Moto Guzzi V100 Mandello: el futuro de la firma del águila ya está aquí

El centenario de Moto Guzzi traerá nuevas “caras”, y una de ellas la tenemos aquí. La nueva V100 Mandello es un guiño a los 100 años de la marca y, cómo no, al lugar donde comenzó el sueño de producir una moto totalmente italiana en las instalaciones de la fábrica situada en Mandello de Lario. Pero no solo se trata de un ejercicio de estilo que ahonda en las nuevas tendencias de dar vida a motos de cierto porte, elegantes, potentes y provistas de manillar alto y cierta protección aerodinámica. La Moto Guzzi V100 Mandello va mucho más allá pensando en describir la línea que seguirá la marca en las próximas décadas.

Para ello, la tecnología se abre paso de manera definitiva en un catálogo en el que, hasta el día de hoy, predominaban los modelos de claro corte clásico. Sin embargo, con la ayuda de motos como la V85 TT o esta reciente aparición, Moto Guzzi amplía el espectro de acción al nuevo mundo que nos rodea… y que nos rodeará en los próximos años.

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Repleta de tecnología

Las renovadas intenciones de Moto Guzzi pasan por modelos totalmente novedosos y acordes con la tendencia de mostrar al público motos atractivas, elegantes, de poderosa presencia y comportamiento divertido. Así, la nueva V100 Mandello se nos presenta con todas las tecnologías de vanguardia para situarse a la cabeza del pelotón de las motos más equipadas del momento.

Es precisamente esa mezcla de elementos pasados de innegable éxito y señas de identidad no solo de una marca, sino de un tiempo glorioso del mundo de la moto, junto con tecnologías del futuro ya presentes hoy, lo que convierte a la V100 Mandello en una moto terriblemente arrebatadora, atrayente y repleta de personalidad. Vemos evocadores guiños a las Le Mans de 1976 y la inigualable “ocho y medio-tres” de 1981 teniendo siempre muy visible y presente, cómo no, su motor en V transversal a 90 grados con sus culatas como verdaderas protagonistas del conjunto.

De hecho, el motor ha sido totalmente remodelado conservando, eso sí, la arquitectura básica primigenia. Denominado “de bloque compacto”, es más ligero y corto (103 mm) que el empleado en la V85 TT, por ejemplo. Las culatas se giran ahora 90 grados para ganar en una mejor ergonomía para el piloto; además, el montaje de ciertos elementos es ahora más “lógico”, como la inyección electrónica o el resto de componentes de la admisión. Otra medida interesante la encontramos en una refrigeración líquida, mientras que la lubricación es por cárter húmedo, embrague por baño de aceite y comando por sistema hidráulico.

Motor legendario y poderoso

El V2 de Mandello di Lario cubica exactamente 1042 cc y arroja una potencia anunciada de más de 115 CV, con el corte de encendido situado a 9.500 vueltas; el par tampoco es nada desdeñable, siendo de nada menos que 105 Nm, con lo que la eficacia en la tracción se encuentra plenamente garantizada en una moto que, además, confiará de numerosos controles electrónicos para su gestión.

En cualquier caso, el nuevo sistema de transmisión final, cómo no, basado en un árbol cardánico que se sitúa en esta ocasión por el costado izquierdo, ve situada la salida del eje de transmisión secundaria más abajo que en versiones precedentes, lo que en principio ha permitido a Moto Guzzi prescindir de los otrora necesarios tirantes de reacción para corregir la típicas conductas parásitas del cardan, ganando a su vez una rebaja en el peso al contar con menos materiales no suspendidos en juego. El objetivo es encontrarnos con una limpieza y suavidad total de reacciones ante cualquier giro del nuevo gas electrónico.

Electrónica al poder

La incorporación de una nueva electrónica a la altura de las circunstancias marca la intensidad con la que Moto Guzzi se ha tomado el desarrollo de la V100 Mandello. Gracias a un comando de gas electrónico RBW, se ha podido montar una plataforma inercial de 6 ejes (centralita Marelli 11P) que gestiona el ABS en curva, control de crucero, TCS, etc. La base la encontramos en un total de cuatro curvas diferentes de motor que adoptan y gestionan los controles correspondientes, en función del tipo de pilotaje: Travel, Sport, Rain y Road con mapas de motor, control de freno en retenciones y de tracción en aperturas de gas distintos junto a la suspensión electrónica opcional Öhlins Smart EC 2.0. Por supuesto, cada modo de motor admite ajustes concretos para lograr la puesta a punto perfecta para cada tipo de usuario.

Pero sin duda uno de los “gadgets” más llamativos de esta italiana lo encontramos en la aerodinámica adaptativa, que ajusta automáticamente la posición de los deflectores situados en los laterales del depósito. ¿Y cómo lo hace? Con la medida de dos parámetros fundamentales: la velocidad a la que ruedes y el modo de conducción que se haya seleccionado. El objetivo es maximizar la protección frente al aire del piloto y, al tiempo, aprovecharse de las fuerzas ejercidas por el mismo para estabilizar el conjunto.

La iluminación es completamente LED con iluminación diurna e incluye luces de alumbrado lateral o “cuneteras”, con dispositivos adicionales insertados en las parábolas originales que inciden en la iluminación al inclinar en plena curva. En cuanto a la instrumentación, esta se encuentra dotada de una pantalla TFT a color de 5 pulgadas.

Las dos versiones disponibles se diferencian por su equipamiento. La “top” se distingue por la adopción de cambio semiautomático, puños calefactables de serie, plataforma multimedia informativa y de entretenimiento Moto Guzzi MIA que permite emparejar el teléfono a la instrumentación a modo de navegador, para leer y actuar también sobre el resto de funciones, así como suspensión semiactiva Öhlins.