La Kawasaki Z7 Hybrid suma y potencia las ventajas de las motos eléctricas y de gasolina
Así es. Y cuando pruebas la Kawasaki Z 7 Hybrid, esa es solo una de sus muchas características especiales que también te resultarán curiosas. En el ámbito de los automóviles, los híbridos, que en algún momento generaron dudas, han triunfado.
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Numerosos vehículos cuentan con sistemas de hibridación, en diferentes niveles, lo que amplía su alcance, permitiendo incluso superar las restricciones actuales para ingresar en ciertas zonas de las principales ciudades.
Hasta ahora, la gran incógnita era: ¿será efectiva esta tecnología en el mundo de las motocicletas? Las nuevas Kawasaki Hybrid están aquí para responder a esta pregunta.
Es evidente que actualmente Kawasaki es la marca japonesa más audaz, junto con Honda, que también es proclive a aventurarse con nuevas tecnologías. Con sus motores H2 y los rumores sobre nuevas aplicaciones de esa tecnología de compresores, además del lanzamiento reciente de sus motocicletas eléctricas, Kawasaki ya se destacaba entre sus competidores por ser una de las marcas más innovadoras y arriesgadas al lanzar propuestas distintas en nuestro mercado. Ahora, con la nueva serie Hybrid, compuesta por dos modelos, se consolida como pionera en la adopción de nuevas soluciones.
La Kawasaki Z 7 Hybrid significa la versión naked de la nueva serie. Está acompañada por una Kawasaki Ninja 7 Hybrid con la que comparte no solo tecnología punta, sino que, como es habitual en la marca, son prácticamente la misma moto, con y sin carenado, además de los ajustes en suspensión y posición de conducción requeridos por ambos estilos.
La tecnología en sí ha requerido un desarrollo de alto nivel. Se trata de una tecnología proveniente del mundo de los automóviles, pero que no es sencilla de implementar en una motocicleta, con un tamaño mucho menor y requisitos muy diferentes.
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A los desafíos habituales de espacio y peso que enfrentan las baterías en las motocicletas, se suma la necesidad de una transmisión compleja, donde intervienen dos fuentes de potencia (motor térmico y eléctrico) para impulsar una sola rueda. A esto se añade el hecho de que Kawasaki ha optado por incorporar un cambio automático, similar al de la mayoría de los vehículos híbridos, lo que complica aún más el desarrollo de una motocicleta de este tipo.
Así encontramos un motor eléctrico, cambio automático (o más bien «automatizado» sin embrague), y tres modos de funcionamiento, todo en una motocicleta que busca aprovechar la electricidad para resultar más eficiente, ecológica y menos dependiente de combustible, manteniendo al mismo tiempo la esencia deportiva que un modelo debe tener, especialmente si lleva el nombre de esta marca en su depósito.
Cómo es la Kawasaki Z Hybrid: la primera en su especie
La Kawasaki Z 7 Hybrid es la primera motocicleta híbrida de la historia, con el permiso del Piaggio MP3 Hybrid de hace unos años, que, cabe destacar, era un scooter. Su sistema de hibridación, en efecto, resultó ser más simple en comparación con el de los automóviles y con el de Kawasaki.
Con este punto aclarado, antes de que alguien me recrimine por omitir el Piaggio (y considerando que, para la Real Academia de la Lengua, un scooter sí es una moto), podemos afirmar que la Kawasaki es la primera motocicleta híbrida en la historia. Como digo, implementar esta tecnología ha sido un desafío considerable, dado que no se dispone del mismo espacio que en un automóvil para alojar todos los nuevos componentes (no se trata únicamente de una batería), y la forma en que una motocicleta debe comportarse es diferente a la de un automóvil.
Chasis y parte ciclo ortodoxa
En cuanto a la parte ciclo, resulta llamativa la forma en que Kawasaki define su trabajo en este conjunto. La marca expresa textualmente que «se utilizó el pensamiento ortodoxo en el diseño del chasis de la motocicleta deportiva para disponer todos los componentes…». La idea es clara, ¿verdad?
Han optado por mantener la estructura principal de una motocicleta de estilo deportivo, de modo que el piloto la perciba como tal: no debe ser más pesada ni menos deportiva… más o menos.
Han logrado su objetivo. De hecho, se han basado en un chasis multitubular de acero, un sistema de chasis en el que Kawasaki ha depositado su confianza durante muchos años y que ha dado excelentes resultados. Este tipo de chasis no solo se emplea en el resto de la gama Z actual, sino también en las H2.
En cuanto a las suspensiones, encontramos una horquilla estándar de 41 mm de diámetro de barras, sin ajustes, y en la parte trasera un sistema de bieletas Uni-Track que, en este caso, puede ajustarse en precarga de muelle. En cuanto a los frenos, no hay sorpresas, con dos discos delanteros de 300 mm con pinzas estándar, y un disco trasero de 220 mm. Por supuesto, las ruedas son de 17″ en ambos ejes, equipadas con neumáticos Dunlop.
La parte ciclo no presenta sorpresas, está bien elaborada y dimensionada, tal como se esperaría en una motocicleta con ese doble espíritu entre lo naked deportivo y lo utilitario, lo cual parece lógico en una moto híbrida.
Motor, o mejor dicho, motores
En inglés, y esto ocurre pocas veces, resulta mucho más fácil describir este tipo de mecánicas. Para nosotros, un motor es algo que produce movimiento. Tenemos motores térmicos (o más precisamente, de combustión interna) y motores eléctricos. En inglés, a los primeros se les denomina «engine», mientras que a los segundos se les llama «motor».
En el caso de cualquier vehículo híbrido, la Kawasaki Z 7 Hybrid cuenta con un propulsor de cada tipo. En este caso, se ha tomado como base el de las Z500 y Ninja 500, un bicilíndrico en paralelo de 451 cc reales, con culatas de cuatro válvulas. Este motor incorpora tomas de admisión de diferente longitud, inyectores de atomización fina, inyección de aceite bajo los pistones y otras medidas que buscan maximizar la eficiencia. Por supuesto, dispone de acelerador electrónico, ya que de lo contrario sería más complicado sincronizar los dos motores.
El motor eléctrico ha sido montado en la parte posterior de los cilindros. Mueve una cadena que se conecta al volante motor, engranado con el cigüeñal a través de un piñón. Este motor se alimenta de una batería de 48V que pesa 13 kg y está ubicada debajo del asiento del piloto. Ofrece una potencia de 7 kW, con picos de hasta 9 kW, lo que, sumado a la potencia del motor térmico, alcanza un máximo de 69 CV a 10.500 rpm, con un par de 60,4 Nm a 2.800 rpm.
Las baterías se recargan mediante un sistema de alternador bastante especial, montado en el extremo del cigüeñal, que invierte su giro para arrancar el motor cuando es necesario. Este alternador genera electricidad cuando es arrastrado por el motor, pero hace girar el cigüeñal cuando recibe electricidad.
Cabe destacar que es la primera vez que se implementa esta tecnología en un motor de gran tamaño, ya que hasta ahora solo se había visto en algunos scooter monocilíndricos de 125 cc. El sistema también cuenta con una función regenerativa que aprovecha las retenciones para cargar aún más las baterías.
Por último, es importante mencionar que la motocicleta cuenta con dos radiadores, uno para el motor térmico y otro para el motor eléctrico, y se ha desarrollado un sistema de evacuación del calor por los laterales inferiores de la motocicleta.
Un cambio diferente
Si llevar dos motores no fuera suficiente novedad, se completa con el nuevo cambio automatizado de Kawasaki, dotado de un embrague controlado electrónicamente y manejado por levas.
Para empezar con lo sencillo, no hay palanca de embrague ni pedal de cambio, solo dos levas en la parte inferior de la piña izquierda, una delante y otra detrás, junto con un conmutador de modos en la parte superior de la misma.
Puedes seleccionar entre modo automático o manual (aunque no en todos los modos de conducción); en el modo automático, solo seleccionas la primera velocidad y la moto se encarga del resto. En el modo manual, cambias como y cuando desees, utilizando estas levas y sin necesidad de tocar ningún embrague, el cual funciona de manera automática.
Este cambio está vinculado a los modos de uso de la motocicleta, que son tres. Al iniciar en el modo «por defecto», es decir, en modo Sport, la moto arranca en modo térmico y prioriza las prestaciones (recordemos que se trata de una naked deportiva). Utiliza la parte eléctrica únicamente para mejorar el rendimiento a través del botón e-Boost en la piña derecha, y el cambio es siempre manual: tú realizas los cambios.
Puedes saltar al modo Eco-Hybrid, en el cual se activa el sistema Start&Stop integrado y, al iniciar, recorre los primeros metros en modo eléctrico. Sin embargo, el motor térmico arranca rápidamente; en cuanto superas los 15 o 20 km/h, se activa.
En este modo, el botón e-Boost no tiene efecto, y el cambio puede ser manual, como en el modo Sport, o automático, dejando que la moto decida cuándo cambiar. Si estás en este modo y las baterías del sistema están cargadas y dentro del rango de temperatura, puedes activar el modo EV, es decir, eléctrico puro.
Aquí se utilizan solo cuatro velocidades, siempre en modo automático, ya que funcionará únicamente con el motor eléctrico sin encender el térmico. Este modo alcanza una velocidad máxima de alrededor de 65 km/h y es adecuado para circular en áreas donde está prohibido el acceso con vehículos de combustión.
E-Boost, ALPF y modo Walk: aprendiendo nuevas funciones
La implementación de la hibridación implica la incorporación de nuevas funciones que será necesario aprender, ya que no se han visto anteriormente. Por ejemplo, el modo ALPF, que se puede activar cuando el cambio está en manual y resulta útil. ALPF es el acrónimo de “Automatic Launch Position Finder” y sí, puede sonar un nombre algo elaborado para una función simple, y puede que no tenga mucho sentido que pueda conectarse y desconectarse (¿para qué querrías desconectarlo?).
Cuando el cambio está en modo manual, respeta tus decisiones hasta cierto punto. Te permite un sobre régimen al abrir gas y, si te detienes en tercera, mantendrá la marcha… hasta el punto en que, si luego aceleras, saldrá «tirando de embrague», como harías en una moto manual. El modo ALPF evita esto: cuando te detienes, el cambio buscará automáticamente la primera velocidad para prepararse para salir.
El modo Walk es más conocido por su uso en motocicletas eléctricas: al activar este modo, facilita las maniobras a baja velocidad, ya que utiliza únicamente el motor eléctrico para moverse, siendo ideal para situaciones donde se requiere movimiento a paso lento. Es muy útil para maniobrar, aunque puede ser un poco lento de activar y desactivar.
E-Boost es probablemente la función más divertida de estos sistemas. Está disponible solo en el modo Sport e implica utilizar todo el potencial de los dos motores para acelerar. Se indica su activación en el panel de instrumentos TFT a color mediante una escala de flechas que se iluminan cuando es posible utilizarlo.
Debes contar con batería suficiente y que la temperatura sea la adecuada. Al activarlo, al acelerar, sientes esos 9 kW adicionales empujando con fuerza. Incluso puedes activarlo desde parado para obtener un impulso adicional al meter primera y salir.
Kawasaki menciona que ofrece prestaciones similares a las de un motor de 650 en recuperaciones e incluso presume de una mejor aceleración desde parado, en ciertas condiciones, que una ZX-10R. Sin embargo, es posible que esta afirmación se aplique solo en los primeros pocos metros. No, no acelera como una ZX-10R. Tampoco como una Z900.
Cómo va la Kawasaki Z7 Hybrid: algo diferente a todo
La Kawasaki Z 7 Hybrid requiere un período de adaptación. No se trata solo de la moto en sí, sino de que el piloto debe aprender nuevas «reglas del juego» para aprovechar al máximo todas las novedades que ofrece esta motocicleta. La verdad es que, el primer día, puede resultar un poco impresionante.
Al sentarte en la moto, notarás de inmediato que es físicamente distinta. No es alta, pero sí un tanto más larga de lo habitual y se ensancha justo debajo del asiento. Al encenderla, la pantalla TFT cobra vida y comienzas a ver controles que, al principio, pueden resultar confusos, así como indicadores en la pantalla que requieren un tiempo para comprender.
Al darle encendido, tiras del interruptor del cortacorriente hacia abajo y la moto arranca siempre en modo Sport, por ende, utilizando gasolina. En la piña izquierda, en la parte superior, encuentras dos controles que se pueden presionar hacia arriba y hacia abajo.
El primero, más a la izquierda, está marcado como «Sport» hacia arriba y «Eco» hacia abajo. El control de la derecha de esta piña tiene arriba «AT/MT», abajo «HEV/EV» y en el centro un botón más pequeño que activa el modo «Walk».
Aunque puede parecer intuitivo, en realidad, requiere que te familiarices con las reglas del juego: por ejemplo, en modo Sport no se activará el cambio automático, ni podrás pasar directamente al modo EV, entre otras funciones secundarias de los botones que se activarán.
En marcha
Como digo, la Kawasaki Z 7 Hybrid se pone en marcha en modo Sport. Al colocar primera con la leva de la piña delantera, escucharás el característico «clonk» de la marcha engranada, y la moto no se moverá hasta que aceleres para soltar el embrague. Si te encuentras en una situación recta y sencilla, la salida será suave y fácil. Sin embargo, si estás maniobrando, en una curva o en una pendiente, la situación se complica y necesitarás tener control en el manejo del gas. Para situaciones de baja velocidad y maniobras, puedes utilizar el modo Walk.
La aceleración de la motocicleta es buena, pero ten en cuenta que se trata de una moto de 450 cc y un peso de 227 kg en orden de marcha. A pesar de la forma ensanchada en la parte inferior del asiento, el asiento a 790 mm de altura es accesible y cómodo.
Una vez en movimiento, puedes cambiar de marcha como desees: llevarla a altas revoluciones o cambiar a bajas revoluciones; la moto lo acepta todo, aunque no esperes una suavidad total, ya que puede resultar un tanto brusca en ciertas circunstancias.
En la carretera, la moto se muestra suave y fácil de manejar, agradable en su conducción. Aunque no tiene una aceleración excesiva, ofrece un manejo cómodo. Sin embargo, al activar el botón «mágico» a la izquierda y desafiar las flechas del sistema e-Boost en el panel de instrumentos, la moto responde con una aceleración contundente. Es muy divertido.
Puedes utilizar esta función en rectas cerradas para aumentar la velocidad máxima. En este caso, experimentarás un fenómeno interesante: al acelerar por encima de la capacidad del motor térmico, se agota la potencia del e-Boost (que dura unos cinco segundos), lo que resulta en una disminución de la velocidad. Al recargarse, unos segundos más tarde, puedes volver a pulsar el botón, y la aceleración vuelve a superar la anterior. Así sucesivamente, hasta un máximo de cinco veces, momento en el que la temperatura de las baterías indica «basta».
Si bien el sistema e-Boost tiene su utilidad, especialmente para adelantamientos o en la salida de las curvas, es una función que se disfruta y se vuelve más confiable con el tiempo. ¿No sería más lógico, sin embargo, confiar esta función simplemente a la apertura del gas? En los automóviles, generalmente no existe un botón específico para esta función; simplemente, al acelerar a fondo, el sistema reconoce la necesidad de entregar toda la potencia disponible.
En la carretera
Es evidente que en carretera, el modo Sport será el más utilizado, especialmente cuando circulas fuera de la ciudad. Aquí es donde la Kawasaki Z 7 Hybrid se enfrenta a su mayor desafío, ya que debe comportarse como una auténtica naked deportiva. Sin embargo, demuestra estar a la altura de las expectativas.
A un ritmo normal es tan agradable como cualquier motocicleta japonesa promedio. Ofrece una conducción amplia y cómoda, con mandos suaves y un chasis bien calculado que transmite seguridad y confort. Al aumentar el ritmo, la moto sigue respondiendo de manera estable y segura, mostrando la genética característica de Kawasaki.
Exhibe una buena respuesta en la frenada y se siente estable en todo tipo de curvas, a cualquier velocidad. Inicialmente, puede que eches de menos una mayor aceleración al abrir gas, hasta que recuerdas el botón e-Boost. En ese momento, encuentras ese impulso adicional que transforma la experiencia de conducción, recordándote el manejo de una Z650, pero en una moto un poco más grande y cómoda.
Con su combinación de motor térmico y eléctrico, maneja bien el equilibrio entre el rendimiento y la comodidad, y el sistema e-Boost proporciona ese extra de diversión y respuesta cuando más lo necesitas.
Los modos híbridos y eléctrico
Al adentrarte en la ciudad, es cuando cobran total sentido los diversos modos de la Kawa. Puedes cambiarlos a muy baja velocidad o incluso estando detenido, adaptando la moto a las necesidades del entorno urbano.
En el modo Eco, inicialmente con el cambio manual, se activa la función «Start&Stop»: al detenerte, el motor térmico se apaga. Al seleccionar primera marcha y acelerar, la moto parte en modo eléctrico, lo cual se mantiene hasta alcanzar unos 15 o 20 km/h. En ese momento, el motor térmico arranca y prosigues con la conducción híbrida normal.
Si cambias al modo automático, la experiencia de conducción se vuelve aún más interesante. La moto continuará arrancando en modo eléctrico y cambiará de marcha priorizando la eficiencia del consumo. Sin embargo, los cambios pueden ser algo bruscos y se realizan en ocasiones de manera demasiado temprana. La transición de eléctrico a térmico también puede no ser tan suave como en algunos coches; aquí, el sonido del motor térmico es más perceptible y el sistema de gestión de la transición no es tan sofisticado, lo que a veces puede generar un ligero tirón.
A pesar de esto, las ventajas son evidentes: con una motocicleta de 451 cc, puedes disfrutar del rendimiento de una de 650 cc en recuperaciones, mientras que el consumo es comparable al de una Z «pequeña» según el fabricante.
En el modo EV («full» eléctrico), puedes activar el botón específico. En este caso, el motor térmico se apaga y continúas en modo eléctrico. La autonomía máxima registrada es de 14 km en modo completamente eléctrico. Aunque no es suficiente para trayectos largos, es ideal para recorrer gran parte de cualquier ciudad sin necesidad de encender el motor térmico.
En este modo, el cambio opera en automático y alcanza hasta la 4ª velocidad, con una velocidad máxima de 65 km/h, lo cual resulta adecuado para circular por el centro de cualquier ciudad. Aunque en el modo HEV (híbrido) el cambio a veces puede resultar algo brusco, esta sensación persiste en el modo eléctrico, donde el sonido de los engranajes al cambiar se hace aún más perceptible.
En resumen, los modos híbridos y eléctrico de la Kawasaki Z 7 Hybrid aportan flexibilidad en entornos urbanos, permitiendo un manejo eficiente y adaptado a diferentes situaciones de conducción.
Lo mejor:
- Moto única, sin rivales e histórica: la primera híbrida real
- Tecnología punta en cada aspecto
- Diseño e imagen distintivos y únicos
Mejoraría con:
- Un sistema de cambio más pulido
- Suavizar la transición del modo eléctrico al térmico
- Interfaz compleja y poco intuitiva
La Kawasaki Z 7 Hybrid marcará un hito importante en la historia de las motocicletas. Por esta razón, es un modelo que merece ser conocido en detalle, ya que cumple con lo prometido: ofrece el rendimiento de una moto de 650 cc con el consumo de una 250 cc, una huella de carbono reducida y la capacidad de circular por las ciudades sin las restricciones de una motocicleta de gasolina convencional.
A pesar de contar con áreas de mejora, como es esperable en una moto revolucionaria y pionera, tales como suavizar la transición entre modos o la entrada del motor térmico, no resulta sencillo desde un punto de vista técnico, ya que las soluciones de los coches no son directamente aplicables debido a las diferencias de tamaño y peso.
Kawasaki ha demostrado valentía al lanzar al mercado una motocicleta tan impresionante desde el punto de vista técnico, aunque los 13.250 € de su precio puede ser una barrera importante. Sin embargo, este coste refleja la exclusividad de un vehículo que no es simplemente una motocicleta común, sino verdaderamente especial y única.
FOTOS: MIGUEL MÉNDEZ