Prueba Moto Guzzi MGX-21: funny y divertente
Todavía en estado de shock tras acabar de bajarme de una moto bagger que te rompe todos los esquemas, me planto ante la página en blanco del ordenador para intentar transmitirte todo lo que me ha sugerido, que no ha sido poco. Tal es el cúmulo de sensaciones visuales y dinámicas a tu disposición que me resulta difícil calmarme y seguir un orden lógico de ideas. Pero habrá que intentarlo…
Vamos a comenzar por el primer contacto en directo. En la calle impresiona más aún que en aquel Salón de Milán 2014 donde tuve la ocasión de descubrirla, todavía en estado de prototipo. Te garantizo que no hay otra moto de su segmento, ya sea «made in USA» o «made in Japan», que te obligue a abrir más los ojos en su presencia que la Moto Guzzi MGX-21. La extensión de fibra de carbono por todo su ser, la línea impactante de su diseño en combinación con el exclusivo motor V-Twin a 90º de cilindros trasversales al sentido de la marcha, o el equipamiento de componentes de ciclo y electrónica de tal nivel no tiene parangón en la actualidad en ninguna de sus rivales.
Se define como un modelo bagger, para entendernos, una custom con elementos distintivos a modo de preparación especial mediante el acoplamiento de accesorios de nivel superior a lo habitual en modelos de serie y una imagen «long & low» (larga y baja) que se distingue por una sensación de ligereza inédita para las auténticas megacruiser. La pantalla corta y la parte trasera sin baúl pero con maletas bien integradas (de 58 l. de capacidad que pueden aumentar con tapas del catálogo oficial de la marca para acoger un casco jet) ya es de obligado cumplimiento, todo ello para incidir en una estética «costa a costa» norteamericana de gran calado.
Barra libre de fibra de carbono
Si hasta aquí te he mostrado la parte académica de la Moto Guzzi MGX-21, en la vida real olvídalo y da rienda suelta a la pasión. La mirada se te va a cada pieza de fibra de carbono (auténtico, nada de pieza de imitación) y las hay por todos sus costados. El guardabarros delantero, la pieza a modo de quilla, las tapas del depósito y de las maletas… ¿te parece poco? Pues eso debe ser porque todavía no has reparado en la llanta semilenticular delantera. ¡Qué obra de arte! Lujo a tu alcance casi de ciencia-ficción.
Además, Moto Guzzi cumplirá en 2021 su primer centenario. ¿Quizá por eso su denominación «21»? O quizá porque hace referencia a la llanta anterior de ese diámetro en pulgadas… Sea cual sea la razón, es todo un buque insignia, una moto muy, muy especial. Parece hecha para que vayas firmando autógrafos en cada semáforo o en cada parada en ruta. Se cumplió tu sueño de sentirte una estrella…
Cómo es la Moto Guzzi MGX-21
El poder de seducción de la Moto Guzzi MGX-21 abarca hasta la última pieza de su diseño. No es una moto convencional ni siquiera en las ruletas de regulación de la distancia de las manetas a los puños, con una forma estrellada exclusiva. El motor no varía respecto a la serie California, ya sean las alternativas Custom, Touring, Eldorado o Audace. Sigue siendo el bicilíndrico más grande fabricado actualmente en Europa y supera la normativa Euro4. Rodeado con los componentes de esta «21», resulta aún más majestuoso. Sus tapas de culata rojas, a juego con las pinzas Brembo frontales, son los únicos contrastes cromáticos respecto al negro mate del resto de las pocas piezas que no reciben acabado en fibra de carbono, como el carenado tipo «batwing» (alas de murciélago), complemento ideal para una llanta anterior de nada menos que 21″ de diámetro. No es extraño que el sobrenombre que recibe sea Flying Fortress, «fortaleza volante».
Hoy día, la única alternativa en el mercado que equipa esta solución es la Victory Magnum. En el caso de la italiana, para combatir la tendencia de una medida tan extrema a caer bruscamente hacia el interior de curvas lentas incorpora un amortiguador de dirección patentado que la endurece a medida el giro del manillar va alcanzando su límite hacia los extremos. Y ya te adelanto que funciona más que bien.
En su electrónica, la cruiser Moto Guzzi MGX-21 porta soluciones dignas de las últimas generaciones de maxinaked, maxitrail o superdeportivas. Dispone de tres modos de control de tracción y tres respuestas de motor o «mapping», así como de un novedoso en la marca control de crucero. Permite modificar la velocidad sin tocar el acelerador y, además de desbloquearse al manipular cualquier mando de freno o embrague, se puede desactivar girando hacia delante el puño desde la posición de «gas cerrado». Para volver a la velocidad deseada basta con pulsar un botón específico. Equipo de música con radio y USB de 25W por canal y sistema Bluetooth para hasta cinco dispositivos dentro del sistema MG-MP para conectar la moto con tu smartphone para hacer tu Android o «manzanita» aún más inteligente.
Y como es norma en la firma, un completo catálogo de accesorios te permite equipar pantalla más elevada y multitud de piezas en cuero o fibra de carbono para hacer aún más especial tu Moto Guzzi MGX-21… lo que me parece realmente difícil.
Cómo va la Moto Guzzi MGX-21
Recuperado el pulso tras la primera impresión en directo que te causa la Moto Guzzi MGX-21, de nuevo las pulsaciones suben por las nubes al pasar la pierna por encima del asiento. El manillar hace que tus brazos tracen una línea perfectamente paralela al suelo y las estriberas quedan adelantadas en la justa medida para que tus rodillas dibujen un ángulo de 90º. Con amplio espacio a tu disposición y las piernas rodeando de forma natural el depósito, el resultado es que te encuentras como en tu casa, aún cuando ésta se encuentre en Mandello del Lario, al norte de Milán (Italia), y se haya inspirado en los horizontes de Pasadena (EE.UU.), donde se encuentra el departamento de diseño de Piaggio liderado por el mítico Miguel Ángel Galluzzi.
Un primer vistazo a la instrumentación es tan sugerente como necesario. La razón es que debes situar el control de tracción en parado, con tres alternativas posibles. Con día soleado y carreteras no muy bien mantenidas, opto por la posición intermedia. En la piña izquierda se concentran los mandos del equipo de audio, con tantos pulsadores y opciones que merecen la pena un instante para familiarizarte con ellos. Luego descubrirás que, en marcha, solo es práctico en ciudad a baja velocidad, ya que la ausencia de pantalla limita su uso fuera de la urbe. Una lástima, porque ya estaba buscando canciones en homenaje al cruce de culturas que significa la MGX-21, como rap en italiano, porque country en el idioma de Garibaldi me temo que poco habrá…
Espíritu rutero
Con todo esto ya has hecho los deberes para apretar el botón de arranque. Primero regula los retrovisores hasta que logras una visión perfecta. El V-Twin cobra vida haciendo traquetear el manillar, multiplicándose al subir de vueltas el motor en vacío. El efecto es similar a un bóxer, con un sonido único. No sé si antes o después de arrancarla, tendrás que haberla puesto en vertical después de quitar la pata de cabra. Te habrá costado un pequeño esfuerzo, pero es que hay volumen XXL y un peso de 341 kg, así que con cuidado.
Esta atención se debe extremar en los primeros metros a recorrer. La llanta anterior de 21″ cobra su peaje con un comportamiento que requiere tu adaptación. La agilidad es cero y te obliga a estar pendiente del movimiento del manillar a baja velocidad. Como en los scooter, las llantas de menor diámetro son más ágiles que las de superior, pero también menos estables. En el caso de la Moto Guzzi MGX-21, una vez en marcha se disipan las primeras dudas, pero siempre es aconsejable estar alerta, sobre todo en ciudad, ya sabes, atascos, semáforos, giros de 90º…
Sale en tu ayuda una de las novedades de la MGX-21 en el mercado. Un amortiguador de dirección regula esos movimientos hacia el interior del manillar que podrían hacerte perder el equilibrio y acabar con mucha fibra de carbono besando el suelo. Funciona de maravilla y te permite mantener bajo control una moto tan larga y «cabezona», aunque, repito, nunca hay que bajar la guardia. Una vez metido en materia, hasta te olvidas que llevas este componente tan personal.
De curvas y tornanti
Porque no hace falta que me digas que ya estás deseando dejar atrás la urbe y dar rienda suelta al espíritu rutero de la nueva Moto Guzzi. Según la situación, deberás optar por tres mapas de motor, accesibles, una vez cerrado el gas, pulsando el mismo botón que sirve para el arranque. Con el menor nivel, «Pioggia» (lluvia), en condiciones normales parece que algo dentro del motor se ha roto, porque no empuja nada. Seguro que cuando el asfalto tiene agarre «bajo cero» ayuda y mucho. El modo estándar es el «Turismo», que se transforma en un toque deportivo en el «Veloce». El salto entre estos dos últimos es evidente y como la MGX-21 no es una cruiser al uso, el indicador «Veloce» en la instrumentación es el mejor complemento a tanto fibra de carbono antes tus ojos.
Volviendo al momento de trazar los «tornanti» de turno, lo mejor es abrirte en su entrada todo lo posible, elegir segunda o primera en función de su radio y trazarlo sin dejar que el motor deje de empujar, con tacto y suavidad, en ningún momento. Así controlas la fuerza que hace que la moto caiga hacia el interior, también con la ayuda del pie en el freno derecho para regular la velocidad si has pecado de optimista con el puño derecho. Y un detalle muy importante: cuando estás en plena trazada, no roza las estriberas. Prueba con otras cruiser de su estilo y verás el «concierto de asfalto y metal» que vas dejando a tu paso.
También en cuanto a los frenos se desmarca como un custom muy diferente. El menú de doble disco frontal de 320 mm con pinzas Brembo radiales ya te da una idea del ánimo de la MGX-21: si hay que llegar antes, se llega… El ABS entra en acción de forma adecuada, algo muy relevante en una moto de su peso y tamaño. También puntúan con nota las suspensiones, con reglajes más duros de lo habitual en su segmento pero que complementan a la perfección su perfil más dinámico.
Es la Moto Guzzi más custom de la historia, más que cualquier California, incluyendo, precisamente, la actual Custom. Su diseño se ha basado en el análisis de la tendencia en el mercado custom norteamericano realizada por su creador Miguel Ángel Galluzzi, y ésta dicta llantas cada vez de mayor diámetro. Así ha sido en modelos al modo de preparaciones especiales hasta ahora, pero finalmente también ha acabado aterrizando en las motos de gran serie. En el caso de la MGX-21, tal es su importancia que recibe de los responsables de la firma italiana que se presenta como el modelo que anuncia el centenario de Moto Guzzi. Tras ella vendrán novedades de este mismo calado, así que muero de ganas de ver de qué se trata. ¿Tú no?