Vespa Primavera 125: prueba a fondo

Vistas las cifras de ventas, no cabe más que afirmar que la salud de la Vespa, a pesar de «su edad», sigue siendo magnífica. Lógicamente no se debe a que se conserve bien, sino a que Piaggio tiene mucho cuidado en seguir ofreciendo un scooter a la última, tanto en tecnología como en imagen de moda.

Desde siempre, la Vespa se ha caracterizado por varios aspectos. Además de su chasis-carrocería autoportante en chapa de acero y su tren delantero de brazo, siempre se han caracterizado por resultar vehículos utilitarios y fáciles de usar por cualquier persona, sin olvidar que se han convertido en todo un icono de la moda. Una de las Vespa que mejor cumplió con estos valores fue la primera Vespa Primavera. Y no te equivoques, porque no es la que tienes en la cabeza.

La Primavera original es una Vespa nacida en Italia en 1968. En 1963, tras el éxito de las Vespa originales durante los años 50, Piaggio se plantea hacer un vehículo similar, pero en pequeño. Fue la Vespa 50, que no vino a España hasta muchos años después en forma de Vespa 75. En 1968 se les ocurre meter el motor «grande», el de 125, en la carrocería de la 50. Y así nace la Vespa Primavera. Destinada a complacer a la clientela más joven, no sólo aportaba una línea más moderna y atractiva. Era más compacta, más ligera y, por tanto, más rápida, más ágil en ciudad y aceleraba mejor.

Fue un auténtico éxito

Ahora, 45 años después, la Vespa que tomará el relevo a las LX quiere ser igual que su «su abuela» de mismo nombre: más ágil y más juvenil para repetir aquel triunfo. Para ello, Piaggio ha creado una carrocería completamente nueva, por supuesto de chapa, con detalles que recuerdan a aquella Primavera original y otros que se han tomado de la exclusiva 946. Se ha montado el motor 125 4T de aire forzado y 3 válvulas de las últimas LX, que mejora el rendimiento del anterior en todos los sentidos y prolonga los mantenimientos hasta los 10.000 km. Se ha modificado el tren delantero, sin perder el sistema de brazo tirado, pero se sigue empleando la rueda delantera de 11″. Así, a pesar de que muchos creíamos que cuando le llegase el relevo a la LX sería con un scooter de ruedas de 12″, Piaggio consigue mejorar la estabilidad de la Vespa «pequeña», manteniendo un envidiable nivel de agilidad y capacidad de escaparse de los atascos ciudadanos.

Más estable, igual de ágil, mejor Vespa

Efectivamente, la nueva suspensión delantera consigue sus objetivos: la Vespa Primavera ha mejorado la precisión de la dirección, un punto crítico de las motos que emplean este tipo de suspensión delantera. Y estéticamente, una vez más, en Piaggio son especialistas al unir las líneas de un scooter clásico con detalles modernos, logrando un scooter realmente atractivo. Se parece a la LX, es innegable, pero cuando te fijas con más detalle, no hay dos líneas iguales a aquella. Nosotros, en España, le encontramos parecidos con la 946, pero nos cuesta más encontrar parecidos físicos con la Vespa Primavera que nosotros conocemos con esta denominación y que fue una «reinterpretación» de la original, fabricada 10 años después por MotoVespa aquí, en España. Ahí está la explicación a lo que todo el mundo me pregunta últimamente: ¿por qué el faro de esta Primavera nueva es redondo y no rectangular, como el de «nuestras Primaveras»?

La nueva carrocería es algo más larga. Esto ha mejorado el espacio disponible sobre ella. Sin embargo, se ha mantenido, con escasa diferencia, la altura de asiento. El manillar lleva dos piezas cromadas justo en la zona donde se une con los puños, imitando la terminación de aquellas Vespa clásicas e incluso recuerda el cambio en el puño. Nuevas piñas, con nuevos mandos más parecidos al de las motos normales, se accionan mejor y quedan bien. También el asiento es nuevo, muy cómodo y afilado por delante para facilitar llegar bien al suelo. Se abre ahora de forma eléctrica, con un botón situado en el contra escudo. Aquí también se encuentra la clásica guantera que, como en las anteriores, se abre empujando hacia dentro la llave de contacto. Bajo el asiento, con un espacio mayor que en la LX, permite dejar un casco integral. Y como siempre, el cubo que sirve de cofre para el casco se extrae simplemente tirando de él y permite un rápido y cómodo acceso a la parte superior del motor.

Vespa Primavera 125: en marcha

Con cambio de carrocería, modificaciones en el tren delantero y de técnicas de construcción, la Vespa Primavera mejora la LX es varios aspectos, pero sigue siendo la buena utilitaria que siempre han sido las Vespa. Fácil acceso, con un hueco para las piernas muy amplio, el manillar da la sensación de estar algo más alto que antes y resulta una posición de conducción más natural todavía. Muy blandita de suspensiones, con poca altura al suelo y con el nuevo asiento que facilita aún más llegar al suelo, la Vespa es suficientemente ligera para moverla muy bien en parado, tanto desde el asiento como cogiendo por el lado, gracias al asa cromada que bordea la parte trasera del scooter. Se pone en marcha con facilidad, como siempre con un freno sujeto. Tiene un sonido de motor agradable, discreto y menos vibraciones que antes. Uno de los secretos para conseguirlo es el doble brazo que ahora sujeta el motor, que antes era uno solo. También, nuevos procesos de construcción han conseguido hacer un chasis mucho más rígido que el anterior.

Todos estos aspectos también se aprecian en marcha. El tren delantero con suspensión monobrazo, parte del encanto y de la personalidad de este scooter, no es fácil de diseñar: sólo las Vespa modernas han conseguido que la dirección sea suficientemente precisa, y en este nuevo modelo se ha mejorado aún más. Un nuevo anclaje del brazo, con rodamientos, hace que desaparezca por completo la sensación de excesiva ligereza del tren delantero. Pisa bien y por ello se ha podido mantener la rueda de 11″. Con esta configuración, la Primavera mantiene la agilidad de sus antecesoras, pero es más estable y más noble a la hora de entrar en curvas.

Es un scooter con un gran equilibrio dinámico. Capaz de rodar a cualquier ritmo sin perder la estabilidad y de buen radio de giro, es en ciudad, en los atascos y entre coches, donde sale a relucir su lado más positivo. En carretera también gana en estabilidad con la nueva suspensión y con la mayor rigidez de chasis, pero el motor de 12 CV da lo justo en prestaciones para rodar con soltura en este terreno. Sin embargo, el motor de tres válvulas es muy económico: según Piaggio, es capaz de superar los 300 km de autonomía con los 8 l. de capacidad de su depósito. Además, sólo requiere mantenimientos cada 10.000 km. Una verdadera ciudadana, utilitaria y económica de usar y mantener, y con un innegable estilo.

Vespa Primavera 125: Así lo vemos

Incorpora el motor de 3 válvulas que ya equipaba la LX y no ha mejorado en potencia ni varia mucho el peso. También comparten agilidad en ciudad. Eso sí, se ha mejorado la precisión en marcha. Más cómoda al ser mejor de dirección y con un nuevo asiento, el equipamiento también mejora con luces de posición delanteras y de freno de led, el cuadro con pantalla digital y la apertura del asiento. El volumen de carga también se ha ampliado, pero seguirás teniendo que recurrir al suelo casi plano o a un transportín con un baúl si quieres meter algo más que un casco integral.