Moto Guzzi V7: el sabor de lo genuino

La marca del águila italiana es una de aquellas que llevan por bandera la muestra de su esencia en todos y cada uno de los modelos producidos en Mandello del Lario. Qué mejor forma de reconocer a una Moto Guzzi que por su motor en V con los cilindros dispuestos en trasversal al sentido de la marcha, o tal vez por su transmisión final por cardán… Así, de entre su actual gama de modelos destaca la puerta de entrada que supone la V7 con sus dos variantes: V7 Stone y V7 Special, ambas ya plenamente adaptadas a la Euro 5 y aptas para rodar con carné A2.  

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La saga V7 hace gala de una concepción de la moto tan clásica como actual. El simple hecho de disfrutar a sus mandos implica quedar inmerso en un universo de sensaciones auténticas, puras y originales. La posición a los mandos no es más que un ejemplo de ello, con un asiento a dos alturas perfecto para delimitar el espacio disponible para piloto y pasajero, este último ligeramente elevado con los estribos plegables a una altura media, perfecta para saborear la moto a dúo experimentando los, hoy día, ya inconfundibles impulsos de su V-Twin provenientes de la pareja de cilindros situados de manera transversal. La altura del manillar o la propia situación correspondiente a los estribos del piloto, montados en un plano bajo y adelantado, permiten conservar la esencia de la conducción proveniente de las Moto Guzzi de antaño, sin perder ese tacto tan especial que toda moto de la marca transalpina brinda a cada uno de sus modelos  

Estética inmortal 

 La V7 Stone representa el punto de partida no solo de la saga V7, sino también del resto de la familia italiana. En ella encontramos los detalles básicos estratégicos que tanto enamoran a propios y extraños, ya sean simples simpatizantes del mundo de la moto o verdaderamente enamorados de la marca, y que se resumen en una estructura exclusiva de V-Twin acompañado por cardan, compartida con la versión Special. Los principales cambios que distinguen las dos variantes quedan patentes en la presencia de unas llantas de radios en la V7 Special que le aportan un carácter propio, junto con una decoración que nos recuerda a las primigenias V7, depósito y tapas con un elegante fileteado, asiento ligeramente modificado en forma y tapizado retro de líneas transversales, así como la barra que sirve de asidero para el pasajero que rodea el mismo con soporte en sendos amortiguadores traseros. Estos, por cierto, se ven descargados del negro profundo que tiñe a la V7 Stone, mostrando un aspecto todavía más en consonancia con la inmortal estética de las Moto Guzzi del pasado siglo.