Qué debes saber para no sufrir un accidente en curva

Una vez más, volvemos a traerte un pequeño reportaje en el que te mostramos algunos de los consejos, dados por Juan Carlos Toribio en nuestra revista, en los que te enseñamos comportamientos para viajar seguro en tu moto. En esta ocasión los consejos van dirigidos a la forma en la que debemos trazar las curvas y los pasos que debemos seguir siempre que queramos realizar un adelantamiento con nuestra moto. En este tipo de maniobras, como son las curvas y los adelantamientos, tenemos que tener muchos factores en cuenta. Toma nota y no los olvides.

MANIOBRAS DE ADELANTAMIENTO
 
El adelantamiento es una de las maniobras más complejas que realizamos los conductores de vehículos. Las razones de su complejidad se localizan principalmente en el aumento  del número de cálculos y su dificultad, la lectura de nuevos indicadores y el incremento del estrés del conductor derivado del aumento de la percepción del riesgo. Cuando nos enfrentamos a una maniobra de adelantamiento debemos establecer un protocolo de gestión que, partiendo del análisis previo, sea capaz de garantizarnos su absoluta finalización con total seguridad.

Centrándonos en los espacios frontales ocultos por la presencia de otros vehículos que se encuentran circulando. Espacios que son suficientes para ocultar otro vehículo, incluso de un camión.

En esta fotografía vemos un campo de reducida visibilidad, generado por la presencia de un camión cisterna. Dentro de este espacio puede encontrarse circulando otro vehículo en sentido contrario al que, si no vemos, puede causarnos una situación de peligro real. Por lo tanto, siempre que no nos sea posible ver algunos factores de la carretera hay que evitar iniciar el adelantamiento con nuestra moto.

No te fíes de los espacios ocultos, en ellos puede encontrarse otro vehículo. Ten paciencia, observa, garantiza tu maniobra y mantén una especial atención en las curvas de derechas€ Los vehículos que llevamos delante nuestro son un obstáculo visual muy importante.

Evaluando algunas situaciones podemos encontrar los siguientes casos:

• Si el campo de visión está reducido temporalmente. Será el usuario quien, tras la evaluación de la situación, deberá decidir si realiza o no la maniobra y cómo la realiza.

• Si el campo de visión se encuentra reducido por elementos fijos, configuración de la vía, etc. Será la Administración quien, tomando como base el artículo 139 del Reglamento General de Circulación, deberá señalizarlo adecuadamente y el usuario deberá respetar la ordenación del tráfico.

• Si el campo de visión no se encuentra afectado y no existe señalización específica que legalmente impida la maniobra, el conductor de la motocicleta podrá realizar la maniobra de adelantamiento sin que por ello el riesgo se incremente

Cuando el objetivo es seguir vivo y nos enfrentamos a negociar una trayectoria curva en carretera o camino, debemos respetar cinco puntos fundamentales: – Calcular la velocidad de aproximación recordando que debe adaptarse a las circunstancias del momento circulatorio y al campo de visión disponible. – Explorar el entorno (frontal, laterales y retrovisión), realizando el correspondiente análisis de riesgos. – Abrirnos dentro de nuestro carril, sin invadir el sentido contrario o carril situado a nuestra izquierda (vías de dos o más carriles), garantizando la distancia de cruce con otros usuarios. – Seleccionar el punto de entrada, adaptándolo a las posibles incidencias y a la necesidad de ampliar, en la medida de nuestras necesidades, el campo de visión. – El punto de contacto se ajustará a la zona interior de la curva desde la cual se pueda observar la línea hasta el punto de salida.   ¡No te la juegues! Para negociar una curva en carretera, primero debes acercarte, luego te asomas y, por último, decides qué, cómo y cuándo lo vas a hacer. Recuerda que la carretera es un elemento vivo, lleno de sorpresas y que compartimos con otros usuarios.

PANELES DIRECCIONALES ¿QUÉ HACER?

Existen tres momentos básicos en la conducción de una motocicleta con relación a la gestión de incidencias o situaciones derivadas del tráfico:

• Pre.
• Durante.
• Pos.

El momento «pre» atiende a la planificación derivada de la percepción de la situación, el conductor realiza su toma de decisiones. Después llega el «durante» espacio de tiempo en el que tienen lugar una serie de acciones que realmente deben entenderse como reacciones de respuesta. Por último, en la conducción alcanzamos el instante «pos» que atiende al análisis de la gestión practicada, pudiendo localizarse en éste, una nueva serie de reacciones de respuesta ante nuevas situaciones.

En esta ocasión trataremos de identificar y acondicionar nuestra respuesta ante la presencia de un estímulo, su interpretación y su asociación a un riesgo tipo derivado. Este estímulo serán los «paneles direccionales».

El panel direccional permanente es un dispositivo guía que dentro de la señalización vertical pretende guiar y señalar a los usuarios un peligro determinado, informando sobre el sentido de la circulación (Artº 144.2.b3 del RGC). El balizamiento con paneles direccionales de una curva atenderá a la relación entre la velocidad de aproximación (Vm) y la velocidad de curva (Vc), su radio y desarrollo y a los conductores nos avisarán sobre la peligrosidad de este punto concreto.

Con el fin de evitar errores de apreciación, entenderemos por velocidad de aproximación la máxima permitida para ese tramo viario y por velocidad de curva aquella que el ingeniero ha considerado óptima para todo tipo de vehículos en parámetros de seguridad.

Como norma general y tal como indica la Orden de 28 de diciembre de 1999 por la que se aprobó la Norma 8.1 IC sobre señalización vertical, los paneles direccionales se dispondrán a la entrada de la curva y con una visibilidad mínima de 100 metros.

Si la diferencia entre Vm y la Vc es menor de 15 km/h no se balizará.

– Diferencia entre 15 y 30 km/h: Un panel direccional.

– Diferencia entre 30 y 45 km/h: Dos paneles direccionales superpuestos.

– Diferencia superior a 45 km/h: Tres paneles direccionales superpuestos.

No obstante y sumado a todo lo anterior, debemos recordar que una de las grandes carencias en seguridad vial es el incumplimiento técnico legal de la administración en materia de señalización, por tanto, podemos encontrar curvas que no dispongan de paneles direccionales, nos aproximemos a 100 km/h y tengamos que reducir la velocidad a 40 km/h para gestionarla con seguridad.

CURVAS Y GRAVILLA

La presencia de áridos en la calzada o parte transitable del arcén es una de las causas que en muchas ocasiones nos lleva al suelo. Saber dónde, cómo y cuándo existe mayor número de probabilidades de encontrarnos expuestos a este peligro es la principal fórmula para realizar una conducción preventiva. Sin olvidarnos de la siempre necesaria atención permanente en la conducción.

La presencia de áridos en carretera atiende a tres causas fundamentales:

– Caída de la carga de un vehículo de transporte de mercancías.

– Fisuración o rotura de la capa de rodadura del firme. Un fallo estructural que puede generar el desprendimiento de áridos.

– Corrimiento de tierras. Generado por la acción del agua (riego o lluvia) sobre caminos adyacentes.

La localización de los áridos, según la configuración de la vía, se experimenta principalmente en los siguientes escenarios:

– Trayectorias curvas hacia la derecha.

– Trayectorias curvas hacia la izquierda.

– Glorietas.

– Cruces en T.

– Intersecciones con carril de incorporación.

– Proximidades a caminos con pendiente descendente a la carretera.

Por otro lado, como conductores debemos saber que una carretera sin arcén es más propensa a que los áridos se encuentren en la zona de rodadura debido especialmente a:

– Su menor intensidad media diaria.

– Su escasa frecuencia de mantenimiento.

– Su inferior ancho de uso.

Ante estos riesgos, nuestro consejo en curvas es mantener el protocolo habitual de seguridad, asomarnos para ver y después decidir cuándo (velocidad), cómo (aceleración, deceleración, inclinación, etc.) y por dónde. Especialmente en carreteras convencionales de un carril para cada sentido de circulación y sin arcén estableceremos trazadas centradas en nuestro carril garantizando la distancia de cruce. La probabilidad de áridos en la zona central del carril es menos probable que en los laterales o incluso el centro de la calzada.