Cómo transportar una moto

Transporte en remolque: No sin mi moto

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Transporte en remolque: No sin mi moto
Daniel Navarro
Daniel Navarro
Llegan las vacaciones: coche, familia... Pero, ¿no las puedes concebir sin tu moto? Si te toca transportarla para llevarla en un remolque a tu punto de destino, o para un cursillo, una rodada, al circuito de motocross, etc, y nadie te ha explicado cómo hacerlo correctamente, nosotros te damos unos buenos consejos prácticos.


A casi todos nos ha ocurrido. Un día u otro has subido la moto al carro, o has pensado en hacerlo. Quizá le has dado vueltas a lo bueno que sería disponer de un carro para llevártela de vacaciones, al taller o a cualquier otra circunstancia. Por supuesto, si tienes motos de campo, el remolque es muy necesario. Ni te cuento si son de cross, trial o velocidad, motos no matriculables y que no pueden circular.

Hasta para vacaciones, si te tienes que ir con el coche, puedes hacerte con un carro y llevarte la moto contigo. Puedes comprarlo, no es caro; tienes muchas posibilidades de encontrar alguno de segunda mano que te sirva (lo cierto es que no tienen muchas posibilidades de romperse o desgastarse) e incluso hoy día es posible alquilarlos para un desplazamiento esporádico.

Dice un viejo refrán que «nadie nace enseñado». Esto es perfectamente aplicable cuando debes llevar las motos en el carro. La primera vez que lo haces, si no tienes a nadie con experiencia que te dé algunos consejos, la cosa es más difícil de lo que parece. Motos atadas por los retrovisores, por los soportes de los reposapiés, por las ruedas, enganchadas por la araña de la cúpula, con una cincha por encima del asiento? hemos visto de todo. Hasta en algún caso, perder una moto por la carretera. Por eso, nos parece muy interesante ofrecerte algunos consejos para los que nunca han utilizado este transporte.

De carros y cinchas

RemolqueHay muchos tipos de carros para motos. También hay gente que emplea carros que no son específicos de moto para transportarla. No siempre son adecuados y no todos los carros de moto son aconsejables para todas las motos. No es lo mismo llevar una moto de trial o un ciclomotor de 70 kg que transportar dos Honda Goldwing de 400 kilos cada una.

Carros «raros» aparte, los más típicos de moto son de dos clases principalmente: cerrados y abiertos. Los cerrados son mucho más caros, suelen ser grandes, tienen capacidad para varias motos y aguantan muchos kilos de peso, por lo que suelen ser remolques con freno, es decir, cuando frenas con el coche el gancho lleva un sistema que también frena las ruedas del remolque. Son fantásticos, te permiten llevar dentro, además de las motos, el equipo, el recambio o lo que necesites, por lo que son muy útiles y se ven mucho en competición, ya que en su interior transportas todo lo que necesitas para las carreras.

Los abiertos son más económicos. Válidos desde una a tres motos, los tienes que aguantan distintos pesos. Antes de hacerte con uno asegúrate que vale para tu moto. Dentro de éstos los tienes con suelo y sin suelo. Lógicamente, estos segundos son más baratos, pero más incómodos, ya que no puedes dejar la moto sobre la pata un momento mientras haces otra cosa (esto, por cierto, momentáneamente siempre y con cuidado, que puede caerse) ni estar cómodamente de pie al lado sujetando la moto.

Transporte en remolque: No sin mi motoAclarado el asunto del vehículo, ¿con qué enganchamos la moto al carro? Nunca con cuerda, alambres u otros sistemas que no permitan tensar una vez subida. Tampoco elásticos, pulpos o redes que no tienen fuerza suficiente para sujetar una moto y, además, que se puedan dar de sí. Emplearemos cinchas, de las cuales hay varios tipos.

En función de la correa pueden ser abiertas, con ganchos en las puntas o cerradas, de las que se engancha una punta en la hebilla y después se tensan. Las primeras suelen llevar esos ganchos protegidos con plástico o goma para evitar rozaduras indeseadas en el punto de la moto donde se cogen. Su mayor ventaja es la facilidad con la que el gancho se sujeta en el carro y en manillares o similares. Lo peor, al ser abiertas, no es imposible que en un bache una se suelte. Nosotros, desde luego, preferimos las cerradas. Es la propia correa la que tocará la moto y se cierra completamente sobre sí misma. Por tanto, no puede soltarse salvo que se parta.

Por el cierre pueden ser con tensor (también llamadas de carraca) o sin él. Las que llevan tensor permiten, una vez pasada la punta de la cincha por dentro, tensar mucho simplemente accionando la carraca. Lo mejor es que es sencillo de tensar. Por el contrario, el mecanismo es más fácil que falle. Las de hebilla, con una pieza de metal que «muerde» la cincha, son más baratas y más fáciles de usar. No tensan tanto si no empleas un truco: tumba la moto hacia un lado, engancha ese lado y después, usando la propia moto como palanca, inclinas hacia el otro y enganchas la cincha del otro lado. Quedará tan tensa como con las de carraca. Transporte en remolque: No sin mi moto

¿Cómo la atamos?

Ya tenemos carro y cinchas, así que vamos a subir la moto para en el carro.

Asegúrate que el carro está bien enganchado a la bola de remolque y la rueda accesoria delantera del carro (jockey) arriba y bien sujeta. No serías el primero que al fiarse que ya está enganchado e intentar subir la moto pone el carro «haciendo el pino» con el consiguiente destrozo al levantarse de delante y volver a caer. La rueda jockey, si no está apretada arriba, se puede soltar y si va tocando contra el asfalto mientras vas conduciendo se destrozará. Conexión de luces y cadena de seguridad también son importantes.

Transporte remolque Si vas a llevar una sola moto, ponla en el centro. No solo equilibrarás mejor el peso para las curvas, sino que las cinchas quedarán más largas al poder atarlas en los extremos del carro. La rueda delantera debe ir hasta el tope previsto delante. Si no te ayuda nadie puedes apoyarla en la pata hasta que la ates de los dos lados, pero no intentes transportarla así, porque puedes romper la pata, el suelo del remolque e incluso que en un bache se cierre y se caiga la moto.

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Cuidado con atar por el manillar, puede doblarse si lo agarras por las puntas y puede partirse una piña si se apoya la cincha contra ellas. Tampoco son buena idea los soportes de estriberas. Algunos son endebles y se pueden partir, y otros que tienen mucha palanca se pueden doblar. Sí es buena idea por el centro del manillar de las motos que tienen manillar alto, entre la horquilla por encima de la tija inferior y en motos con chasis multitubular accesible, desde los propios tubos del chasis a los lados del carro, siempre que además sujetes la rueda delantera para que no pegue «cabezazos». Siempre intenta que el anclaje al carro sea lo más alejado posible de la moto formando ángulos amplios, pero cuidado con las motos carenadas, no fuerces los plásticos.

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Si has atado la moto de la horquilla al carro, del manillar o de cualquier sitio de la parte delantera, acuérdate de la parte trasera, de las asas del pasajero, del basculante o de algún punto sólido de la parte posterior. Tira otras dos cinchas al carro, ya que hay que evitar que en un bache salte de atrás.

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Scooter, motos muy carenadas y similares pueden ser difíciles de atar por la horquilla o el manillar. Un buen punto es desde el propio eje de rueda al carro. Aquí no es fácil tensar, porque no hay suspensión que permita hacer tanta palanca, pero la moto queda bien sujeta (siempre que luego ates de atrás) y tiene la ventaja de que las suspensiones sufran menos.

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Acuérdate de atar los cabos sobrantes de las cinchas. Si los dejas sueltos el viento los zarandeará y es posible que acabes pisando uno con la propia rueda del carro y se parta o se líe donde no debe y acabe en susto. Un buen truco con uno de ellos es atar el freno al puño, siempre debes bloquear el freno y este sistema hace innecesario que tengas que buscar una goma u otra cuerda.

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Cuidado con las llaves de la moto: al no tener el contacto dado no están enganchadas a la moto como cuando vas en marcha. Es más fácil que en un bache se caigan en medio de la carretera y las pierdas. Guarda en tu bolsillo o en el coche en cuanto subas la moto.

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Si llevas más de una moto procura que las dos de los extremos sean de peso similar. Llevar tres, aunque el carro sea de tres carriles, no es fácil si son motos medianas o grandes, porque pueden tocarse entre ellas y arañarse o romperse las piezas donde se tocan. Si es el caso, puedes meter la del centro marcha atrás, pero considera que si es una moto carenada hará cierto efecto paracaídas, poco aconsejable para algunas cúpulas un poco endebles. Tanto en este caso como con dos motos grandes, cuidado con espejos, puntas del manillar y demás partes salientes; que no toquen ni se acerquen a la otra moto. Por ejemplo, en un bache puede golpearse. Si son scooter o motocicletas convencionales con escape bajo, cuidado si tocan con las aletas de las ruedas del carro.

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9º Para subirlas puedes hacerlo con el motor en marcha. Pero cuidado, con mucho tacto. Si te escurres y se te suelta el embrague o en una moto automática das más gas, tendrás problemas. Es mejor, si no tienes experiencia, hacerlo a motor parado con ayuda. Y por habilidoso que seas, no lo hagas montado en la moto. Para bajarla, mano en el freno y ten en cuenta que el aluminio de la rampa, aunque tenga algún dibujo antideslizante, puede resbalar.

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10º Siempre intenta usar los restos de la cincha para atar la rueda delantera al tope del carro y con otro la maneta de freno al manillar. Así consigues ponerle más difícil a la moto que se mueva sobre el carro. Y cuidado siempre con el estado de las cinchas: si están deshilachadas o tienen un desperfecto en la zona que queda en tensión, no la uses. Si se parte en marcha, imagínate las consecuencias. Si tienes de sobra, poner dos por cada punto previene esta desgracia.

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11º Si en tu viaje vas a parar y se va a quedar la moto sobre el carro, primero asegura que no pueden llevarse el carro con todo lo que hay encima de forma fácil. Y lo segundo, suelta un poco las cinchas que comprimen suspensión y frenos, de forma que no pase tantas horas con esos elementos apretados. Mientras no circules, no necesitan tanta fuerza. Eso sí, acuérdate de reapretarlo al ponerte en marcha.

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