Prueba a fondo Ducati XDiavel S: El diablo se viste de cruiser

33 Prueba a fondo Ducati XDiavel S: El diablo se viste de cruiser
Fotos de la Ducati XDiavel S
Daniel Navarro
Daniel Navarro
Ducati es una marca diferente. A ellos no les gusta competir en los segmentos establecidos. Mejor inventar nuevos segmentos. ¿Un ejemplo? La Ducati XDiavel S.


Ducati forma parte de los orígenes de las superbikes modernas. Desde luego, inventaron las superdeportivas de chasis tubular y motor V-Twin. También las naked sport con la Monster. Pero no, no han inventado las custom o las cruiser. Sin embargo, su interpretación de este segmento es, cuando menos, muy original.

Ducati Paso, Scrambler, Multistrada… ¿no ves cómo mi teoría de la originalidad Ducati se cumple? No hacen motos como los demás, siempre son diferentes. Aunque no siempre fue así, y en la historia de Ducati abundan motos más normales. Una de ellas es, precisamente, la predecesora de esta XDiavel en la posición de moto custom de la gama italiana. ¿No te acuerdas de la Indiana? Fue una «interpretación custom de Ducati; una moto con el motor V-Twin de aire de los años 80, de «pintas» similares a lo que era una Virago, Shadow o cualquier otra de sus rivales de la época. Según dicen (yo no llegué a probarlas), disponía de mejores frenos, con geometrías de moto «de verdad» y, por tanto, con el buen comportamiento que se espera de toda una Ducati.

Esta Indiana tampoco es la primera ni única custom de la marca de Bolonia. Ni siquiera es la primera cruiser, si entendemos bajo este término «una moto de cierto regusto americano, capaz de andar bien en carretera». La marca italiana ya estuvo cerca de revolucionar el mercado de las cruiser en los años 60 con la Ducati Apollo. A petición del importador americano de la marca, Taglioni diseña una brutal V4 Desmo de casi 1.300 cc, 100 CV en su primer versión y más de 270 kilos de peso. La idea era vsurtir a los cuerpos de policía estadounidenses como una alternativa más dinámica respecto a las Harley-Davidson de la época. Ofrecía el doble de CV y mantenía un estilo de líneas muy similar a aquéllas€pero pesaba mucho más y deshacía las ruedas traseras a los pocos kilómetros. Conducirla era, como decía algún probador de entonces «como llevar un camión». Se redujo la potencia y se hicieron más modificaciones, pero no llegó a ver la luz. No obstante, la moto era espectacular.

¿Y a qué viene este rollo? Para contar que Ducati, con la XDiavel, no hace nada que no haya hecho antes, es decir, una cruiser diferente, bestial para los cánones de su época como fue la Apollo, pero de comportamiento intachable y de moto real como fue la Indiana.

Ducati XDiavel S

Cómo es la Ducati XDiavel S

Simplemente impresionante. No hay muchas motos que impongan tanto con su sola presencia. Es grande, larga, muy negra, con pinta de «mala leche» a raudales. Te vas fijando en detalles y emana calidad y tecnología por todos lados. El faro, enmarcado en una barra LED, hace de luz de día y automáticamente, cuando baja el nivel de luz ambiental, cambia sola a cortas. El cuadro TFT, en color, muestra varias visualizaciones en función del modo de funcionamiento seleccionado, Sport, Touring o Urban. Las piñas retroiluminadas, los mandos… todo es de la más alta calidad posible.

Otros detalles te hacen ver que no estás ante una cruiser convencional. Horquilla invertida regulable de 50 mm con recubrimiento DLC, pinzas radiales Brembo monobloque, tija triple… es equipamiento de una deportiva y de muy alto nivel. Pero, sobre todo, la enorme rueda trasera Pirelli Diablo Rosso II 240/45-17 hacen no te parezca en absoluto una moto normal.

Ducati XDiavel SSobre ella, las cosas también son diferentes. Es un compendio de la máxima tecnología que puedes encontrar hoy en una moto. El contacto se enciende pulsando el botón de arranque o el que tienes bajo el cuadro, en la típica cerradura de contacto, solo que en este caso tiene un botón en lugar de agujero para la llave. Claro, incorpora llave de proximidad. El cuadro te saluda encendiendo el logo de Ducati. Entonces puedes entrar en los menús de configuración de la moto. Es intuitivo y fácil de gestionar, casi más que de explicar. Para eso necesitaríamos un libro entero. Todo es programable a tu gusto. También actúa en función de la luz ambiental: si es de noche (o en un túnel) el fondo es negro; si es de día, blanco.

La moto es todo un compendio de tecnología. Sobre el clásico chasis multitubular Ducati, diseñado específicamente para ella, se monta el motor Testastretta DVT 1262 de distribución variable específicamente desarrollado para ella. Con electrónica a raudales, por supuesto cuenta con control de tracción, ABS de última generación, controles de crucero y de lanzamiento y un montón de «juguetes» más.

Cómo va la Ducati XDiavel S

La posición sobre esta Ducati es muy custom. Lleva los reposapiés regulables en tres posiciones de distancia. De serie venían en el del centro, demasiado lejos para mi 1,65 m, y me entretuve en retrasarlos. En esta posición, para mi, sigue sin ser cómoda, pero al menos puedo frena y cambiar sin tener que estirarme. El embrague no es especialmente blando. Tiene buen tacto, pero no es blando (y eso que es asistido). Los frenos sí ofrecen un tacto de primera. Circulando por ciudad en modo Urban, el cuadro recuerda al de un scooter, con la visualización de la velocidad en primer plano. La moto es suave y no hay vibraciones ni malos modos. De hecho, es más manejable de lo que esperas de una moto de más de 1.600 mm de distancia entre ejes y 247 kg, aunque no es precisamente una ligerísima naked…

Ducati XDiavel S

En carretera, como era de esperar, la moto tiene dos caras casi contrapuestas. Lo primero que notas es que la rueda delantera va muy lejos… o tú sentado muy detrás. Además, con las manos abiertas y piernas hacia delante, no te encuentras en la posición más adecuada para hacer una conducción deportiva. Al principio te parece que no notas la rueda delantera. Sin embargo, va todo tan bien que te animas. Al cabo de pocos kilómetros te has hecho a sus maneras y te das cuenta de que se puede llevar muy deprisa. ABS que actúa en función del ángulo de inclinación y control de tracción te dan seguridad para apurar frenadas (frena mucho y bien) o para abrir gas con ganas. No es fácil dar en el suelo con los reposapiés, ya que tienes 40º de inclinación que, insisto, en esta posición de conducción es bastante. En eso tampoco es una cruiser al uso. Pero esa postura te limita bastante y más para ir deprisa de verdad. Llevar el cuerpo de «paracaídas de freno» no es buena idea. En Ducati lo saben. Así queda muy bien, pero si quieres disfrutar más a tope de sus cualidades dinámicas, te venden unos reposapiés centrados que te ayudarán mucho.

Ducati XDiavel SEl motor es brutal, como todo en esta moto. Es la última evolución del V-Twin a 90º de la marca, bautizado como Testastretta DVT 1262, donde las siglas quieren decir Desmodromic Variable Timming, es decir, distribución desmo variable. Esto le ayu-da a dar el par necesario en todo momento. Su gestión electrónica es lo que la hace más manejable. En modo Urban es «una madre», en modo Touring, demuestra que es Ducati y en modo Sport quiere arrancarte los brazos cuando abres gas con decisión. Dispone de 156 CV y, sobre todo, de un par máximo de 128,9 Nm a 5.000 rpm. Llama la atención la transmisión mediante correa dentada. Este sistema asegura una suavidad de marcha increíble. Se trata de una tecnología que no hace muchos años era limitada porque no aguantaba potencias más allá de los 70/80 CV. Hoy día, como demuestra Ducati, alcanza ya cotas de potencia bastante más elevadas.

Ah, se me olvidaba comentarte un detalle más: incluye un «botoncito» marcado como DPL. Quiere decir Ducati Power Launch, es decir, un control de lanzamiento. Lo conectas, la pantalla entra en modo DPL y te va diciendo lo que tienes que hacer. Primero, qué tipo de lanzamiento quieres, con tres niveles de regulación. Luego, coge el embrague, abre gas a tope, suelta el embrague… y se abren las puertas del infierno. El sistema controla la tracción y los posibles «wheelies» para que aceleres lo más rápido posible. Y es mucho. Por eso te advierte el propio sistema de que lo emplees en circuito cerrado y con cuidado. Aquí es donde encuentras uno de los pocos fallos que le hemos encontrado: ¿hay una moto que justifique más la necesidad de un cambio semiautomático? La Ducati XDiavel S no lo incorpora.

ASÍ LA VEMOS

En carretera: 4
En ciudad: 2
Pasajero: 2
Confort: 3
Equipamiento: 5
Autovía: 3

Ducati XDiavel S

No es fácil analizar punto a punto esta moto. Tal y como es de serie, está claro que es una moto para mirar y lucirse, pero es muy moldeable. Ofrece varias posiciones de reposapiés, infinidad de posibilidades electrónicas y un importante catálogo de accesorios que facilitan ajustarla al uso que le vayas a dar y convertir deficiencias en ventajas. Partiendo de la moto «de serie», tal y como sale de la tienda, en carretera es una moto agradable y divertida de llevar. Ofrece 40º de inclinación, el motor es un «tiro» y tiene una parte ciclo más cercana al de una buena sport que al de una cruiser convencional. Así, cuando te acostumbras a la posición que llevas, puedes divertirte en las curvas… y disfrutar «como un enano» en los sitios donde puedas acelerar a gusto.

En ciudad se lleva bien, pero no deja de ser una moto muy larga y de más de 240 kilos, y eso, metido en atascos, no ayuda a sortear coches. El pasajero, como te decíamos antes, prácticamente tiene derecho a exigir que le montes al menos el respaldo.

Es una moto moderadamente cómoda. La posición de una cruiser, a pesar de que tiene muchos defensores, no resulta especialmente agradable en uso polivalente. Las manos van altas y los pies echados para delante. Te llevas todo el aire de marcha con el pecho y te requiere un gran esfuerzo. A pesar de ello, también esto está bien pensado, ya que te quita un poco con el faro y el asiento es muy bueno. En equipamiento le damos un 5. Pocas motos te ofrecen más y en nuestro caso, salvo echar de menos un «quickshifter», no le encontramos más fallos ni más necesidades. ¿Un parabrisas? ¿Maletas? Es posible, pero entonces perdería su personalidad cruiser-salvaje de serie. Además, si dispones de los 23.000€ que cuesta la moto, seguramente puedas instalarlos a parte si te agradan. En autovía, precisamente por esa posición y la falta de protección aerodinámica no puede puntuar más alto, aunque a su favor hay que decir que para circular a velocidades legales es suficiente con lo que hay y el «control cruise» ayuda a no pasarse y a no preocuparte siquiera por mantener el gas abierto.

LO MEJOR

– Impactante estética
– Tecnología punta por todos sus rincones
– Aceleración

MEJORARÍA CON

-Cambio semiautomático
-Reposapiés centrados y respaldo pasajero de serie
-Embrague más suave

El detalle

La XDiavel es una moto muy especial. Tanto, que puede requerir, más que en otros casos, la ayuda del catálogo de accesorios para que de verdad sea una moto adaptada a ti. Para empezar, los propios reposapiés se pueden regular en tres posiciones de serie, pero si necesitas más puedes recurrir a los que se ofrecen como accesorio para montar centrados. Cinco asientos a elegir; «confort», más alto, más bajo u otro en piel. Y tres posiciones de manillar, más o menos avanzado en 25 mm, también como accesorio. Si vas a llevar pasajero, mejor ponle un «kit confort» que incluye asiento especial y un respaldo. Cuando ves la rueda trasera y le dices al posible pasajero que se imagine lo que le puede pasar si se escurre del asiento hacia atrás, seguro que te exige que lo montes antes de subirse…

 

Ducati XDiavel