Rodando con el Suzuki Avenis 125, el scooter ligero de nueva generación
El Suzuki Avenis nos recuerda aquello que dirían los mayores, ¡como cambian los tiempos! No hace tantos años Suzuki fue uno de los protagonistas del segmento de los scooter de 125. De hecho, casi desde el principio de los tiempos, desde aquellos años 80 cuando esto de los scooter dejó de ser cuestión de Vespa y poco más, Suzuki ha estado ahí.
Lo ha hecho con algunos tan conocidos y exitosos como el Lido, el Address o, por supuesto, dentro de los 50 cc deportivos tan de moda en los 90, el famoso Katana. Por supuesto, luego, en 1999 llegó el Burgman y este consiguió ser no sólo el primero de los maxis (el primer 400 del mercado) sino establecer casi el paradigma de cómo debían ser estos scooter.
Con los Burgman 125 además, ligero, rápido, muy capaz y ágil, la marca japonesa fue durante años uno de los referentes en el segmento. Pero todo eso es historia, porque Suzuki no pudo mantener su posición y, a pesar de intentos tan acertados como el último Address, de 115 cc, la marca ha estado ausente de este segmento durante un tiempo.
Ahora Suzuki vuelve al scooter de 125 y lo hace con una sola plataforma, es deicr, mismo motor y chasis, para tres modelos, dos de los cuales además recurren a esos nombres históricos Address 125 y Burgman Street 125. El tercero es este Suzuki Avenis, que además se coloca en precio y equipamiento entre los otros dos.
De esta forma se presenta como el más equilibrado. Un scooter ligero, con un nivel de equipamiento muy aceptable en una carrocería moderna, para un uso ciudadano agradable y fácil. Un scooter construido en la India y más que probado en esos mercados asiáticos, donde esta plataforma lleva ya unos años en el mercado.
Cómo es el Suzuki Avenis
El Suzuki Avenis es un scooter bastante simple en su planteamiento. Un chasis de tubo de acero, abierto, con suelo plano y bastante ligero; pesa solo 107 kg en orden de marcha. Es un scooter además muy compacto, con menos de 1,3 m de distancia entre ejes.
El motor es un monocilíndrico refrigerado por aire, de 4T de un solo árbol de levas en cabeza y de carrera larga, bastante poco apretado. Entrega solo 8,7 CV de potencia pero demuestra tener bastante par y buena respuesta desde abajo. Se ha bautizado este motor como SEP (Suzuki Eco Performance) y lleva un indicador «Eco» en el cuadro que ayuda a conducir de la forma más eficiente.
La marca presume de haber empleado en su diseño un buen montón de tecnología destinada a reducir fricciones y, desde luego, en la propia instrumentación tras esta prueba, en condiciones reales del día a día, indicaba un sorprendente consumo que no alcanzaba los 2,5 litros cada 100 km.
La parte ciclo también es bastante básica. Lleva una llanta delantera de 12″ y una trasera de 10″ que para sus prestaciones puede ser suficiente pero, sobre todo, busca gran agilidad, cosa que consigue con esas medidas. Delante hay una horquilla telescópica estándar y detrás un solo amortiguador lateral.
Para frenar, en ese esquema básico, encontrarás un disco delantero y un tambor trasero, con un sistema mecánico de frenada combinada. Actúa correctamente, pero como suele ocurrir con estos sistemas que mezclan tambor y disco, el tacto, si frenas correctamente (primero de atrás, luego de delante), es malo.
La maneta del freno delantero se queda sin presión hasta la mitad de su recorrido cuando está la del trasero tirando. Sí que cabe destacar un detalle de agradecer: lleva un freno de aparcamiento bastante simple y eficaz, mediante una palanca que deja el freno trasero bloqueado desde la maneta cuando necesitas detener el scooter en cuesta, sin tener las manos en el manillar.
Es algo que era frecuente, casi obligatorio, en prácticamente cualquier scooter hace veinte años y que ha ido desapareciendo por razón de costes, pero que era verdaderamente útil. Y por curiosidad, el Suzuki Avenis tiene otro vestigio de otros tiempos: lleva palanca de arranque a patada, además del sistema de arranque eléctrico.
Es un scooter con buen nivel de equipamiento, algo que choca con una parte ciclo y un motor básico. Así, hay faro doble de LED. El piloto trasero y los intermitentes también son de la misma tecnología. Lleva caballete central y pata lateral, un cuadro digital de buena lectura y un original tapón de gasolina en la parte trasera del scooter, que se abre con llave desde un lateral.
El asiento se levanta desde la cerradura de contacto y bajo él puede alojar solo un casco jet de los cortos; es bastante estrecho y poco alto. Eso sí, lleva huecos específicos para herramientas y documentación. Y en la parte delantera, dos guanteras: una con tapa sin cierre con enchufe para el móvil, y otra abierta, perfecta para llevar una botella de agua, por ejemplo.
Cómo va
El Suzuki Avenis es un scooter agradable en todos los aspectos. Es cómodo, fácil de llevar y muy ágil y ligero. Llaman la atención, además, esos detalles de equipamiento como son su freno de aparcamiento o su pata de arranque, dos detalles que parecen traerlo de «regreso al futuro» desde aquellos scooter de principios de siglo, pero con estética a la última.
Es fácil maniobrar en parado con él, tanto sentado en el sillín, a una altura muy accesible de 785 mm, como empujando por el manillar y por las prácticas asas traseras que además sirven de sujeción al pasajero. El suelo plano facilita mucho el acceso al asiento, sobre el que se adopta una posición de conducción cómoda y natural, eso sí, con el espacio algo justo para las piernas.
Se pone en marcha con facilidad. Lleva el sistema ya habitual llamado Suzuki Easy Start, consistente en que no es necesario dejar pulsado el botón de puesta en marcha hasta que arranque. Lo haces una vez, sueltas y el sistema lo dejará pulsado el tiempo suficiente.
No hay vibraciones ni ruidos y todo es suavidad. Abres gas para salir y sorprende la respuesta, potente y rápida, en un scooter que declara poco más de 8 CV. Hay bastante par y un desarrollo de transmisión muy bien calculado, capaz de aprovechar hasta el último gramo de potencia.
En ciudad esta cualidad se agradece. Es fácil llevarlo hasta esas zonas avanzadas para motos pasando entre coches y, una vez allí, salir deprisa cuando se abre el semáforo. Es además bastante estable y no percibes exceso de flexión, algo típico en los scooter de suelo plano, ni falta de suspensión trasera, también habitual cuando hay un solo amortiguador trasero montado en un lado.
Incluso los frenos no tienen mal tacto, si te acostumbras a que la maneta derecha, si la empleas después de la izquierda, se queda algo «muerta» en su primer recorrido, consecuencia de ese sistema de frenada combinada en un scooter que mezcla un tambor y un disco.
En carretera el Suzuki Avenis se queda algo justo. El motor de menos de 9 CV es suficiente en ciudad, pero en carretera le cuesta mantener un crucero aceptable. Sí que es cierto que ese desarrollo permite que, con algo de cuesta, le veas incluso pasar de 100 km/h, pero sin esa ayuda lo normal será rodar más cerca de los 90 km/h que de los 100 km/h.
Lo mejor:
- Equipamiento «recuperado» como el freno de aparcamiento
- Cómodo y agradable
- Estéticamente acertado
Mejoraría con:
- Más hueco bajo el asiento
- Un pelo más en prestaciones
- Un precio más ajustado para un scooter de prestaciones básicas
Así lo vemos:
- En carretera: 2
- En ciudad: 4
- Pasajero: 3
- Confort: 4
- Equipamiento: 3
- Autovía: 2
(De 1 a 5 puntos)
El Suzuki Avenis es un scooter curioso, que mezcla un equipamiento elevado, una estética cuidada, con muy buen acabado, pero con el alma de un scooter económico y básico. No alcanza los 9 CV, lleva un solo amortiguador trasero con un freno de tambor, y sus prestaciones son suficientes para andar por la ciudad, pero se quedan muy justas para salir o moverte con pasajero.
Sí, lleva luces LED o un cuadro digital, guantera con tapa, doble caballete y otros elementos que no vas a encontrar en un scooter de ese nivel de potencia y prestaciones, pero a un precio bastante elevado. Es una oferta distinta basada en equipamiento, acabado y calidad Suzuki que deja un tanto de lado prestaciones o calidad de frenada. Veremos con el tiempo si ha acertado.
FOTOS: Miguel Méndez
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