La marca india Bajaj arriba a Europa con un planteamiento y, sobre todo, con un músculo capaces de convertir a este país en nuevo foco de radiación motociclista.
Hasta fechas recientes, considerábamos Europa, Norteamérica y Japón como los epicentros de la actividad motociclista mundial en cualquiera de sus vertientes, ya sea productiva, comercial o deportiva.
La llegada de firmas chinas con esquemas próximos a los occidentales ya se ha consolidado en los mercados internacionales, creando un auténtico tsunami cuyas consecuencias estamos viviendo día a día.
En este panorama, una nueva derivada la supone la irrupción de firmas indias que hacen valer la fortaleza de su mercado interno en un país con alrededor de 1.500 millones de habitantes (más que China) para afrontar cualquier reto de expansión exterior.
Bajaj como referente de una nueva era
Para los europeos, en nuestro papel tradicional de “cuna del motociclismo”, convivir con este tipo de cambios ha sido una constante histórica. El esplendor de la industria japonesa desde la década de los 50 fue un fenómeno que ahora tiene cierto paralelismo con la enorme apuesta de la industria china.
Sin embargo, los períodos de transición se han recortado drásticamente. La consolidación del fenómeno chino ha sido muy rápida, en el transcurso de menos de diez años. Y todavía no hemos asimilado este cambio cuando nos encontramos con el siguiente.
Porque el desembarco de Bajaj como primera firma de origen 100% india en Europa recortará aún más estos plazos. Es cierto que las actuales Royal Enfield proceden también de este país, pero su historia centenaria originaria en Gran Bretaña significa un perfil totalmente diferente.
En un ejercicio de visión de futuro, esta dinámica de cambios es posible que no cese a corto plazo con marcas indias como Bajaj, Hero o TVS de protagonistas. Hay quien plantea la posibilidad de que África siga esta senda en próximas décadas, lo que globalizaría el sector a unas cotas impensables en el estreno del s. XXI.
Razones para afirmar que ha llegado un gigante
Hemos tenido la oportunidad de visitar las instalaciones de Bajaj en India y el escenario que nos hemos encontrado ha sido, cuando menos, sorprendente. Es una de esas experiencias que hay que vivir para realmente ser capaz de concebir su dimensión.
El primer pilar sobre el que se cimenta la fortaleza de la industria india de la moto es su uso como herramienta de transporte básico. Y básico significa exactamente eso: primordial.
En las calles de sus ciudades se cuentan por cientos de miles, en una proporción respecto a los coches que no podemos asimilar en nuestro continente. No es extraño ver familias completas sobre una moto, sí, completas, de hasta cuatro miembros. Da pánico en términos de seguridad (por supuesto, sin equipamiento de moto), pero es lo que dicta la realidad, y la necesidad.
De ahí que la profusión de modelos y cilindradas sea casi infinita. Con tal dimensión de mercado, los volúmenes hacen posible que este sistema se traslade también a mercados exteriores de enorme demanda como Sudamérica, África o Asia.
En el caso de Bajaj, operan en un centenar de países, quedando pendiente solamente las áreas de Europa y Norteamérica por conquistar. Pero la cuenta atrás ha comenzado.
Visitamos Bajaj en un asombroso viaje al futuro
Bajaj nació como fabricante de motos en 1945. Su primer modelo se basó en una Vespa, continuando con la producción de scooters hasta hoy día con la eléctrica Chetak.
Su catálogo de motos comienza en la década de los 70, con hitos como el lanzamiento de la gama Pulsar en los 2000 tras su acuerdo de colaboración con el Grupo KTM, la fabricación de la Kawasaki Ninja 250 R desde 2008 o el incremento de su techo de cilindrada hasta los 400 cc en 2015 o la colaboración también con Triumph en 2020.
Cuando hablo de colaboración me refiero a fabricación e incluso a desarrollo. Bajaj actúa codo con codo con estos dos referentes europeos en el desarrollo de modelos monocilíndricos entre 125 cc y 400 cc.
Una visita a sus instalaciones de Chakan estrenadas en 2023 nos traslada a un mundo de pleno futuro. Las distintas gamas Duke, RC, etc se van construyendo en cadenas de montaje 100% automatizadas, en paralelo a otras líneas donde se van creando las Triumph 400 Scrambler X y Speed 400.
Al ser estas últimas de menor cuantía de producción, todavía no se producen mediante el mismo sistema robótico que las austriacas, pero si la demando lo exige, se tiene previsto que así sea también.
Nuevo núcleo de la industria de la moto
Las cifras son increíbles. De sus cadenas de producción sale una moto cada 50 segundos y la producción global de Bajaj tiene una capacidad de 7 millones de unidades anuales en sus cinco plantas (cuatro en India y una en Brasil).
Alcanzan cuotas de mercado del 21% en el caso de Asia y Latinoamérica, ascendiendo al 47% en el caso de África.
En términos corporativos, Bajaj es la marca de motocicletas con más valor bursátil del mundo y se inscribe en un grupo con más de 40 áreas de negocio y más de 36.000 empleados (10.000 en el segmento moto).
Toda la producción está integrada en la misma factoría, no solo el montaje. Fundición, elaboración de componentes, plásticos, pintura… todo el proceso finaliza en la prueba en banco de cada una de las unidades obtenidas.
Mediante un sofisticado sistema láser se realiza el control de calidad a medida que van pasando las fases de producción. De este modo, la trazabilidad del producto es extrema en busca de la máxima calidad.
Y ver en directo el funcionamiento de los autómatas para el transporte de piezas o la pulcritud extrema del suelo, es impresionante.
Si unimos la potencia de su demanda interna al nivel de tecnología logrado, que les ha permitido ser referentes para primeras marcas como KTM, Husqvarna, Gas Gas o Triumph, concluimos que el futuro se presenta esplendoroso.
Más allá de las motos Bajaj
Estas fortalezas, por otro lado, no se circunscriben únicamente a aspectos industriales. El fundador de Bajaj, Shri Jamnalal Bajaj, fue uno de los hijos adoptivos de Mahatma Gandhi.
Principios como “el bien común es más importante que la ganancia individual” se refleja en hechos como el objetivo actual de alcanzar un 50% de plantilla femenina en un país de ancestral tradición machista.
Por otro lado, la apuesta por la sostenibilidad es encomiable. Las nuevas fábricas tienen un nivel emisiones contaminantes y consumo de agua cero gracias a sus inversiones en energías renovables e infraestructuras. Y toda su actividad se financia con recursos propios, sin créditos de intermediarios.
La operativa de Bajaj con su catálogo es distinta a lo presente en el mercado actual. Por un lado, su intención es centrarse en pocos modelos en lugar de extender la gama de forma exponencial como es habitual, por ejemplo, en las firmas chinas.
En India describen esta estrategia como “de francotirador” en lugar de “ametralladora”. Sin embargo, no es obstáculo para disponer de un amplio elenco de modelos. En su caso, Bajaj oficia de paraguas de sus auténticas marcas, como el caso de Pulsar, Dominar, Chetak, etc.
De hecho, se acumulan hasta 15 marcas bajo ese paraguas Bajaj, con Pulsar para definir las más deportivas, Dominar para las viajeras, Avenger para las custom, Chetak para sus scooters eléctricos, etc.
Ah, y un dato: Bajaj es el primer fabricante mundial de “tuc-tuc” tres ruedas desde los años 70. La cantidad ingente de ellos en las calles indias dan fe de su relevancia.
Conclusión de la visita a Bajaj
La principal conclusión de la visita a las instalaciones de Bajaj en India es la necesidad de posicionar a esta marca como un protagonista de pleno derecho en el entorno industrial mundial de las dos ruedas.
Si son capaces de intervenir en el proceso de desarrollo y son los encargados de la producción de iconos como las series monocilíndricas de KTM y Triumph, ¿cómo no vamos a confiar a priori en la calidad de los productos fabricados bajo su propio sello?
He tenido en el pasado la ocasión de visitar fábricas como Yamaha en Japón y BMW o Triumph en Europa y te garantizo que el nivel que imprime Bajaj está en el “top”, sin ninguna duda.
La magnitud de sus modernas instalaciones sobrecoge. Además, ellos mismos son los encargados del diseño de esta maquinaria, aunque su fabricación se realiza fundamentalmente en Japón. Si no lo sabías, India ha sido nombrada centro mundial en nuevas tecnologías por el Foro Económico Mundial.
Y lo más apasionante es que lo mejor está aún por llegar. El mercado exterior ya supone el 40% de la fabricación de Bajaj. Su adaptación a esos entornos, como el europeo, tendrá su reflejo en la evolución de gamas que respondan a sus necesidades concretas.
Por tecnología, volumen y recorrido histórico, estamos ante un auténtico gigante del que solo estamos empezando a asimilar su dimensión por la entrada en Europa a través de España. La solidez de nuestro mercado ha sido clave en esta elección, lo que también constituye todo un hito para el segmento de la moto en España.