Gala 279: el proyecto final de carrera de una moto de carga

No tienes más que ver las fotos para darte cuenta de que es una buena idea. Si lo piensas un poco, tal y como hicieron sus diseñadores, te darás cuenta de la utilidad y viabilidad del proyecto: un motor de scooter en la posición habitual, con un chasis delantero más parecido al de una moto. Así obtienes un gran espacio en la zona donde en una moto normal iría el motor y el depósito, espacio que puede usarse para llevar diversas cargas.

Dicen sus creadores que si muchos de los vehículos de transporte de mercancías se pudieran sustituir por vehículos de dos ruedas se mejoraría el flujo de tráfico en la ciudad y la eficiencia de estos servicios. Es lógico. Además, se han pensado en otras utilidades: en un accidente de tráfico los primeros 10 minutos son clave para reducir las consecuencias médicas del accidentado. Una moto de este tipo con el material esencial de primeros auxilios llegaría mucho antes al lugar del accidente que cualquier ambulancia o coche.

La Gala 279 emplea un moto de scooter de 300cc. Se pensó en incluir un motor eléctrico, pero lo cierto es que estos ni tienen todavía la autonomía necesaria ni existe la infraestructura de recarga suficiente para garantizar la operatividad que tiene con esta mecánica. Desde un punto de vista ecológico, un motor como el que emplea, sustituyendo la infinidad de furgonetas que andan por nuestras ciudades ya supondría una mejora muy importante también en este aspecto.

La zona de carga, como te decía, esta en el lugar donde habitualmente está el motor. Esto supone que cualquier carga ahí abajo no supondrá problemas de estabilidad. En el suelo del compartimento se han colocado soportes en «U» invertida donde atar las cargas y que no se muevan, si se requiere. Hay 100 litros de volumen disponibles en la parte inferior y 25 en la parte superior, para objetos personales, dejar el casco y otras cosas. El carrozado de esta parte  se ha realizado con tejidos de alta resistencia anclados al chasis y solamente puede sacarse en el taller, por mecánicos autorizados. Emplean cordura balística, nylon de 2 mm y «spacer», de forma que todo queda bien protegido de la meteorología adversa, caídas e incluso frente a robos. Además presenta otra ventaja: no requiere un inversión fuerte en moldes para plásticos de carrocería. Así, según sus diseñadores, tienen un presupuesto real que evidencia la baja inversión que supondría la producción de entre 1000 y 10000 unidades.