Las motos clásicas y «old school» que puedes conducir con el carnet A2
Las motos clásicas nos gustan, está claro, por lo que estarás de acuerdo conmigo en que llevar una clásica auténtica, ahora que lo retro está tan de moda, puede ser una experiencia increíble. Quizá una clásica muy antigua o delicada pueda complicarte la vida.
Sin embargo, esas motos que ahora comienzan a convertirse legalmente en clásicas (30 años, las anteriores a 1994), esas japonesas de las primeras generaciones, las últimas de las motos nacionales y alguna otra europea pueden ser, bien puestas a punto, una excelente opción para el carnet A2.
Pero la cosa se complica a la hora de saber, a ciencia cierta, cuál puedes llevar sin problemas y cuál podría complicarte la vida. La ley ha cambiado muchas veces en estos años. Hoy en día, a nadie se le ocurriría presentar una moto de 50 CV, o al menos, no sin versión limitada para el A2.
Conducir motos clásicas con el carnet A2
En los 80 o los 90, no existía ese límite: estaban las motos del A1, que debían cubicar menos de 75 cc, y las demás, para las que necesitabas el A, el único que había. Eso, sumado a una publicación de datos bastante «flexible» en cuanto a potencia declarada o peso, hace que no sea sencillo identificar qué motos puedes llevar.
¿Una de aquellas famosas 125 2T se puede llevar? Pues depende. Una Gilera KZ de las primeras, sí. Una «tranquila» NSR 125 del 92, versión naked, no. ¿Y una de aquellas trail mono de 600 cc de finales de los 80? Pues igual: una XT 600E sí; una Dominator, no. ¿Por qué?
El límite de lo que puedes llevar y no con el A2 habla no solo de potencia. Obviamente, deja fuera y sin discusión todo lo que pase de los 35 kW (que exactamente son 46,93 CV). Por debajo de esa cifra entra en juego la relación peso potencia, que debe ser menor a 0,2 kW por kg. Es decir, una A2, de esos 46,9 CV, no puede pesar menos de 175 kg; 35 kW dividido entre 175 kg te da esa cifra de 0,2.
Siguiendo con los ejemplos de antes, una Dominator declaraba 46 CV (34,30 kW) y pesaba 152 kg, lo cual te da un coeficiente de 0,22, por tanto, más de la relación permitida. Una XT600E del 91 declaraba 45 CV (33,55) para 168 kg, lo que da 0,19. Dentro. Directamente, una BMW F 650 de primera serie (1994) declaraba 48 CV. Está fuera.
Si te vas a las 125 pasa algo parecido; no entrarán en conflicto con el límite de potencia máxima (las más potentes llegaron a declarar 36 CV) pero sí con la relación: una preciosa Cagiva Freccia C-12, del 91, daba -según datos publicados- 30 CV (22,37 kW) para 125 kg. Eso supone una relación de 0,17, por lo que entra dentro del A2 de sobra.
Pero si miras los datos de una Honda NSR125 F del 93, con menos caballos: 29,8 CV (22,22 kW) para solo 108 kg declarados: 0,205. Sinceramente; no sé si está dentro o fuera, aunque la interpretación correcta parece que es que, simplemente, es más de los 0,2 previstos.
Ahora bien, la buena noticia es que en aquellos años 80 y 90 las cifras publicadas o las que daban las marcas «por cuestiones de marketing» a veces no coincidían con las que figuraban en las fichas técnicas homologadas. Y esas son las que cuentan, no las que hemos encontrado nosotros en las publicaciones de la época.
La clave se encuentra en la ficha técnica
Un ejemplo: hace poco el hijo de un amigo que tiene una Honda CB 500 Four de primera serie nos preguntaba si podría conducirla. Respuesta corta: no; 50 CV publicados. La realidad: en la ficha técnica dice 35 kW exactos. Luego sí, sí puede llevarla.
Con todos estos datos en la cabeza nos hemos revisado los catálogos desde los años 80 y podemos decirte algunos ejemplos de motos que sí que puedes llevar y otros que no, aunque pareciera lo contrario. Y de aquellas motos nacionales de los 80 puedes llevar casi todo.
Las 250 de carretera normales 2T, tipo Bultaco Metralla u OSSA Copa 250 estaban en unos 25-27 CV. Las grandes 4T como las Ducati 500 Twin y Desmo declaraban 40 CV y pesaban bastante, no hay problemas, igual que con las Sanglas, incluyendo la de motor Yamaha, la 400Y. No puedes hacerte, directamente, con la preciosa OSSA Yankee 500, que pasaba de los 50 CV.
Sin embargo, una vez más, ojo: una OSSA Copa 250 F3, además de ser una versión mucho más bonita, declaraba 34 CV y se sale por bastante de la relación potencia-peso, con 108 kg declarados.
Con las motos de campo te pasa igual: no es fácil saber qué caballos daban realmente pero una de las pocas que hemos encontrado publicadas es la Bultaco Frontera 370 A, aquella versión blanca y civilizada que Bultaco lanzó ya en los 80: declaraba poco más de 20 CV (22,9), con lo que es posible llevarla.
En todos estos casos, de todas formas, asegúrate mirando la ficha técnica: no todas las OSSA Copa F3 que hay nacieron siendo lo y es fácil encontrarte con una Copa normal transformada a F3 en los años en que esas motos triunfaban en las carreras: quizá no tenga el mismo valor como moto de colección, pero para estas lides hasta te viene mejor.
Aquellos años 80 son los de la apertura del mercado. Son los años en los que empezaban a entrar algunas marcas europeas. Y algunas de ellas valen para el A2 actual y son motos interesantes: las BMW siempre han sido clásicas valoradas, entre otras cosas, por su fiabilidad.
Del producto nacional al europeo
Una BMW R 45 de aquellos años puede ser una opción, pero ojo: en el 80 dan 45 CV; poco después, la misma moto pasa a dar 50. Con las Guzzi pasa lo mismo; algunos de los primeros modelos de las Moto Guzzi V50 declaraban 33 CV pero en el 82 ya declaran 49.
Benelli es otra marca mítica de aquellos años y aunque sean las famosas Sei 750 y 900 las auténticas leyendas de la marca, que por supuesto dan muchos más caballos, sí puedes buscar una de aquellas bonitas 354 de 38 CV para 181 kg. Como puedes deducir de su propio nombre, en lógica Benelli, ese «354» significa 350 cc en 4 cilindros.
Dicen que eran como un «molinillo»: suben de vueltas como locas, pero no corren demasiado. Más míticas (y caras y difíciles de conseguir, sin recurrir a mercados internacionales) dentro de las italianas tienes motos como la Laverda SFC 500, réplica de sus hermanas mayores, con un motor de 45 CV para 194 kg.
Y sobre todo, la bonita Ducati Pancha SL: en su versión de 500 cc declaraba 46 CV para 203 kg; la 600 no te sirve: 57 CV.
Las japonesas de Europa
En aquellos años no hay japonesas en España todavía. Pero si en Europa. Puedes hasta buscar (y ya te advierto que la matriculación histórica de una moto así, única opción para circular con ella, no es fácil ni barata) motos como una Suzuki GSX400E. Es una especie de «Mini Katana» que, en algunas versiones, podría valer: ojo; no todas.
Y las Suzuki Katana 400 reales de unos años después no sirven: se pasan de potencia. Pero es una época en que, por ejemplo, muchas 400 se han homologado para el mercado alemán, que tenía beneficios fiscales para motos que no pasaban de 27 CV. Una Yamaha RD 250, la versión pequeña de la RD 350, anterior a la que vino aquí, estaba en ese caso y hubo algunas de 27 CV.
La famosa Yamaha SR500, la hermana mayor de nuestra 250, también daba esos 27 CV. Hubo incluso versión 27 CV de la mítica Yamaha XT 500, una moto que en buen estado costará bastante más que una A2 moderna de buen nivel.
Pero cuidado con la versión: una XT 350 de aquella época, sin esa «limitación alemana» se iba ya a 38 CV, para solo 130 kg. y, por supuesto, se sale de la relación de 0,2.
A mediados de los 80, en el 85 por ejemplo, llegan algunas motos interesantes: Honda XBR500, aquella neoretro de los 80, de un solo cilindro, de 42 CV y 173 kg. Una KLR de Kawa o las primeras DR 600 también pueden entrar, pero por poco y depende del año, porque fueron aumentando potencia y bajando peso.
En el 86 empiezan a llegar las 125 2T de altas prestaciones: Una Aprilia F-1 da 26 CV pero no se declara de forma oficial el peso. Las Gilera KZ y KK dan los mismos 26 CV y pesan 113 y 114 kg respectivamente, lo cual sí da.
No da, curiosamente, una trail como la Tuareg 125 de Aprilia: 35 CV para 94 kilos. Cifras que no parecen muy creíbles -ni una ni otra-, pero es lo que se declaraba.
… y fueron llegando las primeras de Japón
No valen las primeras trail de Honda que llegaron: XL 600; 44 CV, pero solo 134 kg. Una moto tan interesante como la CB 450 DX sí que entra, con sus 43,5 CV.
Están en duda las primeras Yamaha XS 400 que llegaron: 45,5 CV para 166 kg: 0,204 kW por kilo y la única ficha técnica oficial que hemos consultado de esta moto sí da esos 166 kg como buenos, pero solo habla de aquellos famosos «caballos fiscales» que se empleaban entonces (3,84) y que no podías traducir a potencia real en kW, puesto que los caballos fiscales se calculaban en función de la cilindrada, número de cilindros y tipo de motor.
En años posteriores las cosas se complican. Es la época de las escaladas de potencia y prestaciones en todas las cilindradas y casi en todos los estilos. Una espectacular y difícil de conseguir Saturno 500, aquella Gilera monocilíndrica deportiva parece una posibilidad, pero cuando echas cuentas, no entra: 44 CV y 135 kg.
Otra moto interesante y difícil es una de aquellas primeras Honda CBR250RR de cuatro cilindros y cuatro tiempos: 45 impresionantes caballos a 15.000 rpm, pero 139 kg: 0,24 kW por kilo. Incluso la tan famosa y popular Suzuki GS500E: sorprendentemente las primeras, en 1988, declaraban 52 CV, aunque las de unos dos después se quedan (depende la versión y el año) por debajo de los 47 CV, con 169 kg de peso: habría que ver la ficha técnica de la unidad en cuestión.
En el 89 aparece una de las primeras posibilidades para los aficionados a Ducati, tras aquellas 500 españolas y Pantah 500SL: Ducati Indiana 350, una original custom, difícil de ver en esa cilindrada: declaraba 38 CV. Unos años después, algo más auténticamente Ducati: 400SS Junior: una SS a escala, de 42 CV para 172 kilos, que da una relación de 0,18. Una preciosidad, difícil de encontrar.
En el 92 llega una de las custom clásicas mejor valoradas: Honda Shadow 600. Tiene 41 CV y pesa 207 kilos. No hace falta ni echar la cuenta. Las Harley-Davidson, en todos esos años se pasan de potencia. En el 93, las Sportster declaran 48 CV y otros modelos unos 49: yo miraría la ficha técnica para comprobar cuánto figura allí en este caso.
Un año después, en el 93 llega también la Yamaha Virago 535, otra custom clásica: 46,2 CV para 182 kilos, que certifican que puedes llevarla con el A2. Del mismo año no sirven, a pesar de que pueda parecer que sí, motos como las famosas Suzuki Bandit 400 (54 CV), Kawasaki ZZR 250 (48 CV) o KLX 250, 32 CV, pero poco peso.
Y en el 94, último año en que las motos son clásicas, por ahora, no hay novedades, directamente, para el A2. Destacan entre las motos que llegan la ya mencionada BMW F650 (48 CV), una nueva Ducati SS 600, que se va a los 53 CV o las nuevas, fiables y muy utilizables CB 500 de dos cilindros, que dan 55 CV en las primeras versiones y que pronto pasarán a entregar 60 CV.