Equipamiento de seguridad para montar en moto: no te conformes con lo mínimo
Cuando tratamos un nivel intermedio de equipamiento, dejamos a un lado aspectos de nuestra indumentaria básica como el casco abierto o los guantes de caña corta. Se trata de subir un peldaño en nivel de seguridad. Ya no estamos hablando de usar un casco que nos deje la cara totalmente expuesta porque nos agobia uno cerrado, ni emplear un par de guantes cortos porque no necesitas nada más para moverte entre las calles de la ciudad.
Buscamos en esta ocasión un “step” superior en rendimiento de nuestras prendas a la hora de darnos mayor confianza ante cualquier imprevisto, lo que no siempre implica un grado más en molestias o incomodidad en plena marcha. En realidad, donde más apreciaras ese nivel extra de equipamiento será, aparte de en desplazamientos urbanos, en carretera abierta, donde en ningún caso es aconsejable moverte en moto con un equipamiento inapropiado.
Equipamiento intermedio en moto: de la cabeza a los pies
Una vez dejamos arrinconado el casco “de cara descubierta”, disponemos de otra opción más fiable y recomendable: el abatible o modular. Un casco al que se le puede abrir el mentón para poder hablar con tu pasajero o al pagar la gasolina en el surtidor, da una clara tregua al que se siente “encerrado” en un integral. Sin embargo, un mal uso de un abatible acarreará las mismas lesiones, e incluso peores en ciertos casos, que un abierto en plena marcha. ¿Por qué? Es muy sencillo: en marcha, con el mentón abierto y la cara descubierta, los peligros que afronta tu rostro son los mismos que enfundado con un casco jet, con el riesgo añadido de colocar un elemento extra en la zona superior o trasera del propio casco, esto es, el mentón. Así, el riesgo de enganche resulta muy elevado en una caída con el mobiliario urbano, el espejo de un coche o cualquier saliente que te encentres mientras das vueltas sin control por el suelo.
En realidad, el mero hecho de disponer de un elemento de protección que se interponga entre el exterior y nuestra cara, ya es un triunfo o, al menos, algo que suma. Ten en cuenta que el casco abatible que vayas a adquirir en tu tienda de confianza deberá estar homologado para su uso abierto en marcha; no lo des por hecho. Y si quieres añadir todavía algo más, aunque hoy día es muy común en los abatibles, busca el tuyo con gafas abatibles. Tus ojos lo agradecerán si las llevas desplegadas, aunque sea con el mentón cerrado pero la pantalla principal abierta. Vigila aquí el acabado de la propia gafa y atención, porque si las despliegas y te roza en la nariz, te acabará resultando muy molesto con el paso de los kilómetros. Fíjate en ello cuando te lo pruebes y en lo accesible que se encuentra el dispositivo de bajada y subida al trabajar sobre él con guantes.
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Chaqueta de moto con protecciones completas
Si encontramos básico el empleo de una chaqueta específica para rodar en moto, dispuesta con protecciones en hombros y codos, ahora la espaldera también deberá contemplarse como imprescindible y parte indisoluble del equipo. Una vez más, deberemos tener en cuenta que usaremos la chaqueta para prestarnos protección no solo en ciudad, sino también fuera de ella donde las velocidades alcanzadas son superiores, incrementándose el riesgo de sufrir lesiones en caso de accidente.
Una buena chaqueta para circular en moto debe ofrecer la cantidad de bolsillos con la capacidad suficiente como para que te aporte los servicios necesarios. Elige los interiores para salvaguardar mejor los objetos más valiosos (teléfono, cartera, etc), mientras que los exteriores servirán para tener a mano lo que necesites con rapidez (mando del garaje, tarjeta de crédito para pagar el peaje, etc). Recuerda que una chaqueta con bolsillos que no sean impermeables arruinará los circuitos internos de cualquier mando de apertura; y lo que es peor: hay chaquetas que prometen dicha cualidad en sus bolsillos, hasta que te das cuenta de que no es así cuando ya no hay remedio. Busca información segura y de confianza para estar convencido de lo que compras.
Las manos son delicadas: protégelas como se merecen
No descubrimos nada nuevo si decimos que usamos las manos para todo. Piensa por un momento cómo sería tu vida sin tenerlas en buen estado… Mejor pon de tu parte para protegerlas y hazte con unos guantes que vayan más allá del simple par de caña corta con apenas un puñado de refuerzos en ciertas zonas. Se trata de evitar serios daños en ciudad y carretera, donde el tiempo durante el cual sufran la abrasión en contacto con el asfalto será, desgraciadamente, bastante superior.
Una longitud de caña más amplia aportará mayor cobertura a la mano con la prolongación hacia la muñeca del tejido y, con ello, los refuerzos y protecciones oportunas. Ya no nos servirá un elástico interno para sujetar el guante, sino que solo confiaremos en ajustes por tiras de velcro para realizar una función tan importante como es impedir que el guante salga despedido en un accidente. Tanto en la palma como desde la cara interior de los dedos, los refuerzos y protecciones deberán aparecer sin molestar al tacto interno, con especial atención al exterior de la mano, donde el meñique puede llevarse la peor parte en un arrastrón. En el dorso, los nudillos requieren una protección más armada que el resto junto con las falanges. Busca elementos reflectantes que nunca estarán de menos al rodar bajo condiciones pobres de luz ambiente.
En las piernas, más allá del pantalón vaquero
Cada vez es más numerosa la oferta de pantalones de tipo vaquero o “denim” para rodar en moto, con protecciones, refuerzos e hilo de kevlar que fortalecen la unión entre las piezas que lo componen en caso de sufrir un accidente en marcha. Sin embargo, sus cualidades quedan un tanto limitadas cuando hablamos de salir a carretera, así como hacerlo por ciudad en condiciones climatológicas adversas.
Tanto en una como en otra circunstancia, no dudes en buscar un pantalón textil que, en muchas ocasiones, pueden adquirirse a juego con la chaqueta; y lo que es más importante, pueden unirse mediante la cremallera exterior dispuesta en la cintura del pantalón y de la propia chaqueta con la que conjunta. Ya sabes aquello de “la unión hace la fuerza”: dos piezas unidas, aunque sea por una cremallera, serán más útiles ante el desastre que actuando por separado, donde queda libre una vulnerable brecha entre las dos prendas que podría acarrear consecuencias impredecibles, pero nunca deseables.
Los pies son tan sensibles como las manos: protégelos con una buena bota
El calzado de caña baja o corta cumple su función a velocidades bajas y, llegado el caso, en recorridos tan lentos como cortos. Si el kilometraje es escaso durante el trayecto pero se realiza a una velocidad más elevada, el riesgo se incrementa requiriendo mayor protección. Por tanto, los botines bajos con refuerzos en las punteras e incluso en los tobillos y maléolo se quedarán claramente cortos ante pretensiones motociclistas de mayor expansión.
Un paso más en este sentido lo encontramos en las botas de caña más alta representada por modelos de turismo, en los que tanto la suela como los refuerzos y protecciones se presentan con un mayor blindaje frente a posibles hostilidades del exterior. Tibia y peroné también experimentarán una cobertura superior, mientras que el giro del tobillo queda más protegido con una buena bota turística. No temas por las “filigranas” en cuanto a diseño y colores, ya que encontrarás en el mercado todo tipo de diseños más o menos discretos que te harán pasar desapercibido allá donde vayas. Al menos, y ese es el objetivo final, sí experimentarás una protección superior en caso de necesitarla.
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