Ruta en moto por Teruel: el silencio del tiempo
Dónde he oído yo aquello de «Teruel existe»? La cuestión no es que «exista», sino que la conozcas. Y si es a bordo de un maxiscooter como el Honda Integra, miel sobre hojuelas. Entonces descubrirás una zona de nuestra geografía tan desconocida como accesible, con una variedad de propuestas que te garantizo satisfará a los más exigentes viajeros.
La provincia se encuentra en un enclave estratégico en la Península. Si dibujas un triángulo con vértices en las tres capitales con más tradición motociclista de nuestro país, Barcelona/Valencia/Madrid, en su interior tiene cabida esta provincia aragonesa. En este caso vamos a afinar aún más, centrándonos en sus dos Comarcas más orientales: Bajo Aragón y Matarraña. Si no sabías que existían, casi tendrás ventaja, porque no hay mejor forma de sacar provecho a un viaje que adentrarte en lo desconocido. Haz un último inventario de todo lo que necesitarás en el viaje, abróchate el casco, gira la llave de contacto… y vámonos.
Motorland-Aragón y tambores
Nuestro punto de partida será Alcañiz, capital de la Comarca de Bajo Aragón y toda una referencia en la historia del deporte del motor de nuestro país. A escasos cinco minutos se encuentra el Circuito de Motorland-Aragón, uno de los trazados preferidos por los pilotos de MotoGP y con instalaciones que le han valido el título de «Mejor GP del año» en 2010 y 2013. Alcañiz se encuentra en el trazado de la N-211, vía alternativa para unir Madrid y Barcelona (nace en Alcolea del Pinar y desemboca en Fraga, con la N-II como principio y final) idónea para los que prefieren las carreteras secundarias en moto que las rápidas autovías y autopistas.
Antes de llegar a la capital desde el circuito, en la famosa Estanca (un embalse al lado de Motorland) se encuentra el Monumento al Tambor. Con la localidad de Calanda próxima, esta región es recorrida por la conocida como «Ruta del tambor y del bombo». Seguro que alguna vez has visto en televisión la Rompida de la Hora que tiene lugar cada Viernes Santo en Calanda. ¡Cientos de tambores y bombos resonando al unísono sin límite de decibelios!
En sus empinadas calles, el Honda Integra saca partido de su motor de doble embrague DCT para facilitar la vida a su piloto. En modo D, el empuje es constante y adecuado en una situación en la que un embrague manual requeriría buenas dosis de pericia. La agilidad de la dirección es sorprendente para un modelo de su porte entre calles y su sonido, al igual que su imagen, hace preguntarse a los viandantes si vas sobre una moto o sobre un scooter. ¿Tú qué responderías?
Salimos de Alcañiz por la N-232 dirección Castellón. Nada más culminar una sección de curvas en subida, si observamos a la izquierda nos encontraremos con el magnífico panorama del pueblo de Valdealgorfa. Al margen de su atractivo propio, se ha popularizado como el pueblo de Álex Rins. No en vano, muchas de las ventanas de sus casas se engalanan con su dorsal 42.
Pocos minutos más tardes tendremos que tomar la desviación N-242 dirección Tarragona. Nuestro próximo destino es Calaceite, a poco más de 20 km de distancia por esta carretera nacional y ya cerca de la frontera con Cataluña. Asfalto en perfecto estado y curvas rápidas nos obsequian con una estabilidad impertérrita por parte del Integra. El azote del viento es secundario con su estudiada pantalla y tú solo tendrás que estar pendiente de mantenerte entre los límites de velocidad legales si no quieres tener problemas con ese radar invisible…
Estamos ya en la Comarca de Matarraña, así denominada por el río de este nombre. Su construcción en una loma dominando el paisaje es típica de la zona. En estos parajes se encuentran valiosísimos yacimientos arqueológicos, mientras que los olivares y la industria del cerdo forman gran parte del sustento de sus habitantes… y del delirio de nuestros paladares.
Dejamos Cataluña a un paso y giramos al sur para dirigirnos a otro de los enclaves más históricos de nuestra ruta. La A-1413 nos llevará a Valderrobles a través de una vía en buen estado que atraviesa parajes con innumerables tonos de verde en contraste con el intenso ocre de la tierra. Esta villa suele incluirse en todos los ranking de «pueblos más bonitos de España», y con razón. Oficia de capital de la Comarca de Matarraña y entre sus altas montañas y bosques de pinos se encuentran restos de presencia ibera. El puente gótico y el Castillo-Palacio (monumento nacional desde 1931) más la iglesia de Santa María La Mayor, a los que se accede por intrincadas calles de trazado medieval, son sus valores más notables.
El pueblo de Beceite, a escasos diez minutos hacia el sur por la A-2412, merece una visita. Se repite el esquema de casas apiladas sin aparente orden sobre una colina, rodeado de un entorno vegetal impresionante. Numerosas rutas invitan a descubrir sus rincones a pie, uno de los ecosistemas más variados de Europa. Como en el resto de los 17 pueblos de la Comarca del Matarraña, mantiene una lengua propia variante del catalán.
¿El Integra o la Integra?
Regresamos sobre nuestros pasos para continuar por la A-1414 original. Toca terreno de curvas de radio medio, donde mejor explotar el modo S (sport) del propulsor del Honda Integra y beneficiarte de un tacto de frenos excelente. Las llantas de 17″ también serán tu mejor aliado para su manejo como una moto. Lo dicho, ¿qué es?: ¿el Integra o la Integra?
Debemos tomar el desvío a Peñarroya de Tastavins, aunque su visión en la lejanía por la carretera ya te anuncia que debe ser punto de parada obligada. La paz y el sosiego que se respira en sus estrechas y empinadas calles es un paraíso para los urbanitas de las grandes ciudades, un viaje al pasado vivido en primera persona como pocas veces habrás tenido ocasión de experimentar.
Si quieres comprar productos de la zona como recuerdo, con el Integra tendrás un problemilla con el espacio. Bajo su asiento apenas hay sitio para el casco semijet del catálogo oficial de la marca. Menos mal que dispones de un baúl de serie, aunque depende de lo lleno que lo tengas con tus enseres para el viaje. Deja sitio para llevar manjares de la tierra a casa porque será la mejor forma de recordar el viaje desde tu cocina.
La A-1414 desemboca en Monroya hacia la N-232 que nos conducirá de nuevo a Alcañiz. Este pueblo te regala de nuevo rincones con un encanto especial, esta vez aún más integrada en un paisaje montañoso y frondoso sin fin. El trazado de la N-232 se retuerce en consecuencia para disfrute de tu conducción sobre dos ruedas, aunque ya se divisa la construcción de una futura autovía de enlace con Castellón. Es el avance del presente en un entorno que te descubre nuevas acepciones de conceptos como silencio o tiempo y que tienes ahí, al alcance de tu maxiscooter, sobre todo si vives en junglas urbanas como Barcelona, Madrid, Valencia o Zaragoza.
El Honda Integra en carretera es excelente: rápido, muy estable, frena bien y tiene buen carenado para protegerte. En ciudad es tan cómodo como cualquier maxiscooter. El motor con sistema DCT, sin variador, le da unas aceleraciones fuera del alcance de un sistema automático convencional. Y con unos consumos ridículos, con medias entorno a los 4 l./100 km. en el modo D. Es cómodo, con un asiento bien mullido y todos los mandos en buena posición. También tiene suficiente protección aerodinámica para viajar en autovía a alta velocidad. Ofrece buen nivel de equipamiento, con ABS de serie, pata lateral, caballete central y un cuadro digital con indicador de marcha y consumos, pero sin temperatura del refrigerante. La nota más baja corresponde a su capacidad de carga. El chasis de moto, muy bueno en cuanto a comportamiento, tiene aquí su cara negativa: bajo el asiento hay poco espacio. No obstante, se supera con un baúl incluido de serie.
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