Las motos del Museo de Alcalá

Motos «Made in Spain»: Anvian, española a la italiana

ANVIAN apertura
Motos «Made in Spain»: Anvian, española a la italiana
Daniel Navarro
Daniel Navarro
Finales de los 70. En España no hay afición a la moto, hay pasión. Las carreras de todo tipo están llenas de pilotos que saben que las motos españolas están superadas, aunque tampoco es fácil conseguir una extranjera.

La pasión por la moto se encuentra y se vive en todas las especialidades. Las copas Streaker y OSSA se han salido en cuanto a inscritos. Las Motociclismo Series han triunfado, así como los motocross patrocinados por El Corte Ingles con aquello de «Que grande es ser jóven», o el famoso Triangular también. De hecho, se ha probado con el dirt track y con el «motoball» curiosamente sin éxito porque todo lo que sea «moto» parece triunfar en una época en la que hay verdadera hambre por la moto.

Y junto con todas esas ganas de moto hay también cierto «empacho» de marcas nacionales. Vale, en nuestro país hemos vivido de Bultaco, Montesa y OSSA desde los años 50 y 60, haciendo grandes cosas, pero viendo lo que hay por ahí fuera y lo poco que se logra colar por las fronteras, los pilotos buscan probar esa «fruta prohibida» que en España no acaba de llegar. Mientras tanto, Montesa está experimentando con los motores Alcor, con precompresión por un pistón frontal (algo que hubiese podido ser un gran invento y que no pasó del prototipo), las suspensiones PRS y los cárteres pequeños (motor «Xuclat» y cilindros de agua), y Bultaco con todo ello en los famosos prototipos MK15. Pero no llegan nunca a la serie. Derbi sí: vende las CR y CRS de cross en 125 y 250 y poco a poco va incorporando esas novedades en unas motos rápidas, inspiradas en las Honda y, según dicen, un tanto delicadas, pero atractivas. En las cilindradas pequeñas, sobre todo Puch y Rieju sí avanzan al ritmo del mundo y sus 75 de cross y enduro son rápidas y potentes, prácticamente tanto como cualquier extranjera de primera línea; incluso en velocidad hay ideas y proyectos muy interesantes con Arisco, Siroko y, sobre todo, Kobas y JJ Cobas como verdaderos protagonistas. En España, desde luego, hay ideas, afición y hasta tecnología para hacer cosas muy bien hechas. Otra cosa es que el dinero escasee en la inversión de proyectos difíciles de exportar. Pero hay quien lo intenta.

ANVIAN amarillo negro 1

Clásicas españolas: toda la información y reportajes sobre las motos «Made in Spain»

Anvian: el nacimiento

Ponte en 1979. Quieres correr en motocross. Está claro que las motos extranjeras, sobre todo en 125 cc, están por encima de las nuestras. Bultaco y OSSA ya no fabrican 125 cc para la especialidad, de modo que sus motores están obsoletos y por debajo en niveles de potencia, de lo que sería aceptable. Montesa sí sigue fabricando su VE 125 q ue, en 1980, se convierte en la famosa VF 125, la última de su estirpe. Pero con 20 CV está lejos de ser una moto puntera. Eso sí, se están empleando en campeonatos juveniles y… sirve, aunque todos sepan que no es una moto competitiva. Derbi no ha aterrizado todavía a esas parrillas: fabrican la 74 Cross Competición (desde 1977) pero la primera 125 de venta al público no llegará hasta 1980.

Mientras tanto, en Italia hay infinidad de marcas de motos. Casi lquier fabricante con capacidad de soldar un chasis es capaz de montar una moto comprando todos los componentes. Es lo que se llama “fabricar a la italiana». ¿Por qué no se podría hacer aquí?

Pedro Ríos, Antonio Sánchez y Emilio Pérez son tres emprendedores que fundan Intermoto, la empresa que empieza a “fabricar a la italiana» una nueva moto de cross al nivel requerido. Ponen a sus motos un nombre compuesto por el de sus respectivas esposas: Ángeles, Victoria y Antonia es decir, Anvian. La verdad, suena bien. Y la moto, vista como prototipo al final de 1979 en manos de Oriol Pons en 250, promete. Llega en 1980 y resulta cuando menos llamativa.

Anvian 250 Oriol Pons

Intermoto no es sólo el fabricante de las Anvian. De hecho, se meten en ese lío de fabricar motos porque son importadores de la marca italiana Villa. Estos hacen motos completas pero su negocio principal es vender motores, justo los que emplea Anvian. El chasis está inspirado en el italiano, pero se suelda aquí y, de hecho, depende de la moto o foto que veas, se podrían parecer más o menos a los chasis Villa. Una vez más, incluso hay «malas lenguas» que dicen que efectivamente se soldaron unos cuantos chasis para disimular que se fabricaba algo aquí, que se trajeron muchos chasis italianos directamente… De lo demás se tira de industria auxiliar, como era habitual por aquél entonces: frenos Nagesti Assymetric, llantas Akront, encendido Motoplat o suspensiones Betor, de buen nivel en unas motos con líneas muy modernas, terminadas en colores vivos (las primeras con chasis negro y carrocerías roja y amarilla o verde y amarilla), con un nivel de potencia y respuesta de primera categoría: en la 125, presentada a inicios de 1981, hablamos de cerca de 27 CV a 11.200 rpm (una Cappra 125VF estaba en unos 20 CV) a un precio alto, pero asumible para un piloto nacional.

ANVIAN motor verde

La prensa prueba la 125 en enero de 1981. El motor con láminas convence. La posición de conducción es rara y hay puntos mejorables, pero en general se habla de una buena moto con un buen motor. Se fabricarán a lo largo de todo el año y se incorporarán algunas mejoras tanto en la 125 como en la 250. Pero la aventura no dura mucho: en 1982 los asesores técnicos de la marca, los hermanos Romero, se quedan con la marca, ya que Intermoto les debe dinero.

Anvian TGM

De 1982 a 1984 se desarrolla la segunda parte de la historia de la marca. Bajo la batuta de los Romero se mudan a una nueva fábrica, empiezan a montarse motores TAU y TGM y se presentarán nuevos modelos, en 1982 incluso una 125 asfáltica con ese motor TGM, y nuevos chasis con suspensión trasera «full floater» inspirados en Suzuki (que a su vez lo copió de los diseños de Joe Bolger sobre chasis OSSA y que este no patentó). En 1984 llegan las versiones de enduro con motores de agua y monoamortiguador, para la que se declaran unos convincentes 39 CV en la prometedora 250. Pero sigue siendo una pequeña marca cuyas primeras unidades tuvieron problemas de fiabilidad. Por eso, a partir de 1984 la marca pasa a ser conocida como ARM, Anvian Romero Motos, continuando pocos años más como pequeño fabricante produciendo motos casi por encargo.

ANVIAN verde derecha

Precios, ofertas, fichas técnicas e imágenes de TODOS LOS MODELOS RETRO del mercado

Anvian en «Motos Made in Spain»

El Museo de la Moto de Alcalá, exposición «Motos Made in Spain», va mucho más allá de las clásicas Bultaco, Montesa y OSSA. Hay espacio, como muchos ya habéis visto, para todas esas motos desde los años 20 hasta los 50, para muchos de aquellos prototipos de entonces que no pasaron de ese estado, para las motos de carreras que escribieron parte de nuestra historia y, por supuesto, para algunas de las marcas como Anvian, que intentaron rellenar una parte del libro de nuestras vidas en un momento tan crítico como esos inicios de los años 80 y la transición tecnológica tan brutal que se vivió entonces, justo cuando las marcas tradicionales españolas estaban en uno de sus peores momentos financieros tras la transición y la apertura del mercado.

No hay muchos datos oficiales sobre Anvian. En algún sitio puedes encontrar la cifra de unas 300 unidades fabricadas, lo que hace de ellas motos de auténtica colección en cualquiera de sus modelos. Y en Alcalá, desde ahora, puedes ver dos unidades de esa primera serie de motor Villa: una preciosa 125 cc terminada completamente en amarillo y una 250 cc con esa original combinación, quizá más conocida, de verde y amarillo. Dos motos que mucha gente no conoce pero que constituyen una pequeña, pero muy interesante parte de nuestra historia motociclista.