Zontes D125, la segunda versión para carnet de coche
La prueba del Zontes D125 nos vuelve a recordar lo que sucede con esta marca. Es una de esas cosas curiosas que hace de vez en cuando. No es la primera vez, ya que esta misma estrategia amplicada con la gama de scooters 350.
Te recuerdo que con el mismo motor presentaron tres modelos, dos de ellos además con el mismo chasis, equipamiento e incluso precio, diferenciándose nada más que en la carrocería. Ahora repiten la jugada con el 125. Tras haber presentado el Zontes M125, nos subimos ahora al Zotes D125 que tiene el mismo motor, chasis, equipamiento y precio. ¿Por qué?
La verdad es que ya lo pregunté cuando ocurrió por primera vez con el 350. Con el motor grande hay un E350, digamos, de «chasis largo», que con mayor distancia entre ejes permite más capacidad de carga bajo el asiento, pero que a su vez modifica las sensaciones que tienes al manillar.
Con la misma mecánica están el Zontes M350 y el Zontes D350 y en este caso son exactos en todo, salvo en la carrocería que, por cierto, es la misma que se emplean en los Zontes M125 y Zontes D125.
No es algo frecuente ni muy normal, y cuando preguntas por qué se hace así la respuesta es algo sorprendente: con ello existe la doble posibilidad de que entre por los ojos. Es decir, dos estéticas para llegar a más gente.
Es un despliegue de medios por parte de la marca que, la verdad, parece excesivo. Sin embargo, cuando lo han vuelto a hacer, aparte de seguir demostrando un indudable poderío financiero, es que les debe ir bien.
Pero claro, así las cosas, tras haber probado el Zontes M125, no puedes esperar que el Zontes D125 sea diferente (en este caso, insisto, no cambia ni el chasis ni las medidas ni nada distinto a la carrocería y, más concretamente, la parte frontal) o que vaya de otra manera.
Lo cual tampoco es que sea malo, porque como ya te cometé en su prueba, el Zontes M125 va francamente bien. Y claro, sigue siendo un scooter con casi todo el equipamiento que se te ocurra y con un motor al que pocos rivales le asustan, acercándose mucho a los 15 CV y que, una vez más, muestra un precio llamativo para un scooter así.
Cómo es el Zontes D125
Por supuesto, este scooter también coincide en el chasis de sus hermanos mayores, lo que una vez más supone una garantía, ya que si el chasis es suficiente para los 350 con el doble de potencia, imagínate para esta mecánica.
Y cómo no, también replica la carrocería del Zontes D350 que probamos no hace muchos meses. El chasis es bastante estándar, con estructura doble cuna desdoblada y reforzada en la pipa de dirección, que se va hacia atrás a la altura de la rueda delantera.
En la parte trasera y como es habitual, el motor actúa como basculante apoyado sobre dos amortiguadores regulables en precarga. Delante se monta una horquilla de 35 mm con barras recubiertas mediate fuelles de goma; un recurso estético raro en un scooter aunque típico en motos de campo o de estilo retro.
Aun así, no queda mal. Se montan discos de 265 mm de diámetro en ambos trenes, con ABS de desarrollo propio que actúa perfectamente y llantas de 14″ tanto delante como detrás, asistidas con neumáticos CST de buen nivel de agarre, al menos, en seco.
El motor es el mismo que se monta en el M125, con un diseño también propio basado en algunas de las soluciones mecánicas que se han visto en los últimos tiempos, sobre todo en scooters japnenes.
Este 125, por ejemplo, emplea un radiador lateral, que ahorra peso y esfuerzos de la bomba al necesitar menos cantidad de agua que situado dicho elemento en la parte frontal del scooter. Se monta una culata de cuatro válvulas en un motor de carrera larga que consigue buenas cifras de par y respuesta desde abajo.
Todo ello le permite alcanzar una cifra de potencia importante, con 14,55 CV a 8.250 rpm, y un par de 12,8 Nm a 6.500 rpm, para un peso de unos 160 kilos en orden de marcha.
En lo que respecta al equipamiento, este Zontes destaca una vez más situándolo como una de las señas de la marca. Toda la iluminación es por LED y en este sentido destaca el faro. Desarrollado por Osram, emplea cuatro focos polielipsoidales que consiguen dar una luz sorprendente para un scooter 125.
De hecho, lo pudimos comprobar durante estos días que anochece tan pronto. A los lados de estos originales faros lleva unas guías luminosas en forma de L con la función de luz diurna. Detrás, ocho prismas verticales crean un efecto 3D en la óptica de posición, con la luz de freno en el centro y los intermitentes a ambos lados por debajo.
El cuadro TFT dispone de varias visualizaciones y sistema de monitorización de la presión de neumáticos y conexión al móvil, monitorizado por una app externa (no de la marca) que permite ver en el cuadro lo que lleves en la pantalla del móvil, incluyendo navegación.
Destaca también las piñas retroiluminadas o la llave de proximidad con una función de seguridad: si se queda sin pilas, la acercas a un punto determinado y se desbloqueará el scooter. Lleva dos guanteras delanteras, una de ellas con enchufe USB.
Bajo el asiento, que se abre desde un botón en la piña derecha, cabe un casco integral y, atención porque es uno de los «gadgets» estrela, la cúpula se regula en dos posiciones mediate un motor eléctrico, alta o baja, desde un botón en la izquierda.
Cómo va
Efectivamente, si has probado el Zontes M125 como hicimos nosotros, ahora no hay sorpresas. No es uno de esos casos en los que al cambio de carrocería se le añade una modificación en la ergonomía y, con ello, en el reparto de pesos en marcha. No hay tampoco variaciones de suspensión, tarados u otros elementos que impliquen diferencias.
Así que, como puedes suponer, se siente exactamente igual que su hermano. La buena noticia es que aquel iba muy bien, así que este no decepciona en absoluto en general, pero especialmente en términos dinámicos donde es capaz de convencer hasta a los más remisos.
En general se trata de un scooter bastante compacto. Dentro de ese amplísimo segmento que solemos denominar como Scooter GT, es de los más recogidos, consciente de que su trabajo se va a desempeñar en gran parte dentro de la ciudad y del atasco de entrada y salida de la misma.
El asiento está a unos muy asequibles 748 mm de altura, por lo que se hace accesible a cualquiera. Las manetas son regulables en distancia, de un tipo que Zontes fabrica para sus motos con buen tacto y aspecto casi de carreras. Las piñas retroiluminadas, la pantalla TFT, la cúpula regulable… Todo rezuma calidad y buena terminación.
Te sientas y sí, tienes ambiente de scooter premium, que es lo que quiere ser; más discutible son las visualizaciones del cuadro, que no están mal, pero no son un prodigio de elegancia, empezando por esa especie de «calavera de Terminator» de bievenida cuando das al contacto en la piña derecha.
Es el mismo botón que bloquea la dirección. De hecho, es una de las cosas que menos me convencen… Tengo garaje propio y suelo dejar las motos con la dirección desbloqueada para poder moverlas. Este no te deja: quitas el contacto con ese botón y escuchas cómo se activa ese sistema, de forma que en cuanto gires la dirección, se bloquea. Para moverlo, tendrás que dar al contacto.
Ya en marcha el Zontes se nota muy ligero y ágil, fácil de maniobrar. Gira bastante y se llega bien al suelo. El motor en marcha emite un sonido contenido y también denota calidad, sin ruidos o vibraciones.
Y es relativamente rápido de reacciones cuando abres gas, aunque ciertamente se percibe muy plano a lo largo de toda la curva de revoluciones. En la ciudad es un scooter bien diseñado, no muy ancho, con esa agilidad que decíamos, siendo fácil meterse por cualquier lado y, para ser un GT, es especialmente maniobrable.
Los frenos actúan con buen tacto y con suficiente potencia en cualquier caso. Mención especial merecen las suspensiones: si sales a carretera y conduces rápido, se deja hacer.
Con asfalto seco los neumáticos CST demuestran estar hoy día a buena altura y el scooter tumba bastante y con nobleza de reacciones. Sin embargo, no lo notas especialmente duro y a la hora de pasar sobre baches compruebas perfectamente cómo horquilla y, sobre todo, los amortiguadores traseros, hacen su trabajo muy bien.
En resumen, el Zontes D125 es un gran scooter, como ya demostraba su hermano M125. Esta es una opción con una estética diferente, para que puedas elegir el que más te guste pero sigue siendo un scooter GT.
Para demostrarlo, ofrece buenas prestaciones, llegando al corte de encendido en recta a 112 km/h (algo corto quizá de desarrollo), muy equipado y sobre todo, al precio de un scooter básico de 12 CV. No es de extrañar que en próximos meses se convierta en un super ventas porque tiene todas las bazas en su mano para serlo.
Lo mejor:
-Prestaciones y equipamiento
-Precio razonable
-Buen comportamiento
Mejoraría con:
-Un desarrollo algo más largo
-Otro diseño de las gráficas TFT
-Separando el bloqueo de dirección del contacto
Así lo vemos:
En carretera: 4
En ciudad: 4
Pasajero: 4
Confort: 4
Equipamiento: 4
Autovía: 4
(De 1 a 5 puntos)
Zontes presenta en su catálogo dos versiones del mismo scooter de 125 cc con dos carrocerías distintas. Esta segunda, de estilo sport pero menos «psicodélico» que el M125, llama la atención en un scooter que además ofrece casi toda la potencia posible para el carnet B.
Demuestra un impresionante nivel de equipamiento para su precio, que si ya llamaba la atención, además ha bajado para promocionarlo en estas últimas fechas.
Es un scooter más que adecuado tanto para ciudad como para salir a carretera, siendo compacto y ágil en el entorno urbano y divertido y eficaz fuera. Cómodo para el pasajero y para el piloto, el Zontes D125 puede presumir de pantalla TFT con posibilidad de navegación, llave de proximidad, cúpula regulable en dos posiciones, piñas retroiluminadas, etc.
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