Probamos la nueva Aprilia RS 457 en circuito: el ADN de Noale para la media cilindrada
La historia de Aprilia, al menos durante gran parte de su trayectoria, siempre ha estado relacionada con modelos pequeños. Las míticas RS 125 2T de antaño eran las reinas del segmento del octavo de litro. Luego pasaron a hacer motos de mayor cilindrada teniendo como referencia en superbikes a la RSV4 y en el mercado sport turismo a la completísima RS 660. Sin embargo, con la popularización del segmento de medida cilindrada, con muchas opciones deportivas de entre 300 y 400cc, los de Noale se habían quedado atrás… hasta ahora.
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La nueva Aprilia RS 457 tiene el propósito de rellenar el espacio entre la RS 125 y la RS 660. De ofrecerse como una plataforma deportiva para la nueva generación de moteros con carnet A2 apostando por lo que siempre han hecho y les ha hecho famosos: un diseño distintivo, prestaciones y mucha tecnología. Algo parecido a lo que Aprilia hizo con la RS 660, sabiendo conjugar la deportividad y la comodidad. Y es que, seamos sinceros, las súper deportivas cada vez tienen menos espacio entre emisiones y preferencias de mercado. Encontrar el equilibrio es clave y en eso los de Noale son expertos.
Cómo es la Aprilia RS 457
La nueva Aprilia RS 457 sigue la estela de su hermana mayor en cuanto a diseño. De nuevo, apuesta por líneas afiladas en cada uno de sus costados y en unas formas que evocan la naturaleza deportiva de la firma transalpina. Tenemos elementos característicos de su nueva hornada de deportivas, como es el caso de la triple óptica delante o los faros en forma de ‘murciélago’ detrás, por supuesto, de tipo LED. Con la importancia que han adquirido los alerones en MotoGP, y en especial en las RS-GP de Aprilia, la RS 457 hace lo propio con unas superficies que imitan estos elementos bajo las luces. El resultado habla por sí solo.
Partiendo de la base técnica que tenían con la RS 660, la Aprilia RS 457 hace gala de un bloque bicilíndrico en paralelo de 457cc. Está refrigerado por líquido y presenta una potencia de 47,6 CV a 9.400 rpm, la máxima que permite el A2, y un par máximo de 43,5 Nm desde las 6.700 rpm. Aprilia confirma orgullosa que su nueva deportiva de media cilindrada despliega hasta el 82% del par desde sólo 3.000 rpm, por lo que las aceleraciones están más que aseguradas, así como una velocidad máxima de 190 km/h.
Los italianos han querido aligerar al extremo su nueva fórmula y para ello han recurrido a soluciones como la integración del circuito de refrigeración en el propio motor. A esto, se suman innovaciones marca de la casa como una caja de cambios de seis velocidades que funciona sobre jaulas de rodillos -y no por casquillos- y una solución de lubricación propia, presente en sus motores V4, para minimizar la fricción interna y las vibraciones. La RS 457 emplea también un embrague bañado en aceite con sistema antirrebote.
La electrónica es otro de los pilares fundamentales en las motos de los de Noale. Aquí, tenemos un acelerador electrónico que gestiona hasta tres modos de conducción, Eco, Rain y Sport, así como la intervención del control de tracción o la intrusión del ABS. Opcionalmente, se puede asociar con un shifter de doble acción con auto blipper -golpes de gas automáticos en las reducciones-. En el modo más deportivo podremos dejar todas las ayudas al mínimo o incluso desactivadas, a excepción del ABS, que siempre estará operativo en el tren delantero.
La dilatada experiencia en competición se aplica a esta nueva Aprilia RS 457 en su parte ciclo, que emplea el motor como estructura autoportante, junto al chasis de doble viga de aluminio como seña de identidad de los de Noale. La suspensión se compone de una horquilla invertida con botellas de 41 mm y un recorrido máximo de 120 mm, así como la posibilidad de ajustar la precarga. Atrás, el monoamortiguador, anclado directamente al basculante, ofrece hasta 130 mm de recorrido y ajuste en la precarga del muelle.
Por su parte, el equipo de frenos lo firma ByBre, con una pinza de cuatro pistones y un disco de 320 mm heredado de la RSV4. Detrás, tenemos una pinza monopistón con un disco de 220 mm. Con llantas de 17 pulgadas, la nueva deportiva italiana confía en unos neumáticos TVS en medidas 110/70 delante y 150/60 detrás. Una solución que podemos entender como medida de contención de precios e incluso como paso introductorio para conocer la moto, pero que va totalmente en contra de la filosofía de la marca. Con 175 kg de peso con todos los llenados hechos y una altura de asiento de 800 mm, es una moto tremendamente ligera y accesible.
La Aprilia RS 457 estrena una pantalla TFT a color de 5 pulgadas con sobrada información y un tacómetro en forma de escala de formas muy deportivas. Al igual que en una moto de competición, tenemos parámetros como el nivel del control de tracción, el cual podremos ajustar desde unas piñas que ahora son retroiluminadas. Opcionalmente, se puede asociar con el sistema Aprilia MIA para vincular el teléfono o hacer las veces de navegador. Por último, tenemos a nuestra disposición una gran cantidad de accesorios como manetas y estriberas anodizadas, alarma, sensor de presión de los neumáticos o protector para la maneta del freno.
Cómo va la Aprilia RS 457
Tratándose de una deportiva, Aprilia tenía claro cuál iba a ser la primera toma de contacto con su nueva RS 457: el circuito. Un trazado histórico como es el de Módena, en Italia, con poco más de 2 km de cuerda. Una pista perfecta para esta moto. La primera toma de contacto con la Aprilia RS 457 confirmó mis sospechas. Se trata de una ‘mini RS 660’ con cierta personalidad propia. Ese aligeramiento llevado al extremo se puede ver en sus formas compactas. Se siente extremadamente cómoda incluso en parado y llegar al suelo, con mi 1,70 m de estatura, no supone ningún tipo de problema.
Todo está preparado. Calentadores puestos sobre unas Pirelli Diablo Supercorsa. Y tiene todo el sentido del mundo, ya que las gomas de serie no están pensadas para circuito. El sonido de la nueva RS 457 revela la misma nota de audio que su hermana mayor, pero en una escala diferente. Abrupta, grave y con reminiscencias de moto de mayor calibre. Me encanta. Ya subido en la moto, se nota el equilibrio entre deportividad y confort del que te habla antes. Los semimanillares van por encima de la tija y las estriberas no están demasiado elevadas -lo que provoca que las estriberas rocen en las inclinaciones más bestias- y atrasadas.
Pero esto tiene su parte positiva: el desgaste físico es menor, permitiendo poder rodar durante más vueltas. Eso sí, las formas del depósito no permiten acoplarnos del todo y parte de las turbulencias de la cúpula irán a parar a la zona superior del casco. Un hecho que no empaña la experiencia teniendo en cuenta las velocidades puntas a las que se mueve esta Aprilia RS 457 -pude hacer 180 km/h a rebufo-. Semáforo verde, salimos del pit lane y conforme empalmo marchas con el shifter de doble acción compruebo que su funcionamiento es old school.
Olvídate de la suavidad, cada cambio se acompaña de un tambaleo que parece sacudir los mismos cimientos de la moto, que no deja lugar a dudas de que he cambiado y que transmite una sensación de moto de carreras. Ocurre lo contrario con las reducciones. El golpe de gas automático es muy suave y no provoca movimientos en el tren trasero. No importa el uso, su rendimiento es perfecto. En las reducciones más salvajes, con dos o hasta tres cambios de marcha en cortos intervalos de tiempo, la Aprilia RS 457 cumplió sobradamente.
Su ligereza en marcha es total, no requiere de esfuerzo alguno para llevarla por la línea. Pese a que todo el par se despliega desde abajo, es en el entorno de las 9.000 y 10.000 rpm donde me moví en todo momento en el circuito. El bloque bicilíndrico en paralelo tiene una curva muy plana en dicha zona, por lo que premia un pilotaje con mucho paso por curva. Aunque también puedes parar la moto y aprovechar su aceleración para salir con velocidad. Admite los dos tipos de pilotaje, pero se inclina más por este primero por su ligereza y potencia ajustada.
El modo Sport es el único válido en circuito para esta Aprilia RS 457. Este despliega toda la potencia y reduce el ABS a su intervención mínima. Una lástima que no se pueda quitar en circuito, pero se entiende por motivos de seguridad. Lo mismo sucede con el control de tracción; se queda en su mínima intrusividad. Aunque las gomas hicieron gran parte del trabajo sucio en términos de agarre, sí que hubo pérdidas de adherencia debido al uso intensivo de la moto, con varios pilotos rodando. Por esto mismo, el control de tracción no saltó en ningún momento, permitiendo controlar la deriva a la vieja usanza.
Tras varias tandas, se notaba un ajuste blando en las suspensiones que hacía a la Aprilia RS 457 algo inestable a la entrada de las curvas y en pleno ápice. Con unos cuantos ‘clicks’ en la precarga, el problema desapareció, haciendo a la moto mucho más estable y reactiva en las transferencias de peso, mejorando su comportamiento en curvas tanto rápidas como lentas.
Aunque el equipo de frenos de la Aprilia RS 457 contaba con unas pastillas específicas acordes al uso en pista que mejoraron su efectividad, el tacto de éste no fue muy agradable. Demasiado esponjoso, lo que provocaba que, en las frenadas más fuertes, la maneta retrocediera hasta el punto de contactar con los dedos situados en el puño. Hay que confesar que, a pesar del uso casi ininterrumpido, tienen un rendimiento correcto para circuito. Por su parte, el recorrido del freno trasero permite una buena modularidad y sólo accionándolo de forma violenta provocaremos que este comience a bloquear.
Lo mejor
-Extremadamente ligera, compacta y muy divertida en pista
-Diseño y acabados
-Gran paquete electrónico
Mejoraría con
-Tacto de freno más preciso
-Posibilidad de desactivar el ABS en circuito
Así vemos a la Aprilia RS 457
-En circuito (pequeño-mediano): 4
-Confort: 4
-Equipamiento (en circuito): 4
(De 1 a 5 puntos)
La Aprilia RS 457 ha demostrado ser una moto tremendamente divertida para usar en pista. Tiene un motor bastante logrado, con un desempeño que la hace todavía más disfrutable en circuitos pequeños. Se rodea de diseño, prestaciones y mucha tecnología para ser una plataforma segura, atractiva y enfocada a la próxima generación de moteros, pero también para demostrar de lo que es capaz a los más veteranos. Se puede ir muy rápido, pero a velocidades que no suponen un verdadero riesgo para nuestra propia integridad ni que suponen una exigencia física hercúlea. ¿Se puede pedir más?
