II Macbor Montana Experience: ¿Hasta dónde aguanta una XR5?

Y como alguno con buena memoria recordará no es la primera vez: hace tres años, en 2018, se realizó la I Macbor Montana Experience. En aquella ocasión, con la Macbor Montana XR3, aquella monocilíndrica de 250 cc cruzamos los Pirineos desde Gerona a San Sebastián en una ruta que demostraba las posibilidades de aquella primera trail media -o más bien tirando a pequeña- que la marca española Macbor comercializó. Entonces se quedó pendiente repetir «la hazaña» cuando llegase la bicilíndrica de 500 que estaban preparando para lanzar. Se retrasó aquello, con una pandemia por medio que impidió realizar, hasta ahora, esa Montana Experience. Ahora la hemos hecho.

La moto, como te decía, la conocemos bien. Nos sorprendió en su presentación. Nos agradó más cuando la probamos más a fondo y nos gustó cuando hicimos la prueba en vídeo para el canal de Youtube de Formulamoto.es. Ahora nos hemos subido en la versión Euro 5 pero, sin necesidad de mucho «rollo», podemos decir que la moto es la misma y con rendimientos muy similares a la Euro 4. Nada nuevo que conocer, salvo que una vez más y, como ya hizo su hermana pequeña XR3, la Macbor Montana XR5 ha demostrado unas posibilidades muy por encima de lo que imaginábamos, una fiabilidad «a prueba de bombas» y un diseño muy cuidado en sus detalles, algo que hace de ella la bicilíndrica trail de 500 que tienes que considerar en primer lugar, si estás buscando una trail media.

En resumen, la Macbor Montana XR5 es una dos cilindros de 471 cc con motor Loncin, similar al de las Voge, a su vez muy parecido al de las Honda CB 500, con culatas de cuatro válvulas, refrigerado por agua, con inyección Bosch y dos mapas de funcionamiento. Entrega 47 CV a 8.500 rpm, con un par de 43 Nm a 7.000 rpm. Un chasis de acero con basculante de aluminio, diferente al de sus rivales, con suspensiones KYB sobre bieletas detrás y con horquilla invertida regulable delante, ABS desconectable en total o sólo en la rueda trasera y un completo cuadro digital. Monta neumáticos Metzeler Tourance, con llantas de radios para cubiertas sin cámara, en medida 19″ delante y 17″ detrás. Todo esto está muy bien, pero no está ahí la diferencia con sus rivales. En este sentido, encontramos pedales en aluminio sobre rodamientos, manetas regulables, bujes aligerados e infinidad de detalles de terminación que tomados uno a uno no tienen mayor importancia que la que le quieras dar a un detalle mejorado, pero que sumados le dan un tacto y una forma de rodar inmejorable. Esto es lo que ya sabíamos.

La Macbor Montana XR5 en ruta

Ahora coge la Macbor Montana XR5 y métete tres días de viaje, desde Peñíscola a Teruel, desde allí a Fuentespalda, en Castellón, y en el último día, desde Fuentespalda a Cambrils. ¿No es mucho? Bueno, si en ese viaje buscas meterte todo lo que puedes por pistas, ríos secos, subidas y bajadas sobre piedras sueltas y todos los «líos» que encuentres en estas tres provincias, pues sí, es demasiado. Pero tengo que «confesarme».

El plan era ese. La organización, Motos Bordoy, encabezada por los propios hermanos Bordoy, Albert y Jordi, ayudados por Jaime Domínguez, ingeniero «padre» de esta moto y Rafa García, varias veces subcampeón de España de enduro y tío de nuestro flamante recién coronado campeón del mundo de Enduro, Josep García, hicieron con nosotros el recorrido diseñado por Jordi Piñol. Como asistencia, Carlos López y Raúl, en las furgonetas acompañaron por carretera la expedición. Y te adelanto; si las motos han sorprendido, el nivel de «pilotaje» de esta organización era ya de impresión.

Creo que salvo los hermanos Bordoy, Rafa García y tres de los 18 periodistas que iban, los demás han «pillado» todos, en caídas afortunadamente con poca importancia, salvo en el caso de Alessandro Bifano, el director de marketing de la compañía: el último día se partió dos huesos de la mano derecha. Con esto te quiero decir que sí; que el nivel de las pistas era muy alto y no apto para novatos. Aún así, algún compañero sin experiencia en off road se lo hizo entero. Valor y coraje; desde luego.

Yo no. Algunos optamos por arriesgar lo justo y optamos por hacer por carretera parte del recorrido previsto por esas pistas. Y parece que acertamos precisamente por eso que te digo: sólo cuatro de las Montana XR5 de todas las que iban no «probaron suelo». Y sólo una de ellas no terminó el recorrido, teniendo que ser sustituida por otra unidad: estribera partida y manillar retorcido. Las demás demostraron que los cubre cárter y las barras de protección del motor y carrocería no son, en este caso, sólo de adorno. Una de ellas acabó frenando sobre una piedra con ese cubre cárter, en una salida de pista que casi termina con un compañero en el fondo de un barranco.

Así fue la II Macbor Montana Experience

La primera etapa, de Peñíscola a Teruel si la hice completa por el recorrido «oficial»: sobre el papel, cerca de un 70% era asfalto y un 30% de pista. Eso, en distancia: en tiempo bien le puedes dar la vuelta a esos porcentajes, por que sobre un total de casi 250 km, los aproximadamente 80 que hicimos de pista se hacían largos, sobre piedra suelta, con alguna bajada en curvas continuas y alguna subida «delicada» sobre esas rocas moviéndose y dejándote sólo la posibilidad de subir por la rodera.

Y todo ello sobre motos de estricta serie. Es decir, ABS desconectado en el cuadro (en mi caso sólo atrás, aunque había quien prefería completamente desconectado), modo motor «suave» y neumáticos mixtos Metzeler Tourance; nada de tacos para off road «de verdad». Si hace tres años te decía, en la I Macbor Montana Experience, que me había dado cuenta de que estaba en no muy buena forma física, ahora, tres los después, te puedo asegurar que es entre penosa y lamentable. Me prometí entonces, cuando volví de aquella Transpirenaica, que entrenaría algo más en off road. Un día de estos me tengo que poner a ello…

Te puedo asegurar que esos 80 kilómetros de pista y el ver a mis compañeros que hicieron el resto del recorrido por campo me sirvió para convencerme de que estamos ante una moto con una capacidad off road muy por encima de la de sus rivales e incluso muy por encima de la exigencia media de sus posibles usuarios. Y está bien diseñada para este uso, que con pocas modificaciones (neumáticos de tacos, para empezar) tendrás una trail off road muy convincente.

Y si la dejas como viene de serie, tienes de sobra para hacer pistas y divertirte en las carreteras que, en el fondo, es lo que he hecho yo. Carreteras secundarias, reviradas, con asfaltos de todo tipo, pueblos y paisajes maravillosos, con una moto que corre bastante y se sujeta en las curvas también más de lo que imaginas. Frena fuerte, con tacto, es estable en los virajes y entra por donde quieres, con una sensación de control total. Los neumáticos Metzeler, unidos a una suspensión que, para mi gusto, estaba tarada algo dura en la pista –y que no modifiqué por pereza en ese tramo off road– pero perfecta en asfalto, hacen que la Macbor Montana XR5 nos haya convencido más de lo que lo hizo en sus pruebas anteriores.

Por último, y una vez mostrado mi agradecimiento a «mi» ya apreciada Macbor Montana XR5 blanca roja y azul -la más bonita, para mi gusto- agradecer también a toda la organización de Motos Bordoy que nos hayan dado la oportunidad de hacer esta Montana Experience que, efectivamente y como indica su nombre, ha sido toda una experiencia. Todo un placer y un honor compartir ruta y aventuras con ellos y con mis compañeros de la prensa.