Prueba Zontes S350: La «muscle bike» para todos los días
Sobre la Zontes S350 y sin darle muchas vueltas al asunto, a lo rápido, pienso en «muscle bike» y me vienen a la cabeza dos motos que seguramente sean las que han definido este estilo de la forma más clara en los últimos años: Yamaha V-MAX y Ducati Diavel. En los dos casos estamos hablando de motores con muchos caballos y una bestial capacidad de aceleración, además de cierto corte custom cargado con mayor cromado en la Yamaha, y un aspecto más clásico, con un estilo diferente y más contemporáneo en la Ducati. Sobre ellas te sientas muy recto, con las manos bastante abiertas, sin carenar para sentir en la cara toda esa aceleración descomunal.
En realidad, Zontes no ha sido la primera en querer emular dicho estilo en una moto para el carnet A2. Esa original visión ya la tuvo hace pocos años Benelli, que presentó y mantiene en su catálogo la Benelli 502 C cuya inspiración en la Ducati está más que clara. Zontes por su parte y, como sabes, está ahora ya en la segunda generación de su motor monocilíndrico.
La marca, nacida hace pocos años, llegó a nuestro mercado con los motores 310 con los que desarrolló una gama lo más completa posible con dicha mecánica y, precisamente, una de las últimas en llegar fue la original custom V310 de líneas futuristas. Ahora, en esta segunda generación, ya con el motor de 350, la Zontes V350 ha dado pie con la aparición de un segundo modelo hermano, siendo esta de estilo mas clásico y nuestra protagonista aquí, la S350, de aires más sport.
Como siempre, la moto sorprende si no conoces la marca, haciendo gala de un precio contenido en una moto con detalles de terminación de alta calidad, con un equipamiento elevado y acabados que demuestran lo especial que es Zontes. En realidad la marca, propiedad del grupo chino Tayo, se creó precisamente para competir en los mercados occidentales con propuestas innovadoras, pero manteniendo las fortalezas de la compañía.
Así, son capaces de fabricar casi todos los elementos de la moto y no recurrir a proveedores externos, salvo para los neumáticos, módulos de ABS e inyección electrónica Bosh. Así, sorprende ver en ellas baterías de la propia marca o sus particulares manetas regulables, de aspecto y tacto diferente y muy agradable, los retrovisores o las piñas retroiluminadas, que no se parecen a ninguna otra moto que conozcas… simplemente porque las fabrican ellos para sus propias motos.
Cómo es la Zontes S350
Está claro que a Zontes le gusta aprovechar todas las posibilidades que alcanza con cada plataforma que presenta. Aquellas primeras 310 llegaron con el mismo motor y chasis parecidos en varias versiones cubriendo todos los gustos del mercado. Repitieron la estrategia cuando aterrizaron las 125 y, por supuesto, con los scooter; solo tienes que ver que se presentó el 350 en tres carrocerías distintas, dos de ellas en el mismo segmento y estilo, solo para darte a elegir la estética que más te convenza.
Lo último en aparecer, prácticamente al tiempo que los scooters 350, han sido los motores «tres y medio». Zontes repite una vez más esa estrategia de dejar en tus manos qué versión de la moto te gusta más, con hasta siete modelos con este nuevo motor, dos trail y una scrambler, una naked sport, una carenada y dos custom. Todas ellas comparten la mecánica y gran parte de chasis y equipamiento.
El motor es una evolución del 310 anterior. Un monocilíndrico, en este caso, de 348 cc con carrera corta y culata de cuatro válvulas con dos árboles de levas en cabeza. Es de corte moderno, tecnológicamente avanzado, que declara 39,4 CV a 9.500 rpm con un par de 32,8 Nm a 7.500 rpm, mientras que como ya se ha indicado, la inyección electrónica está firmada por Bosch.
Monta un cambio de seis marchas con un embrague antirrebote. Este motor está instalado en un chasis en tubo de acero que la verdad es que ha demostrado sus bondades. Funciona bien en los distintos tipos de motos que se ha empleado y sigue haciéndolo. Básicamente es un entramado de tubos que conforman la parte delantera y la pipa de la dirección, uniéndola al motor.
Este actúa como parte central, sirviendo de soporte al precioso basculante monobrazo en aluminio, digno de una moto de mucho más precio, que le da parte del aire premium que tiene. Las plataformas sobre las que descansan los pies también se conectan directamente al motor, con lo que este adopta funciones extra respecto a un chasis tradicional.
A ese aire de moto cara también contribuyen las llantas de aleación, con los bordes acabados en brillo, y una enorme horquilla invertida de 43 mm. Detrás monta un monoamortiguador colocado en posición horizontal bajo la moto, que hace actuar al basculante a través de bieletas, con un recorrido corto y un tanto duro cuando hay baches, pero que da buena sensación de control general.
Ambas llantas son de 17″, con un enorme neumático trasero (para sus prestaciones, enorme) de 180 mm y monta unos neumáticos CST, con buen agarre en seco. Para los frenos se ha confiado en J.Juan, con una pinza delantera de anclaje radial y aspecto muy sólido, sobre un disco de 320 mm y una pinza trasera bastante escondida, por el interior de la rueda, con disco de 265 mm.
El equipamiento es, una vez más en Zontes, muy elevado y más en una moto que por filosofía tampoco tiene necesidad de tantas cosas. Por supuesto cuenta con iluminación completa LED, como corresponde ya casi a cualquier moto de esta época. Lleva un cuadro de instrumentos TFT con cuatro visualizaciones y un sistema de arranque sin llave, ambos elementos ya conocidos de motos anteriores.
Equipa dos modos de conducción que cambias directamente en un mando de la piña derecha, Eco y Sport, siendo sincero, con poca diferencia entre ellos. Las piñas son retroiluminadas, cómodas y atractivas, igual que sus especiales manetas de fabricación propia, regulables en distancia. Por último, cuenta con un sistema de lectura en el cuadro del estado de los neumáticos, con información de presión y temperatura.
Cómo va
Las Zontes suelen ser motos agradables. Como bien sabes, se trata de una marca joven, que al principio sorprendía por sus buenas prestaciones, por su forma más que correcta de andar, pero que ya damos por sentado tras muchos modelos presentados sin defraudar nunca. Esta S350 sigue la tónica y desde que te subes te encuentras con lo que esperas.
Es una moto bastante bajita con el asiento a 750 mm de altura. Además resulta bastante ligera, deteniendo la báscula en 179 kg en seco con un tamaño no especialmente grande pero sí aparente. Lleva la llave de proximidad y tiene sus «manías» que hay que aprenderse para arrancar y parar: en la piña derecha tienes un botón rojo con el símbolo de un candado que efectivamente sirve para bloquear la dirección, pero también para dar el contacto. Lo tocas, se desbloquea y enciende el cuadro.
Para arrancar, igual que en las Suzuki o en las Triumph, tienes que coger el embrague aunque esté en punto muerto. En marcha el sonido es discreto y similar al de cualquier monocilíndrica actual. Para pararla tendrás que actuar sobre el cortacorrientes y cuando quitas el contacto, con el botón del candado bloquea la dirección; no te da opción a tenerla desbloqueada sin contacto dado.
Los mandos están en buena posición. Los pies van algo adelantados y las manos un poco elevadas y abiertas, pero sin exageraciones. Es cómoda en general. Tienes buen tacto de embrague, frenos y acelerador y el cambio actúa con precisión. Sales y notas que el motor no es el clásico de una custom, con buena respuesta en toda la curva, sí, pero le gusta subir de vueltas.
En carretera lo hace con alegría y es fácil llegar al corte de encendido, más allá de las 9.500 rpm de tope, pero tampoco tiene una conducción que te exija ir hasta arriba siempre. Vas cambiando marchas y la moto acelera bien, con alegría e incluso más de la que te esperas de una 350 de este estilo.
Desde luego, a velocidad legal rueda muy desahogada y sin vibraciones molestas. Por encima de esas velocidades, se nota la posición de conducción y el aire empieza a empujarte hacia atrás… porque es capaz de superarla con creces.
En ciudad tiene la parte positiva de un motor casi eléctrico, con buen empuje desde muy abajo y en toda la curva, mas la facilidad que supone su baja altura de asiento. No es una moto muy ancha ni voluminosa, por lo que es fácil colarte por donde puedas. Sí que le limita un radio de giro algo corto, dado por la anchura de las botellas de la horquilla invertida, pero en el fondo es una moto que se mueve bien en trayectos urbanos.
En curvas es divertida de llevar y demuestra que en Zontes saben hacer bien las cosas. Frena mucho y con buen tacto, quizá demasiado atrás porque es fácil notar en el pedal esa vibración del ABS a poco que te apliques. De suspensiones es firme y a pesar de su posición de conducción, te da buena sensación de control tumbado bastante.
Ojo, porque llegas a tocar en el suelo con las plataformas, pero te permite más de lo que a primera vista parece. Cuando te fijas, esas plataformas son estrechas y van bastante más elevadas de lo tradicional. Los neumáticos CST además trabajan bien en todos los sentidos. Una marca de ruedas que si bien hace unos años suponían solo una opción barata, hay que reconocer que poco a poco están logrando un comportamiento casi de primer nivel. Acelera con ganas y con buen tacto en aperturas de gas.
Lo mejor:
-Relación equipamiento y precio
-Comportamiento noble
-Estética diferente
Mejoraría con:
-La eliminación del desbloqueo de dirección sin contacto
-Algo de protección aerodinámica por sus prestaciones
Así la vemos:
En carretera: 3
En ciudad: 4
Pasajero: 3
Confort: 3
Equipamiento: 4
Autovía: 3
(De 1 a 5 puntos)
La Zontes es una moto original con un estilo custom potente, musculosa delante, larga y no muy alta. Todo ello no tiene que estar reñido con un comportamiento sport divertido y noble, como lo demuestra. Aporta mucho equipamiento, multitud de detalles de calidad y buenos acabados en una moto que va bien por cualquier sitio.
Es capaz de rodar con mucha soltura por carretera, es cómoda en ciudad y ofrece suficientes prestaciones como para salir a autovía con total confianza. La posición de conducción marca bastante sus limites, que están mucho más allá que en otras custom, y de lo que a primera vista puede parecer. Una moto cómoda para uno, con hueco suficiente para el de atrás, pero no sobrado.
FOTOS: Miguel Méndez
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