Triumph pone en bandeja para usuarios del carnet A2 el concepto scrambler en una moto excepcional, polivalente y divertida
Con la Triumph Scrambler 400 X, la firma británica no deja de sorprender a un mercado que tiene querencia a sus productos. ¿Tal vez por su sello «premium»?
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No lo sé, pero a lo mejor dicho concepto sea lo menos importante para una marca que, simplemente, sabe dónde poner el ojo para, después, disparar justo donde se desea hacerlo, llegando donde antes no lo habían hecho.
Si años atrás me dicen que Triumph iba a lanzar una gama de motos de mediana cilindrada para el carnet A2, teniendo como tienen ahora un buen número de modelos adaptados a la normativa que limita su potencia a 34 kW, lo hubiera considerado como extraño…
Triumph: el triunfo del trabajo y la dedicación
Voy más lejos: si me hacen llegar la información, tiempo atrás, sobre su intención de ocupar el mercado de la moto de campo, frunciría el ceño y apostaría por encontrarme ante una noticia falsa (que es como se le ha denominado a cualquier «fake news» toda la vida).
Todo ello es una muestra de que el fabricante británico pilota la nave de Triumph con las luces largas encendidas. No se le escapa un nicho de mercado mínimamente atractivo que les identifique como marca de cierto nivel.
Es el fruto al trabajo y la dedicación plenas apostando por proyectos que buscan el impacto el centro de la diana, inmersos en mercados donde saben que sus productos se distinguen por una fuerte personalidad y calidad contrastada.
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Tras difíciles años de oscurantismo, Mr Bloor consiguió darle la vuelta a la tortilla para recuperar la producción de motos no solo atractivas al usuario fiel y de nuevo corte, sino también provistas de un buen respaldo en el ámbito del rendimiento y la fiabilidad.
Y ya que hablamos de esto, no es mal momento recordar que Triumph no lanza al mercado cualquier «baratija». Por tanto, la nueva Triumph Scrambler 400 X, aparte de su condición de moto para el A2 de cilindrada media, tiene algo que demostrar todavía…
Sobre si lo conseguirá o no apenas te puedo aportar nada en menos de un año de comercialización, pero sí tengo cosas que contar después de haberme subido a esta peculiar trail para el carnet A2 de aires scrambler y desarrollo a medio camino entre Triumph y Bajaj, Gran Bretaña e India.
Cómo es la Triumph Scrambler 400 X
Es posible que la mezcla entre ambos países, ambas culturas (en su momento relacionadas al haber sido el país oriental colonia británica) y sus respectivas diferencias en aspectos varios, no parezcan coincidir para llegar a dar forma a un producto como es la Triumph Scrambler 400 X.
Pero cuando analizas el mercado indio y te das cuenta del potencial que han sido capaces de alcanzar motos de este tipo en un ambiente donde no es el coche, sino la moto asequible el vehículo más vendido en un entorno de casi millón y medio de habitantes, todo comienza a tomar forma.
¿Qué mejor manera de lanzar un nuevo producto destinado a grandes cantidades de usuarios medios, que hacerlo en un país repleto de esta parte de la tarta? ¿Y qué tal si, de paso, hacemos caja con un producto de venta masiva por aquellos lares?
Han sido un cúmulo de reflexiones las que me han asaltado mientras me dedicaba a hacer kilómetros a los mandos de la Triumph Scrambler 400 X, dándole vueltas a otras cuestiones más banales…
Una de ellas es, por ejemplo, si se trata de una moto trail o, simplemente, una scrambler particular que, dicho sea de paso, por sus incipientes cualidades todoterreneras también se les puede considerar trail.
¿No lo son ciertas motos de manillar alto y suspensiones de largo recorrido, más sport-turismo asfálticas que trail? Consideremos por tanto a la británica como una trail no tan pura o, mejor, una scrambler de belleza arrebatadora. Desde luego lo es.
El poder de atracción del carnet A2
Pensemos por un momento en una marca china, ¿cuál será su objetivo actual y primordial? Penetrar en el mercado con un precio «cañón». ¿Es una teoría aplicable al nuevo nicho de mercado abierto por Triumph?
Desde luego que no, pero la marca no es nueva en este negocio y sabe que necesita entrar en el segmento A2 básico bajo dos premisas: producto atractivo y funcional a precio competitivo.
Dicho y hecho. Tanto la Triumph Speed 400 como nuestra protagonista en esta prueba, la Triumph Scrambler 400 X, persiguen el mismo objetivo. ¿Cómo? De la manera más sencilla: compartiendo prácticamente todas y cada una de las piezas que las componen.
Con el rigor que le caracteriza, mi compañero Daniel Navarro ya te detalló en su prueba de la Triumph Speed 400 cómo era la nueva naked retro de la marca británica.
Lo que encontramos en esta Triumph Scrambler 400 X es exactamente el mismo motor monocilíndrico de 398 cc, culata de 4 válvulas y doble árbol de levas, intentando calcar el mismo desarrollo a pesar de contar con diferentes llantas y neumáticos que su hermana asfáltica.
Como resultado, nos encontramos ante una moto scrambler con una potencia de 40 CV a 8.000 rpm, lo que no está nada mal para tratarse de un «mono» de su capacidad interna, pero mejor es todavía cuando te pones en marcha y comienzas a rodar: entonces sorprende de verdad.
Pero antes, déjame que te diga que dispone de acelerador electrónico y embrague de rampas, que hace trabajar su cambio de 6 relaciones con extraordinaria dulzura.
El ABS de doble canal permite desconectar su actuación en la rueda trasera para rodar por campo con mayores garantías, mientras que para estos menesteres dispones de suspensiones de más recorrido colaborando con llantas de 19 y 17 pulgadas en el tren delantero y trasero respectivamente.
Una iluminación completa por LED, así como una estética muy lograda que se coaliga con las nuevas tecnologías aplicadas, nos da como resultado una scrambler que sigue, a pies juntillas, el patrón de moto neoretro intrínseco en su particular categoría.
Cómo va la Triumph Scrambler 400 X: ¡sorpresa!
Tras muchos años probando motos de todo tipo y condición, tal vez demasiados para evitar prejuicios y demás condicionantes, cometí el error de prejuzgar a esta coqueta scrambler para el carnet A2. Culpa mía.
Veamos: es monocilíndrica, no llega ni a 400 cc y quiere demostrar que es capaz de rendir casi como otras motos sin necesidad de limitación pero que se acercan al techo de los 47 CV permitidos para el A2… ¿Con qué me iba a encontrar?
Tal vez con una moto que vibrase entre bastante y demasiado, que fuera algo tosca por su condición de monocilindrica y, de paso, con unas prestaciones tirando a limitadas, por no decir escasas.
¡Sorpresa! De todo ello, nada de nada, o al menos casi nada. Para comenzar, al tocar el botón de arranque el sonido que te llega es el de una moto seria, robusta, discreta en cuanto a sus aspavientos sonoros… Me gusta.
Pero cuando insertas primera y comienzas a moverte a sus mandos, las sensaciones derriban cualquier prejuicio que hayas montado a su costa, teniendo las cifras en la mano. ¿Por qué?
No vibra apenas en un rango bajo y medio de giro del motor, es dulce y precisa en la combinación de cambio y embrague, además de tener un tacto muy directo al puño de gas o a la maneta de freno y palanca del trasero.
¿Y para eso necesita curvas de motor? En absoluto. De hecho, llama la atención el dato de contar con acelerador electrónico y haber prescindido del típico «modo Rain» o «modo Sport». ¿Sabes por qué? Simplemente porque no lo necesita.
El monocilíndrico desarrollado junto a la firma india Bajaj es tan agradable en conducción urbana que no buscarás una curva más suave rodando sobre asfalto empapado.
Pero además, cuando sales a carretera abierta, el brío del propulsor es tan evidente que tampoco buscarás en su display LCD un modo deportivo que aporte más «chicha» en la zona caliente del motor. Ya lo tienes por defecto, de serie.
Pero antes de salir a espacios abiertos, vamos a movernos un poco más por uno de sus ambientes que, por condición, será muy demandado a sus mandos: la ciudad.
La suavidad general y precisión del cambio en particular contribuyen a un rodar urbano tranquilo, muy agradable, solo entorpecido por un giro de la dirección algo limitado por sus gruesas botellas de 43 mm montadas en la horquilla invertida.
Pero claro, el tacto de la suspensión ligeramente alargada respecto a una naked convencional, junto con un brioso motor de comportamiento dulce o enérgico, en función del uso que hagas del gas, que requiere poco juego cpn el cambio, te abre las puertas a desplazamientos urbanos con la sonrisa instalada en tu rostro.
Las salidas a carretera serían coto vedado de motos con mayor cilindrada y, como mínimo, bicilíndricas para muchos, tal vez yo incluido, pero no después de probar motos como esta scrambler.
Vuelve a sorprender, y mucho, su genio en la zona media y alta, con recuperaciones dignas de motos más capaces con la inestimable ayuda de un cambio escalonado de manera muy inteligente; además, puedes subir marchas sin embrague a poco que tengas tacto para hacerlo sin provocar daños colaterales.
Tal vez circulando por tu ciudad o surcando caminos de tierra, la altura del asiento al suelo impida aportar la confianza necesaria para disfrutar plenamente del momento… Pero con cierta habilidad por tu parte no pasará de una mera anécdota en tu listado de sensaciones.
Lo mejor:
- Tacto muy agradable general
- Estética muy personal, lejana de la gran masa
- Rendimiento sorprendente del motor
Mejoraría con:
- Diseño de la instrumentación en ciertos detalles
- Precio más cercano al de su hermana naked
Así vemos la Triumph Scrambler 400 X:
-Carretera: 3
-Ciudad: 4
-Pasajero: 3
-Confort: 4
-Equipamiento: 3
-Autovía: 3
(De 1 a 5 puntos)
Tanto si buscas una trail urbanita como una naked que pueda moverse más allá de tu ciudad, la Triumph Scrambler 400 X demuestra cumplir con un más que amplio rango de habilidades desplegadas para su uso y disfrute.
Habrá otras motos más y mejor «conectadas» a tu teléfono, con cuadros TFT y múltiples tomas USB, pero aunque esto último lo puedas tener aquí a tu servicio, el resto no dejan de ser cantos de sirena para los que quieran una moto muy tecnológica. No es el caso.
Esta scrambler pretende tocar la fibra sensible a los que desean sensaciones motociclistas puras con base en el carnet A2, mediante una agilidad y facilidad de conducción encomiables y una estética muy al estilo Triumph. Una moto atractiva desde múltiples puntos de vista.
FOTOS: MIGUEL MÉNDEZ