La Aprilia RS 125 GP Réplica salta de MotoGP a la calle con carnet de coche
La Aprilia RS 125 GP Réplica no es flor de un día, ni ha surgido por generación espontánea. La marca de Noale lleva apostando por modelos deportivos de pequeña cilindrada desde prácticamente su aparición, poco después de dedicarse en exclusiva a las motos de campo.
Hoy día su oferta es tan amplia que ya parece que hemos olvidado que las Aprilia RS 125 del Mundial eran las motos a batir antes de la llegada de las penetrantemente ruidosas Moto3 pero, eso sí, animadas por motores 4T más “limpios” que los humeantes y rabiosos 2T con mezcla de aceite en su cámara de combustión.
Fueron tiempos de gloria del motociclismo italiano y mundial, donde quedó patente el enorme potencial de la industria transalpina. Fue tan “descarada” la posición de Aprilia que, tras pasar a formar parte del Grupo Piaggio, fagocitó a su adversario durante años de competición en la élite al adquirir la marca española Derbi. Lo sucedido hasta nuestros días es más o menos conocido por todos.
En realidad, fue una mezcla de la tecnología de Aprilia junto con el arraigo de una marca pluricampeona como Derbi la que dio forma a la primera Aprilia RS 125. Hoy nos encontramos ante la prueba de una moto que continúa peleando para salvar la normativa Euro 5, en busca de prestaciones suficientes como para hablar de ella con buenas palabras; las mismas que le han acompañado a lo largo de su ya dilatada historia. Merecidas.
Cómo es la Aprilia RS 125 GP Réplica
Cuando digo que es una moto afinada, con un pasado de enorme arraigo y un presente sólido, la presentación queda en general, definida, pero son los detalles los que consiguen hacer de esta moto una deportiva grande… pese a la capacidad interna de su monocilíndrico de válvulas.
Las bases del chasis vienen trazadas desde incluso antes de ser una moto 4T, con un doble viga en aluminio que en nada tiene que envidiar a motos de mayor cilindrada; menos ahora que las estructuras se optimizan con diseños y materiales alternativos a los mencionados. Esta Aprilia mantiene la línea trazada por las motos 125 World Champion, lo que ya de por sí es garantía de que nos encontramos ante un modelo de todo menos convencional.
Al chasis le acompaña un no menos espectacular y perfectamente acabado basculante asimétrico que, en contra de lo que cabría esperar, recibe al monoamortiguador con un soporte que prescinde de bieletas. Sobre si es o no necesario un sistema progresivo en esta moto lo dejo a tu libre entendimiento, pero cierto es que con las prestaciones hoy día homologadas tampoco es como para rasgarse las vestiduras.
Y aunque quedan lejos los ecos que resuenan en el interior de su carenado integral con el motor de mezcla de aceite ronroneando, resulta inevitable evocarlo, sobre todo los que hemos tenido la oportunidad de probar aquellas excitantes 2T, y ahora vemos una deportiva con esta cilindrada ante nosotros como la Aprilia. El “mono” desarrolla 15 CV a 10.000 vueltas, con un par de 11,2 Nm a nada menos que 8.000 rpm, lo que te da una idea de dónde se encuentra la mejor zona de entrega de potencia… ¡Muy arriba! Nada cambia aquí.
Sí se ha avanzado en la electrónica, con una moderna ECU Magneti Marelli que da servicio a la inyección electrónica con mariposas de admisión de 32 mm de diámetro. El doble árbol de levas y las 4 válvulas por cilindro le permiten respirar aportando lo mejor de sí mismo incluso con Euro 5, lo que resulta todo un logro teniendo en cuenta que proviene de Euro 3 sin perder apenas el punch que le caracteriza desde sus inicios.
En las suspensiones, además de lo indicado del amortiguador, no encontramos nada espectacular, ni por ajustes de los que prescinde ni por comportamiento, siendo neutra en este sentido con una horquilla de aparentes barras con un diámetro de 40 mm. J.Juan interviene en los frenos encontrando su logo en pinzas y latiguillos. De nuevo otro marchamo de calidad contrastada asistida por ABS de doble canal.
El display LCD es amplio y dispone la información de manera sencilla, dando prioridad a la información que realmente importa en marcha y agrupando parte de los testigos en la zona superior con indicadores convencionales, fáciles de consultar incluso de reojo.
Cómo va
Antes de subirme a la moto, he de confesar que me llamó la atención el diseño del colín exclusivo en este modelo concreto. Nuestra unidad de Pruebas, aunque disponía de un juego de estribos para el pasajero, es monoplaza y las aletas al más puro estilo MotoGP impactan en la agresiva estética del conjunto.
Otro detalle que también me dejó perplejo es que la moto llegaba a mis manos con la friolera de… ¡cero kilómetros! De modo que tocaba recordar los tiempos en los que hacía el rodaje a muchas de las unidades de Prensa que pasaba por las manos de los periodistas de antaño, aunque hacerlo con un motor de 15 CV tiene su miga…
No hay que desesperar, sino armarse de paciencia y comenzar. El sonido del “mono” es totalmente discreto, lo que se agradece teniendo en cuenta lo desagradable y machacón que resulta con un escape más abierto. El tacto del embrague es de auténtica mantequilla, y lo cierto es que no vine nada mal por un detalle importante: el cambio “semi” de serie no consigue enlazar marchas con suavidad hasta regímenes medios y altos, por lo que el uso de la maneta derecha será una acción habitual rodando tranquilamente de un lado a otro de la ciudad.
Bueno, lo cierto y como se suele decir, “no hay mal que por bien no venga”, ya que aproveché el hecho de estar la moto en rodaje para moverme de manera relajada mientras todo se iba ajustando. El tacto del cambio poco a poco pasaba a ser más suave y el de la frenada cambió de contacto “de madera” a adquirir un mordiente más propio de una moto deportiva, progresivo pero contundente si tiras fuerte de la maneta.
Mientras tanto y con una velocidad y régimen máximos limitados, la posición a los mandos no resulta ser tan incómoda como parece sugerir una deportiva total. En realidad, y después de rodar tranquilo al principio y no tanto después, no se echa en falta unos estribos menos radicales o unos semimanillares un pelo más altos. Todo parece estar en su lugar para cumplir una doble función sport-turismo de lo más interesante; porque no siempre se trata de ir “a fuego” por ahí.
Lo compacto del conjunto permite moverte entre coches atascados con bastante facilidad, encontrando en la anchura de los espejos el principal obstáculo para avanzar entre los retrovisores del resto. La dirección gira bastante como para realizar maniobras en poco espacio, siendo esta otra de las sorpresas que facilitan su uso urbano. Ocupa poco, pesa menos y, por tanto, se mueve con la agilidad que el medio requiere. No se le puede pedir mucho más.
Y si de salir a carretera se trata, atención porque el motor arriba empuja lo suficiente como para alcanzar puntas más allá de los 110 km/h indicados; te darás cuenta porque el tráfico rodará no mucho más rápido que tú a los mandos de la Aprilia por vías de circunvalación, mientras que si decides salir a carretera solo necesitas la paciencia necesaria para no ir a tope hasta llegar a tu zona de curvas preferida.
Una vez aquí y con el motor fresco, la Aprilia RS 125 GP Réplica nos recuerda cómo nos divertíamos con un chasis de estas características y, eso sí, más potencia… pero puntiaguda en todo caso, lo que lleva a quemar tanta gasolina como adrenalina una vez metidos en faena. Aquello de dejar correr la moto tiene mucho sentido en esta 125, aunque si de parar se trata la frenada la tendrás más que garantizada, con un tacto francamente fiable y sencillo para los pilotos más noveles, que de todo recibirá esta moto.
Con el rodaje prácticamente finalizado, la Aprilia RS 125 GP ha dado muestras de su maestría en conducción deportiva pero, para sorpresa de algunos, también lo hace moviéndose como una utilitaria más, que te lleva a clase o al trabajo con un rendimiento extraordinario para la carne que tenemos en el asador. Además, todo lo hace fácil y cuando toca divertirse también hay donde rascar, con un motor que empuja con ganas en las últimas 2.000 vueltas asistido por el cambio semiautomático.
Tal vez sea esa una de sus capacidades ocultas más interesantes: servir tanto entre calles como lejos de ellas. No te digo que cada semáforo de tu ciudad sea como una parrilla de MotoGP, pero a los mandos de una Aprilia con estos colores la sangre fluye de otra manera.
Lo mejor:
-Aspecto de MotoGP en cada detalle
-Facilidad de conducción
Mejoraría con:
-Un uso del shifter más suave
-Un precio al alcance de más bolsillos
Así la vemos
En carretera: 4
En ciudad: 4
Pasajero: 0
Confort: 3
Equipamiento: 3
Autovía: 3
(puntuación de 1 a 5 puntos)
Con estética de MotoGP, alerones en el colín y un precios chasis y basculante pintados en negro, la diferencia respecto a una Aprilia RS 125 es notoria… y más si te gusta seguir las carreras por la televisión. Bien es cierto que para emular a Aleix y Maverick necesitarías más caballos que los 15 disponibles en esta moto, pero no solo la estética sino también la posición a los mandos te trae parte de su idiosincrasia, por lo que si te gustan las motos deportivas y no tienes carnet de moto, esta “octavo de litro” sería perfecta para soñar despierto.
Todo ello, recuerda, con la seguridad de una parte ciclo de campanillas y, por tanto, con una garantía de rendimiento y sencillez de pilotaje extraordinarias que, dicho sea de paso, más de una moto de superior cilindrada le gustará disfrutar.
FOTOS: Miguel Méndez
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