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Montesa Impala: una moto clásica icónica desde los años 60

Montesa Impala
Montesa Impala: una moto clásica icónica desde los años 60
Daniel Navarro
Daniel Navarro
La Montesa Impala es una de esas motos clásicas icónicas como pocas en la historia de nuestras marcas. Una moto utilitaria, fiable y muy bonita que todavía puedes encontrar con facilidad.

La Montesa Impala es una moto clásica icónica por naturaleza. Si hay un modelo clásico, no scooter, que se haya ganado a pulso su estatus, además de ser fácil y utilizable, es la Montesa Impala. Fabricadas a partir de 1962, su producción se detuvo en los 70 para renacer, en los 80, con aquella versión modernizada que se llamó Montesa Impala 2.

En realidad, cualquiera de ellas, en las múltiples versiones que existieron, refrendaron su polivalencia y utilidad. De hecho, han sido motos plenamente utilitarias, por encima de clásicas, hasta hace muy pocos años; no hace más de 10 solías verlas por decenas en Barcelona, su «patria chica», donde seguían siendo motos muy valoradas para el día a día.

Montes impala imagen original

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Montesa Impala: los orígenes

La Montesa Impala nació a principios de los años 60 tras el cisma de Montesa. Como todos lo aficionados a las clásicas saben, a finales de los 50, los dos socios fundadores de la marca, Pedro Permanyer y Paco Bultó, deciden separarse. El segundo fundará, poco después, Bultaco. Y Permanyer se queda en Montesa, poniendo al frente del departamento de diseño al genial Leopoldo Milá, con el encargo principal de renovar la ya envejecida gama de la marca, basada en las Brío.

Para ello trabajan en un nuevo motor, entonces denominado «monobloc», al meter en el mismo cárter cigüeñal y cambio; en las Brío estos dos elementos, como era habitual antiguamente, iban separados, pero ya en los 60 eso era tecnología superada. El nuevo motor, además, tenía que ser algo mas grande, un 175 cc. Y se llamaría Montesa Turismo.

Pero en 1962, cuando la moto está lista, deciden emprender una aventura muy especial a modo de promoción del nuevo modelo: tres unidades, acompañadas por un Land Rover, atravesarán todo el continente africano demostrando la dureza de la nueva Montesa.

Se llamará «Operación Impala» y su impacto fue tal que llegó a aparecer en los noticieros del cine, prensa variada y en todo tipo de medios. Así que la moto acaba adoptando el nombre de aquella operación de marketing con muy buen criterio, dado el modo que se dio a conocer por todo tipo de «altavoces», adquiriendo como recompensa una reconocida fama.

Montesa Impala: Operación Impala por África

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La moto es efectivamente fiable, rápida y muy cómoda. No sólo el motor presume de ser moderno, sino que ese diseño del depósito, recto por abajo, también resulta llamativo y creará lo que ahora llamaríamos «tendencia» a lo largo de toda la década de los años 60.

El asiento, anatómico, la posición de conducción, la suavidad de marcha… Todo en la Montesa Impala le encamina hacia un irrefrenable éxito. Se venderá bien. A lo largo de los 60, la Montesa Impala se convierte en la base de una enorme gama, apareciendo otras motos que se beneficiaron de su difusión y éxito.

Aparecerán así versiones más baratas como la Montesa Comando, otras más deportivas como la Montesa Sport 175 o la escasa y rápida Montesa Sport 250; también versiones especiales como la Montesa Kenya, terminada en azul y con llantas de menor diámetro, para darle un toque más ciudadano.

De ahí pasarán a las ya muy especiales Montesa Texas, una especie de trail de la época, las Montesa Impala Cross (o Diablo) predecesoras de las Montesa Cappra e incluso la Montesa 250 Trial o la escasísima Montesa Impala Enduro, base de toda la gama posterior, correspondiente a los 70, de la marca.

Pero durante todos esos años la Impala «normal», oficialmente conocida como Impala Turismo, será una parte importantísima de las ventas de la marca, reforzando cada día más esa imagen de utilitaria fiable, cómoda, económica y agradable que tanto impacto causó en el mercado nacional.

Montesa Impala 2

Montesa Impala: receso y regreso a la producción

Las Montesa Impala cesaron su fabricación, salvo la Montesa Comando Impala un año después, en 1971. Aún así, como te decía, sus cualidades y el ingente número de unidades matriculadas provocó la dispersión de este modelo por todo el territorio nacional, siendo fácil verlas en activo hasta bien entrado el siglo XXI en muchos lugares de nuestra geografía.

Eso sí, en ninguna parte como en Barcelona, donde eran un icono de la ciudad. En los años 80, cuando la marca pasaba por momentos muy delicados, decidieron recuperarla bajo el nombre Montesa Impala 2, con un nuevo encendido electrónico, llantas de aleación, un piloto trasero modernizado y depósito de gasolina de plástico.

Fabricada desde 1984 hasta 1987, de ella se hizo por primera vez una versión de 125 cc, ya que con esa cilindrada en aquellos años no era obligatorio el casco en ciudad.

Las Montesa Impala son una opción muy interesante como moto de utilización diaria. Bien restaurada, resulta fiable y cómoda. Además, no son caras, partiendo de una versión Turismo o Comando. Por supuesto, las Montesa Sport y más las escasas 250 o las otras Montesa Impala especiales (Texas, Enduro, etc), son otra cosa y no resultan tan económicas.

montesa publicidad impala y scooter

Curiosamente tampoco son económicas aquellas Montesa Impala 125 de la segunda serie. En realidad, se hicieron pocas (no era suficiente argumento entonces lo de aprovechar el ir en moto sin casco), por lo que ahora se cotizan, con el argumento añadido de que es la única Montesa Impala (el ciclomotor que se hizo con este nombre aparte) que se puede conducir con carnet A1 o carnet de coche. El resto requieren A2.

Restaurar una Montesa Impala no es especialmente caro ni complicado. Hay recambio de casi todo y existe mucha gente que las conoce y que te podrá aconsejar o ayudar. También puedes buscar talleres que lo hagan, ya que precisamente al ser una moto muy conocida y de la que se ha escrito mucho, no supondrá un problema encontrar quien te lo facilite a un precio razonable.

Es, en definitiva, una moto clásica cómoda y fiable con la que moverte «a la antigua» recordando otros tiempos, a ritmo del agradable petardeo 2T del escape de una Montesa Impala bien afinada.