12+1 días sin Ángel Nieto

Carlos Domínguez, Tomás Díaz Valdés, Valentín Requena o Enrique Hernández-Luike fueron protagonistas en directo, tanto desde el punto de vista profesional como, sobre todo, personal, de la intensa vida de Ángel Nieto. De ahí que los sinceros homenajes que han brindado al 12+1 a través de nuestra web sean un auténtico motivo de orgullo para mí. Sin embargo, entre todo este plantel de primeros espadas, echo en falta uno imprescindible: Javier Herrero.

Javier (1946-2013), fundador de Fórmula MOTO, estuvo en primera línea tanto en el desembarco de Nieto en el Mundial y sus posteriores triunfos como en sus épicas carreras en los circuitos urbanos que se disputaban por toda España. Imagina la cantidad de veces en las que compartió conmigo aquellas experiencias durante los 10 años que tuve el privilegio de trabajar frente a frente con él. De ahí que personalmente te pueda trasladar mis vivencias con Ángel «en diferido» mediante Javier Herrero como excelso intermediario.

Cuando en diciembre de 2004 lanzamos el nº1 de Fórmula MOTO, a Javier le costó decidir qué piloto sería el primero en estrenar nuestra sección de «Pilotos de leyenda». Le habría encantado haber abierto con Ángel Nieto, pero decidió ofrecer ese honor a Mike Hailwood. Agostini se tuvo que conformar con el número 3…

Para Javier, Ángel era icono de piloto. Técnico y valiente en pista, sobre todo ensalzaba su inteligencia, sagacidad e ingenio tanto fuera como dentro de los circuitos. Cuando comentábamos los lunes las carreras del anterior fin de semana, eran numerosas las ocasiones en las que sacaba a relucir lo que él creía que habría hecho Nieto en esas situaciones. Sus palabras cobran especial relevancia por la forma como Javier vivía las carreras. En su labor periodística, presenciaba las carreras a través de los objetivos de sus cámaras fotográficas. Él siempre decía que era la mejor forma de comprender cuáles eran los planteamientos de cada piloto, y no solo en una época cuando no se televisaban las carreras. En mil y una ocasiones sacaba a relucir la inteligencia de Ángel, paradigma de cuándo había que tirar, cuándo había que ahorrar esfuerzos, cuidar la moto, analizar a sus rivales… También al margen de los circuitos, sabiéndose rodear de los mejores técnicos y los mejores materiales, jugando con la psicología de sus contrincantes. Quién si no él se habría planteado obligar a un piloto, incluso en este caso su hijo Gelete, a retrasarse en el final de carrera para permitir que su compañero de equipo Emilio Alzamora lograse el punto del 15 puesto. Gracias a ese punto obtuvo se logró el Mundial.

Javier vivió con Ángel esos primeros mundiales día a día, día y noche. Además de sus crónicas para los medios, hacía funciones de comunicación para la propia Derbi. Nadie mejor que él sabía lo que se cocía ahí dentro y por eso puedo corroborar que la imagen de la grandeza de Nieto que se ha transmitido a lo largo de estos primeros 12+1 días de él, realmente se quedan pequeñas.

En directo, también mis contactos con Ángel Nieto fueron a través de mi inolvidable director Javier Herrero. No recuerdo si fue en 2006 o 2007 cuando Javier regresó a presenciar una carrera del Mundial en el paddock tras bastantes años de ausencia. Entre los motorhome se cruzó con Ángel, y el abrazo sincero entre ambos jamás lo podré olvidar. La expresión de felicidad que mostraban sus rostros delataba una complicidad indescriptible, la que solo puede reflejar la amistad más verdadera.

A partir de entonces, volví a coincidir con ambos en eventos como la fiesta sorpresa Valentín Requena por su jubilación organizada por su gran amigo Tito Lladós, en la presentación del equipo de Tele5 para la cobertura de MotoGP o en el homenaje a Javier Herrero que le rindió la familia LUIKE y que reunió a lo más granado del universo de la moto de España de las últimas cinco décadas. En todos los casos, cuando Ángel y Javier entraban en contacto, era como presenciar una realidad propia, paralela a la que vivíamos el resto de su entorno. Solo te invito a que leas la entrevista que le realizó Javier para repasar su carrera a modo de biografía. Una sensación mágica que seguro se repetirá en la eternidad, porque estoy convencido que Javier le habrá hecho de magnífico anfitrión al 12+1 para vivir la moto desde allí arriba.