Moto Guzzi Fast Endurance: La carrera (parte 3)

Después de explicar en qué consiste la Moto Guzzi Fast Endurance y de que Bego nos contase cómo es la moto con la que se disputa esta peculiar prueba de resistencia “concentrada”, llega el momento de que nos relate qué encierra una carrera de este tipo, quienes son sus participantes y cómo es el ambiente que se vive ahí dentro.

El hormigueo en el estómago se apoderó de la piloto española nada más entrar en las instalaciones de Mugello: “Cuando vi el nombre del circuito en la puerta de acceso ya comencé a notar que los nervios se apoderaban de mí. Me pasa cada vez que llego a un circuito. Pienso en lo que va a pasar, en mantener la calma en los momentos decisivos… En definitiva, en salir de allí el domingo por la tarde con una sonrisa y un montón de amigos a los que me gustaría volver a ver pronto. Y en realidad fue justo esto lo que nos pasó a Sara y a mí”.

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Sin tiempo para distracciones

Bego insiste en la grandeza del escenario que se encuentra. No es para menos. Estamos hablando de uno de los circuitos más extraordinarios y con mayor legado de magníficas carreras en la historia del Mundial de Velocidad: “¡Qué quieres que te diga, me quedé con la boca abierta por lo maravilloso del entorno, primero, y después por encontrarme en un circuito que había visto tantas y tantas veces por televisión en carreras del Mundial. Una de las características que me llamó la atención es la anchura de la pista, aunque cuando estás dentro buscando la línea ya deja de haber tanto espacio…”.

Seguimos centrados en el momento de la llegada a Mugello con un pequeño hándicap, al no haber podido participar en los primeros libres de la mañana del viernes: “Nuestro vuelo no llegaba a tiempo al aeropuerto de Bolonia para salir a los primeros libres, así que no quedó otra que coger la moto ‘a ciegas’ en los de la tarde. Sara fue la primera en subirse y cubrir los 5 primeros giros. Al parar y cederme la moto me vino a decir que la puesta a punto no era la más adecuada, pero que lo probara yo a ver qué me parecía. Y así fue. Desde luego la geometría no era la correcta y cada paso por curva y posterior salida era una lucha constante para mantener la moto por la trazada… que iba descubriendo al mismo tiempo que los secretos de la pista”.

Pero con tiempo y paciencia encontraron un buen término medio para las dos: “Al acabar el libre tuve que reordenar las ideas mientras me acercaba al box por el pit lane. Hablé con Sara y nos pusimos de acuerdo. Efectivamente, había que modificar los settings para, de entrada, cargar más peso sobre la rueda delantera, y luego también vigilar la presión de las gomas que, con el calor que hacía, se disparaban al poco de salir”.

La compañía del box: el mejor aliado

En una carrera internacional lejos del país de origen, la compañía dentro del box es, si cabe, todavía más importante de lo habitual. Bego Calvo se dio cuenta rápidamente: “Tuvimos la gran suerte Sara y yo de disponer de un equipo humano excepcional. Dentro del staff mecánico capitaneado por Vittoriano y Gianfranco Guareschi, nos asignaron el trabajo de Ivan Fabbris y Manuel Sacchetto como nuestros técnicos. Si los Guareschi son atentos y serviciales, Ivan y Manuel no podían ser menos, escuchando en todo momento las indicaciones que les dábamos para intentar dejar la moto a punto lo mejor posible”.

“Y la verdad es que lo conseguimos, porque lo sucedido en el primer libre nos abrió los ojos sobre cómo era el circuito, sí, pero también en relación a lo que la moto necesitaba para que ambas fuéramos lo más cómodas posible a sus mandos”, asegura Bego, que fue la responsable de salir primera en los entrenamientos cronometrados del sábado.

Pronto se dio cuenta que la moto ya estaba como ellas querían… excepto por un detalle: “Cuando me subí para salir al primer cronometrado, lo primero que noté en la moto es que no llegaba con los dos pies al suelo… Desde luego nos hicieron caso en cambiar las geometrías, pero claro, esto es algo que tiene su contrapartida en parado; y si no fuera porque tenemos que cambiar de piloto tres veces durante la carrera, no me importaría, aunque fue decisivo en un detalle que más tarde contaré”.

“Las primeras vueltas del crono de la mañana fueron mucho más fluidas que las del libre del día anterior. La V7 Stone ya entraba mejor, mantenía la línea como quería y conseguí más aplomo en el tren delantero abriendo gas. Sara me lo confirmó cuando le cedí la moto, obteniendo finalmente el mejor tiempo de todo el fin de semana”.

“Qualy” 2: Más vueltas y mayor confianza

En el segundo clasificatorio, ya por la tarde y con más calor, se vuelven las tornas, con Bego mejorando sus tiempos y Sara sin posibilidad de rozar su mejor registro. La primera se lleva una sorpresa en plena acción: “Me notaba a gusto con la moto y, excepto por el intenso calor, todo fluía como quería, justo cuando me doy cuenta de que me pasa un piloto con los colores antiguos de los monos Dainiese de los años 80… ¡Era Marco Lucchinelli! Lo hizo antes de comenzar las famosas Arrabiatas; se tiró como un loco a la primera con un peculiar estilo retro, tumbando la moto a tope mientras mantenía el cuerpo en el centro y sacaba la pierna hacia el interior… ¡Cómo va Lucchi! ¡Y con casi 70 años! Alucinante”.

Con el trabajo de los entrenamientos ya hecho y la posición 34 establecida en la particular salida “Le Mans”, solo quedaba acordar con Sara cómo hacer los cambios de piloto cada 15 minutos, tal y como establece el reglamento y contamos en la parte 1 de esta serie de artículos: “Decidimos que, cuando llegara al pit para el cambio de piloto, Sara cogería la moto por la izquierda y yo me bajaría por la derecha; algo que, por otra parte, me cuesta un poco más al estar acostumbrada a hacerlo por la izquierda… Ya sabes, manías que al final se convierten en rutinas. Pero la idea era clara, ya que la que recogía el testigo de la moto tendría que sujetarla, mientras la piloto que llegaba se bajaba por el lado contrario, para molestar lo menos posible”.

“En cuanto a la moto, comprobamos que las presiones volvían a subir demasiado con temperaturas de asfalto por las nubes. Claro, el sol pegaba con ganas, lo que no pasó el domingo con lluvia incluida antes de la carrera”. Esto, junto con las prisas y nervios del cambio de piloto en el primer relevo, introdujo “datos extra” a la experiencia de ambas pilotos durante la carrera del domingo.

Moto Guzzi Fast Endurance: la última de la jornada

La cita de Mugello englobaba diferentes carreras promocionales, siendo la última programada del calendario del domingo la Moto Guzzi Fast Endurance. Si a ello le sumamos el retraso producido por la lluvia, los nervios se iban acumulando con el paso de los minutos, “delay” incluido.

Bego nos lo cuenta con la sombra de la incertidumbre acercándose al equipo en todo momento: “Veíamos cómo las nubes eran cada vez más negras y que, si descargaban, nos aguarían la fiesta. Por fortuna, la carrera se pospuso el tiempo suficiente como para que la pista quedara prácticamente seca; pero claro, la temperatura no era la misma y con el primer susto abriendo gas me di un baño de realidad…”.

Antes de esto, Bego Calvo se encargaría de abrir la carrera para rodar los primeros 15 minutos de la misma y cumplir uno de sus sueños: hacer una salida al estilo Le Mans, corriendo hacia la moto que sujetaba Sara, al otro lado de la pista, pegada al muro de boxes. Nos lo cuenta una Bego emocionada: “En aquel momento era un manojo de nervios, pero me concentré lo suficiente como para que mis piernas comenzaran a correr tan deprisa como pude. Veía de reojo a otros pilotos, verdaderos bigardos de piernas largas que daban unas zancadas enormes, pero más o menos llegamos todos a las motos al mismo tiempo”.

Justo en el momento de intentar arrancar el motor, comenzaron los imprevistos: “Me subí a la moto, di al botón y… ¡la moto no arranca! ¿Por qué? Se me ocurrió mover el botón de corte de corriente, como reseteando la inyección, toqué el de arranque y por fin el motor cobró vida. Eso sí, la gran mayoría ya habían salido (otros sufrieron el mismo problema) y me tocó remontar las posiciones perdidas, e incluso ganar otra en el proceso. Estaba tan enfadada que tiré lo que pude y algún que otro ‘hachazo’ metí, pero nadie se sintió ofendido. Es uno de los descubrimientos de esta carrera: el ambiente es de tal camaradería que todos, absolutamente todos, ex Campeones del Mundo y otros mundialistas como Fausto Ricci, somos compañeros de fatigas, ayudándonos incluso a mejorar los tiempos, como me pasó con el colega periodista de La Gazeta de lo Sport, Luca Frigerio. ¡Grazie Luca!”.

Tres relevos son pocos

Con Bego Calvo abriendo la carrera, saldría un total de tres veces a pista, mientras Sara Román intervenía en el segundo tramo de 15 minutos y el penúltimo. Lo cierto es que a Bego se le hizo la carrera muy corta: “Cuando vi el reloj de carrera a cero no me lo podía creer, seguiría dando vueltas hasta que se pusiera el sol. Me lo estaba pasando tan bien que casi ni me entero de que la carrera había finalizado”.

Además del episodio de “no arranque” de la moto en la salida, Bego se llevó más de un susto durante la carrera: “Estaba claro que las condiciones no eran las mismas que durante los entrenamientos, pero después de salir más tarde que los demás y con la adrenalina a tope, quise remontar y lo conseguí, aunque abriendo gas saliendo de una curva de derechas (Borgo San Lorenzo) el tren trasero comenzó a moverse peligrosamente, provocando unos ‘shimmies’ que me obligaron a recapacitar sobre aquello de tomar riesgos o intentar mantener la calma para acabar la carrera con la moto entera. Opté por lo segundo”.

En el primer cambio de piloto, Sara y Bego viven otra de las anécdotas del día: “Entré a pista, como digo, con la adrenalina a tope e intentando no pasarme el cartel de ‘cambio’ después del fallo de la moto en el arranque. Al ver la indicación y llegar al pit, estaría con las pulsaciones a tope. Como ya acordamos Sara y yo, procedo a parar la moto, la dejo con la primera insertada, me detengo, echo el pie derecho a tierra y al pasar la pierna izquierda por encima de la moto, tropiezo con la placa porta números y nos caemos la moto y yo al suelo, con Sara intentando sujetarla al lado contrario sin éxito. De nuevo aparece la camaradería: un piloto que me sacaba dos cabezas y que se encontró con el percance frente a él, se acercó, nos ayudó a levantar la moto (prácticamente lo hizo él solo), y aunque le volvió a costar arrancar al V2, finalmente se puso en marcha y Sara salió escopetada para cumplir sus 15 minutos. Los siguientes cambios fueron más exagerados en cuanto a levantar la pierna para salvar la moto, y la sujeción de la misma por parte de la otra piloto”.

Cambios de posiciones

Con la pérdida de posiciones en la salida y la posterior recuperación de Bego Calvo en los primeros 15 minutos de carrera, el tiempo sufrido durante el percance del pit les hace perder un puesto, que posteriormente Bego recupera en su siguiente relevo: “Estaba cabreada con lo sucedido en el cambio, pero tenía claro hasta dónde podía apretar sin que pasara nada extraño y, con ese ritmo, podíamos recuperar la posición perdida. Así fue. Gané el puesto y, al volver a cambiar con Sara, que mantenía nuestros mejores tiempos, el equipo que nos precedía comenzó a mejorar los suyos lo suficiente como para pasarnos y obtener una distancia que intenté recuperar en los últimos 15 minutos, ya que su piloto de relevo rodaba más lento que yo… Pero la carrera finalizó y quedamos tal cual salimos en la formación inicial. Conseguimos estar entre los 19 de 36 equipos en velocidad máxima, acabando en la posición 34 de la general y en el segundo escalón del podio en la categoría Wild Card.

Bego recalca esos detalles que hacen la carrera todavía más grande y única: “Jamás pensé que la camaradería entre los participantes llegara al niveles tan altos. Desde ayudarme a bajar los tiempos durante los entrenamientos, a darme una botella de agua fresquita al acabar el relevo mientras me veían cómo bajaba de la moto, algo alterada y sudando a cántaros… ¡Toda esta gente merece un sobresaliente cum laude!”

Buenos pilotos, mecánicos y staff en general… ¡Mejores personas!

Hay que reconocer que Begoña Calvo nos ha detallado con tal lujo de detalle los avatares del fin de semana, que no habría espacio suficiente para plasmarlo todo, pero es precisamente en el apartado de agradecimientos donde cortar su relato sería muy injusto. De modo que, Bego, tienes pista abierta: “Te lo agradezco, porque esto necesito decirlo porque sale directamente del corazón. Tanto Sara como yo agradecemos a Tito Lladós, nuestro “Team Manager” y asistente personal que nos ha llevado en volandas por todas partes, desde que salimos de Madrid hasta el regreso. Un tipo excepcional cuya larguísima trayectoria en el Grupo Piaggio se encuentra plenamente avalada. Nuestra felicidad ha sido y es, en gran parte, obra suya”.

“Del staff poco menos se puede decir. Los hermanos Guareschi, Vittoriano y Gianfranco, antiguos héroes italianos en pista, siguen siendo hoy día verdaderos amantes de la moto y se refleja en su trabajo cada fin de semana. El vivido por nosotros ha sido fantástico gracias a su apoyo y el de los mecánicos que atendieron nuestra V7 Stone, Ivan y Manuel. El apartado de marketing quedó a cargo de Alessandro Ferraioli y Lello Dragone que, con su gran humor y talante siempre positivo, demostró ser un verdadero crack animando con bromas y risas un ambiente inmejorable. Los consejos de Zard a través de Ricardo Pozzato sobre el rendimiento de la V7 con su pareja de escapes fueron francamente interesantes, mientras que el departamento de prensa de Mugello, con Maria Guidotti al frente, nos atendió y entrevistó con su fantástico equipo”.

Si Bego Calvo se ha visto gratamente sorprendida por el trato recibido por todo el staff de la Moto Guzzi Fast Endurante y el Grupo Piaggio, es el conjunto de pilotos y acompañantes el que podría llevarse la palma: “Salvo excepciones, en general el ambiente en cualquier carrera es de camaradería y amistad, pero suele cambiar cuando entras en pista. Aquí no cambia nada antes, durante o después de la carrera. Todo son sonrisas, ayudas, ánimos, buenas palabras y mejores acciones. Lo que necesites, lo tendrás de ellos… ¡Hasta conseguimos un club de fans promovido por las mujeres de algunos de los participantes! Es verdaderamente alucinante la atención y el cariño recibido. Nuestro más sincero agradecimiento para todos y cada uno de los participantes y acompañantes que nos abrazaron y arroparon para pasar un fin de semana verdaderamente inolvidable”.