Prueba Aprilia RS 660 A2: lobo con piel de cordero

Prueba Aprilia RS 660 A2: lobo con piel de cordero
Nicolás Merino
La diversión y emoción de pilotar no está supeditada a motos potentes y la prueba de ello es esta Aprilia RS 660 A2 en versión de 35 kW, una moto perfecta para los poseedores del carnet A2 que quieran un producto premium y de marca tendencia deportiva.

Hace meses que probamos la versión ‘full’ de la Aprilia RS 660, uno de los lanzamientos más esperados del pasado año. Tienes la prueba completa aquí, aunque en el caso que nos ocupa vamos a probar la versión limitada, y es que los poseedores del carnet A2, ese colectivo olvidado, también tiene derecho al acceso de motos deportivas. Te voy a demostrar que con poco, con los 35 kW que tiene esta versión, se puede hacer mucho.

Entrando en materia, la Aprilia RS 660 es un rayo de esperanza para aquellos a los que nos gustan las motos deportivas. No, no es comparable a lo que ofrece una excelsa Yamaha R6, pero la realidad es que el público, al menos aquí en España, no está interesado en comprar supersports o superbikes. Estos segmentos, populares a finales de los 90 y principios del 2000, han cedido el testigo a las naked e hypernaked.

La RS 660 no es eminentemente deportiva y tampoco lo busca, sino que combina comodidad y rendimiento para intentar abarcar los máximos clientes potenciales posibles, de ahí que la tengamos que enmarcar en el segmento sport turismo (más sport que turismo, obviamente). Eso sí, hay que recordar que estamos ante una marca con ADN de competición, la cual hereda muchas de las tecnologías que emplean los de Noale en MotoGP. Ligera, ágil, atractiva y prestacional, esta moto puede poner en apuros a modelos de segmentos superiores.

Cómo es la Aprilia RS 660 A2

No hay ninguna diferencia entre las diferentes versiones de la Aprilia RS 660. El diseño, en línea con los últimos modelos de la marca, destaca por sus líneas deportivas, por sus grupos ópticos con iluminación LED y tecnología DRL. Todo ello hacen que se nos borre de la cabeza la idea de que esta moto no es todo lo deportiva que podría ser.

En el plan mecánico, emplea un bloque bicilíndrico de 660cc calado a 270 grados y con eje equilibrado para asemejarse a las sensaciones que ofrece un V2. Esto es, un gran rendimiento en bajos y medios. En este caso, desarrolla 95 CV a 10.500 rpm y un par máximo de 67 Nm, aunque al estar limitada para el A2, solo entrega 47 CV. Eso sí, sigue desplegando un 80% del par a 4.000 rpm, por lo que sonreirás de oreja a oreja cuando decidas retorcer el acelerador.

Con cinco modos, agrupados en Carretera y Pista, el piloto tiene opciones que se adaptan a diferentes escenarios. Como todos estos casos, requiere de algo de estudio, pues ofrece muchas posibilidades. Con la moto en marcha, se inicia por defecto el modo carretera y permite elegir elegir entre modos ‘Conmute’, para uso diario con una respuesta suave de motor y mucha intervención de los sistemas, ‘Dinámico’, que permite una conducción más deportiva, e ‘Individual’, en el que tú, en parado y previamente, estableces los niveles de cada uno de esos sistemas. Puedes cambiar de uno a otro en marcha pulsando el botón de arranque y cortando gas de forma inmediata. Los otros dos modos están recomendados para tandas, donde se elimina el ABS y te permite controlar tus tiempo de vuelta a través de un pulsador (las ráfagas). Tiene dos modos: Time Attack y Challenge.

La electrónica merece mención aparte. Acelerador electrónico, plataforma inercial IMU de seis ejes y el completo conjunto de sistemas de asistencia APRC (Aprilia Performance Ride Control), tenemos todo lo necesario para divertirnos en carretera y circuito sin correr demasiados riesgos. Control de tracción, control de freno motor, diferentes mapas motor, antiwheelie, quickshifter de doble acción, ABS con función cornering… Todo ello operado en una completa piña izquierda y en una moto que no supera los 12.000 euros.

El chasis esta tal vez uno de los elementos que más llame la atención. Los de Noale nunca habían usado el motor como estructura autoportante y ahora este se combina con un bastidor de doble viga y un basculante de doble brazo asimétrico. El resultado es un aspecto de moto de Gran Premio, como aquellas 2T de 250cc de años pasados. Esto hace que el conjunto tenga un peso de 169 kg, lo que la convierte en una moto muy ligera. Por su parte, el conjunto de suspensiones está compuesto por una horquilla delantera Kayaba con botellas de 41 mm regulable en extensión, compresión y precarga. Detrás un monoamortiguador, también regulable en extensión y precarga, va anclado directamente al basculante, sin bieletas.

El ADN premium al que nos tiene acostumbrado Aprilia se ve en su vertiente de frenos. Equipa una pinza radial Brembo con latiguillos metálicos que proceden de la RSV4 y dos discos de 320 mm. Tal era el mordiente de la pinza que tuvieron que cambiar de pastillas para reducir su potencia de frenado. Las llantas de aluminio, aligeradas por dentro, están calzadas con unos neumáticos Pirelli Diablo Rosso Corsa II.

Por último, la Aprilia RS 660 cuenta con una pantalla TFT a color, iluminación automática y testigos programables para el cambio. Esta cuenta con toda la información necesaria y permite también vincular, de forma opcional, teléfonos móviles a través de app de Aprilia. Otras opciones son los escapes completos Akrapovic, tanto de circuito (no homologable) como para calle, cambio invertido, manetas de aluminio, tapa de colín o alforja sobre el asiento trasero. Pero basta ya de hablar sobre sus características y vamos a ver cómo va.

Cómo va la Aprilia RS 660 A2

Ya sabes, por la prueba de nuestro compañero Dani Navarro, cómo va en carretera. En mi caso he querido enfundarme el mono para convencer a los indecisos del A2 que esta variante es tan válida como la ‘full’ y puede poner en apuros a motos de segmentos superiores. Además, a los dos años la podrán deslimitar y disfrutar de sus 95 CV que, en comparación con la de 100 CV, la diferencia es inapreciable.

Con sus 820 mm de asiento, no es excesivamente complicado acceder a la moto y mantenerse, pese a mi 1,70 m de altura. Eso sí, la pata de cabra está muy metida y es algo complicado quitarla y ponerla para los que son de baja estatura. Una vez pasado ese trago, la moto se mantiene bien e incluso se puede llegar, de puntillas, con los dos pies al suelo. Tiene algo que ver también el asiento, cuyo mullido es también responsable de subir la altura. Eso sí, a cambio es muy cómodo.

Todavía no ha llegado el calor sofocante de junio y eso hace que sea un día ideal para probarla. Toca ir al Vellón, un tramo de curvas perfecto para comprobar su parte ciclo. Hacemos contacto y la pantalla TFT nos recibe con una animación de Aprilia como si estuviéramos una presentación de los de Noale. Hace poco pude probar la nueva RSV4 y he de decir que esta pantalla me parece más idónea por una sencilla razón: tiene los testigos del cambio de colores (en la RSV4 2021 sólo aparece un pequeño testigo rojo). Para los que nos gustan las deportivas y queremos sacar el máximo partido al motor esto es todo un acierto.

Metemos primera y, a pesar de llevar el mono puesto, los primeros metros ya valen para darnos cuenta de lo cómoda que es. Ayuda mucho que las estriberas no están muy retrasadas y los semimanillares están en una posición elevada, por encima de la tija. A cambio, perderemos algo de sensaciones en curva. Su ligereza y su estrechez nos permiten movernos entre el tráfico sin problemas. Antes de llegar al Vellón hacemos unos kilómetros de autopista. El resguardo aerodinámico es aceptable y el asiento nos permite retrasar el culo lo máximo posible para acometer esta tarea. Además, el voluminoso depósito nos va a permitir relajar los brazos en él. En este caso, el control de crucero que incorpora de serie también trabaja a la perfección y evitará que se nos canse la zona de la mano derecha.

Hora de meterse en faena. Son carreteras que conocemos bien, por lo que nos podemos centrar en aprovechar al máximo las aptitudes de la Aprilia RS 660. La primera sensación es la de que podemos hacer todo lo que queramos. Tumbar, corregir, volver a tumbar, aprovechar todo el carril… El motor, a pesar de sus 47 CV, es suficiente para divertirnos en zonas reviradas y, si desactivamos el antiwheelie, advertiremos como el tren delantero quiere subir al cielo. Si bien con el tiempo se te quedará algo corta, puedes valerte de su excepcional paso por curva y su electrónica. Tranquilo, sólo tendrás que esperar, a lo sumo, dos años y la tendrás deslimitada. El quickshifter de doble de acción funciona a las mil maravillas, por lo que sólo tienes que preocuparte de enlazar curvas. Es una sensación que enamora y que aporta mucha confianza, especialmente a los novatos.

El chasis representa a la perfección el ADN de Aprilia. Es ligero, ágil y permite sentir la suspensiones y los neumáticos a la perfección. La sensación es de llevar una supersport o incluso una superbike de varios miles de euros más cara. Y los frenos es tal vez el elemento más destacable. El mordiente que tiene es más propio de una moto de competición, llegando incluso a hacer invertidos si tiras fuerte de la maneta pero con una modularidad que la hacen segura para cualquier rango de experiencia. Tal es su efectividad, que no he necesitado usar el freno trasero, salvo en frenadas muy agresivas, para colocar el tren trasero.

Tras haberla probado durante más de 400 km, repartidos en varios días, también adviertes algunos peros. Por ejemplo, el pulsador de las largas está muy pegado al puño izquierdo de modo, que en varias ocasiones lo pulsarás accidentalmente, cuando agarres el embrague. Como bicilíndrico que es, el calor que suelta el motor es considerable y las diferentes protuberancias que tiene el carenado lo dirigen a la zona de las piernas. Es la penitencia que hay que pagar por estos bloques.

Vuelves a casa tras un largo día de ruta y en lo único que piensas es en cuándo llegará el próximo día para volverla a coger. Había mucha expectación sobre esta moto y lo cierto es que cumple con todo lo que promete. Buena para el día a día y perfecta para la carretera los fines de semana.

Lo mejor

– ADN deportivo combinado con comodidad para el día a día

– Apartado electrónico

– Diseño

– Equipo de frenos

Mejoraría con

– Un asiento más bajo

-Interruptor de las largas más alejado del puño izquierdo

Así vemos la Aprilia RS 660 A2

En carretera: 5

En ciudad: 3

Pasajero: 2

Confort: 4

Equipamiento: 5

Autovía: 4

(Puntuación del 1 a 5)

El segmento Sport Turismo ha llegado para quedarse y la Aprilia RS 660 es una de sus mejores embajadoras. Tener superdeportivas para la calle es lo mismo que usar un Bugatti Veyron de diario. No tiene ningún sentido y se convierten en elementos muy peligrosos, incluso en manos de expertos.

En el caso de la Aprilia RS 660 A2 es una moto perfecta para quien no quiera pasar por caja dos veces. Tienes dos años de aprendizaje con una moto de 47 CV perfectamente capaz. Pasado ese tiempo, el modelo italiano desplegará todo su potencial y entonces tú tendrás la experiencia necesaria para subirte a una moto que te parecerá totalmente nueva, pero que conocerás a la perfección. Es idónea para acudir a tu lugar de trabajo o estudio y para exprimirla en una zona de curvas e incluso un circuito. En el primer caso no notarás el cansancio que sí provocan los modelos más deportivos y en el segundo y el tercero, su equipamiento Premium te harán ir todo lo rápido que puedas. ¿Necesitas más razones para hacerte con ella?

Fotos: Miguel Méndez

Más información de la Aprilia RS 660

 

Aprilia RS 660

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