigüedad, pero caduca justo en unos meses. Ya es mala suerte… Pero chistes de internet aparte, lo cierto es que sí, todo caduca. En el entorno de la moto también. Por eso precisamente hay un mantenimiento y revisiones periódicas necesarias, porque muchos de los componentes de la moto se desgastan y otros, cuyo funcionamiento correcto depende de su composición química, del uso, del sol y del contacto con el aire, pierden propiedades. Es decir: caducan. Veamos qué componentes se ven afectados por ello.

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1. Aceite

Los aceites que emplea tu moto en el motor, cambio o embrague, casi siempre uno solo para los tres componentes, disponen de un tiempo de validez en su trabajo. Resulta interesante que mientras está en su envase cerrado, esa fecha de caducidad es casi infinita (apenas pierde propiedades), en cuanto se abre la cosa cambia y, por supuesto, sometido al trabajo que le imprime el motor, presión, calor e incluso mezcla con otros componentes (gasolina que llega al cárter, sustancias de desgaste de embrague o engranajes, etc), esa fecha de caducidad empieza a correr.

Como sabes, las revisiones te las suele indicar la marca en kilómetros recorridos y, también, se suele decir que si no has hecho el kilometraje indicado, debes cambiar el aceite al menos una vez al año. Si haces caso es lo mejor, porque un cambio de aceite al año no es caro y te aseguras no haber llegado a esa «caducidad». Pero desde luego, no lo estires más de dos años porque, en esas circunstancias, ya es prácticamente seguro que ha perdido muchas propiedades, además de encontrarse probablemente bajo de nivel y obligarte, si no cambias, a mezclar con otro aceite. Y si vas a cambiar el aceite de un envase abierto, que no sea de esos que dan vueltas por el garaje desde tiempos inmemoriales: si no sabes si tiene más de un año, úsalo para engrasar las bisagras de las puertas y compra un aceite nuevo.

2. Otros líquidos

Suele decirse que el líquido de refrigeración, el de frenos y el aceite de la horquilla debe cambiarse también cada dos años. Desde luego, si lo haces, notarás la diferencia. Todos ellos a lo largo de ese tiempo, igual que el aceite, han perdido propiedades y trabajan peor. Parte de la gracia de esto de montar en moto está en el placer que da el hecho de que todo funcione como debe y para ello, llevar estos componentes en buen forma es básico.

El líquido de refrigeración no es agua del grifo. Digamos que eso puede salvarte de un apuro, pero emplea refrigerante (más usualmente llamado anticongelante) de cierta calidad. Lleva aditivos que permiten un mejor funcionamiento del sistema, evitan óxidos en las partes metálicas que alcanza e incluso lubrica partes móviles como la bomba. El líquido de freno debes ser el que se indica en las tapas del mismo, identificado por la norma DOT, no cambiarlo por otro ni debes (según dicen los expertos en estos líquidos) por otro superior, puesto que son distintos. Ojo con tirar de latas abiertas para hacerlo porque no serías el primero que rellena el freno de la moto con el aguarrás que sobró de pintar la valla…

En cuanto al de suspensiones, el de horquilla es relativamente fácil de reemplazar; en cambio, el de un amortiguador, que también lleva, no es fácil. Nuestro consejo es más bien que cada cierto tiempo, y dos años es una cifra razonable, es que lleves la moto completa a revisar de suspensiones a un centro especializado. Cambiarán aceite de horquilla pero revisarán el resto de los componentes del sistema. Y en llevar una suspensión en condiciones encontramos, como te decía, gran parte del disfrute y seguridad de rodar con una moto.

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3. Neumáticos y pastillas de freno

Las ruedas y pastillas de freno o zapatas, si tu moto todavía las lleva, son también de esos elementos «caprichosos» en cuanto a su «caducidad». No suelen llegar a ese momento si usas la moto con normalidad y regularidad, ya que se desgastarán antes y no tendrás más remedio que cambiarlo si quieres seguir rodando. Sin embargo, en una moto que ha estado parada, tanto una cosa (neumáticos) como la otra (frenos) se cristalizan y pierden propiedades. Y se nota mucho. El problema es que no hay indicadores de cristalización, ni cambian drásticamente de aspecto o nada parecido. Simplemente, la goma no agarra como debe ni las pastillas frenan bien.

Con los neumáticos y cierta experiencia sí puedes “testarlos”, tocándolos metiendo un tanto la uña en la goma. Con los frenos, simplemente es cuestión de probar y, si no van bien, una de las causas puede ser esa cristalización del ferodo o forro de la zapata. Y otro de los problemas es que no hay «fecha de cristalización»; por ejemplo, una moto guardada en un lugar concreto, bajo buenas condiciones, puede no cristalizar nada en años y otra, con neumáticos ya calentados y enfriados muchas veces, un tanto envejecidos y mal cuidados, pueden perder propiedades en unos cuantos meses de estar la moto parada.

4. Manguitos, gomas, cables…

Para nuestra desgracia, cualquier material plástico o de goma está sometido a esa degradación causada por el paso del tiempo al aire libre. Se suele decir que son materiales muy estables pero lo cierto es que «caducan» también. Por su trabajo, los manguitos del motor están expuestos a esas subidas y bajadas de temperatura normales en la utilización de la moto. Y esas diferencias mas el sol, el aire, gasolina, aceites, grasa y suciedad que les llega, suelen afectarles. Y es casi siempre de la misma manera: pierden elasticidad y con la rigidez acaban por aparecer grietas y fugas, o lo que es peor, incluso roturas. Son desgraciadamente famosos los tubos de admisión de las motos japonesas de los años 90: un tipo de moto muy de moda que, ahora, al recuperar modelos que han estado parados, necesitan todas esas gomas de admisión nuevas para recobrar la vida de un modo correcto.

Los cables no son material plástico ni goma. Normalmente tienen una duración indefinida pero lo que sí es cierto es que por dentro, entre la camisa y el cable, se suele acumular suciedad, además adherida al haberse pegado al lubricante que esos cables solían tener cuando alguien cuidaba de ellos. Esa suciedad hace que no funcionen bien y que tengan mayor rozamiento, que a su vez lleva a una mayor facilidad de rotura.

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5. Pintura

Por supuesto que la pintura caduca. Solo tienes que ver un coche o una moto de color rojo, por ejemplo, que hayan estado mucho tiempo al sol. No sé por qué, pero ese color es de los que peor lo llevan, aunque el desgaste por el paso del tiempo se nota sobre cualquier tono, en cualquier material. Y tienes poco que hacer contra ello: mantener a ser posible la moto poco tiempo al sol, limpiarla con cuidado y buenos productos y, cuando ya tiene muchos años y empieza a notarse, intentar pulir la carrocería en la medida que se pueda; ojo aquí con llevarte por delante los gráficos y adhesivos que puedas encontrar sobre la laca. La otra solución es, cómo no, pintar la moto de nuevo.

6. Tu equipamiento

Es bastante conocido que los cascos «caducan». Se suele decir que un casco estándar debe estar entre 5 y 10 años como mucho, siendo optimista, en servicio y después jubilarse, porque sus compuestos han perdido propiedades. Lo cierto es que es así y no sólo afecta a la carcasa, que seguramente sea lo que menos se note, sino que el interior también estará desgastado si el casco ha tenido un uso intensivo. Y por supuesto, la suciedad de la carretera, la exposición al sol y demás también le afecta.

Chaquetas, botas, guantes y demás equipamiento pueden aguantar mucho tiempo, por supuesto. Las protecciones, que en el fondo son también materiales plásticos y sintéticos, también lo sufrirán, pero lo cierto es que si no has tenido caídas suelen ir protegidas en el interior de la prenda. En cualquier caso, piensa que el tiempo pasa también para la moda y la investigación. Un equipamiento de hace 20 años no es igual de seguro, cómodo y «chulo» como uno nuevo. No dejes que el tuyo cumpla esa edad y vete renovando, poco a poco, antes de alargarlo demasiado.

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7. ITV y carné de conducir

No creo que esto te sorprenda ni que sea necesario que te lo digamos, pero a lo mejor sí está bien recordártelo: el carné de conducir caduca y hay que renovarlo. Si hace tiempo que no lo miras, comprueba que sigue vigente. Y la ITV, por supuesto: si tu vehículo tiene años probablemente ya lo sepas porque, entre otros detalles, viene a formar parte de la rutina anual en un coche, bianual en las motos.

Muchas veces esto es peor, provoca más «shock» al darte cuenta de que tu moto nueva ya ha dejado, en cierto modo, de serlo cuando toca pasar la primera ITV. Suele pillar más de sorpresa, aunque la Dirección General de Tráfico avisa para que no se te pase.

8. … y la propia moto

No estoy muy seguro de si una moto caduca… En el fondo, soy muy aficionado a las clásicas, que son motos que demuestran fehacientemente que una moto, en buen estado, puede usarse siempre. Pero sí, al igual que ocurre con el equipamiento, la tecnología y la investigación hace que cada día las motos sean mejores y más seguras. Del mismo modo puede afirmarse que las clásicas son bonitas y hasta divertidas, pero hay que reconocer que tienen un uso diferente al de la moto moderna, la que empleas para el día a día, para largos viajes o para salir a carretera divirtiéndote en curvas.

En realidad, pensando en estos usos, los más convencionales y habituales, las nuevas tecnologías incorporadas en las motos de última generación las hacen no sólo mejores por ser más seguras, sino también más divertidas y “plenas”. Vete a un concesionario y prueba una moto nueva. Seguro que me darás la razón.

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