Nivel máximo de equipamiento en moto: más es mejor
Después de haber analizado el mínimo equipamiento imprescindible, y tras haber establecido un nivel intermedio entre el techo y lo básico, pasamos a tratar el máximo a lo que todo motorista debería aspirar al rodar en moto. Huelga decir aquello de “la seguridad en moto es lo primero”, pero lo cierto es que nunca estará de más llevar dicho razonamiento al extremo.
Lejos de convencionalismos y verborreas internautas, las principales marcas del sector del equipamiento motociclista son, en definitiva, las responsables de ofrecer el mayor nivel de seguridad para el usuario con las calidades y el rendimiento de sus productos. Bien es cierto que, como en toda sociedad económico liberal, la publicidad y el marketing tienden a imponer su imperante y machacona ley, lo que no quiere decir que no existan amplios y comprometidos equipos de investigación detrás de ciertas firmas trabajando para que nuestras lesiones en moto se reduzcan al máximo. Al tiempo, habrá catálogos en los que encontremos primeras marcas a un precio de derribo; ojo con esta circunstancia, ya que no es oro todo lo que reluce ni tampoco sería adecuado dejar escapar una oportunidad allá donde surja… Contrasta información veraz antes de lanzarte ante cualquier producto muy rebajado o, simplemente, aquella prenda de marca reconocida a precio interesante sin la etiqueta “outlet” colgando del ajuste del cuello.
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El casco integral
El hecho de que existan en el mercado cascos abiertos tipo “jet” o abatibles, también denominados modulares e incluso plegables, respaldados por la correspondiente etiqueta de homologación, no significa que sean válidos para cualquier tipo de circunstancia. Tiempo atrás, o incluso ahora porque la ignorancia es tan atrevida que no tiene edad, se decía que era ridículo ir en un ciclomotor con un buen casco, ya que “era más caro éste que la moto”. Pues bien, habría que recordar una vez más lo del precio de tu salud, lo que también incluye el rodar a los mandos de una moto en perfecto estado de revista, ya sea más o menos vieja, más o menos potente, con o sin ABS, encontrando o no en su paquete de seguridad un sistema de control de tracción o antibloqueo en curva.
La moraleja es muy sencilla: cuanta más calidad en tu casco integral, menores serán las secuelas producto de un accidente en moto. Así, deberíamos descartar cascos que dejen a merced de la suerte la integridad de tu rostro, incluyendo “jet” y abatibles, ya que ni la pantalla del primero nos protegerá lo suficiente ni hará lo propio el barbuquejo de un “abierto” con él desplegado. Ten en cuenta, además, que un casco de estas características se compone de dos piezas, mientras que un integral es más compacto, más fiable.
Hoy día las calotas multicompuesto de tipo “tricomposite” o multifibra son las que mayores garantías nos ofrecerán en caso de un fuerte impacto. Como no podía ser de otro modo, existen marcas que no recortan los precios en productos «algo pasados», pero una vez más habrá que apelar al usuario bien informado. Las marcas más comprometidas con la seguridad son las que más invierten en su evolución y, por tanto, revierten dichos gastos en el consumidor final. Por supuesto, merecerá la pena siempre que te lo puedas permitir.
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La chaqueta totalmente armada
Ya sea en invierno o en verano, haga frío o calor, la chaqueta de moto nos tiene que acompañar donde quiera que vayamos a rodar. En este caso, exigiendo el máximo, ya no nos valdrá con la prenda que compramos desprovista de espaldera. La inversión requerirá la suma de la chaqueta junto con la protección de pecho y espalda, ya sea esta desmontable solidaria al forro interior de la misma (con bolsillo o alojamiento específico) o bien la habitualmente empleada en un mono de cuero, con correas elásticas y tiras de velcro ajustables. Un paso más lo encontramos en la aportación que pueda hacernos un sistema de airbag, en el que podrás elegir entre los solidarios a la moto mediante conexión por “hombre al agua”, o los más complejos que funcionan mediante sensores que detectan la deceleración junto a movimientos “no usuales” en plena conducción.
Por cierto, y ya que hablamos de monos de cuero, sin duda esta elección resulta vital a la hora de hablar de máximo nivel de protección. Tengamos en cuenta varios aspectos, como por ejemplo el hecho de tratarse de una única prenda “todo en uno”. El simple hecho de estar confeccionada en una pieza ya es suficiente como para aportarnos un grado extra en seguridad. Piensa que si llevas una chaqueta textil unida mediante una cremallera al pantalón del mismo tejido, obtendrás un resultado similar, no idéntico, con la misma salvedad que encontraríamos en un mono de cuero de dos piezas unidas por la misma cremallera. En este caso, la protección sería inferior al de un mono técnico. Sucede lo mismo que en un casco abatible respecto a otro integral.
Las manos blindadas con guantes protegidos
En el caso de las manos, hemos pasado del guante básico provisto de un puñado de refuerzos (en ocasiones solo eso, sin protecciones rígidas o similares) con una caña corta a otro de caña más larga como rango intermedio. Llegados a este punto, solo nos sería válido un guante cuya caña y dorso muestren férreas protecciones más allá de dobles capas de piel o mullido.
Tal y como sucede con el equipamiento más deportivo para el resto de elementos, el guante también queda perfectamente representado en el máximo nivel al ofrecer protecciones más armadas en puntos clave como el dedo meñique, la unión de los dos más débiles de la mano para evitar torceduras o roturas al menor enganche o arrastrón, nudillos con una capa de carbono o PVC que siga las líneas de la mano, caña exterior con protección semirrígida y, por supuesto, un sistema de sujeción y ajuste que dé cobertura desde la propia caña a la zona de la muñeca. Por cierto: olvídate de los guantes de aspecto y diseño deportivos si no dispone de cada uno de los elementos aquí indicados. El diseño puede llegar a emular a los empleados por los ases de la competición, pero si no ofrecen la misma cobertura en materiales, acabados, resistencia de costuras, etc, de nada valdrá una combinación atractiva de colores o el número impreso de nuestro piloto favorito.
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Pantalones con protecciones completas
Hemos escalado de un pantalón de aspecto “denim”, tejano o vaquero para trayectos urbanos al textil con protecciones en rodillas y caderas como término medio. En esta ocasión, y también aplicable al resto de prendas y protecciones para el motorista, vigilaremos que la prenda se encuentra probada y validada por una homologación específica para su uso en moto CE con Nivel 2.
Como es lógico, un pantalón en el que veas este nivel de protección requerirá una inversión superior a otra con Nivel 1 provisto simplemente con refuerzos y acolchados mínimos. Recuerda, una vez más, que su unión a la chaqueta o el uso de un mono de cuero monopieza eleva el listón hasta el techo respecto a la cremallera que convierte chaqueta y pantalón en elementos solidarios.
En los pies, máxima superficie bajo protección
Las extremidades suelen llevarse la peor parte en un accidente, junto con las zonas del cuerpo donde existe flexión y rotación. Es por ello por lo que resulta imprescindible rodar con un calzado adecuado a las circunstancias de uso de la moto. De las botas de aspecto de deporte con caña baja y apenas unos refuerzos en maléolo y puntera, hemos pasado a la bota de turismo, con una caña claramente más elevada y protección garantizada en puntera y talón, entre otros puntos vitales.
Una bota de máximo rendimiento dispondrá no solo de unas protecciones Nivel 2, sino también una suela antideslizante y resistente al aceite o cualquier combustible, punta, tacón y espinilla convenientemente protegidas, capacidad para no dejar penetrar el agua hacia el interior así como facilitar la evaporación hacia el exterior, resistencia a torsiones laterales (especialmente en zonas expuestas a una lesión por rotación forzada, como los tobillos o los dedos), o la capacidad para aguantar impactos y abrasión, tanto de las protecciones como del material exterior.
Como ves, un buen equipamiento deportivo estaría preparado para abarcar con garantías todos y cada uno de los elementos de protección necesarios para rodar en moto tan cómodos como seguros. No en vano, los riesgos y las velocidades más elevadas se producen mientras pilotas en un circuito de velocidad, pero siempre podrás elegir la aproximación de dichos estándares en otras prendas menos “radicales” en aspecto y uso.
Como se suele decir, “la buena vida es cara”, tal y como le sucede a las prendas y elementos de equipamiento “top”.