Prueba Royal Enfield Himalayan: Aventura REtrail
Las experiencias más auténticas las tenemos muchas veces ahí a nuestro lado, tan cerca de nosotros que ni siquiera somos capaces de verlas ocultas tras el velo de lo superfluo. No, no me he convertido a una religión exótica, sino que he probado la trail Royal Enfield, RE para los amigos, Himalayan 2021.
Al igual que hay experiencias personales que te hacen replantearte lo que esperas de tu vida, también hay motos, como la Royal Enfield Himalayan, que te incitan a abrir la mente y redescubrir enfoques que o bien considerabas olvidados, o bien nunca tuviste oportunidad de vivirlos. Me podrás creer o no, pero me contentaría con que tan solo invirtieras unos instantes en reflexionar sobre el significado que le das al origen de esa pasión que compartimos por la moto.
Puede que tu intención sea meramente práctica como vehículo de transporte en el día a día, lo que es tan razonable como loable. O puede que vayas un poco más allá y te sientas identificado con ella por su filosofía o imagen. En este segundo caso comienzan, a grandes rasgos, las divisiones entre partidarios de las naked por su esencialidad, las retro o las custom por su atemporalidad y perfil genuino, las deportivas por su adrenalina, las GT por su capacidad de conquistar largos recorridos, las sport-turismo por su opción de punto intermedio entre ambas y, por poner un punto final, las trail por su carácter polivalente. Esta última definición está logrando hacerse un hueco cada vez mayor entre el resto de alternativas, tanto que en este afán depredador, ha olvidado en el camino sus raíces originales.
En estos últimos años, hablar de trail es hacerlo generalmente de motos de gran cilindrada, con tan elevadas prestaciones, volúmenes y pesos que su empleo original fuera del asfalto es una quimera para la inmensa mayoría de sus usuarios por la capacidad y experiencia que ello requiere. También ha sido evidente su deriva hacia el asfalto como hábitat natural, al contrario de lo que ocurría con las versiones primigenias. La extensión de llantas de aleación, con amplia extensión de medidas delanteras de 17″, ha hecho que muchas de las integrantes del universo trail sientan auténtica alergia al campo. Poco más que una ergonomía erguida, suspensiones de más largo recorrido que lo habitual en motos 100% asfálticas y una imagen heredada de líneas off road las define como modelos de este segmento.
En este punto cabe preguntarse qué ha quedado de aquellos primeros iconos trail accesibles para la mayoría, con motores monocilindricos de cilindrada hasta 500 cc, que servían para todo, on y off road, sencillas, fáciles de manejar y que te permitían cualquier propósito, cualquier ruta, cualquier objetivo. Si este panorama lo circunscribimos a los límites específicos del carné A2, el abanico actual queda muy restringido.
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Un modelo sí ha sabido mantener ese espíritu y lo ha adaptado a una filosofía ajena al paso del tiempo pero sin perder la imprescindible perspectiva de la actualidad. La Royal Enfield Himalayan es una trail que ha sido diseñada para mantenerse imperturbable en su estética con el paso de los años, con el equipamiento necesario para resultar útil y práctica en cualquier cometido y con el respaldo de una de las marcas más míticas en activo. Pero más lejos que todas estas premisas, con la finalidad de hacerte la vida más fácil sea cual sea el motivo que te lleva a montar en moto, incluyendo la satisfacción más pura del disfrute de una motocicleta que no te exige ser un piloto experto y por un precio inferior al de scooters de 125 cc. Yo lo llamaría reencontrarte con la moto de toda la vida, un regreso a los orígenes de un trail que jamás se debería haber perdido.
CÓMO ES LA ROYAL ENFIELD HIMALAYAN
Estamos ante la segunda generación de la única representante trail de la firma antaño británica y hoy día india. A los 120 años de existencia de Royal Enfield se suma en la actualidad el tratarse de una de las marcas referentes en el mercado global de las dos ruedas, donde las ventas en los países denominados emergentes han modificado el equilibrio mundial al convertir en residual, en número de unidades, el peso de las regiones clásicas como Europa, Norteamérica, Japón o Australia.
La Royal Enfield Himalayan confirma el compromiso de la marca en abarcar la totalidad de opciones de este mercado universal. Al reciente desarrollo de su gama Twin se suma ahora una renovada apuesta por modelos monocilíndricos expresada en esta trail o en la inminente Meteor 350. Ello no habría sido posible sin adaptarse a la normativa vigente en nuestro continente. Para ello, la Royal Enfield Himalayan acoge importantes novedades que le permiten superar la Euro 5.
Por un lado, su motor estrena un sistema de inyección Continental en detrimento del anterior Keihin (con rotor de 24 resaltes en lugar de los 18 del japonés) que se acompaña con un nuevo esquema de catalizadores, uno situado en el colector vertical que parte del cilindro y otro en el silenciador. También la toma de admisión y la caja del filtro de aire son de nueva factura, mientras que el sistema de evaporación de gases (cánister) pasa de estar situado en el protector inferior del motor a estarlo debajo de la caja del filtro de aire. Por otro lado, el sensor del velocímetro ya no se encuentra en el buje delantero, sino que se integra en el sensor del ABS.
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Chasis y componentes de parte ciclo son idénticos a la versión previa, con las únicas modificaciones de los soportes de tubos y cables que lo jalonan. Pero en este apartado encontramos una de las novedades estrella de la Royal Enfield Himalayan 2021. Su sistema de ABS permite ahora la desconexión del tren trasero, lo que permite una conducción natural en off road (delante no es posible eliminarlo por la normativa Euro 5). Para ello dispone de un pulsador específico en el tablero. La nueva unidad ABS 10MB es 11 mm más larga, 24 mm más estrecha y casi 8 mm más baja que la 9.1MB precedente.
La instrumentación recibe la segunda novedad estelar de la nueva evolución Royal Enfield Himalayan. Incorpora de serie un sistema de navegación denominado Tripper que, conectado con el teléfono móvil mediante la aplicación específica de la Royal Enfield, te dirige a tu destino con un sistema de flechas y distancias hasta el próximo cambio de dirección y hasta el destino final como el que encuentras en Goggle Map. De hecho, esta aplicación de Royal Enfield está desarrollada por el gigante estadounidense. Se refleja en una nueva esfera que completa una instrumentación equipada con la emblemática brújula de este modelo para su cariz más aventurero y una combinación de información analógica (velocímetro, cuentavueltas y nivel de combustible) con una completa pantalla digital (marcha engranada, reloj horario, temperatura ambiente, dos parciales, totalizador, velocidad media y avisos de revisión y de pata de cabra extendida), junto con los chivatos habituales de luces y punto muerto, incluidos los de ABS trasero desconectado (parpadeo constante), fallo motor y de batería. En la piña derecha encontramos ahora un pulsador para el «warning».
En su imagen apreciamos cambios que la distinguen de inmediato de su antecesora. La pantalla es más ancha para dar cabida a su tablero de mayores proporciones al incorporan la pantalla digital del Tripper. Las defensas metálicas laterales reciben nuevo logotipo de la marca, además de nuevo diseño para no interferir en el movimiento de las piernas sobre la moto, y la parrilla trasera es más robusta y baja. También las tapas laterales exhiben nuevo diseño y el asiento acoge ahora más mullido para superior comodidad. Pero es el acabado en negro de la corona del faro delantero lo que mejor la distingue a simple vista, frente a la terminación plateada anterior.
La Royal Enfield Himalayan se comercializa en tres colores. La plata es el color estándar, a un precio de 4.695 €, sumándose opciones bitono negra y camuflaje por 200 € más. También se puede convertir en versión tipo Adventure con maletas, cubremanos y barras protectores a los lados del motor por 600 € más en cada caso.
CÓMO VA LA ROYAL ENFIELD HIMALAYAN
En pocas ocasiones podemos asistir a la presentación de una novedad con un elenco tan variado de escenarios como ha sido el caso de la Royal Enfield Himalayan por el montañoso interior de la provincia de Guadalajara. Además del repertorio infinito de carreteras, caminos y paisajes que te ofrecen, se distingue como uno de los territorios más despoblados de nuestro país y de toda Europa. Es evidente que se trata de un drama social, pero también deriva en una naturaleza deslumbrante que te hace sentir parte de una realidad tan abrumadora como ajena al común de los urbanitas. Esta exclusividad engarza con una personalidad tan única y arraigada como la que ofrece la Himalayan, en la que percibes su sabor auténtico con todos los sentidos.
La clave en este modelo es su sencillez y practicidad. Sus líneas de corte muy próximo al retro es una de sus armas más personales. Dime un modelo similar en el mercado. Ninguno. Con una altura de asiento de solo 800 mm, ya te invita a subirte sobre ella. Plegar y desplegar su sólida para de cabra es muy sencillo una vez sentado, y ni siquiera sus casi 200 kg son obstáculo para maniobrar. El radio de giro es estupendo, así como la visión de los retrovisores. Ya solo queda apretar el botón de arranque y ponernos en marcha.
Mejor todavía no. Antes te aconsejo activar su sistema de navegación Tripper para beneficiarte de una solución pionera entre sus rivales. Como la propia definición de la Himalayan, su funcionamiento es facilidad total. Solo tienes que conectar tu teléfono con la moto mediante Bluetooth, indicar tu destino en la aplicación y de inmediato ya te aparece en la esfera digital derecha del tablero la primera flecha de dirección con la distancia al primer punto en el que tendrás que abandonar la vía o el camino en el que te encuentras y el recorrido que te resta hasta el final. 100% útil y fácil, y nada de equipamiento extra. Cuando lo tienes en una moto por menos de 5.000 € no entiendes cómo es posible que no esté más extendido. Gran punto a favor de la gente de Royal Enfield.
El sonido te traslada a un «flash back» de los 80 y 90 cuando siglas como XT o DR poblaban el segmento trail. Todos sus mandos son recios, manetas y pedales, situados todos ellos en posición correcta para cualquier uso. Al ralentí no aparecen vibraciones, lo que se mantendrá luego en marcha a cualquier régimen en puños y estriberas. Solo en el depósito se reflejan ya a altas revoluciones, en absoluto molestas. Buen trabajo.
En los primeros compases en tráfico urbano ya ves que podrás hacer con ella lo que desees. La caja de cambios ofrece relaciones bien escalonadas y las marchas entran con total facilidad tanto subiendo como bajando marchas. El embrague es muy dosificable, mientras que el acelerador exhibe demasiado recorrido. Su propulsor responde con solvencia desde las 2.000 rpm, pero siempre es aconsejable mantenerla al menos sobre las 3.000 rpm para disponer del empuje que necesitas en cada instante, y las retenciones no parecen propias de un monocilíndrico de más de 400 cc por su suavidad. La posición de conducción es muy natural y cómoda, tan válida para tu aventura en la ciudad, como en la aventura en la carretera y, cómo no, la aventura en campo.
Porque con el carné A2 puedes afrontar cualquier destino siempre que seas consciente de la propuesta de la Royal Enfield Himalayan. Saliendo de la ciudad, por las inevitables vías de circunvalación, la velocidad máxima no supera los 130 km/h. Te recuerdo que ya estás en el límite de la multa. A 4.000 rpm ruedas a unos 80 km/h, a 5.000 rpm a 100 km/h y a 6.000 rpm entorno a 120 km/h, con la línea roja entorno a las 6.500 rpm. En este medio la protección de su pantalla se queda escasa, pero evita que el viento te choque de lleno. No hay indicio de inestabilidad alguna y la quinta (su caja de cambios cuenta con cinco relaciones) aguanta con valentía los repechos del recorrido. La instrumentación ofrece una visión muy clara en todos sus parámetros, con el único «pero» de un cuentavueltas en el que es difícil ver la línea roja.
Pero estarás deseando salir a carreteras secundarias donde sumergirte plácidamente en una dimensión ajena a las prestaciones máximas. Sin prisa pero sin pausa, tu particular excursión te puede llevar al objetivo más recóndito. Con los 15 l. de capacidad de su depósito y un consumo declarado de 3,18 l./100 km, su autonomía se cifra en unos 470 km. En función de tu ánimo con el puño derecho subirá esta cifra, pero en una moto de 24 CV nunca lo hará de forma exorbitante. El radio de acción de tu aventura queda así muy amplio. La reserva entra en acción cuando quedan entorno a 5,5 l. de gasolina, es decir, más de 170 km antes del desastre, lo que te da margen para encontrar una gasolinera aunque te encuentres casi en el fin del mundo.
Si el ritmo se eleva, sus neumáticos CEAT de gran contenido off road hacen que la sensación de su pisada delante no sea, lógicamente, como el de una moto diseñada específicamente para el asfalto, por ejemplo, en trail con llanta delantera de 17″ y gomas «on». También influye aquí su llanta anterior de 21″. Asimismo, la frenada requiere mucha anticipación, sobre todo con el disco delantero, mientras que el trasero es un buen apoyo. Por el contrario, las suspensiones responden con firmeza y dan confianza. La línea roja se encuentra en esas 6.500 rpm citadas, pero mejor aprovechar a cambiar cuando se alcanzan las «seis mil» si deseas exprimir sus límites. Hemos dicho que Royal Enfield Himalayan es sinónimo de sencillez, en este caso incluso de paz, así que nada de extremismos.
Todas estas peculiaridades, sin embargo, la transforman de Cenicienta en Princesa en cuanto se sale de «lo negro». Los neumáticos se pegan al terreno a la perfección, con la llanta delantera de 21″ superas las irregularidades más profundas, la frenada se convierte en tu gran aliada en los giros más pronunciados de caminos rápidos por su dosificación delante y con el respaldo del ABS desconectable detrás, y su diseño permite una cómoda conducción de pie al modo más endurero.
Aquí los bajos de su motor son eternos y te sacan de cualquier dificultad. Sus 24 CV de potencia cunden mucho más que en el asfalto y si las suspensiones te parecen adecuadas en carretera, en off road alcanzan un nivel sorprendente. Sobre todo la horquilla merece todas alabanzas. También la caja de cambios: ni en una ocasión encontré un punto muerto en su recorrido en ninguno de los territorios de prueba. Y para completar un conjunto diseñado para tus particulares aventuras, el cansancio no aparece a pesar del paso del tiempo y los kilómetros. El nuevo mullido del asiento hace su labor a la perfección y te invita a seguir consumiendo depósito tras depósito sin descanso.
LO MEJOR
-Conducción off road
-Navegador Tripper de serie
-Facilidad en todo uso
-Suspensiones
-Relación calidad/precio
MEJORARÍA CON
-Frenos más contundentes en asfalto
-Menor recorrido de acelerador
ASÍ VEMOS LA ROYAL ENFIELD HIMALAYAN
En ciudad – 4
En carretera – 3
En autovía – 2
En campo – 4
Comodidad – 4
Equipamiento – 4
(Puntuación de 1 a 5)
No hace falta que te vayas al Himalaya para vivir la aventura de tu vida. Si ha sido diseñada para sobrevivir en parajes tan extremos como los que rodean esta cima del mundo, imagínate con lo que puedas encontrar en una radio de 500 km alrededor de tu casa. Con la Royal Enfield Himalayan podrás descubrir infinitos rincones que tendrás cerca de ti y que no sospechabas que te pudieran ofrecer tanta satisfacción de forma tan accesible. Es una moto para el carné A2, pero incluso los más experimentados con el carné A se sorprenderán con la propuesta de una trail como las originales, unos modelos fáciles y sencillos que no dejaban de escribir el término moto con mayúsculas. Y ahora gracias a la Royal Enfield Himalayan, también hoy día.
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