Prueba Scrambler Ducati Nightshift 2023: mejor en todo

La segunda generación de la Scrambler Ducati se presentó a principios de este año como uno de los episodios de la serie web Ducati World Première, lugar virtual donde los transalpinos han ido exponiendo sus novedades a lo largo del año. Con 100.000 unidades vendidas a sus espaldas, los de Borgo Panigale han escuchado a sus usuarios para dar forma a la nueva generación. El resultado es una moto todavía más atractiva, con más tecnología e incluso más ligera, pero que mantiene la esencia de aquellos modelos de mitad del siglo pasado.

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Déjame decirte que el término Scrambler hace referencia a las motos café racer que los jóvenes británicos empleaban para correr en carreras ilegales. De hecho, dicho término se refiere a la acción de aprovechar e instalar todo lo que pueda mejorar el rendimiento de la moto. En Ducati… ¡vaya si han aprovechado su experiencia anterior para mejorar!

Cómo es la Scrambler Ducati Nightshift

La nueva Ducati Scrambler 2023 se ofrece en tres versiones enfocadas a usos (o gustos) diferentes: Icon como la scrambler por excelencia; Full Throttle para quienes quieren la apuesta más deportiva; y Nightshift como modelo que enfatiza el diseño por encima de todo lo demás. A nivel estético, los cambios comunes a los tres modelos parten de un faro que ahora cuenta con tecnología LED, depósito rediseñado, bloque motor con una ‘X’ en los cárteres…

Nosotros hemos tenido la oportunidad de probar su modelo más vistoso; y es que la Scrambler Ducati Nightshift apuesta por llantas de radios en configuración de 18 y 17 pulgadas, un asiento de cuero específico, los espejos colocados en los topes de los puños y un color Nebula Blue que le aporta distinción y carácter neo retro al conjunto.

Pese a que contamos con el mismo bloque bicilíndrico Desmodue de 803cc, con 73 CV a 8.250 rpm y un par máximo de 65,2 Nm a 7.000, los ingenieros de Ducati han logrado reducir su peso en 2,5 kg gracias a un nuevo embrague de ocho discos más compacto. Por su parte, el tambor de la caja de cambios está montado sobre los cojinetes, por lo que los cambios de marcha son ahora más suaves y precisos. También se incluye una versión de 35 kW específica para los poseedores del carnet A2.

Es en la vertiente tecnológica donde la nueva Scrambler Ducati saca pecho. Ahora tenemos un acelerador electrónico con dos modos de conducción -Sport y Mojado en el caso de la Nightshift-, control de tracción y un sistema de ABS de doble canal con función en curva. Todo un acierto no sólo para mejorar la seguridad, sino para aumentar sus aptitudes dinámicas.

La parte ciclo sí que se mantiene, a grandes rasgos, como en la generación anterior. El chasis es un multibular en acero, acompañado de suspensiones firmadas por Kayaba: una horquilla con botellas de 41 mm y un monoamortiguador que cambia de disposición lateral a una colocación central, el cual cuenta con precarga ajustable. El equipo de frenos, con un disco de 330 y 245 mm corre a cargo de Brembo. Las llantas están calzadas con unas gomas Pirelli MT 60 RS en medidas 110/80 R18 y 180/55 R17.

Por último, se beneficia de una pantalla TFT a color de 4,3 pulgadas con toda la información necesaria para el piloto y un sensor crepuscular que cambiará la iluminación de la pantalla en función de la luminosidad. Y todo ello respetando en cierto modo las formas circulares de la anterior generación.

Cómo va la Scrambler Ducati Nightshift

La Scrambler Ducati Nightshift deja huella en tu retina. El color, en combinación con el asiento específico en color marrón, las llantas de radios o la configuración de los espejos, dotan al modelo italiano de una estética atractiva, a mitad de camino entre lo actual y lo vintage. Te subes, y transmite lo mismo, la esencia de las motos de antaño.

Tenemos un asiento que se nota bastante duro, lo que ya nos avisa de que las largas sesiones en moto van a estar limitadas por la capacidad de aguante de nuestro trasero. Tiene un peso de 191 kg y una altura de asiento de 795 mm, lo que para mi 1,70 m de estatura me permite llegar más o menos bien al suelo con los dos pies. La pata de cabra es esconde demasiado en el lateral y, al no tener ningún tetón, resulta bastante complicada la maniobra de volver a sacarla.

Con todo preparado, hacemos contacto, una pequeña bienvenida de una pantalla TFT con un sensor crepuscular que se atraganta cuando se suceden rápidamente situaciones cambiantes de luz, y el típico sonido del bicilíndrico en ‘L’ de los italianos. Aceleramos la Scrambler Ducati un poco en vacío para comprobar que del escape emana alguna que otra detonación tras cortar el gas -y también en marcha-.

El modo Sport es el estándar en la Scrambler Ducati Nightshift. Un acierto que permite desplegar toda la potencia, y de una forma más enérgica en todo momento. La aceleración es buena en todo el rango de revoluciones, permitiendo llevar diferentes tipos de conducciones pero siempre encontrando la respuesta necesaria. Las vibraciones son aceptables y sólo a partir de las 6.500/7.000 comienzan a ser más notables. La ventaja en esta Scrambler Ducati Nightshift es que la colocación de los espejos en los topes de los puños elimina gran parte de las vibraciones, ofreciendo una buen vista de lo que acontece detrás.

El tarado de suspensiones se ha trabajado para ofrecer una respuesta polivalente en un variado cúmulo de situaciones: autopista, ciudad, carretera, incluso algo de caminos sin dificultad… Cumple en todos los aspectos y sólo exigiéndole mucho en conducción deportiva apreciaremos que le falta dureza en ambos trenes. La respuesta de los frenos está en la misma línea, ofrece un rendimiento sobrado y una gran modularidad. Sólo he echado en falta un tacto algo más blando en la maneta, puesto que en las frenadas fuertes esa dureza se traduce en una falta de información en el tren delantero.

La forma en la que entra el control de tracción, en combinación con la probada eficacia de las Pirelli Scorpion dan mucha confianza a la hora de abrir gas incluso con la moto en plena inclinación. Por la configuración de chasis y manillar notablemente ancho y recto, nos permite disfrutar sin que la postura sea un hándicap. Sí, se puede ir bastante rápido y te puede dar muchas alegrías en un buen tramo de curvas.

En ciudad sorprende por su agilidad y el comportamiento del motor nos permite salir airoso de muchas situaciones de caos propias de este escenario. Gira bien y su altura de asiento permite sacar los pies rápidamente. Pero tenemos que tener especial cuidado con la anchura extra que generan los espejos. Tendremos que valorar concienzudamente si podemos pasar entre dos vehículos. Otro aspecto positivo, especialmente en meses tan tórridos como julio, destaca la gestión de la temperatura. Pese a que el bloque está al descubierto, el calor del motor se disipa rápidamente incluso estando en parado.

En autopista, como toda naked, queda a merced del viento. Si bien es cierto que a velocidades legales las turbulencias son pasables. Superar el límite de velocidad genera tal cantidad viento, que se vuelve una tarea soporífera. Mejor bajar el ritmo o añadirle uno de los múltiples accesorios que ofrecen.

LO MEJOR

-Diseño neo retro muy atractivo

-Sonido y respuesta del motor

-Comportamiento polivalente

MEJORARÍA CON

-Una pata de cabra con un despliegue más sencillo

-El asiento se siente demasiado duro

-El sensor crepuscular de la pantalla a veces hace cosas raras

Así la vemos

-En carretera: 3

-En ciudad: 4

-Pasajero: 3

-Confort: 3

-Equipamiento: 4

-Autovía: 2

(De 1 a 5 puntos)

La nueva generación de la Scrambler Ducati se adapta a los tiempos modernos aplicando muy inteligentemente la tecnología. La adición del acelerador electrónico, con los modos de conducción y el control de tracción, resulta clave para mejorar la experiencia en marcha y la seguridad también. Y si encima le añades una atractiva vertiente estética representada en el variante Nightshift, tienes un modelo que va bien, es cómodo y práctico para el día a día y también añade un componente de diversión en conducción dinámica ¿Quién quiere más?

FOTOS: Miguel Méndez