Prueba Triumph Speed Twin 1200: para nostálgicos a los que les gusta pasarlo bien en moto por todas partes, entre calles o curvas

¿Nostálgico? Aquí tienes tu moto. La Triumph Speed Twin 1200 es ese espejo en el que gusta verse reflejado; porque pueden pasar los años para todos, eso es cierto, pero para algunos a los que nos va “la marcha”, los años son experiencias acumuladas para, precisamente, ponerlas en práctica y darle al gas y gozándolo como si fuera la primera vez.

Veamos: tenemos diferentes elementos para conjugar como son la moto en sí, la experiencia y una fuerza interior que nos pide salir a ver mundo sobre dos ruedas, ya sea para ir al trabajo a diario, o los fines de semana, fiestas de guardar (esconder, más bien diría, el ordenador o las llaves del coche) y vacaciones. Haz un solo pack con todo ello y encontrarás como resultado la Triumph Speed Twin 1200.

Porque el pasado existe y el futuro está por escribir, qué mejor forma de hacerlo que con una moto que mira hacia atrás con nostalgia pero, al tiempo, con la sabiduría que proporciona un “saber estar” digno de aplauso; por otra parte, el futuro lo construimos nosotros mismos, pero si es con una herramienta como esta naked clásica, pero con frenos Brembo, suspensiones Marzocchi, meumáticos Metzeler Racetec RR y 100 CV, pues oye, mucho mejor, ¿no?

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Cómo es la Triumph Speed Twin 1200

Si tienes un corazón motero de esos que llevan tiempo bombeando gasolina y sangre como mezcla, al más puro estilo 2T con el aceite, una moto como esta no te pasa en absoluto desapercibida, menos todavía si acierta tanto y tan bien en la mezcla de soluciones con plena vigencia aderezadas con un aspecto digno del pasado más glorioso de la motocicleta.

Todo ello se encuentra concentrado en la máxima expresión de un motor de 6 relaciones con raigambre motociclista, eso sí, pasado por la “Túrmix” de lo contemporáneo y tecnológicamente vigente. Así, un twin de aspecto clásico debería alimentarse mediante carburadores y refrigerarse por el aire que le llega en marcha. El “punto y aparte” de esta moto le permite respirar a pleno pulmón con la ayuda de un radiador frontal y alimentarse por un sistema de inyección electrónica.

¿Resultado? Un motor de aspecto retro, elegante, redondeado y bello a más no poder, que además de pasar Euro 5, es capaz de ofrecernos al puño derecho nada menos que 100 CV; yo diría que es la potencia ideal, cuasi perfecta, para aquellos que nos gusta tener “chicha” cuando abrimos gas, pero que no queremos quedarnos sin puntos en el carnet de conducir.

En su última versión ha sido capaz de llegar a la cifra redonda de la centena de CV, aumentando según cifras oficiales la potencia en la zona media en un 5%, con un motor en el que se ha trabajado para eliminar, en lo posible, las inercias propias de su esencia, incluyendo además una distribución más sport proveniente de la Thruxton que le permite liberarse de “ataduras” al corte de gas. Como te digo, el resultado es un motor que se siente muy vivo, que sube de vueltas con una alegría manifiesta en cada giro de gas y que estira como nunca habrías imaginado de una moto así poco tiempo atrás.

En la parte ciclo destaca la horquilla Marzocchi invertida con gruesas barras de 43 mm de diámetro, acompañada por una pareja de amortiguadores con único ajuste en precarga de muelle por llave de medio punto… Vamos, como toda la vida de Dios hasta que llegaran las precargas remotas y electrónicas; aunque tal vez lo más sorprendente de todo es cómo trabaja sobre el terreno.

Lo mismo podría decirse del conjunto de frenos. El peso en juego es suficiente como para “desconfiar” de un equipa básico para “salir del paso” a manos de pilotos senior poco exigentes con el rendimiento… Vale: dale la vuelta a este argumento y encontrarás la clave del funcionamiento de la pareja de discos delantera y el pequeño trasero. Mordiente garantizado con discos de 320 mm mordidos por pinzas radiales Brembo M50. Ahí queda eso.

Sentado en la moto, que será lo que esperes hacer durante mucho tiempo y kilómetros, encontrarás las piñas y relojes “de toda la vida”, al menos en su diseño limpio, sencillo y clásico que tanto nos gusta a los que huimos de los “paneles de conmutación” plagados de botones, al menos en este tipo de motos.

El correspondiente al cambio de curva de motor (Sport, Road y Rain) es directo y fácil de encontrar, pero la verdad es que no le veo mucha utilidad salvo si eres algo temeroso circulando sobre asfalto mojado. Sport es “la curva”. Más arriba, en el extremo contrario, vemos el encargado de ir navegando por la información digital disponible en las pantallas LCD insertadas en ambas esferas del cuadro; los números son algo pequeños pero si los quieres ver, los verás, tal y como sucede con los chivatos circulares que “buscan” huir de las agujas para dejarse ver a plena luz del día…

No falta iluminación LED con la correspondiente unidad para luz diurna que, acompañada por un juego de finos intermitentes, aportan esa brizna de modernidad que tanto se deja notar en una moto que no es solo retro en aspecto general, sino también moderna en grupos ópticos, suspensiones, frenos, llantas… e incluso depósito, que no por las formas, sino por la capacidad. ¿Por qué solo 14 litros y pico?

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Cómo va

El simple hecho de pasar de la teoría a la práctica nos da las pautas para resolver preguntas como la que acabamos de formular; otra cuestión es que se resuelva de manera satisfactoria para todos, aunque para eso cada uno tenemos nuestra opinión.

La mía pasa por babear desde incluso antes de subirme a sus mandos. La moto es muy atractiva a la vista, clásica pero moderna, redonda pero agresiva, como insinuando lo que poco después te vas a encontrar subido a ella y moviéndote entre el tráfico como si fueras un niño pequeño con zapatos nuevos.

El arranque al primer golpe de botón nos da otra alegría: el motor suena con mucha presencia, que no atronadora, y con una personalidad que se traslada a su sonido gracias, en gran medida, a la pareja de silenciadores con diseño a modo de clásico megáfono inclinado hacia arriba. Si cuando te digo que no solo es bonita… Además, suena bien y lo justo. Muy acertado.

El recorrido del cambio es muy corto y el tacto del embrague antirrebote muy inmediato, sin apenas necesitar fuerza para tirar de la maneta e ir enlazando velocidades. Bien diseñado y sincronizado, como toca hoy día, puedes ir subiendo marchas a medio régimen apenas cortando gas y jugando a sincronizarlo tú mismo para clavar la jugada. Una verdadera delicia.

Pero claro, los más impacientes estarán esperando a que les diga si de verdad acelera lo suficiente como para sorprender, o si en realidad se trata de una moto de paseo, excelente y confortable, pero para ir de un lado a otro sin mayores pretensiones… ¿Tú qué crees a tenor de lo dicho aquí hasta ahora?

Si a ti te gusta divertirte, a ella ni te cuento. La Speed Twin 1200 es una moto en la que la posición a los mandos no es forzada, y precisamente por ello puedes pasear tranquilamente sin apretar el motor, disfrutando del par a bajo y medio régimen con la seguridad de que estás quitándole al depósito unos 2 litros cada 50 km de recorrido que hagas de esta guisa.

Ahora bien, si eres de los que siempre llegan tarde, probablemente a sabiendas de la moto sobre la que te desplazas de un lado a otro de la ciudad para tus quehaceres diarios, la Triumph será una compañera que difícilmente apaciguará tus instintos más profundos. Lejos de eso, yo que tú tendría cuidado en las calles de un solo sentido en las que figura un “velocidad máxima 30 km/h” enorme pintado sobre el asfalto; tendrás que rodar en segunda y con cuidado en cada giro del gas.

Y aunque a la Speed Twin 1200 no le desagradan los paseos urbanos a velocidades irrisorias, lo cierto es que las admite con resignación cristiana siempre, eso sí y como te digo, apoyada por una ergonomía propicia que solo te inclina hacia el manillar lo justo para agradecerlo en carretera, donde buscarás cortar el aire aproximando el cuerpo hacia la llave de contacto.

Antes comprobarás lo sorprendentemente bien que trabajan las suspensiones sobre asfaltos urbanos bacheados. Pese a sus ramalazos sport, la Triumph no rechaza pisar juntas chapuceras y alcantarillas elevadas del suelo, e incluso las profundas. Los ajustes de fábrica tanto de la horquilla como de la pareja de amortiguadores resultan, simplemente, excelentes para una conducción estandarizada.

Si entre las calles de tu ciudad valorabas el agradable tacto y tracción del twin paralelo, en carretera abierta necesitarás espacio libre para comprobar la cara más deportiva de la británica. Los 100 CV le cunden mucho, tanto que incluso pone en aprietos a una parte ciclo que se ve “sorprendida” ante un potencial de sus características.

Por ejemplo, puedes «jugar» con cada curva de un puerto de montaña siempre que te lo conozcas, porque de lo contrario, si te ves obligado a rectificar, te costará un poco vencer las inercias de una moto que busca, y lo consigue, entrar muy rápido en cada ángulo; ahora bien, si necesitas corregir, atención, porque ya requiere de cierta “maña” y experiencia jugando con la presión en los exteriores del manillar, pisar los estribos, cargar el peso de manera decisiva para llevarla “allí” en vez de “aquí” en busca de abrir o cerrar la trayectoria…

En realidad estamos lidiando con 216 kg que, en apariencia, no son muchos, pero sí “aparecen” cuando menos se les espera, justo en el momento en el que necesitas reaccionar con rapidez; tal vez con menos caballos la situación descrita no tendría que darse, pero una vez pruebas la moto con toda la artillería al frente, amigo, yo no cambiaría nada de entre las piernas ni por todo el oro del mundo.

Bueno, tal vez justo aquí, entre las dos piernas y por encima del motor, emplearía un depósito tan elegante y estilizado como el que lleva, pero con mayor capacidad, al menos para hacer 200 km sin tener que estar pendiente de encontrar un surtidor mientras la Speed Twin 1200 te lleva a congraciarte con su particular forma de disfrutar de la carretera.

Una manera que, a ciertas edades, ya nos sabe a gloria precisamente por alcanzar ese punto de equilibrio entre belleza, modernidad y dinamismo de una moto con estética de ayer y comportamiento de hoy. Larga vida a las naked retro… sobre todo a esta.

Lo mejor

-Tacto y comportamiento general del motor

-Rendimiento de frenos y suspensiones

Mejoraría con

-Un depósito de mayor capacidad

-Shifter de serie

Así la vemos

En carretera: 4

En ciudad: 3

Pasajero: 3

Confort: 3

Equipamiento: 4

Autovía: 3

(puntuación de 1 a 5 puntos)

Cuando te hablaba de cómo se mueve esta moto por las calles de la ciudad, te he indicado lo bien que se comportan las suspensiones sobre firmes “difíciles” lo que, junto con el agradable tacto del motor, da como resultado una moto no solo con personalidad para desplazarte con ella todos los días, sino también agradable y tremendamente divertida.

Pero si he antepuesto este comentario a cualquier otro negativo es porque, en realidad y después de haber hecho kilómetros a sus mandos, lo que te queda en la memoria es lo más positivo, mientras que aspectos como el escaso giro de la dirección solo aparecerá cuando andes corto de espacio para realizar una maniobra. Por fortuna, no he encontrado muchos atascos durante esta prueba…

Y cómo no, la Triumph Speed Twin 1200 es una moto, como suelo decir en ocasiones, para quien sepa entenderla y apreciarla. Si eres de los amantes de la moto que he descrito más arriba, no dudes en probar una y echar un vistazo a su actual promoción porque, tal vez, acabes cambiando de moto… o subiéndote a otra años después de haberlo dejado aparcado por un tiempo. Mal hecho. La británica nos mantiene vivos por muchos años más. Que no falte.

FOTOS: Miguel Méndez