Prueba Macbor Eight Mile 500 SCR: ¿eres de espíritu scrambler?

40 Prueba Macbor Eight Mile 500 SCR: ¿eres de espíritu scrambler?
Prueba de la Macbor Eight Mile 500 SCR
Luis López Lozano
Luis López Lozano
La nueva saga Eight Mile 500 con motor twin paralelo te ofrece la oportunidad de ser disfrutada en versión naked o la que ves en esta prueba, al más puro estilo scrambler acuñado décadas atrás, durante la segunda mitad del siglo pasado, bajo la denominación 500 Scrambler. ¿Te gusta estilo de la SCR? Entonces eres de espíritu scrambler.

Macbor, como marca de reciente implantación en nuestro mercado, tiene el gran reto ante sí de convencer al futuro cliente. La firma española ha lanzado durante el presente año la nueva saga Eight Mile «medio litro» en versión naked o scrambler, STR Street o SCR Scrambler, tomando como base el ya conocido twin paralelo 471 cc de origen Loncin. ¿Una ventaja a priori? Desde luego que sí. Su ya probado rendimiento y fiabilidad en la trail Montana XR5 es la clave para que un atractivo producto como las Eight Mile 500 calen en el público interesado en el carné A2, o tal vez más allá; debemos tener en cuenta que nos enfrentamos a una moto con dotes off-road y, sobre todo, asfálticas independientemente del estado del firme, con el límite de los 48 CV pertinentes y a un precio que, en el caso de la SCR, toca la barrera de los 7.000 euros (“mil machacantes” más que la STR).

Así pues, algo tendrá esta moto para que la presentemos como una candidata idónea para hacerte las veces de compañera de fatigas durante el aprendizaje con el A2 y más allá. ¿De verdad necesitas más de 50 CV para tus desplazamientos en moto? Una vez estrenada y después de haber pagado los 7.000 euros hace solo dos años, ¿te vas a gastar más dinero en otra fiel amiga? En realidad, y al hilo de este pequeño sermón, habría que decir que no siempre “más es mejor” en este particular, pensando en encontrar la herramienta perfecta que nos dé el servicio demandado con, atención, un gasto mínimo necesario para arrancar y dar gas hacia tu destino.

En pocas palabras, y centrando ya el tiro en la moto que aquí nos ocupa, la Macbor Eight Mile 500 Scrambler es esa moto que te acompaña allá donde vayas de manera fiel, sin rechazar cualquier camino de tierra para llegar a ese mirador desde el que se contempla toda la belleza de un valle; una moto con la que rodar por cualquier carretera secundaria perdida de la mano de Dios, quién sabe cuántos años, no es un problema, sino un verdadero aliciente para ver paisajes que, a los mandos de otro modelo, supondría un continuo baile y concierto de baches para, en definitiva, destrozar la mecánica y, todavía peor, tus riñones. Olvídate de problemas a la hora de elegir una ruta por caminos y carreteras solitarias, arropado por la belleza del entorno, porque la Macbor Eight Mile 500 Scrambler está aquí para que descubras el placer de pilotar una moto lista para eso y mucho más como, por ejemplo, llevarte al trabajo y devolverte a casa con una sonrisa cada día.

macbor eight mile scr 500 crambler estatica izquierda

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CÓMO ES LA MACBOR EIGHT MILE 500 SCRAMBLER

Una vez hemos descubierto el secreto, que no es otro que apuntar hacia una estética scrambler haciéndose valer de un robusto y férreo motor de mantenimiento económico, vamos a descubrir qué más encierra esta española de aires chinos; una mezcla que, a tenor de lo visto, no rechaza atreverse con todo…

Del motor poco se puede añadir a lo indicado, al menos lo más importante. Nos permite circular con esta Macbor Eight Mile 500 Scrambler una vez obtenido el carné A2, ofreciendo una potencia de 47,6 CV declarada a 8.500 rpm. El twin paralelo de 471 cc se parece “demasiado” al producido por Honda para animar sus exitosas CB500F/R/X, aunque una vez arrancado y al iniciar la marcha van apareciendo, poco a poco, ciertas diferencias. Pero atención, porque el tiro es muy bueno, al menos para una española como esta que nos ocupa, ya que su cilindrada nos permite pagar menos impuestos que si, por ejemplo, rebasara los 499 cc de capacidad interna. Puestos a encontrar ahorro donde sea, algo es algo, ¿verdad?

macbor eight mile scr 500 crambler motor deposito

Veamos otro de sus puntos fuertes: el equipamiento en el ámbito de la parte ciclo. Tanto la horquilla como el amortiguador ofrecen todos los ajustes posibles (precarga de muelle, compresión y extensión de hidráulico) en sus respectivas unidades Kayaba, ofreciendo además un tacto realmente acertado para el tipo de moto que se trata, mezcla de naked y off-road más o menos “light”, con generosos recorridos, como no podía ser de otro modo (195 mm en la horquilla y 200 mm en el amortiguador). En línea con este equipamiento, encontramos una pareja de discos de freno mordidos por pinzas Nissin, sencillas pero eficaces si de lo que se trata es de apretar con ganas la maneta de freno derecha; de otro modo, el mordiente es tirando a escaso, aunque suficiente si ruedas tranquilamente a ritmos urbanos. Atrás nos encontramos con un precioso y llamativo basculante monobrazo que deja al aire, como verdadero protagonista de la zaga junto a él, la pareja de silenciadores que da a este motor un toque sonoro especial… Parece una moto más grande y potente si solo la escuchas.

macbor eight mile scr 500 crambler basculante monobrazo doble salida escape

Otra de las excelencias de esta Macbor la encontramos en la acertada elección de un depósito de combustible como debe ser, es decir, con más de 15 litros de capacidad. Sí, está bien que las motos gasten poco, pero no por ello vamos a renunciar a una generosísima autonomía con tanques estrechísimos y pequeñísimos que recortan el peso, de acuerdo, pero a cambio de tener que visitar el surtidor con mayor frecuencia. Los 18 litros de la Macbor Eight Mile 500 Scrambler se agradecen, y mucho. De paso, la imagen que aporta es de moto “consistente”, siendo uno de los elementos protagonistas en su línea. Bien hecho.

macbor eight mile scr 500 crambler plancha cubrecarter

En la lista de piezas acertadas al ciento por ciento deberemos incluir también la plancha cubrecárter bajo el motor. Es un alivio rodar por cualquier camino despreocupado mientras escuchas cómo las piedras chocan contra él sin peligro a que aparezca un agujero en el motor… No solo de estética vive una scrambler como esta. Además, si te fijas en el manillar también te darás cuenta de que sus aires de moto campestre tampoco son “de postureo”. Eso sí, resulta bastante delicado rodar entre coches, en busca de la primera línea de semáforo pertrecho de un manillar como este, con tanta distancia entre puntas y su tamaño general. Por fortuna, el asiento ofrece mullido suficiente como para soportar lo recto que ruedas a sus mandos, ya que todo el peso recaerá sobre tus posaderas de manera irremediable.

macbor eight mile scr 500 crambler instrumentacion

Aunque atractiva, la instrumentación digital aporta un par de carencias para revisar: no se ve apenas a plena luz del día y deja atrás un reloj horario. A cambio, dispone de un chivato que te indica que llevas la luz de cruce encendida; lo curioso es que, si observas las piñas, verás que no hay un interruptor que la pueda desconectar… Tampoco encontramos dos parciales para controlar distancias o consumos. Por aquí se ha ajustado el gasto y serás tú como cliente quien valore si puede llegar a ser, o no, un inconveniente real para tu día a día.

macbor eight mile scr 500 crambler estatica derecha

PRECIOS Y RIVALES DE LA MACBOR EIGHT MILE 500 SCRAMBLER

Al ser una naked ambivalente, vamos, que le da a todo porque es perfectamente capaz de ello, el listado de rivales puede ser tan amplio como motos quieras incluir en el terreno del off-road, trail, naked, naked retro, naked scrambler… En fin, vamos a realizar una selección que, siendo más o menos directas, podrían plantarle cara a la hora de decidirte por la española u otras.

En cuanto a la oferta de motos retro del carné A2 nos topamos con la Benelli Leoncino 500 en versiones naked y trail, encontrando esta última un parecido asombroso en planteamiento y objetivos por 6.299 euros, que incluye el “leoncito” presidiendo la aleta frontal de la moto. La Brixton Crossfire 500 XC muestra un aspecto de líneas más rectas y no llega al descaro con el que la Macbor hace frente a cualquier tipo de terreno; la encontrarás a un precio de 6.799 euros. Fantic apuesta por una “mono” (Caballero 500 Scrambler) para enfrentarse a la española por el mismo precio, lo que ya de por sí es una losa difícil de salvar. Royal Enfield hace lo mismo con la recién presentada Scram 411 que, con un monocilíndrico de 411 cc y poco más de 24 CV a 6.500 rpm, apenas su precio parece aquí sacar pecho: 4.989 euros, con la versión “full trail” Himalayan a poco más de 5.000 euros. SWM con su Six Days se empeña en lo mismo: su monocilíndrico de 445 cc apenas llega a los 30 CV, si bien su estética trail con aleta frontal y escape altos le da ese toque campero que puede atraer a algunos, todo por 4.995 euros. No podemos cerrar esta lista sin incluir a la Honda CB500X que, aunque no es ni una trail retro pura ni una scrambler en absoluto, monta el mismo motor y pretende llegar a un mismo público que demanda utilidad, gasto mínimo y máxima versatilidad. Su motor es “el original” y el precio rebasa en 200 euros los 7.000 pero, ¡es que va tan bien y es tan completa que no podía faltar! Se lo merece.

macbor eight mile scr 500 crambler accion carretera curva derechas

CÓMO VA LA MACBOR EIGHT MILE 500 SCRAMBLER

La gran ventaja de la Macbor Eight Mile 500 Scrambler es, como ya hemos dicho antes, emplear el motor de la Montana XR5. Ya sabemos cómo va, lo poco que gasta y las vibraciones que aporta al piloto que, en cierto modo, no son ni muchas ni pocas… Todo dependerá de la moto que hayas tenido antes, vamos, a lo que estés acostumbrado si es que vienes de otra montura. En caso de que sea tu primera moto, es más que probable que la aceptes tal cual se te presenta en este sentido; porque sí, tiene gomas en los estribos y «silentblocks» en los manillares, pero esa fina trepidación a según qué régimen de giro acaba llegando al cuerpo, también al trasero… Que moleste o no es cuestión de sensibilidades.

Prueba del conjunto chaqueta-pantalón Lindstrands

El que equipamos para esta Macbor Eight Mile 500 Scrambler

No encontramos un sistema de llave codificada ni nada por el estilo. De hecho, el bombín es sencillo y requiere de un pequeño giro del manillar, desde el tope hacia fuera, para bloquear la dirección. El tapón del depósito de gasolina también es básico, lo que no evita que equipe una pequeña solapa basculante para proteger la cerradura y bisagra para que no caiga al repostar. Todo ello bastante «ligero» pero eficaz; peor sería no tenerlo. Al girar la llave una vez introducida en el bombín, y si estás en la calle, notarás con mayor claridad cómo le afecta la luz ambientan al display de la moto. En la oscuridad de un garaje no es tan evidente, pero sí en la calle disfrutando de un día soleado. Los guarismos aparecen con cierta dificultad para su lectura y, como ya hemos mencionado antes, no hay reloj horario. Si llegas tarde o no a tu cita será cuestión de lo que sepas que tardas en hacer el recorrido habitual, con el tráfico de costumbre. Al actuar sobre la piña izquierda para encender las intermitencias, por ejemplo, no sabrás que están en modo “on” a través de la instrumentación: de nuevo apenas se ve el testigo en la pantalla. A cambio, tanto la temperatura como el nivel de gasolina y el cuentavueltas sí se muestran con mayor intensidad, pero la justa y apenas insuficiente. Con la velocidad de rodaje sucede lo mismo.

macbor eight mile scr 500 crambler accion carretera barrido derecha

El tacto del mando del gas es inmediato y limpio. Sin embargo, el del embrague apenas ofrece un recorrido generoso para que ambos colaboren en «trialeras» o maniobras a muy baja velocidad, por lo que te obligará a aprender a jugar con el gas y ese pequeño espacio que te da la maneta izquierda para “enganchar” el motor o liberarlo. Aquí aparecen ciertos tirones, pero no es descartable que sea por el “machaque prematuro” de unos discos de freno castigados por manos anteriores poco exquisitas.

En general, mientras ruedas por ciudad la Macbor Eight Mile 500 Scrambler se comporta como esperas de una moto servicial, e incluso de tacto más agradable a lo mencionado cuando le coges el truco y haces trabajar el motor y el embrague en su justa medida. Es aquí donde la Scrambler se comporta como una verdadera legionaria de la ciudad, siempre dispuesta a filtrar cada bache que te encuentres con suspensiones de tacto agradable en la horquilla y algo más seco atrás, sin llegar a ser tosco ni mucho menos. El asiento cumple con su cometido también, aunque si llevas unos cuantos kilómetros encima y paras, al bajarte verás cómo el tapizado queda un tanto arrugado. Este, por cierto, muestra unas líneas retro muy acertadas en la zona del piloto, mientras que en la del pasajero es liso. Queda muy bien el contraste.

macbor eight mile scr 500 crambler accion campo izquierda

La posición a los mandos queda claramente condicionada por las dimensiones del manillar y sucede lo indicado más arriba: cargas todo el peso sobre el trasero y ruedas bastante recto; no como un “cuelgamonos” de H-D pero… algo recuerda a eso. Sin embargo, los movimientos sobre la Macbor son contestados por la moto de manera fiel e inmediata. Reacciona rápido a cambios de dirección o a bruscas decisiones tomadas de repente, para salvar esa línea blanca o aquella alcantarilla. La llanta delantera de 19” da juego en este aspecto y, sobre tierra y unido al extraordinario rendimiento de los Pirelli Rally STR, resulta fundamental para pasártelo “pipa” abordando caminos de tierra. Puedes ponerte de pie sin problemas, y solo el recorrido del amortiguador trasero limita las locuras que puedan ocurrírsete aunque, bien mirado y a pesar de los 200 mm de trabajo, mejor es ajustarlo para que aguante por tierra y se tenga de manera óptima por carretera que, a fin de cuentas, es donde más y mejor tendrá que comportarse.

macbor eight mile scr 500 crambler accion campo derecha luz

Y así es. Fuera de la ciudad sorprende el desparpajo del que hace gala con un motor que sube de vueltas de manera decidida, en gran parte debido a un desarrollo interno que enlaza de manera muy seguida, con poca “caída”, cada una de las 6 relaciones disponibles en el cambio. Lo negativo es que la aparición de las vibraciones es prácticamente inmediata al abandonar la parte baja del cuentavueltas, eso sí, de manera fulgurante. La contrapartida es un motor tan nervioso como alegre y divertido, sobre todo cuando llegas a la zona revirada de tu recorrido, momento en el que el aplomo de las suspensiones y la excelente labor de la puesta a punto de la parte ciclo en general, le permite colgarse la medalla al mérito del trabajo. Apenas echaría en falta más mordiente con menos fuerza aplicada sobre la maneta de freno, pero no falta potencia de deceleración si aprietas de verdad. Por cierto, el ABS es desconectable de manera rápida y fácil desde la instrumentación y puedes hacerlo de manera independiente en ambos ejes.

Está claro que se trata de una naked de aires scrambler o al revés… y no solo por su estética precisamente, sino por cómo se comporta sobre cualquier tipo de terreno. Si llenas su enorme depósito de 18 litros podrás hacer más de 300 kilómetros a ritmos de paseo, alrededor de 220 km si abusas del gas, todo ello antes de que la reserva te recuerde que debes repostar. Una incansable compañera de aventuras que, sinceramente, creo que va mucho más allá de ser disfrutada con el carné A2.

macbor eight mile scr 500 crambler accion carretera barrido izquierda

LO MEJOR

-Estética puramente scrambler

-Motor duro, fiable y poco “bebedor” en condiciones estándar

-Suspensiones capaces de comerse todo

-Providencial plancha cubrecárter

MEJORARÍA

-Instrumentación con mejor visibilidad y más datos (reloj horario)

-Asiento menos “maleable”

-Vibraciones mejor filtradas

ASÍ VEMOS LA MACBOR EIGHT MILE SCRAMBLER SCR 500

En carretera: 4

En ciudad: 4

Pasajero: 3

Confort: 3

Equipamiento: 3

Autovía: 3

(Puntuación de 1 a 5 puntos)

Macbor ha sabido explotar el motor Loncin tanto en una trail como desdoblando la naked Eight Mile 500 Street o en una Scrambler como esta 500 SCR. Su desparpajo tanto en carretera como en caminos de tierra bien vale su inversión, sobre todo si le vas a dar al mango por cualquier superficie. Cierto es que con pequeñas mejoras el producto ganaría enteros de manera considerable, pero tal vez los recortes deban pasar por ciertos peajes que no todo usuario ve de manera negativa. Dicho esto, la Macbor Eight Mile 500 Scrambler se presenta como la opción perfecta para llevarte cada día al trabajo, pero también para desfogar tus ansias de rodar en moto fuera de la ciudad, momento en el que a la española le gusta pisar todo tipo de asfalto y carreteras esté como esté el firme. Ten en cuenta que sus 175 km/h de velocidad máxima indicada, unos 160 km/h verificados, dan para mucho más de lo debido. En cierto modo, no necesitas tanta punta para descubrir carreteras perdidas en escapadas y disfrutar de lugares inesperados. Es parte de la magia de rodar en moto: vivir y descubrir.

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