La Kawasaki Z e-1 es la primera moto eléctrica de la marca y una excelente urbanita
La Kawasaki Z e-1 es el pistoletazo de salida para las motos eléctricas de la firma verde que, desde ya mismo, se encuentra disponible en toda la red de concesionarios. Y aunque su apariencia pretende adelantar su carácter, después de haber realizado esta prueba confirma que ofrece un porcentaje justo de sport y otro mucho más elevado como herramienta urbana.
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Las motos eléctricas, equivalentes a bajas cilindradas de motores térmicos para entornos urbanos, ya no son una promesa de futuro, sino una realidad firme y bien establecida desde hace tiempo. Sin embargo, este avance ha tomado a las grandes marcas japonesas casi sin preparación… como a pie cambiado.
Basta con observar los servicios de motosharing, llenos de motos europeas o chinas, o las listas de las «125» eléctricas más vendidas, donde solo Yamaha ha ingresado en 2023.
A pesar de que las eléctricas equivalentes a 125 cc son cada vez más comunes y algunas se acercan, cada vez con mayor fidelidad, a las necesidades reales de los clientes, siguen representando un porcentaje mínimo de las ventas, esto es, poco más de 8.500 unidades de un total de 190.000 en el mercado general, no solo en la categoría 125.
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Además, los datos indican que en 2023 las ventas han disminuido, marcando una tendencia contraria a años anteriores en los que el mercado de eléctricas crecía constantemente. La tecnología ahora se cuestiona como solución general, a pesar de años de pronunciamientos que la proclamaban como el futuro de la movilidad.
Aunque las eléctricas equivalentes a 125 van en aumento, todavía se enfrentan a desafíos para cumplir con los estándares de calidad de las marcas establecidas, ofrecer precios razonables y proporcionar la autonomía y prestaciones necesarias.
Muchas marcas grandes dudan acerca del ingreso a este segmento, ya que alcanzar aquí compromisos sin la debida experiencia acumulada por sus propios equipos de trabajo, resultaría complejo y podría poner en riesgo una larga reputación ganada a pulso durante décadas de intenso labor y sacrificio.
Cómo es la Kawasaki Z e-1
En cuanto lo que aquí y ahora nos ocupa, la Kawasaki Z e-1, la relación precio-prestaciones en nuestra opinión está bastante alejada del centro del segmento. Aunque la moto cumple con lo esperado en términos de suavidad, calidad de construcción, comodidad y estética atractiva, un precio por encima de los 8.400 € (o más de 6.000€ con ayudas) parece elevado.
Tegamos en cuenta que tratamos con dicha tarifa para una moto que, a pesar de querer parecer deportiva al equiparar su estética al resto de la familia Z convencionales de su mismo catálogo, se queda en una opción más adecuada para entornos urbanos tranquilos y, por ello, limitada en sus capacidades.
La Kawasaki Z e-1 presenta un chasis multitubular característico de Kawasaki, derivado de la gama 400 cc de gasolina. Cuenta con una horquilla de 41 mm y amortiguador trasero montado sobre bieletas mediante sistema Uni-Track, con ajuste en precarga.
Las llantas de aleación son de 17 pulgadas en ambos trenes, y los frenos de disco de 290 mm y 220 mm, delante y detrás respectivamente, se benefician de un sistema de frenada regenerativa automático.
El motor es una unidad síncrona de imanes permanentes y refrigeración por aire. Ofrece 6,8 CV a 2,800 rpm y picos de 12 CV entre las 2.600 vueltas y las 4.000 rpm, con un par motor declarado de 40,5 Nm desde cero.
El consumo oficial es de 49 Wh por kilómetro. Las dos baterías extraíbles, conectadas en paralelo, tienen una capacidad total de algo más de 3 kWh. El cargador, que se puede llevar en el hueco sobre las baterías, permite cargar ambas a la vez o de forma separada, con un tiempo de recarga que conlleva una espera aproximada de 3,7 horas.
Cómo va
La moto es ligera, con un peso declarado de 135 kg en total, y el asiento está a solo 785 mm de altura al suelo. Es cómoda, manejable y fácil de maniobrar tanto en parado como en marcha, con el modo Walk para maniobras a baja velocidad. Sin embargo, el asiento del pasajero está elevado, lo que puede resultar incómodo si decides llevar a alguien atrás.
En términos de prestaciones, la Kawasaki Z e-1 muestra su mejor desempeño en entornos urbanos, siendo extremadamete ágil y manejable a más no poder. Sin embargo, en carretera se ve limitada con velocidades máximas declaradas que son justas para el tráfico real.
La capacidad de las baterías, con una autonomía oficial de unos 70 km, puede parecer limitada para ciertos usuarios que necesiten cubrir distancias considerables en recorridos de ida y vuelta sin recarga, pero en un entorno urbano se mueve por encima de los 50 km de alcance, lo que sí supone una garantía de movilidad eficiente, adecuada y muy provechosa.
Lo mejor:
- Estilo y estética muy conseguidos
- Suavidad total de funcionamiento
- Marca premium en el ámbito de las eléctricas
Mejoraría con:
- Unas prestaciones ligeramente superiores para carretera
- Autonomía algo superior
- Un asiento un poco más accesible para el pasajero
Así la vemos:
- En carretera: 1
- En ciudad: 3
- Pasajero: 2
- Confort: 3
- Equipamiento: 3
- Autovía: 1
(De 1 a 5 puntos)
La Kawasaki Z e-1, siendo la primera incursión eléctrica pura de la marca, cumple con altos estándares de calidad y acabado, presentando una estética llamativa y agradable. Es la primera y mejor impresión.
Sin embargo, una vez en marcha se ve limitada en términos de prestaciones y autonomía, especialmente dado su precio. En entornos urbanos la moto se desenvuelve a las mil maravillas, pero en carretera, con velocidades máximas justas y una autonomía claramente insuficiente, se queda corta para ser equivalente a una 125 convencional… si realmente es esto lo que persigue.
